No se cuanto tiempo a transcurrido.
Sigo sentada sobre sus piernas mientras Chat continua depositando pequeños besos a lo largo de mi mandíbula y cuello. 

Se que debo decirle algo hace solo un momento a dicho que me quiere y me necesita.
Abro ligeramente los labios pero las palabras que tenía para decirle se me evaporan en su boca, me besa con mas insistencia y siento sus manos divagando​ por mi espalda.
Jamás había sido tan consiente de mi cuerpo y tampoco que con solo una caricia se pudieran activar un montón de terminaciones nerviosas que ni siquiera sabia que existían.
Me muevo hacia adelante para acabar con el poco espacio que queda entre nosotros y deslizo mis manos entre su espesa melena rubia rozando sus orejas de gato. Jadeamos juntos y sonreímos. Me siento mareada y aturdida, los latidos locos de mi corazón se agolpan en mi pecho y los escucho frenéticos en los oídos.
Pego mi frente a la suya deseando poder quedarme así por siempre. 
—Chat.. Yo también siento algo por ti... Pero tengo una duda— mi voz sale entrecortada, aun no consigo volver a la normalidad mi respiración. 
—Dímela preciosa— tomo un poco mas de aire para poder hablar.
—¿Por que te gusto?— no pretendía sonar arrogante simplemente tenía curiosidad.
Chat sonríe y me responde.
—Bonita son tantas cosas que no se por donde empezar..— echa hacia tras la cabeza para poder mirarme fijamente a los ojos. —Esa forma en la que me miras. El hermoso color azul de tus ojos, como se tiñen tus mejillas de rubor cuando te pones nerviosa....— juro que mi corazón esta a punto de ¡Colapsar!.. —Hace un rato dijiste que también sentías algo por mi— me recuerda.
—Si yo no se como explicarlo—
—Por favor inténtalo my lady— hago un gran esfuerzo en organizar mis pensamientos y descifrar la maraña en la que se han convertido mis sentimientos. Me espera paciente y me aparta del rostro un mechón de pelo que se me ha escapado del peinado.
—Yo tengo la sensación de que ya me gustabas mucho antes... Tal vez te parezca una locura pero, me parece que una parte de mi ya te quería— me río entre dientes sonaba ridículo y lo sabia.
—No tienes idea de que feliz me hace escucharte decir eso... He temido que jamás te tendría de nuevo así, junto a mi— siento como sus manos se posan delicadamente sobre mi cintura. 
—Sabes que no comprendo por que ocurre esto ¿verdad? ¿Por que hablas en tiempo pasado?— se le tensa la mandíbula y aparta la mirada, de pronto me pongo en guardia, algo grave pasa, lo se. Algo que no se atreve a contarme. Algo que no puedo recordar.
—Chat me dirás ¿que ocurre?— le pregunto.
—Nada pasa my lady— me asegura recomponiendo el rostro.
—¿Estas seguro de qu....—
—Marinette por favor dejemos de hablar de esto— pide y rodea mi cara con ambas manos. —Te juro que nada pasa. Confía en mi.— le sostengo la mirada pero termino por rendirme. Prefiero restarle importancia a seguir dándole vueltas a lo mismo. 
—De acuerdo— le digo y me acomodo en su regazo. Chat me envuelve con sus brazos y deposita un tierno y casto beso en mi mejilla. 

—¿Tenemos que irnos?— protesta cuando le recuerdo que la mamá de Alya nos recogerá a las once en punto. 
—Si yo tampoco quiero irme pero..—
—Entonces hay que quedarnos aquí, o podríamos ir a otro lugar— su voz es muy convincente baja y provocativa pero por mas que quiera tendría que declinarla.
—La propuesta suena tentadora, pero no puedo—
—Es una completa lastima— paso saliva y estoy a punto de besarlo cuando mi celular comienza a sonar, lo saco deprisa y contesto.
—Marinette ¿donde te metiste?— Chat se ríe entre dientes seguramente alcanza a oír los gritos de Alya. Me rebanó los sesos buscando una buena explicación.
—Pues yo.. Sigo en el baño. Creo que algo me ha caído mal— Chat ahoga una carcajada.
(No es gracioso) artículo y molesta le hago una mueca.
—¡Pues te acabas de perder como fui expulsada de la fiesta!— 
—¿Porque? ¿Que ocurrió?— le pregunto sorprendida no me esperaba escuchar aquello.
—Fue todo gracias a la pesada de Chloe. después de que te fueras al baño continuo hablando sobre ti y Chat no me aguante y me lance sobre ella— la boca se me abre de pura impresión.
—¡¡¡LE PEGASTE A CHLOE!!!!— grito.
—Si pero ella se defendió me rompió las gafas y arruino mi vestido— sigo sin poder creer lo que escucho, no me imagino a Alya pegándole a Chloe.
—¿Estas bien? ¿No te lastimo?— 
—No, a diferencia de mi ella no sabe golpear. Estoy segura que le quedara un moretón en el ojo— me siento agradecida con Alya después de todo se había peleado por defenderme a mi.
—Eso quiere decir que estas afuera del hotel—
—No, de echo el alcalde llamo a mis padres. Dijo que no podía permitir que nadie tocara a su princesitá mimada— dice intentado imitar la peculiar voz del alcalde.
—Lo siento pero voy camino a casa, mi madre esta furiosa, ni siquiera me escucho cuando le dije que tenía que buscarte— los gritos y sermones se escuchan de fondo (Pobre Alya) pienso y me atraviesa una punzada de culpabilidad.
—Sin dudas valió la pena además todo se estaba poniendo aburrido, Chat nunca apareció y tal vez por eso el alcalde estaba de mal humor— el gatito se encoge de hombros al escuchar eso. 
—No es mi culpa que ya tuviera planes— murmura, tapó la bocina para que Alya no lo escuche y le pongo un dedo sobre los labios silenciandolo.
—Si es un gatito irresponsable estoy segura que no le quedaron ganas al alcalde de organizarle otra fiesta en su vida— retira mi dedo, me acerca y comienza a besarme.
—Marinette ¿sigues hay?—
—Si lo siento pero debo colgar no te preocupes tomaré un taxi para regresar— Chat cuelga por mi y guarda el teléfono.

                                                                         Narra Chat Noir.
           
Me deshago del teléfono y me concentró en besarla se me agota el tiempo, aun liberándonos del maldito toque de queda se que ella me obligara a que la lleve de vuelta a su casa. 
Mis manos se niegan a soltarla, quiero pegarla a mi hasta que mi cuerpo se funda con el suyo. Me detengo por que comienzo a sentir los estragos de la excitación. Me remuevo y Marinette se estremece. 
Requiero de todo mi auto control para ponerme de pie y solo espero que la erección no sea muy notable.
—Lo se, este gato irresponsable te llevara a tu casa— me sonríe y me toma de la mano. 
—Gracias— asiento y la cargo, desde ya comienzo asentir que la extraño.

Al llegar a su balcón espero un par de minutos mas temo dejarla y que todo esto sea solo un sueño.
Por suerte ella deja que la abrase sin preguntar. Al final termino por bajarla y retroceder.
—Esta noche fue maravillosa— veo como el rubor se le extiende lentamente por las mejillas.
—Marinette ¿te importaría si regreso mañana?—  le pregunto solo para estar seguro.
—No yo estaba apunto de pedirte que vinieras— 
La beso por última ves y me marcho de allí. 

Siento que he dejado mi corazón con ella, pero al mismo tiempo me siento completo. Me río de mi ironía.
De mi dulce ironía. 
Entro por la ventana y ni siquiera me molesto en deshacer la transformación, me recuesto y miro al techo recordando todo lo que Marinette desconoce...
Entierro todo en mi cabeza. la historia no tenía por que ser igual, el pasado no volvería, de eso me encargaría yo. 

Me despierto siendo yo mismo, en algún punto de la noche debí quedarme dormido porque no recuerdo cuando la transformación desapareció. 
Me levanto y me tallo la cara para espantar el sueño. Busco a mi Kwami con la mirada y lo encuentro en la mesa donde esta el queso apestoso que tanto le gusta comer.
—Podrías deshacer la transformación cuando no me necesites. ¡Me moría de hambre!— se queja Plagg. 
—Lo lamento pero tenía muchas cosas en la cabeza— le digo y me siento en el sofá.
—A juzgar Por tu cara creo que anoche no te fue nada bien. ¿Dime Marinette te rechazo?— me pregunta e introduce un gran trozo de queso en su boca.
—No. Las cosas siguen siendo como antes— esbozo una pequeña sonrisa.  —Ella me sigue amando. Me lo dijo— el solo echo de repetir eso me deja sin aliento.
—Entonces no veo donde esta el problema— 
—¿Acaso ya olvidaste lo que paso?— hago un gran esfuerzo por no recordarlo pero es inútil. —Jamás podré escapar de lo que hice— me tapo la cara y me lamento por haber sido tan idiota.  
—Con culparte no arreglarás nada—gruñe Plagg y se soba la barriga satisfecho. —Te recomiendo que averigües bien que tanto comienza a recordar y te asegures de que el efecto del akuma que usaste no se desvanezca— niego con la cabeza me siento cada vez peor.. 
—Adrien se que te equivocaste pero no te culpes tanto, mejor concéntrate en remediar las cosas—
—Si pretendes darme ánimos no lo estas logrando— me pongo de pie y acerco para el, lo que resta de queso.
—Supongo que eres tan generoso con migo porque me necesitarás de nuevo hoy— le sonrió y me dirijo al baño 
—¿Tu que crees?— le grito mientras entro.

Unas horas después me transformó no soporto las ganas de verla y ciertamente prefiero ser Chat Noir, el me hace sentir mas vivo.
Salto el último tejado y me detengo en seco. Mi hermosa princesa se encuentra afuera en compañía de Alya. Recuerdo que ayer se peleo con Chloe eso explica el rasguño en su mejilla. Me río por lo bajo y después me digo que tengo que evitar a la reina del drama mañana en la escuela. 
—Ya te dije tu libreta esta en el auto de mi padre— le decía Marinette insistente.
—La necesito, tengo apuntes muy importantes hay— de pronto se me ocurre una idea para sacarla del lió en que la he metido. 
Me paso una mano por el cabello intentando peinarlo un poco y salto a su balcón. Las dos se sobresaltan y me miran sorprendidas sobre todo Alya quien abre mucho los ojos.
—Lamento interrumpir— me disculpo y le guiño un ojo a Marinette esperando que Alya no le de mucha importancia.
—¡Chat Noir!— grita Alya
—El único y maravilloso— le digo y veo como Marinette sonríe.
—¿Chat te molestaría contestar unas cuantas preguntas para mi?— se apresura a decir y saca el celular. 
—¡No puede ser la pila se esta muriendo!— exclama y me mira.
—No te preocupes que tal si lo dejamos para mañana después de clases—
—Por supuesto... Marinette debo irme, redactare una nueva entrevista— sale corriendo dejándonos solos.. 

Cuando obscurese Marinette me invita a pasar acepto enseguida y la sigo dentro. 
Conozco muy bien esta habitación y no puedo evitar sentirme nostálgico, fueron muchas noches las que pase aquí con ella.. busco la pizarra que tiene colgada encima del escritorio ahora vacía, donde antes hubo pegadas muchas fotos nuestras juntos. 
—Chat si quieres puedes ponerte cómodo— reconozco ese tono de voz tímido que simplemente me vuelve loco.
La jalo con migo y me siento en la cama, se acomoda entre mis piernas y coloco las manos ha ambos lados de su cadera justo donde el filo de su camiseta termina, la miro a los ojos.
El estúpido sonido de mi anillo me obliga a romper la conexión. Suelto un gruñido no podía ser mas inoportuno 
—¿Que ocurre?— me pregunta, levanto la mano para que pueda verlo por si misma, observa el anillo y como la última hueyita comienza a parpadear. —¿Que significa eso?— pregunta de nuevo. 
—Que debo irme. Pronto volveré a ser un chico cualquiera— 
—¿Y eso seria un problema?— dice acariciando el borde de mi antifaz. 
—No lo se tienes curiosidad de saber ¿quien soy en realidad?— espero con un nudo en la garganta, no estoy seguro de querer que lo sepa. 
—Te mentiría si te dijera que no....— desliza su dedo por la longitud de mi nariz. —..pero entiendo que no me puedas mostrar— se inclina para besarme, le correspondo por que necesito con urgencia olvidarme de todo.
El último avisó suena y hago un intento en ponerme de pie. Marinette me detiene. La veo caminar hacia la puerta y estira su brazo para presionar el interruptor. 
La habitación se queda obscura, escucho su pasos y después siento su manos en mi cabello.
—¿Que haces?— le digo pegando mi cara en su vientre. 
—Lo único que te impide quedarte es que yo te vea sin tu disfraz. Así que acabo de solucionarlo—