Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

¿Lo harás?

El tanteo de la pluma contra el escritorio era un método que siempre usó cuando estaba en momentos de estrés o negatividad. Por mucho odio que tenga a esa característica de su raza, no podía hacer nada para remediarla.

Siguió con los choques pequeños, hasta que sintió la mano de alguien posarse sobre su hombro.

—Oye, no te vayas a volver invisible —el tono de voz se le hizo reconocida—. Willow, es en serio. Llevas así  toda la última hora de clase e incluso casi media hora. Aparte de estar desvaneciendo.

—Yo... ¡Lo siento! —se paró precipitadamente, sin voltear a ver a quien le habló—. Estos días... No sé que me ocurre, yo... soy patética —cubrió su rostro con ambas manos, sentía ganas de llorar.

—No te digas esas cosas, Willow, dime qué ocurre. Yo puedo ayudarte, para eso estamos las amigas —sonrió, esperando a que reaccionara.

Willow giró con lentitud la cabeza, la expresión de su amiga cambió a sorpresa y luego a tristeza.

—Lo siento Amity... No puedo decirlo... Yo... Soy una idiota —dijo entre pequeños gallos que le salían por el ardor que aglomeraba su garganta, no aguantó más y corrió fuera del salón.

—¡Willow! —corrió tras ella, pero detuvo el andar ante la pérdida de su silueta—. Debiste haber desaparecido antes de que pudiese verte en ese proceso, maldita sea —susurró, apretó los puños del enojo.

«Mañana será Amity, mañana será», se dijo a sí misma con melancolía.

Lo único que pudo hacer fue salir del instituto e irse a donde quedaban los dormitorios para descansar, sabía que Willow era incapaz de ser tan fácil de recobrarle su visibilidad en el mismo día donde lo realiza.

[...]

El día siguiente lo sintió distinto, sentimiento producido por el asiento vacío a su lado, echaba de menos la presencia de Willow durante todas las horas que transcurrían. No dejó de ver ese lugar con preocupación.

Pese a no prestar atención a la clase, lo único que hizo el profe fue verla con indiferencia y continúa como ignorante a la situación.

«Como me lo imaginaba, como soy una idolatrada y "poderosa" sirena no dice nada de mi comportamiento, que decepción de profesor», pensó al verlo unos segundos, y como un alumno de raza baja que actuaba igual lo regañó y obligó a leer el resto del párrafo.

Después del acto donde inició a cuestionar la moral del maestro, la campana sonó para dar por finalizado el día y la clase.

Amity no perdió tiempo y fue hasta el primer escritorio de la segunda fila, había un chico que conocía para arreglar la situación.

—Hunter Alderic —dijo en tono de firmeza.

—Sé lo que dirás, sé donde pueda estar ella —se levantó, miró con seriedad a Amity—. Me haré cargo, sé lo que debo hacer. Ella es mi importante... importante.

—¿Importante qué?

Hunter ignoró la pregunta y se encaminó a la instalación donde confiaba que estuviera: la biblioteca.

Los minutos pasaron hasta llegar a la entrada, sin silencio abrió la puerta larga de madera que chirrió.

Los pocos alumnos que planeaban silenciar a quien haya entrado, palidecieron y temblaron a su presencia.

—Ma-Majestad Hunter —una chica no perdió el tiempo y quedó cerca de él—. ¿Necesita sangre? Con gusto dejo que sea la mía y me muerda —estaba por acomodar la camisa y mostrar parte del hombro, pero Hunter eludió la acción con un pasó largo en dirección del resto de estudiantes.

—Necesito que se vayan de la biblioteca, es algo de suma importancia que no los incumbe, no quiero negaciones, por favor.

Al ser de rango mayor por su raza nadie rechistó, cada uno se marchó hasta dejar vacío el lugar.

Caminó a pasos lentos hasta una de las mesas más ocultas y pegadas a la pared, cerca de la sección de libros de misterios.

Observó con detenimiento dos libros y un par de gafas, sonrió por pocos segundos al haber acertado.

—Tenemos que hablar. Sabes muy bien que has estado actuando muy distinta desde el mes pasado, pero ayer estabas mucho peor. Necesito que respondas lo que ocurre, necesito saber lo que le pasa a alguien tan preciada para mí como tú —habló con suavidad—. Soy yo Willow, por favor, sé que estás aquí.

Willow fue apareciendo poco a poco, dejó notar las lágrimas que no aminoraban de sus ojos irritados, la nariz enrojecida por completo y temblores en sus labios.

—Y... ¡Achú! —cortó lo que diría al estornudar.

—Willow —se sentó en la silla al lado de la chica—. Cuéntame, soy todo oídos.

—Cómo... ¿Cómo puedes ser tan gentil conmigo? —se preguntó en un hilo de voz, no era capaz de girar y verle—. Lo siento, soy una debilucha, y una horrible chica que solo saben de su existencia por su gordura. ¡Soy asquerosa! —posó las manos en el rostro, dejando salir un llanto.

—Willow, no debes hacerle caso a la gente que opine de una manera tan horrible de tu cuerpo. No eres débil, ni tampoco una horrible chica, eres a alguien fuerte y con actitud —aseguró, determinado con sus palabras.

—¿Por qué finges? ¿Por qué...? —dejó de cubrirse y lo vio a los ojos—. No merezco esos halagos, alguien que de verdad sea hermosa lo merece de tu parte, como Amity o... Boscha.

Hunter estaba adolorido, verla de esa forma le retorcía el corazón.

No aguantó y la tomó de las mejillas, limpió con los pulgares cada rastro de lágrimas y las más recientes que brotaban.

El corazón de Willow empezó a palpitar más veloz, la cercanía la estaba sofocando y deseando algo más.

—Hunter...

—No, Willow, ellas podrán ser hermosas, pero para mí eres más que hermosa no solo en físico. Podrá ser que no tengas el cuerpo o rostro con los que se alaban, pero no por eso eres fea. Nunca lo has sido, siempre has sido tú misma, tan curiosa, tan sincera, tan amable, tan... tú.

El rostro de la chica estaba envuelto en carmesí, al igual que la parte superior de sus orejas, pero poco duró para volver a un rostro sumido en tristeza.

—Soy una mujer invisible, podré vivir 500 años, pero solo me ven durante 300 años, el resto no estaré más que en una permanente invisibilidad que no puedo controlar, jamás volvería a tocar o sentir el tacto de mis seres queridos, solo entre hombres y mujeres invisibles podemos sentir la presencia, pero... perdemos esa sensación si uno de nosotros fallece, ni podemos hallar su cuerpo. Yo... No quiero hacer sufrir de esa manera a los que amo, pero es inevitable, yo... No quiero que pierdas años conmigo, prefiero que lo sea con alguien que llegue a tener más años siendo visible a ti, que a alguien que en cualquier momento no será capaz de darte el afecto que quieres.

—No me importa si el tiempo es menor o mayor, quiero pasar el tiempo que queda contigo porque realmente te amo antes que con alguien que solo querré de manera superficial.

—Hunter, el valor de mi vida es distinto al tuyo, tu muerte afectaría más que la mía. Tienes tanto por vivir...

—¡No Willow! —exclamó, impactándola por ese elevado tono de voz—. Lo siento, me exaspera verte tratarte de manera tan burda.

—No puedo evitarlo, es inevitable pegarme muchas púas cada que un pensamiento negativo me invade —dijo en un tono agudo y muy bajo—. ¿Realmente piensas que mi vida tiene valor?

—¡Claro que la tiene!

—Pero si yo no sé cuál es, ¿cómo tú lo sabrás?

—La vida de alguien se vuelve valiosa para otros cuando la gente aprecia y rememora lo que les muestras de ti. Tu vida tiene valor para mí porque tu forma de ser la hace valiosa. Si no miras el valor de tu vida, te ayudaré a encontrarlo, no importa cuánto tiempo me tome.

—... ¿De verdad todo eso sientes por mí? —preguntó de repente.

—¿Eh? ¿No me he dado a entender bien? —dio una sonrisa—. Me gustas Willow Park, me gustas tanto que me preocupo por ti, te he protegido, estoy seguro de buscarte el valor de tu vida, y seré capaz de mucho más, si todavía no te ha quedado claro mis sentimientos, haré algo más.

—¿Qué cos...? —calló del nerviosismo al notar como las manos de Hunter llevaron la suya al pecho de él.

—¿Qué sientes?

—T-tu corazón late muy rápido —el rojo cubrió sus mejillas, nariz y parte superior de las orejas, estaba sorprendida de sus acciones.

Hunter estaba igual de acolorado, pero con una sonrisa socarrona que empeoró los nervios de Willow.

—Sí, la persona frente a mí me provoca eso —los latidos aumentaron, Willow sujetó su pecho, sus corazones bombeaban al mismo ritmo—. No importa esa notable diferencia de razas que somos, tampoco importa lo que opinen mis padres y los tuyos, seré capaz de sobrepasar la brecha de la inmoralidad y obendencia con tal de estar a tu lado.

—Yo...  —quedó sin palabras, la curvatura de sus labios estaba ensanchada de emoción, abrazó al chico desde el cuello y dejó fluir su nuevo sentimiento con un llanto.

—Willow, ¿estás bien? —inquirió.

—Mejor que nunca, gracias, de verdad gracias—dejó de abrazarlo, volvió a verlo a los ojos—. Entonces... si algún día desaparezco por siempre...

—¿Sí?

—¿Me recordarás?

Hunter quedó en silencio, fijó la mirada en los anteojos de Willow sobre la mesa; con cuidado, los sujetó y se los acomodó.

—Willow, Willow Park —entelazó su mano con la de ella—. Lo haré, incluso si me tratas de hacer que te olvide no lo haré, siempre te tendré en mi memoria sin importar qué.

—Oh, Hunter yo...

Respiró hondo, con la poca distancia que tenían, agarró valor y la besó, cortando sus palabras.

El beso no asustó a Willow, provocó alegría a ella como para Hunter. Ambos se dejaron llevar por el momento cerrando los ojos, disfrutando del contacto.

«Prometo también no olvidarme de ti, ni aunque traten de obligarme o tu me obligues, jamás», pensó en lo que quería decirle, pero ya no le importaba retomarlo.

Para ese momento, lo que sucedía era inimaginable a su punto de vista. Sin embargo, ahora sólo quería derretirse y seguir de la misma forma hasta que uno de los dos decida acabar.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro