"Cita Doblé"
Las píldoras se me resbalan de las manos al ver a Chat sentado en el marco de la ventana. —¿Que haces aquí?— los labios me tiemblan y tengo que morder el inferior para disimularlo.
—¿Enserio no lo adivinas? ¿Pensaste que podías abandonar a tu novio y a tu suegra y que me quedaría tranquilo?— ambas eran preguntas retóricas y cargadas de sarcasmo, lo cual solo prueba lo enojado que estaba conmigo. (No le prestes atención y concéntrate en lo que en realidad importa) La boca se me torna reseca, no puedo dejar pasar mas tiempo.. —¿No dirás nada en tu defensa?— los latidos se me agolpan en los oídos cuando se acerca y recoge del piso la cartera.
—Yo.. Tenia que regresar....— empuñó las manos para refrenar las ganas de arrebatarle las píldoras.. —¿Chat.. Me.. las puedes dar..?— por un segundo parece no comprender de que le estoy hablando, pero después dirige la mirada a su mano.
—¿Esto? ¿Dime para que es?— (Miente. No permitas que se entere)
—Son para la migraña. Tuve que regresar por culpa del dolor de cabeza— la voz de mi consciencia se río dentro de mi. Había logrado su cometido. Chat Noir me regreso las píldoras mordiendo por completo el anzuelo.
—Tal vez deberíamos consultar un doctor..—
—¡NO!.. Quiero decir no es necesario mi madre dijo que con esto todo desaparecía— el aspira profundo y frunce el entrecejo.
—Marinette tu boca huele a alcohol— no fue una pregunta si no una afirmación. Me lleve la mano libre para cubrirme soltando una risita nerviosa —¿Bebiste?—
—Claro que no. Deben ser puras figuraciones tuyas— con brusquedad me aparta la mano y me toma de la quijada para acercarme a su rostro.
—Dime la verdad— pide olfateando mi aliento entre cortado.
—Ya lo hice. Deja de ser tan paranoico y sueltame— ¡¡Por dios!! Necesitó tomar esto con urgencia de lo contrario no podré seguir aparentando.. En cuanto me libera me dirijo con paso torpe al buró donde la jarra de agua se encuentra. Servir el vaso fue casi imposible y estuve cerca de tirarlo. Chat me quita la jarra y la devuelve a su lugar, el también se dio cuenta de que en cualquier momento terminaría en el piso. Después el mismo se encarga de romper la envoltura metálica que recubre mi pequeño vicio dejándome la píldora sobre la palma antes de alejarse. La dejo caer en el agua y observo como efervece y se disuelve, tiñiendo el liquido transparente de un púrpura intenso. Tome el vaso con ambas manos para evitar derramar alguna preciada gota y me la acerco a los labios con desesperación. El alivio inmediatamente se expande, recorriendo cada rincón de mi cuerpo. La sensación de asfixia desaparece llevándose con sigo hasta la más mínima de mis preocupaciones... El aire que respiro también se siente más limpio y puro.
Al cabo de un minuto de comprobar que puedo hablar y caminar con normalidad me vuelvo hacía Chat.
—Mi gatito ¿Por que no jugamos un rato?— me encanta como también modificaba el timbre de mi voz haciéndola sonar más ligera y feliz.
—¿Que hay de tu migraña?— de camino a él me preguntó si continuará molestó, porque yo solo percibo lo atractivo que es.
—Se ha ido. Chat lo siento no debí dejarte sin avisar y para probarte que estoy arrepentida por mi mala actitud te dejare hacer conmigo lo que te de la gana— ofrecí dejándome llevar por la agradable sensación.
—No estoy de humor para bromas— me responde dando un paso hacia tras.
—Estoy hablando muy en serio— le aseguro —Te daré un par de opciones. La primera es quitar capa por capa de ropa que te impida ver mas allá.. y la segunda es llevarme algún lugar donde nadie nos pueda interrumpir— por fortuna de alguna manera logré convencerlo y me monte en su espalda sonriendo como estúpida mientras salíamos por la ventana.
La adrenalina que subía y bajaba, me pareció infinita y de no haber tenido que sujetarme del cuello de chat para no caerme, habría levantado las manos como si estuviera en una montaña rusa.
Al sur de la cuidad Chat se detuvo en un edificio de apenas cuatro pisos. Se agazapó haciendole justicia a su traje de gato entrando de manera furtiva al departamento de la tercera planta.
El espacio era bastante reducido, no sabía si en realidad lo es, o si era culpa del narcótico que lo viera de esta manera.
—Es muy lindo— le digo, me parece que he entrado en la casa de los siete enanitos y que de algún rincón saldrán a recibirme..
—No tienes por que mentir, el departamento es horrible. Es lo único que mi padre podía pagar cuando cursaba la preparatoria—
—Quien diría que no siempre fue el gran y poderoso Gabriel..— no pude terminar la frase, mis pensamientos revolotean en mi cabeza sin orden ni coherencia y los dejo ser libres, tan libres como lo soy yo..
Me dejo caer de espaldas en la cama, alzando una nube de puntos brillantes muy similares al cielo nocturno poblado de estrellas. Estiró el brazo y mi mano se pierde entre ellas..
Lo único que puede eclipsar su belleza es Chat lo tengo sobre mi, con su rostro exquisito enmarcado por su luz... Atrapa entre su boca mi dedo índice, debió tener conectado un toma corriente, solo así se podía explicar la descarga tan potente de electricidad que me sacudió el cuerpo. Me invadió el primer ramalazo de lujuria lo cual hizo que mi espalda se arqueara de manera involuntaria. Chat lo aprovecho para sacarme la blusa y quitar también el innecesario sostén. Su mano se quedó entre mis omóplatos para mantenerme en esa posición. Los gemidos fueron inevitables me salían muy altos y agudos al tiempo que lamía y chupaba cada uno de mis pezones... Todas y cada una de las sensaciones parecían multiplicarse por mil, al grado de causarme el primer orgasmo sin siquiera haberme desnudado completamente.
La segunda oleada de deseó me golpeó con más intensidad y tuve que desabrocharme sola el pantalón. Chat lo capta al vuelo y me lo saca de un tirón. Su mano comenzó masajeando despacio desquiciandome cada vez más. Me quite como pude las bragas preguntándome ¿Porque demonios se demoraba tanto?
Sentir su lengua en el interior de mi vagina no me tranquilizó. El calor abrazador que dejaba a su paso me ayudó a darme cuenta de que necesitaba más que eso. Lo quería ya dentro de mi..
A tientas busque su mano y le quite el anillo. Adrien no se detuvo y mordió mi piel provocando que gritará su nombre como nunca antes lo había echó. (Vamos deshazte rápido de su ropa) Me enderezó para despegar su rostro y pasar por su cabeza la estúpida camiseta. Lo tomo por los hombros y cambio de posición de manera que Adrien quedé recostado boca arriba sobre el colchón. Le bajo sin cuidado el pantalón y el boxer color rojo y me deleitó con el panorama. Su miembro ya estaba erecto así que lo envuelvo con mi mano, experimentando un nuevo placer.. —¡¡Marinette!!— escucharlo decir mi nombre me vuelve más temeraria de lo que ya estaba y sin vacilación me lo llevo a la boca.. ¡POR DIOS! ¿Donde estuvo escondida esta dulce paleta? Me preguntó introduciendo una y otra vez el grueso manjar. Adrien gime y me toma del cabello...
Al cabo de unos minutos lo suelto y me acomodo sobre el dejándome caer lento, Aceleró las embestidas corriéndome por tercera vez..
Llevamos tirados en la cama lo que me parece una eternidad.
—No respondas— le advirtió cuando su celular suena.
—Es solo un mensaje... Nino saldrá está tarde con Alya y quiere que los acompañemos en una cita doble— me informa risueño.
—¡Es maravilloso! Siempre supe que ellos eran el uno para el otro— es increíble que aún me queden fuerzas para moverme y sentarme como si nada hubiera pasado. Ahora entendia por que me fue tan fácil volverme adicta, sobre todo si dicho "medicamento" te proporcionaba la sensación de estar completá sin ningún monstruo del pasado al acecho.
—No tanto como lo somos tu y yo— responde el trazando círculos en mi espalda.
—Una cita no recuerdo la última vez que tuvimos una..— digo con la esperanza de que entienda mi indirecta.
—Entonces le diré que nos apuntamos— me giro y lo beso...
En la respuesta que Nino le envío pedía que Adrien llevará el Mustang, según el para evitar perder tiempo buscando un taxi. Así que mientras me duchaba el se fue a casa para recoger el auto.
Veinte minutos después Adrien se estaciono afuera del cine. Nino golpea la ventanilla a la vez que mueve la cabeza indicando que salgamos.
—¿Cual es el plan?— pregunta mi novio.
—Cine, comida y para cerrar la noche con broche de oro iremos a un exclusiva exposición de arte contemporánea— dice agitando los cuatro boletos que tiene en la mano.
—Ya imagino que tuviste que prometerle a tu hermano mayor para que te diera eso—
—Soy alguien importante que tiene sus propios contactos— le contradice a Alya.
—Si claro..— se mofa ella.
—Eso último suena muy aburrido— intervengo convencida de que así era. Lo último que quería era perder mi valioso tiempo mirando un montón de cuadros sin sentido.
—Marinette te desconozco ¿Cuando te volviste tan divertida?— Alya arqueó las cejas posando las manos en la cintura.
—Lo soy desde que los malditos problemas se fueron al caño— espero con mi respuesta no haber revelado demaciado.
—Lo siento pero no hay reembolso. Nos limitaremos a seguir el plan. "Señorita diversión"— los cuatro nos soltamos a reímos al unísono.
En el interior del cine nos quedamos un rato mirando la cartelera, hasta que por fin logramos decidir que película sera la que veremos. Ambos chicos se marchan a la taquilla para comprar las entradas y de paso las golosinas mientras que nosotras nos sentamos en una banca a esperarlos.
—Sobre la bebida alterada que te di anoche te juro que yo no sabia—
—Descuida en realidad me hiciste un gran favor— (Tonta será mejor que cierres la boca)
—¿A que te refieres?—
La sonrisa me sale natural cuando le dije —Olvidalo ya me conoces soy torpe hasta para hablar— ella no tardo nada en sonreírme también.
—Hermosas damas sus caballeros están listos para llevarlas a la sala dos— el comentario de Nino me provoca una fuerte carcajada, que tengo que frenar para evitar que me cuestionen al respecto.
Cuando entramos en la sala las luces ya están apagadas y en la pantalla se ven los cortos previos.
Una vez que nos hemos sentado Adrien deja sobre mis piernas el bote extra grande de palomitas las cuales no se me antojaban, de echó había descubierto que las píldoras y la comida de cualquier tipo no se llevaban nada bien. Se las devuelvo asqueada solo de mirarlas.
A mitad de la aburrida película comienzo a sentir como los efectos van desapareciendo. Me agarro al reposabrazos y respiró hondo, no tenía por que entrar nuevamente en pánico. Las ganas no me vencerian no era una adicta... Corren los segundos y cada vez me pongo más incómoda. Necesito aire. Necesito salir de aquí.. —Tengo que salir un momento— y tras decirlo atravieso el angosto pasillo escuchando murmullos de molestía. No me detengo al atravesar la puerta y sigo derecho hasta la banca donde anteriormente me senté. Meto mi cabeza entre las piernas, recordando que mi madre me decía que lo hiciera para tranquilizarme.. ¿Por que no estaba funcionando?
El sonido de pasos me alertan y compruebo que se trata de Adrien. —Vuelve a hay y termina de ver la espantosa película— le digo sin alzar la cabeza.
—Se que no es la mejor pero no exageres— Me alza para sentarse y me acomoda en su regazo. El que me bese no me ayuda solo me recuerda lo mucho que ocupaba de las benditas píldoras de la felicidad.
—Adrien no quiero...—
—My Lady es solo un beso—
—Lo se pero acabamos hace unas horas de estar juntos..— lo empujo por el hombro e intentó pararme —¡¡Ya te dije que no!!— mi gritó resonó causando eco. Adrien me suelta y me pongo enseguida de pie.
—Esta bien. Avisame cuando vuelvas a estar de humor—
Me quedo un par de minutos parada y después cruzó la puerta principal.
(Trata de controlarte) me digo a mi misma en la soledad del auto. Después respiró profundamente para intentar despejar mi cabeza..
Adrien se sienta tras el volante y arranca sin mirarme.
—Tal parece que estar apunto de ser marido y mujer estropea las relaciones— hablo Nino desde el asiento trasero. ¿En qué momento se subieron? No tenía ni idea.
—Nino te daré un consejo. No ames demasiado o de lo contrario serás solo un títere idiota— lo cierto era que el único títere aqui era yo. Uno adicto y hundido hasta el cuello. Bajé el cristal y aún así creo que el oxígeno que entra no es suficiente....
Salgo como zombie y procuró no ir dando traspiés de camino al restaurante. El olor de la comida me revuelve el estómago. Mi organismo solo exige una cosa y me asusta que así sea..
El mesero se acerca y todos toman el menú excepto yo, no pongo atención a lo que ordenan y cuando es mi turno solo pido una soda que posiblemente ni siquiera probaré.
—Amiga estas pálida y algo ojerosa sospecho que no te has estado alimentando bien—
—Que sean dos especiales— (No puedes dejar que todo el mundo se entrometa en tus asuntos. Tienes que ponerles un alto)
—¿Te importaría respetar mis desiciones la próxima vez?— le inquiero a Adrien con desdén.
—Enserio la mantequilla extra les afecto. Relájense y dejen esas cosas para después de casados—
—¡¡No puede ser haya esta mi primo!!— Alya agita en el aire su estúpido brazo mientras dice —¡Damien por aquí!— estoy tan irritada que ya no noto la diferencia cuando lo veo detenerse aún lado de la mesa. Su ropa de niño bueno había desaparecido, sustituyó el suéter de cuello de tortuga por una chamarra de cuero negro abierta a propósito para dejar ver su entallada camiseta blanca —Siéntate y come con nosotros— le pide recorriendo una silla para el.
—No lo se parecen estar en una cita y yo no quiero estorbar— ¡ja! a otro perro con ese hueso. Apuesto que su inesperada aparición aquí no era ninguna coincidencia.
—Para nada. Aprovecharé para presentarte a Nino—
—Hola un gusto conocer al novio de mi querida prima— dijo chocando el puño que le ofrecía Nino.
—Alya ya me contó algo sobre ti. ¡Es fabuloso que fueras parte de una banda!— Adrien resopló seguramente esta pensando que está charada de la banda es otra mentira más para impresionar.
—Fue solo un año, yo tocaba el bajo— me crucé de brazos cuando el mesero dejo los platos. Arrugue la nariz con repentino asco..
—¡Grandioso eso debe ser un imán de chicas!— exclama Nino tragandose todo el cuento.
—No lo se ¿por que mejor no les pedimos su opinión a las señoritas?— la mirada astuta que me dedico me puso literalmente a temblar, como si ocupará más motivos para incrementar mi ansiedad.
—Para mi no hay nada mas sexi que un chico que sepa de música, por lo mismo a Nino le puse como condición que tenia que aprender a tocar algún instrumento— le contesto Alya.
—Si y ahora no se como demonios voy hacer para pagar las clases de batería—
—Sin quejas recuerdas—
Escondo las manos por debajo de la mesa incapaz de mantenerme en paz —Adrien toca muy bien el piano— digo tras recordar la vez que lo escuché. Damien sonrió arrogante.
—El piano claro, sus habilidades tenían que ir acorde con su personalidad— su comentario malintencionado logro alterar a mi novio quien apartó el plato derramando la salsa que cubría el corte de carné.
—Mejor cambiemos de tema— sugirió Alya nerviosa.
—¿Adrien cuando piensas pedirme que sea tu padrino de boda?. Si mal no recuerdo la fecha de la ceremonia es dentro de dos semanas—
—¿Acaso no te dijo que ya tiene a alguien para eso?—
—Damien..— le lanzo una mirada colérica sin decidirme en arrojarle a la cara la soda o la espantosa comida.
—Ya había olvidado lo hermoso que suena mi nombre cuando sale de tus labios— y justo ocurre lo que tanto me temía. Adrien aparta la mesa y toma de la chamarra a Damien arrastrándolo con el hacia la puerta. Alya se para y sale corriendo detrás de ellos y no tardó en imitarla.
—¡¡Marinette has algo!!— me exige con la mirada horrorizada por la pelea que se está desarrollando frente a nuestras narices.
—No puedo tu primo se lo busco— mi respuesta la hace cambiar de candidato.
—¡¡Nino separalos¡¡ Adrien es tu amigo—
El alza ambas manos en señal de paz mientras respondé —Será mejor no entrometerme—
—¡¡¿Pero que les ocurre a los dos acaso no ven que lo esta matando?!!—
—No es para tanto— dice Nino siguiendo atentamente cada golpe que se propinan.
—¿Si tan preocupada estas por tu psicópata primo por que no lo ayudas tu?— le suelto sin pensar.
—Es tu salvaje novio quien lo esta golpeando—
—Adrien solo le esta dando lo que se merece. ¡Lo sabrías si no fueras tan siega!— mi rudeza me sabe mal pero ya entrada en el calor de la discusión me daba prácticamente lo mismo.
—¡Suficiente no te permito que hables mal de mi familia y mucho menos de mi!—
—Me alegra ser yo quien te quite la venda de los ojos. Damien es la persona mas depravada y miserable que te puedas imaginar..— el escozor que su bofetada me dejó, me dio las alas para tomarla del cabello, jalándolo sin ninguna contemplación. Nos tiramos al piso y use mi rodilla para golpear su estómago, Alya retrocedió cayendo sobre su trasero. Aproveché para arrastrarme poniendo distancia, sin embargo me jalo del pie haciendo que mi cabeza rebotará en el pavimento.
—¡¡Hey chicas paren!!... ¡¡DIOS!! les dije que estos boletos no tenían reembolso— el que oiga a Nino significa que el golpe no me desmayo, pero si me volvió más lenta y torpe. Me araño la cara y dio puñetazos en mi mandíbula..
Un grupo de policías me la quitaron de encima, también habían detenido a Adrien y a Damien.
—¡Suélteme haré que esta traidora se tragué sus palabras!— ella continua forcejeando mientras que yo apenas si me puedo mantener en pie.
—Ambas manténgase quietas— ordena el teniente Raincomprix, algo que tome como una burla —Es completamente inconcebible que armen este tipo de trifulcas en plena vía publica—
—¡¡Adrien Agreste comenzó todo!!— vociferá Damien escupiendo una bocanada de sangre.
—No me interesa quien comenzó los cuatro serán llevados a la estación de policías—
—¿Que? ¡No mis padres me mataran!— el teniente ignoro las quejas de Alya y ordenó que la subieran a la patrulla junto con su mal herido primo —Todo es tu culpa, si no te la pasaras enamorando a todos nada de esto estaría pasando— agitó la cabeza con violencia negando rotundamente lo que me a dicho. (NO ERA MI CULPA, NADA LO ERA) El teniente me ayuda a entrar y posteriormente lo hace Adrien. Es un alivio ver qué la peor parte se la ha llevado Damien.
Durante el trayecto las palabras de Alya se reproducen sin parar y temo que terminaré por creerlo. Los rasguños me pican a causa de las gotas de sudor.....
Adrien no abrió la boca durante todo el camino.
Tiemblo de frío mientras esperamos que el teniente le termine de explicar la situación a su colega sentada tras el escritorio..
—¿Nombres?— nos pregunta la mujer policía sin despegar la visita del monitor.
—Adrien Agreste—
—Marinette Dupain Cheng— algo en mi voz la obligó a mirarme. Sus ojos se pasearon por mi rostro dubitativa..
—Bien llamaremos a sus padres pero no se entusiasmen, la ley dice claramente que cualquier riña en las calles amerita una noche tras las rejas y en su caso se aplicara igual, así que les espera una larga velada en prisión—
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