¡¡CATACLISMO!!
Una luz verde ilumina momentáneamente la habitación, y es tan intensa que tengo que cubrirme los ojos para protegerlos. Poco a poco se va desvaneciendo hasta que de nuevo nos quedamos en medio de la obscuridad.
Me alegro de haber encontrado la manera de que se quedara con migo. Sin embargó, no puedo evitar del todo la curiosidad, justo ahora lo tengo frente a mi siendo el mismo sin disfraces de por medio.
—¿Marinette estas segura que no quieres ver quien soy?— se escucha tenso a la espera de que me echara para atrás.
—No, si eso te preocupa— al pasar mis manos por su cabello noto la ausencia de sus lindas orejas de gato, me recuerdo que sigue siendo el mismo, solo que vestido diferente.
Bajo mis manos a su rostro el antifaz también ha desaparecido y su ojos están cerrados. Las yemas de mis dedos exploran sus párpados, sus espesas pestañas negras y lo suave que es su piel. Continuo el descenso hasta su boca y siento su cálido aliento.
Me envuelve una ola de calor que me recorre todo el cuerpo. Estamos solos, mis padres se fueron esta tarde a la casa de unos parientes y pasarían fuera dos noches..
Bruscamente se pone de pie y me obliga a retroceder, mi espalda choca contra la pared. Mis dedos encuentran con facilidad el borde de su camiseta y se deslizan por debajo, y continúan su camino a lo largo de su espalda baja. Chat por su parte no da tregua a mis labios los tortura sin piedad...
¿Que nos sucede que no podemos mantenernos sin tocarnos el uno al otro? me pregunto intentando no perder el hilo de mis pensamientos ya de por si dispersos.
Bajo mis manos y engancho mi dedo en una de la presilla de su pantalón para poder acercarlo mas a mi, aunque es imposible, el espacio ya es inexistente.
Ignoro la molesta voz que me avisa que estoy por pisar la línea. Debo detenerme ahora pero no se como hacerlo. Cada parte de mi se manda sola y no hay manera de apartarlo. No cuando e vuelto a repasar con los dedos, las fuertes líneas de su espalda.
(Detente) (Para esto antes de que sea demasiado tarde).
Levanta mi blusa y se lo permito y sin darme cuenta las demás prendas también desaparecen....
Me remuevo en la cama y me envuelvo en las sabanas, aun sigo teniendo el aroma de Chat en la nariz, sigo sintiendo sus besos y caricias en mi piel.
Intento volver a dormir pero la estúpida alarma me lo impide. Abro los ojos y me doy cuanta de que la habitación esta vacía.
—¿Chat?— nadie contesta. Apago la alarma y me encuentro sobre la mesita de noche una pequeña nota..
<Lamentó haberme ido sin despedirme, hubiese querido quedarme y darte un beso de los buenos días.. Pero como lo acordamos mi identidad seguirá siendo un secreto. Solo asta que tu decidas que es tiempo de saber la verdad> Las comisuras de mis labios se arquean y repaso con mis dedos su letra, imaginando cuando lo escribió.
Después de ducharme me visto y busco a Tikki.
Mi Kwami esta dentro de un cajón. Le toco la cabeza y sale de hay.
—¿Que haces hay dentro?— ella no responde a mi pregunta se limita a mirarme ceñuda. —Tikki ¿que te ocurre?— le pregunto preocupada.
—Nada, solo que no comprendo por que quieres a Chat Noir en tu vida—
—¿Porque no abría de quererlo?— replico. Lo último que quería era pelear con ella. Frunce los labios y guarda silencio. Me da la impresión de que con la mirada intenta decirme algo, pero desafortunadamente no comprendo que.
Me distraigo mirando como gira el plato en el microondas, y posteriormente desayuno la comida que mi madre ha dejado para mi.
Salgo de la casa. A unos metros me encuentro a Alya. Ha tenido que comprarse lentes nuevos, estos son de color rojo y el armazón es mucho mas delgado y fino, en mi opinión le lucen mucho mejor.
Me saluda y percibo de inmediato su buen humor el castigo que le hayan dado no parecía afectarle mucho.
—Traes mi libreta ¿cierto?—
—No. Se te olvida que mis padres se llevaron el auto— le digo. —Lo siento no pude sacarlo antes de que se fueran— continuo recordando que la libreta se quedo en algún lugar de la azotea.
—Sobre eso, recuérdame otra vez ¿por que no acompañaste a tus padres a Burdeos?— me encogí de hombros y digo.
—Será un viaje corto, solo estarán dos días— se suponía que seria un viaje familiar. Visitaríamos a mis tíos y pasearíamos por los viñedos. Era justo por eso que Alya no podía entenderlo. —Además tengo que ir a la escuela— intento que no se note que son mentiras la única y exclusiva razón de que no fuera era por Chat Noir.
—Sigo sin comprender. Amiga esa ciudad es hermosa yo que tu no hubiera dejado pasar la oportunidad—
En la escuela todos hablan sobre la pela de Alya con Chloe. Nadie sigue sin antes felicitarla por el valor que tubo al enfrentarla.
Chloe entra al salón y evita mirarnos. Se a puesto maquillaje en las zonas golpeadas pero aun así se logra ver los moretones, uno alrededor del ojo derecho y otro mas en su mandíbula.
Me doy cuenta de la suerte que tengo de que Alya sea mi mejor amiga.
Madame Bustier pone orden en la clase y nos mira a todos esperando que guardemos silencio.
—Se me hizo tarde. ¿Puedo entrar?—
De inmediato giro la cabeza para ver al recién llegado, tiene una mano sobre el marco de la puerta y una sonrisa de oreja a oreja que me hace preguntarme si no le dolerán las mejillas.
—Adelante Agreste. Pero que no se te haga una costumbre— le dice y se gira para escribir en la pizarra..
—Parece que alguien despertó de un excelente humor— escucho murmurar a Nino.
—Pues si. Pase una excelente noche— le responde el rubio y juraría que me ha mirado con el rabillo del ojo.
—No vendrá— repite Alya por décima ves.
—Dijo que lo haría— algo de lo que yo tampoco estaba muy segura llevábamos afuera de la escuela mas de una hora esperando a Chat.
—Tal vez nos espera en otro lado— supone y mira de nuevo la calle vacía. —En tu casa por ejemplo—
—No lo creo, me lo hubiera dicho— me cruzo de brazos, ¿donde se metería ese gato tonto?
—Bueno no puedo seguir esperando, estoy castigada y presiento que tendré mas problemas por desobedecer y llegar tarde—
—Si vámonos ya— miro a ambos lados de la calle por última ves antes de dirigirnos a su casa.
Durante el camino Alya se queja de que fueran ya dos veces las que nos había dejado plantadas. Intento disculparlo alegando que posiblemente algo importante se le atravesó y no pudo posponerlo.
Además nunca me había detenido a pensar ¿que ocupaciones tenía en su vida normal? ¿Si estudiaba? o ¿trabajaba? Ayer me demostró que no siempre podía ser el súper héroe Chat Noir.
El tono de llamada me saco de mis cavilaciones, respondo al tercer timbrazo.
—¿Es el teléfono de la señorita Marinette Dupain Cheng?— pregunta una voz femenina.
—Si ella habla— intento averiguar quien es pero no se me ocurre nadie.
—Soy la asistente del señor Gabriel Agreste. Personalmente me ha pedido que la llame para invitarla el día de hoy a su mansión— no puedo creerlo, tiene que ser una broma. —Tiene algo importante que decirle— continua con voz neutra.
—Entonces confirmo ¿que vendrá?— pregunta cuando no recibe respuesta alguna.
—Si por supuesto. ¡Iré para ya ahora mismo!— exclamo emocionada.
—Perfecto— y cuelga.
Prácticamente corro por las calles aunque sigo sin adivinar por que alguien tan importante como el quiere verme.
Acelero cuando veo que esta por cambiar la luz roja y atravieso la avenida, justo al otro lado esta la mansión Agreste.
Me tomo un tiempo para recuperar el aliento y aprovecho para mirar lo enorme que es.
Me intimidan las enormes murallas que la rodean son altas y dan la impresión de que intentan aislar la casa del mundo exterior. La rejilla esta serrada y la única forma de llamar es por un pequeño y moderno interfono. presiono la tecla y la pantalla se enciende.
—Soy Marinette Dupain Cheng— le digo a la persona que esta detrás. Se que me están mirando. La cámara que pende de la pared me sigue y graba cada uno de mis movimientos.
—Por favor pase—
Se escucha el sonido de la cerradura electrónica al abrirse y al entrar se cierra nuevamente con un chirrido metálico.
Avanzo por el camino de entrada. Justo detrás de la casa se puede ver la torre Eiffel.
La puerta principal ya se encuentra abierta, me detengo para ver si hay alguien que pueda recibirme, nadie lo hace así que no me queda mas remedio que seguir. Abro la boca impresionada si por fuera ya era hermosa por dentro era mucho mejor. Rodeo la mesa de cristal que esta en la entrada, a mi izquierda puedo ver que esta la sala de estar. Una enorme sala de color blanca abarca casi todo el espacio y en la pared de enfrente se encuentra una chimenea que esta en funcionamiento..
—¿Marinette?— pego un brinco al escuchar que me nombran y giro la cabeza para ver a Adrien. —¿Que haces aquí?— me pregunta desconcertado dejando claro que soy la última persona que esperaba ver.
—La asistente de tu padre me llamo, me pidió que viniera— le explico, mi corazón aun no logra reponerse del susto.
—Esa debió ser Nathalie— dice. —Lo que no entiendo es ¿porque te lo pidió?— parece una pregunta para si mismo mas que para mi, aun así le respondo.
—Yo tampoco lo se— aprieta la charola que trae en las manos, lo se por como sus nudillos toman un tono blanco. el metal parece ceder ante su fuerza y doblarse al grado que esta apunto de tirar lo que trae sobre ella.
—Si no te importa esperare a Nathalie para que me explique— el asiente levemente no muy convencido de que lo haga. —No quiero molestarte. Tu puedes ir y comer tu queso—
—Esto, No es para mi. Odio el queso Camembert— Adrien arruga la nariz y aparta la charola con el queso. Percibo el olor y no tardo en imitarlo.
Se que en cierta parte muchos se esperaban que fuera un lemón. Pero decidí omitir esa parte por que no estaba segura de que a los lectores les agradara y preferí dejárselo todo a su imaginación.
Se que no queda muy claro pero Si efectivamente hubo ¡¡¡CATACLISMO!!!
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