"El Inventario de los Daños"
Mi murmuro no llego a sus oídos, la música continuo sonando, lenta dolorosa y deprimente..
Cuando Félix pronuncia mi nombre pasan tres o cosas a la vez.. 1.. El ah dejado de tocar para girar la cabeza y mirarme.. 2.. Mi corazón deja de latir.. 3... Ver su rostro me comprueba que efectivamente es el...
Lo contemplo con un nudo en la boca del estomago. Todo esto no era como lo imagine, avía pasado las noches creando falsas e imperfectas ilusiones creyendo que cuando lo volviera a ver el correría abrazarme, que no me soltaría por mas resistencia que pusiera. Borrando así los meses que dure sin el..
Adrien permaneció parado ,inmóvil como una estatua pálida con ojeras púrpuras que parecían un sombrío tatuaje por debajo de sus ojos... Sin mas expresión que una inmensa sorpresa.
Ha abierto la boca pero no pronuncia absolutamente nada.. o tal vez soy yo la que no puede escucharlo.
—Te presento a mi querido hermano Adrien— la voz de Félix me parece lejana y sus palabras muy absurdas.
—Tu..— aunque me mire se que le habla a Félix —¡Te advertí que no se te ocurriera buscarla!— sus palabras me calan ando. Escarbando el hueco que tontamente creí sanado.
—¿Por que?— pregunte —Si temes que te reproche tu ausencia puedes estar tranquilo que no pienso hacerlo—
—No es por eso..— por un segundo parece que se me acerca pero su objetivo era otro —y tu lo sabias.. ¡MALDITO BASTARDO!— vocifera helandome la sangre. —La quiero lejos de mi...—
—Acaso te diste cuenta de que ya no es la misma..— Adrien me mira detenidamente asta que logra dar con la notoria diferencia.
—Marinette ¿Por que no me lo dijiste?—
—¡Lo intente.. sí tan solo te hubieras dignado a contestar aunque sea uno del millón de mensajes que deje en tu contestador te lo abría dicho!—
—No negare que los escuche, pero nunca me imagine que te referías a esto..—
—¿Pensaste que era una patética excusa para que me devolvieras la llamada?— todos mis intentos por mantener la voz serena no son suficientes y termino gritando —De cualquier forma las cosas no habrían cambiado ¿cierto?—
—Sigues siendo la misma inmadura de siempre..— no se que decir a eso. Ni siquiera yo se si sigo siendo la misma que conoció. ¿Contaban las ruinas que dejo hace 8 meses como una persona? —Te mande una carta que jamas respondiste—
—¡Claro es mucho más fácil culparme a mi! ¿No?— me temblaban las manos y en cualquier momento terminaría por explotar —Seguramente eso es otra mentira mas para aliviar tu consciencia—
—Yo no intentare defenderme. Dejare que grites y me reclames todo lo que quieres— dice.
—¿Enserio bajaras los brazos y aceptaras la culpa?—
—No tengo mas remedio— su postura es la de alguien derrotado. Con los hombros hundidos y sin ánimos de luchar, ni siquiera por mi..
—¿Eso quiere decir que me abandonaste por voluntad propia?— No me responde, pero por la forma en la que me mira se que la maldita respuesta es SI.
—Respecto al bebe me aré cargo de el..—
—Olvídalo yo tampoco te quiero cerca de mi y mucho menos de el. ¡Eres un cobarde Adrien!—
—¡Si lo soy!.. Porque nunca e podido reponerme a la mierda en la que se transformo mi vida— pronunció cada palabra nítidamente con voz gélida que no se parecía nada a la que tenía grabada en mis recuerdos..
—No te reconozco..—
(Vete antes de que te derrumbes.. huye de la persona fría en la que se a convertido)
—¿Eso que importa ya?—
—Tienes razón. Siempre pensé que te gritaría a la cara todo lo que e guardado para ti.. Pero la Marinette que te amo con locura y pensó eso ya no existe. "Felicidades" lograste destruirla asta la medula.. La redujiste a nada y en su lugar quedo alguien que es capaz de sostenerte la mirada sin soltar una sola lágrima— apenas si se nota que me a escuchado, Lo que sea que paso durante estos meses lo preparo para mantener en su lugar la máscara de indiferencia.
—¿Que significa este alboroto?— pregunta alguien entrando a la habitación.
—Lo siento yo ya me iba—
—Espera Marinette...— Adrien alza la mano y la devuelve a su costado con la misma rapidez.
—Ya no hay nada que decir. Continuemos cada quien por su camino y finjamos que esto jamás ocurrió—
Paso sin fijarme en la cara del hombre. Me daba lo mismo lo que pueda pensar de mi...
Durante la noche hago el inventario de los daños..
No quedo nada que pueda registrar. Solo hay cenizas y fuego que las lágrimas y los lamentos ya no pueden apagar...
—Marinette si sigues llorando ese pavo sabrá horrible— me dice la señora Dorothea —Llevas una hora así..—
—Anoche me encontré con Adrien Agreste— por un momento parece que el nombre no le suena y tengo que recordarle que es el padre de mi hijo.
—¡Por dios! Pero si tu dijiste que no se encontraba en el país— la cuchara se le resbala y aterriza en la cacerola salpicando me la mejilla de salsa.
—Eso esperaba. Fue mucho mas doloroso de lo que creí que seria— admito y me paso el pañuelo para retirarla.
—Puedo imaginarlo, pero al menos te dio una explicación— supone con tristeza.
—No. Fue todo lo contrario—
No quería seguir hablando de esto. En realidad esperaba que los meses ya vividos me sirvieran para superarlo más rápido. Y sabía que para lograrlo primero debía sacar la imagen de Adrien de mi mente.
—Lindura la vida sigue..— el timbre la interrumpe y tras dejar la cacerola con el relleno se dirige a la puerta.
—Hola lamento molestar pero busco a Marinette Dupain Cheng— la voz es femenina baja y suena muy amable —¿Puedo pasar?—
—Claro adelante ella esta en la cocina— me limpio los ojos y bajo del banco para averiguar de quien se trata.
La mujer de vestimenta elegante que me espera sentada en el sofá juro que no la conozco. Pero al parecer ella a mi si.
—¿Le ofrezco algo?— le pregunta la señora Dorothea.
—No gracias—
—Las dejare a solas entonces— me da un ligero apretón en el hombro antes de retirarse de nuevo a la cocina.
—¿Apuesto que te estarás preguntando quien soy?— me dice dando unos golpesitos a la tapicería floreada, invitándome a sentarme junto a ella.
—De echo si..— digo con vacilación quedándome de pie detrás del sofá.
—Ayer por la noche estuviste en mi casa. Soy la madre de Adrien y de Félix— Logro captar todo al vuelo, salvo la última parte. Recordaba vagamente que Félix me dijo que Adrien y el eran hermanos, pero bien anoche pudieron insultarme y no podría asegurarlo.
—Veo que te sorprendió.. Adrien debió hablarte en alguna ocasión de mi—
—Si lo hizo pero no comprendo que esta haciendo aquí— no parecía que el motivo que la trajo fuera echarme en cara el alboroto de ayer, lo sabia por la dulzura que se reflejaba en sus ojos.
—Me tome el atrevimiento de venir por que quiero hablar con tigo...— volvió a posar la mano sobre el sofá y no tuve más opción que sentarme —Es sobre mi hijo Adrien.. Espera estoy al tanto de su situación y no puedo permitir que continúen así—
—No pretendo ser grosera pero no hay nada que se pueda hacer— rezongó.
—Te equivocas. No te contare la historia porque Adrien me dijo que te envió una carta explicando sus motivos, por lo mismo te ruego que lo entiendas, la a pasado muy mal durante estos meses...—
—No se a que carta se refiere. Lo único que yo tengo claro es que se fue, que no me quiere cerca ni yo tampoco a el— la interrumpo, el que ella esté aquí para hablarme de su hijo es justo lo que menos necesito. ¿Acaso jamas lograré que el recuerdo de Adrien me deje en paz?
—Si Adrien te dijo que no te quiere te garantizo que es mentira—
—¿Porque esta tan segura?—
—Marinette ese niño que llevas en el vientre también es de Adrien y estoy segura que lograra traerle de vuelta la felicidad que por mi culpa perdió— me toma la mano, me da la impresión de que está a punto de llorar, sus ojos verdes se tornan cristalinos.
—¿Podemos dejar de hablar a medias e ir de una vez al grano?— pregunto desesperada por acabar con esto lo más rápido posible.
—Entiendo que estés resentida, lo entiendo mejor de lo que te imaginas...—
—No parece. Si lo hiciera no estaría aquí diciéndome esto—
—Te juro que lo último que deseo es lastimarte.. Y se que pedirte que vengas esta noche a cenar con nosotros no es la mejor forma de demostrarlo— al parecer está tan desesperada que pasa por alto mi rudeza y finge que no se da cuenta.
—Imposible..—
—Tomalo como un enorme favor. A cambio te daré lo que me pidas — me interrumpe, su voz se a tornado cada vez mas suplicante. Tanto que logro formarme un nudo en la garganta.
—¿Que esta diciendo?—
—Cualquier cosa para sacar a Adrien del estado en el que se encuentra..— susurra y se pasa el índice atrapando una lágrima.
—Lo lamento pero no puedo ayudarla— le contesto con voz temblorosa después de asegurarme de que no puedo hacerlo. Ver de nuevo a su hijo sería condenarme a sufrir y el masoquismo ya no se me daba.
—Mi hijo te escribo estas cartas..— deja el grueso paquete sobre mis piernas —Una por cada mes que estuvo lejos de ti. Tal vez después de leerlas lo comprendas todo..— me estrecha la mano y suspira —En punto de las 8 mandare un chofer por ti— me dedica una sonrisa rota antes de ponerse de pie.
—Eres la única que puede salvar a Adrien de si mismo—
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