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¡¡Quiero Al Gatito Negro!!

Al llegar a casa lo primero que escucho son los regaños de mis padres. Al final de nada había válido quedarme a dormir en otro lado, si de todas formas Chat se las había ingeniado para encontrarme.
—¡Lo lamento. No volverá a ocurrir!— exclamo por décima vez —Les juro que fue una emergencia— técnicamente no estaba mintiendo. Al menos, no en esta parte.
—Esta bien... Pero tendrás que ayudarnos a empacar todo esto para la feria de esta noche—
Acepto enseguida, era lo menos que podía hacer para enmendar lo irresponsable y desconsiderada que había sido.
Comienzo a guardar en pequeñas cajas los bizcochos de Chocolate y fresas, los favoritos de Alya.
—¿Marinette te ocurre algo?— pregunta mi madre —Últimamente te e notado mas distraída que de costumbre—
—No me ocurre nada— me apresuro a responder —¿Que abría de pasarme?— pregunto sarcástica repasando la lista de problemas que tenia encima.
—Espero que ya tomaras una decisión respecto a la beca— comenta espolvoreando azúcar granulada sobre las galletas de canela —¡Como te dije antes esa escuela es perfecta para ti!—
—No lo dudo. Pero aun no se si podría marcharme, tengo excelentes amigos aquí..— empiezo a decir —Además el curso ya debe estar avanzado— son excusas bastante pobres comparadas con la verdadera razón que me retenía aquí.
—Por eso no debes preocuparte, estoy completamente segura de que haras nuevos amigos— dice tratando de infundirme ánimo —Ya veras que te acostumbras rápido al cambio—
—Te prometo que lo pensare— Seguramente era mejor dejarlo así, aun no sabia como reaccionaria si me negaba de una vez por todas, y prefería por el momento no arriesgarme averiguarlo.

La feria ya comenzaba a tomar forma cerca de la torre Iffel, el lugar le venía como anillo al dedo, ya que el tema de este año era la antigua París.
Bajo del auto en cuanto mi padre se estaciona y ayudo a descargar algunas cajas, para después llevarlas al lugar que nos correspondía. Todo aquí es un caos, gente moviéndose de aquí para allá asegurándose de que todo en su exhibición quedara perfecto.
Reconozco de inmediato a Nathalie, la asistente del diseñador Agreste, dando ordenes y supervisando con ojo critico a los trabajadores que montaban la tarima para la subasta. Muy generosamente donaría diseños exclusivos bastante costosos y todo lo recaudado seria entregado a las diferentes instituciones del país. Algo por su parte muy digno de admirar .
Al cabo de una hora todo quedo listo. Habían colocado arcos cubiertos con enredaderas de flores en cada una de las entradas, también habían instalado fuentes con pequeñas lámparas en el fondo, cuyas luces de colores se proyectaban en el agua, dándole al lugar una atmósfera mágica y muy romántica.
Saludo a Nathaniel en cuanto llega, al igual que yo trae puesta una boina y una mascada roja atada al cuello tal y como el alcalde lo pidió. Había sido muy claro en que todos asistieran con estas prendas, según el era para revivir el vestuario emblemático que se utilizaba antes. Aunque siendo honesta creía mas que se trataba de un simple estereotipo marcado por la gente a través de los años.
—Luces bien— le digo —Deberías usar la boina mas seguido— Nathaniel se ríe, claramente a tomado mi cumplido como una broma.
—En realidad me siento ridículo— admite —Toda esta idea cursi debió ser obra de Chloe— supone poniendo los ojos en blanco.
—Puede ser. Aunque a mi todo me parece muy lindo—
—Bueno...— no hizo falta que Nathaniel continuara para adivinar la oración completa, su sonrojó lo delataba. Carraspeo la garganta y disimulo lo incomoda que me siento ahora.
—Por cierto buenas noches señores Dupain Cheng— les dice tan amable como siempre —Hoy tengo intención de ganar para Marinette los mejores premios— desliza su mano por mi cintura, un gesto que para el va mas allá de una simple amistad —Pero si necesitan ayuda aquí, podemos quedarnos— estoy segura que a ofrecido eso por mera educación.
—No hace falta tenemos la situación bajo control— responde mi padre —Vallan y diviertanse—
En cuanto termino de despedirme Nathaniel me jala con el, llevándome en dirección a los puestos de destreza y paramos en el primero que encontramos. El encargado le entrega la pelota de béisbol y me aparto para que Nathaniel tenga suficiente espacio para hacer su lanzamiento.
Al principio dudo de su habilidad, hasta que la bola impacta derribando los 6 pinos pulcramente alineados en la mesa, lo cual logra que la boca se me abra de pura impresión.
—Y ahora la parte divertida. Elige lo que quieras— me ofrece con suficiencia.
—Bien..— le digo y repaso la hilera de premios que tengo enfrente. La saliva se me traba en la garganta. Entre los osos de felpa se encuentra un pequeño y adorable gatito negro, que de inmediato hace que mis pensamientos viajen hacía Chat..
—¡¡Vamos chicos elijan uno!!— apremia molesto el encargado del puesto.
—Quiero al gato negro— suelto sin pensar. El hombre de unos 40 años asintió y me entrega al gatito.
—Era de esperarse que escogerías ese— murmura decepcionado Nathaniel.
Me quedo mirando como el hombre se agacha y junta los bolos para después volver acomodarlos. Lo he vuelto a lastimar, al elegir otra vez a Chat.

Esta vez ni siquiera espero a que Nathaniel avance, me adelanto sin asegurarme de que me esta siguiendo y rápido termino mezclandome entre la multitud. Acariciando el suave y mullido pelaje negro, reprimiendo con todas mis fuerzas las ganas de que Chat apareciera...

Minutos después decido quedarme donde será la subasta, los bonitos conjuntos que visten los maniquíes han robado por completo mi atención...
—¿Nathalie esta todo listo?— pregunta una voz grave a mis espaldas.
—Si señor. Solo espero las indicaciones del alcalde para dar inicio a la subasta— incrédula veo al señor Agreste caminar por la pequeña exhibición.
—¿Donde esta Adrien?—
—No lo se. Ya lo he llamado un par de veces a su celular pero no contesta— le informa su asistente. El hombre de traje blanco agita la cabeza con desaprobación, queda claro que esperaba que su hijo ya estuviera aquí.
—De todas forma sigue intentando localizarlo— ordena serio.
Por un momento creo que el diseñador Agreste se me ha acercado para preguntarme por Adrien, pero solo se limita a mirar lo que traigo puesto.
—¿Que no es usted quien gano el concurso que organice?— me pregunta.
—Si, ella es Marinette Dupain Cheng— responde Nathalie por mi.
—¿Debo suponer que lo que trae esta noche puesto ha sido invención suya?—
—Ah Si.. Mmm... yo diseñe esto—
Apenas si había tenido tiempo para sustituir los jeans y la blusa azul que Alya me presto, por un vestido sencillo de color lila, y por las prisas tambien había tenido que dejarme el cabello suelto y liso. De haberlo sabido me abría puesto algo mucho mas elaborado.
—Espero que los diseños que tiene pendientes para mi sean igual de buenos... ¿Apropósito esta interesada en alguna prenda de la colección?— me pregunta señalando con la mano los maniquíes que tenemos aun lado.
—No. Me refiero a que no pienso participar en la subasta— asintió comprensivo y mira al gato que tengo entre los brazos. Seguramente piensa que soy una inmadura, que se pasea por aquí con un muñeco de felpa. Sin embargo, no hace ningún comentario al respecto. Todo lo contrario, estira la mano para quitar de una chaqueta un pequeño prendedor negro muy parecido al que Nathaniel me dio anteriormente..
—Por favor acepte esto como un obsequió—
—¿Que? Pero yo no puedo..— cierro la boca ya que es inútil rechazarlo, ya ha terminado de prender el broche en mi vestido.
—Espero volver a verla pronto— dice, para posteriormente marcharse seguido por su asistente.
A transcurrido un minuto entero y sigo sin poder creer lo que paso. No se me ocurría ninguna razón que justifique el echo de que decidiera de la nada regalarme un broche como este. Se le notaba en el rostro que era una persona bastante reservada y seca. alguien que no acostumbraba ir por hay regalando cosas a cualquier persona que se topaba en el camino.
(Deja de darle tantas vueltas a lo mismo) me regañe a mi misma. (No te pongas paranoica y deja de ver fantasmas donde no los hay. Fue un simple gesto de amabilidad. Dejalo pasar ya...)

La temperatura comenzaba a desplomarse y tuve que acercarme al tumulto de gente reunida al pie del escenario para entrar nuevamente en calor. Aprovecho para buscar una cara conocida mientras escucho la música ruidosa de la banda que toca sobre la tarima.
Camino a la izquierda, en busca de un espacio por el cual escabullirme al frente, Cuando de la nada unos brazos me aferran alzando mi cuerpo en el aire . Ni siquiera me ha dado tiempo de gritar y pedir ayuda, en una abrir y serrar de ojos ya estábamos en un pequeño cuarto oculto detrás del escenario.
—¿Que diablos te pasa?— le grito alterada —¡Me has dado un susto de muerte!— exclamo furiosa.
Chat no dice nada, no parece arrepentido ni mucho menos avergonzado por lo que a echo.
—Ya se te hizo una mala costumbre sacarme a mitad de las fiestas ¿No es así?— le reprocho cruzandome de brazos.
—¡Oh vamos Mi Lady! ¿Vas a negar que es muy excitante estar aquí conmigo a solas?— ignoro su voz baja y aterciopelada junto con su sonrisa torcida. Odio lo fácil que le resulta alterar mi sistema nervioso, y también lo mucho que ansió responderle eso.
—¡Eres un idiota!— exclamo torpemente.
—¿Sabias que tu voz hace que los insultos suenen muy sexis?...— dice intentando provocarme —Lindo gato por cierto... Déjame que adivine ¿es un regalo de Nathaniel?— le lanzo a la cara el gato a modo de respuesta. —El si que es un idiota..— afirma atrapandolo al vuelo —...Mira que darte algo que te recordara, a mi— se echa a reír entre dientes —Le urgen clases de como enamorar a una chica.. Yo se las daría pero no tengo intenciones de darle las armas para que te robe de mi lado—
Le doy la espalda y comienzo a forcejear con la estúpida cerradura, de algún modo tenia que salir de aquí.
—Me asegure de cerrar bien la puerta así que adelante, grita y golpea todo lo que quieras, el ruido de los instrumentos ahogara cualquier sonido— lo ignoro y continuo aporreando la maldita puerta.
—No te dejare salir de aquí— me asegura.
—Sabes que retenerme en contra de mi voluntad es un delito ¿Verdad?— le digo en un intento por hacerlo entrar en razón.
—El que sea considerado un héroe nacional no significa que de vez en cuando no pueda romper algunas reglas— contesta a la defensiva.
Chat me abraza por la espalda posando sus manos en mi vientre. Instantáneamente me pongo rígida, en un segundo a logrado acabar por completo con el frío de mi cuerpo. Muy delicadamente me aparta el cabello del hombro y me besa justo por encima de la clavícula...
—Marinette por favor dime ¿donde esta el error que cometí?— pregunta soltando a propósito el aliento en mi cuello. Ni siquiera puedo recordar en que momento se había desecho de la mascada. —Ayudame a entender que es lo que te molesta tanto—
Los ojos se me cierran, parece saber que soy incapaz de hablar cuando me besa de esta manera. ¿Que ganaba Chat con esto? ¿Que clase de satisfacción sentía al torturarme de esta forma? La boca se me cierra antes de que pueda formularle las preguntas en voz alta y en su lugar se me escapa un quejido ahogado, al sentir como desliza con los dientes el fino tirante..
Giro en redondo y me cuelgo de su cuello uniendo mis labios a los suyos con urgencia. ("Al diablo con todo") pienso bloqueando mi mente para que ningún recuerdo desagradable pueda interrumpirnòs.
Chat me quita la boina y entierra sus dedos en mi cabello.
—My Lady..— las palabras le salen atropelladas unas con otras —Debemos hablar de lo que esta pasando..—
—No. no debemos— lo interrumpo.
—¿Entonces simplemente debemos besarnos?— dice con la voz cargada de intención.
—Si...—
Chat suelta un gemido por lo bajo y me precipitó de nuevo a besarlo. Retrocedemos sin que nos importe ir derribando instrumentos a nuestro paso...

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