Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

"Píldoras de la Felicidad"


Narra Adrien.

Esquivo deprisa, al gentío que bloquea la puerta, sin detenerme a disculparme cuando empujo por accidente a una pareja. Me llevo el teléfono al oído y solo se escucha un extraño zumbido al otro lado de la línea. —Bueno... ¿Hola?..— cuelgo y verifico en la pantalla que el número es de mi padre. En el pasado pensaría de inmediato que esto es alguna trampa. Pero ahora solo me parece que debió marcar por error.
Una mano nivea me bloquea la pantalla, me basta con mirar la minifalda blanca que trae puesta para saber de quién se trata.
—¿También te agobia la fiesta?— me preguntó, utilizando ese tono provocativo que tanto la caracteriza.
—No. Chloe lo siento pero no puedo hablar ahora, Marinette me esta esperando..— ella me cierra el paso, moviéndose a la derecha y después a la izquierda.
—Sobre ella, ¿Acaso no te molesta que allá sido primero de Chat Noir? ¿No la consideras de muy baja reputación?— intento no perder la calma. Había olvidado lo molesta que podía ser la reina del drama.
—Deja de decir estupideces..—
—Calma solo estoy dando mi punto de vista.. Escuche rumores de que estuvo embarazada y las apuestas corrían a favor de que el súper héroe era el padre— me contó haciendo con los labios un mohín de hastío.
—Eso no te incumbe. Nada que tenga que ver con ella o conmigo lo hace— Chloe sonrió con suficiencia. Dejando claro que le daba igual lo que le dije.
—No te confundas Adrien si me entrometo en tus asuntos es porque me gustas.. ¿Por que no le pagas a Marinette con la misma moneda y tu y yo nos divertimos un rato?— ella sonrió con coquetería mientras me pasaba sus brazos por el cuello.
—Mi error contigo siempre fue ser tan complaciente pero ya no mas— le dije al tiempo que la agarraba por las muñecas, apartándola de golpe.
—¡Adrien me lastimas..—
—¡Entiende de una buena vez que no me interesas en lo absoluto!— Chloe se suelta, frotándose las manos con recelo.
—Te vas arrepentir...— amenaza pateando las alas que segundos antes se le cayeron a causa del forcejeo.
—¡¡TE JURO QUE LO VAS A LAMENTAR!!— me grita cuando ya me encuentro en la puerta.
Por suerte han despejado el camino y puedo atravesarlo con mayor velocidad. La idea de que está fiesta tenga intenciones ocultas me hace subir prácticamente corriendo las escaleras... Me quedo quieto, escuchando una risa histérica que parecía provenir de la primera habitación.
Dentro me encuentro con mi novia tan fuera de sí, que me preguntó si en realidad es ella. Me acerco de inmediato, arrodillándome a su lado..
—¡¡No es increíble!!— exclama. Esta tirada boca arriba, mirando fijamente al techo.
Paso mi mano por su nuca para levantar su cabeza. —Marinette..—
—¡¡Shh!!...— me interrumpió —¡¡Escucha acaso no es maravilloso!!—  soltó de nuevo una carcajada. Alzando el brazo como si quisiera alcanzar algo.
—¿De que estas hablando?— le pregunto al borde del pánico. Marinette por fin me mira, con las pupilas demasiado dilatadas al punto de dejar solamente una fina línea de su iris azúl.
—Mmm.. Eres muy apuesto. No eres sexi..— intenta tocarme la boca pero su mano ni siquiera sé acerca, pasa de largo y termina cayendo en su estómago.
—¡Por dios dime que te ocurre!— le exijo, levantándola del piso.. (Contrólate) me digo a mi mismo. Nada estaba ganando con preguntarle, a decir verdad tampoco estaba seguro de que me estaba siquiera escuchando..
—¡Estoy extasiada!. ¡Feliz!.. De echo quiero bailar.. ¿Por que no me llevas a bailar?— me cuestiona con voz demasiado acelerada, como hablaría una niña imperativa de cinco años.. Se aleja y logró tomarla de nuevo por la cintura, antes de que se caiga.
—Upss.. No puedo caminar..— dice. Respiró profundamente retenido el aire, buscando desesperadamente una explicación. No pudo terminar en este estado de la nada. Algo tenía que haberle pasado. —¿Todos los vampiros son así de callados como tu?— se cuelga de mi cuello, la tengo tan cerca que mi aliento impacta en su rostro...
—Será mejor irnos ya— murmuró. Me odie por pensar en besarla, cuando obviamente no estaba en sus cinco sentidos.
—¡Noo!...— rezongo. —Quiero bailar toda la noche y si no es contigo ya buscare alguien con quien hacerlo—
—Entiende ni siquiera puedes mantener el equilibrio..—
—¡Quien rayos necesita eso!.. Observa como esta gata se mueve en la pista— sus tobillos parecen de goma, se doblan de manera peligrosa mientras camina con dificultad hacia la puerta. No tardó en alcanzarla y la sujetó, manteniéndola firmemente pegada a mi costado. Al llegar a los estúpidos escalones la alzó para evitar que sus traspiés nos manden rodando cuesta abajo.. Sus gritos llaman enseguida la atención de todos los presentes, quiénes nos miran con sorpresa.
—¿Adrien que esta pasando con ella?— me pregunta Lila. Me muerdo la lengua para evitar soltarle la teoría que tengo sobre eso, en la cual por supuesto que ella está involucrada..
Exhaló y en su lugar respondo —No tengo idea— si quería averiguar la verdad más valía no prevenirla antes. Ya tendría tiempo de discutirlo con ella.
—Tal vez tomo demasiado y solamente esta ebria— opina Nino intentando tranquilizar los ánimos.
—Imposible no están sirviendo bebidas alcohólicas— objeta mi primera y única sospechosa. Sin embargo, Lila parece preocupada y algo desconcertada. A sacado su móvil seguramente para llamar algún médico.
—¿Por que nadie esta bailando?— Marinette intenta deshacer mi abrazó, algo que no le permití.
—Amigo sea lo que sea que le este pasando será mejor que te la lleves y rápido— 
Optó por cargarla, montando su torso sobre mi hombro.
—NO...  BÁJAME.. ¡¡AUXILIO!!— grito a todo pulmón mientras la sacaba a la fuerza. Durante el camino al auto no paro de golpearme la espalda. Esperaba que el efecto de la droga que ingirió se pasara con rapidez, y volviera a hacer mi dulce Marinette...
—¡¡Hey!! ¡El que seas terriblemente guapo no te da derecho a sacarme así!— ignoro su queja y la depósito en asiento, sin molestarme en abrir la puerta. Suerte que no bajo la capota. —¡Ya logré recordar tu nombre!. ¡Eres Adrien Agreste!— del bolsillo de su ropa saco las llaves y aprovecho la cercanía para ponerle el cinturón de seguridad.. —Lo que no recuerdo es ¿cuando te volviste tan aburrido?— continua, y temo que usé su tono bajo y sensual justo en medio de este maldito momento... Me concentro en sacar el auto del estrecho lugar donde lo ha estacionado, procurando no distraerme cuando lucha con el arnés para abrirlo. Al cabo de unos minutos se rinde y se pone a jugar con la radio hasta dejar una estación de música electrónica. Un género que no figuraba en su lista de preferencias. Con el rabillo del ojo me doy cuenta de que me observa. Trago saliva y ella se muerde el labio. Disminuyó la velocidad y elijo las calles de menor tráfico, aunque a estas horas de la noche prácticamente todas se encontraban igual.
Me tenso al instante, su mano me acariciaba la pierna, fue subiendo hasta dar con su objetivo. Aferró el volante, girando para estacionarme. Freno de golpe y ambos salimos proyectados adelante y después contra el respaldo.
Marinette lo malinterpreta y regresa a la tarea está vez quitando con agilidad el broche, se sienta a horcajadas sobre mis piernas, arrojando mi capa a la parte trasera. (No me beses de esta manera) ruego en mi fuero interno, sabiendo que esto no era correcto, no cuando su mente se encontraba fuera de juicio.
¡¡MIERDA!! ¿Que demonios le dieron que la volvieron tan irresistible?.. Se removió a propósito, frotando su parte íntima contra la mía, despertando mis bajos instintos. Le devoró los labios y escucho el sonido que hace el cierre al bajarlo. —Marinette vuelve al asiento— murmuró entre cortado deteniendo sus manos.
—No sea aguafiestas y besame..— responde retomando el apasionado beso. Me cuesta manterme firmé. Sobre todo cuando mis manos por instinto se adueñan de su pequeña cintura...
—Estamos en plena avenida— logro decir tras oír las llantas de un auto sobre el asfalto.
—Solo baja la capota del auto. Tómame ahora que te deseo más que nunca—
—No.. Hacerlo sería aprovecharme de ti— le digo convencido que después cuando meditara mejor las cosas terminaría por arrepentirme y me lo repetí una y otra vez hasta el cansancio. Marinette se echó hacía tras, recargando su espalda en el volante. Con vacilación subí su cierre, cubriendo su pronunciado escote. Ella suspiró mirándome fijamente.
—Tus ojos son muy verdes..—
—Ya me lo has dicho—
—Es verdad.. Me siento como nunca.. Ojalá esta sensación jamás desaparezca— cierra los ojos y sonríe. —Adrien Agreste eres lo mejor que me a pasado en la vida.. Gracias a esta claridad mental que estoy experimentando me doy cuenta de lo mucho que te amo— me regocijo en sus palabras, dándome exactamente igual si lo dijo bajo el efecto del narcótico que ingirió.
Se acurrucado y por su respiración regular y profunda sé que ya está dormida. Arrancó de nuevo el auto, manejando despacio con ella entre mis brazos..
Quien se haya atrevido a drogarla, puede estar seguro que me la pagará con sangre..


                                                                                                                     Narra Marinette.

Me despierto, solo tengo memorias de agua, pequeños fragmentos, de mi penoso comportamiento. Por alguna razón no soy capaz de identificar por que eso no me preocupa, ¿No se supone que debería estar muriendo de vergüenza?.. Pero en lo único que puedo pensar es en la sensación tan increíblemente placentera que viví. A mi lado en la cama estaba Adrien mirando al techo con aire pensativo.
—Me da miedo preguntarte que demonios te paso anoche— me dijo lentamente al cabo de un minuto.
—Entonces no lo hagas— gira la cabeza para lanzarme una mirada expectante —Me refiero a que no tengo una explicación que darte—
—¿Marinette después de que te dejara sola, alguien te dio algo?— medito su pregunta y niego con la cabeza.
—No. Solo la bebida de cereza que Alya..—
—Ella no pudo drogarte— me interrumpe seguro.
—Lo se. Lo que estoy pensando es que tal vez no fue una droga— algo me decía que no lo era, o al menos no una común y corriente. Sus efectos quedaron grabados en mi mente, volviendo la experiencia en algo muy apetecible...
—¿Que mas pudo ser?— pregunta con seriedad.
—¿Adrien te importaría dejar que yo averigüe esto?—
—Tenia pensado buscar a Lila para interrogarla. Solo estaba esperando que despertarás y me contaras tu versión— (Vamos convencerlo de que te deje buscar lo que tanto te gustó)
—Por favor deja que yo me encargue de esclarecer esto..— le digo y espero que no note mi doble intención.
Cuando se paro, solo se limitó a decir —Iré por tu desayuno— después de eso lo veo salir.
Me quedo un rato acostada, hasta que las dudas ya no me lo permiten. De paso al baño me lleve con migo el celular de Adrien, y una vez dentro deslizó el dedo por la pantalla con excesiva rapidez hasta dar con el contacto que buscó, para posteriormente marcarlo en mi teléfono.
—Hola soy Marinette— le digo en cuanto me contestó.
—Oh.. No me esperaba tu llamada. Anoche me quede bastante preocupada por ti—
—Estoy bien.. ¿Lila necesito saber que tipo de bebida sirvieron en la fiesta?— las palabras salen a borbotones, demaciado ansiosas.
—No lo se con exactitud. Contrate un barman y pedí específicamente que nada de alcohol— 
—Entiendo.. ¿Pero tendrás su número?, quisiera hablar personalmente con el—
—Si claro te lo mandare por texto..— no sé por qué me puse tan eufórica al pensar que estaba más cerca de saber cómo revivir la experiencia..
—Gracias.. Si Adrien llegara a preguntarte por favor no le digas que hablamos— (Eso, borra toda la evidencia)
—¿Marinette esta todo bien?— 
—Si... Es solo que no quiero que se preocupe de mas por este asunto— respondí modulando la voz.
—De cualquier manera dime si te puedo ayudar en algo— 
—Lo haré..— Adrien toca la puerta y me apresure a despedirme —Tengo que colgar, adiós Lila— Antes de abrir me guardo ambos celulares y respiró profundamente.
El me esperaba con una bandeja de comida que en realidad no me apetecía. Aún así me siento y picoteo la fruta que hay sobre el plato...
—Mi madre quiere que la acompañemos a ver el salón para la recepción—   tengo la mente demasiado dispersa como para poder responderle... —¿Marinette me estas escuchando?—
—Claro.. Ah me parece estupendo— suelto el tenedor y me paro, por fin logro darme cuenta de que estamos en la habitación de Adrien y que yo aún traigo puesto el disfraz.
—Dúchate entonces. Tus maletas están en aquella esquina— hago lo que me dice, aparentando con cada movimiento, que nada malo ocurre conmigo...
Después de unas horas, nos encontramos en el famoso salón para eventos que Marianne ha elegido. Debo admitir que es bastante bonito.
—Podemos disponer las mesas en el área techada, o colocar tarimas sobre el césped y acomodarlas en el jardín..— comienzo a mover el pie con impaciencia, la mujer que nos da el recorrido no ha parado de parlotear —Considero que es importante la opinión de los novios, en especial de la novia— Adrien me da un ligero apretón de mano y ni siquiera por eso reaccionó. Una figura encapuchada me observa desde la lejanía, la máscara blanca me es tan familiar..
—Estas pálida y sudas frío— lo escucho decirme.
—Adrien dime que lo estas viendo— le pido sin despegar los ojos del pasillo del fondo..
—¿A quien?— su pregunta me exaspera, no es posible que solo yo lo este haciendo.
Una sensación extraña me recorre la columna.. —¿Donde esta el baño?—  las manos me tiemblan y tengo que soltarme de el antes de que lo noté.
—Sigue aquel corredor. La puerta a la derecha— por suerte camino en sentido opuesto del enmascarado.
Una vez en el baño me aferró con ambas manos al lavado. Lo que me pasa no tiene nada que ver con lo que vi, es algo más, una desesperación por conseguir algo. En mi caso el alivio que solo conseguí con la bebida de ayer...
—No te vez nada bien..—
—¡Cierra la boca! ¿Quieres? ¡Y de ser posible no me hagas preguntas!— explotó contra la pequeña criatura que se ha quedado pasmada frente al espejo.
—Marinette..— me quitó los estúpidos aretes y vuelvo a tomar aire, exhalando rápido. Se me escapa una risa histérica, (Solo tienes que llamar y pedir una nueva dosis de diversión) me aconsejó con malicia mi subconsciente..
 —¿Diga?— me respondió una voz ronca.
—Hola. Soy amiga de Lila, la chica que te contrato para la fiesta de anoche—
—¿Y que puedo hacer por ti?— su tono amistoso me dio confianza para continuar.
—Tengo que hablar contigo en persona —
—Ahora me encuentro trabajando, si quieres puedes venir. Te mandare la dirección— me quedé sorprendida de lo fácil que fue y me presipitó a la salida, sin detenerme a pensar que Adrien y su madre me estaban esperando.
El iré del exterior no me ayudó y sin darme cuenta ya corría por las calles rumbo a la dirección que segundos antes me acabó de llegar..
Empujo la puerta del bar. La barra estaba justo enfrente solo tuve que dar un par de pasos para llegar hasta ella.
—Marinette ¿Cierto?— me dice una vez que me he sentado en un banco.
—¿Y tu eres?—
—Un amigo..— debería desconfiar de su evasiva, ¿Entonces por que en su lugar estoy sonriendo? —¿whisky? Tienes cara de necesitar uno con urgencia— me deja el vaso a pesar de que nunca lo acepte. El tenía toda la pinta de ser por lo menos seis años mayor que yo, posiblemente tenga la misma edad que Damien. Su vestimenta es informal y su cabello de estilo despeinado es de color castaño, como se ve el caramelo fundido.
—No viniste hasta aquí para mirarme o ¿si?— pregunta medio en broma.
—¿Que tenia la bebida que tome anoche?— su sonrisa no desaparece, mientras me lanza una mirada escrutadora. Me tomo de un sorbo el licor. Carraspeo un par de veces para quitar el ardor que dejo en mi garganta —Prometo no decirle a nadie— lo ánimo.
—Pareces confiable solo por eso te contare el secreto..— me sirve más y aparta la botella, inclinándose sobre la barra de manera que pueda hablar más bajo y privado.
—Ayer en tu vaso puse algo bastante especial que me gusta llamar "Píldoras de la felicidad"—
—¿Fueron alucinógenos?— aventuré sin creerlo realmente.
—Cada quien los llama como quiere. Pero estarás de acuerdo conmigo que suena mucho mejor relajantes. Mira esto no es una droga, es simplemente una perdida de memoria a corto plazo— una parte de mi conciencia me gritaba que me largará, que no comvenia continuar con esta locura, pero sus argumentos vacíos quedaron flotando en algún lugar perdido de mi mente. —Hay alguien que quiere ayudarte y me pidió que experimentara contigo su nuevo "medicamento" así que Tranquilízate— me dije que el tenía razón. No podía ser malo si me ayudaba a borrar todo lo desagradable que he vívido.
—Yo tengo tantos problemas encima.. La muerte de mi bebé, mis padres, Damien.. No se como salir de ellos..— admitirlo abiertamente solo hacé que su peso se multiplique, al grado de volverse cada vez más insoportable.
—Apuesto que ayer fue tu mejor noche—
—Si. Al principio me asusto, no entendía que me estaba pasando.. Pero después me sentí realmente liberada..— me bebí la segunda ronda, está vez saboreando lo que tomó.
—Es lógico que te sintieras intimidada, los efectos secundarios solo son la primera vez. Después solo sentirás la libertad que tanto anhelas— se endereza y extrae de su delantal una carterita —Toma te obsequió dos mas. Pero te advierto una cosa son las últimas que me quedan, después si quieres mas tendrás que ir directo con el genio que las invento— asentí y las examinó, su aspecto me recuerda mucho a las muestras medicas que regalan los laboratorios.
—Bien.. ¿Dime donde lo puedo encontrar...?—
—Calma, el es alguien ocupado y muy difícil de localizar. Lo llamaré para darle tu número, así que espera a que el se ponga en contacto contigo—
—Si no me queda mas remedio— frunzo el entrecejo no me agradaba la idea de tener que esperar. El asiente y se rasca la barbilla meditabundo. —Gracias.. Ah ¿cuanto es por los tragos?—
—Nada fueron por cuenta de la casa..— me paro de un salto y le dedicó una última sonrisa —Te deseo buena suerte Marinette— ¿que quiso decirme con eso? No lo sé y tampoco es que me importará preguntarle.
Durante el trayecto intente ignorar el echó de que la sombra de máscara blanca me siguió mientras caminaba. Acelerar el paso era lo único que podía hacer..
Quince minutos después ya estaba abriendo la puerta de mi casa.
—No llegas a dormir y tampoco te quedaras a merendar— me recibe mi padre hablando desde el comedor.
—No tengo apetito— respondo seca sin detenerme.
—Marinette siéntate— ordena el. Su voz autoritaria me saco de quicio..
—¡¡¿Por que demonios no me dejas en paz?!!— exclamé volviéndome hacia el.
—No colmes mas mi paciencia..—
—¡¿Yo? Mas bien no colmes la mía!. Lo único que quiero es largarme a mi habitación. No pido mas—
—Tom dejala. Te subiré la comida—
—No te molestes pondré el seguro— le respondo, escaleras arriba.
Azoto la puerta solo para que terminaran de convencerse de que no quiero que me molesten.
Siento el enorme peso de las píldoras en mi bolsillo. La boca se me hace agua al imaginar el dulce alivio que me inundará el cuerpo y la mente. Mi estómago se retuerce emocionado como si tambien las estuviese esperando. Jamás había experimentado ningún tipo de dependencia, ni tampoco la necesidad de consumir algo. Siempre me pregunte que sentían los adictos en plena ansiedad, bueno ahora ya tenía un idea bastante clara de la sensación. (Vamos solo tienes que tomar una para revivir el momento tan maravilloso que te proporcionó ayer..) solo bastaba con sacar la píldora roja con blanco para volver a ser otra vez completamente feliz...
—Chat...—

Ya se pudieron dar cuenta del problema emocional qué atravesará Marinette y por supuesto que esta adicción no es normal...  Por cierto agradezco infinitamente los comentarios que dejaron en el aviso que publique el día de ayer. Seguiré adelante mientras ustedes así lo quieran.
Los invito a comentar que les parece esta loca idea que se me ocurrió incluir. :)

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro