Tres
— Disculpa... ¿Me recomiendas unas compresas?
Los segundos pasan y mis ansias aumentan al no obtener respuesta de su parte, ¡debo estar parado en el escenario en menos de una hora! No puedo darme el lujo de perder más tiempo...
Sin dejar de lado mi postura cabizbaja, a través de mis lentes oscuros, dirijo mi mirada en dirección contraria a la fémina al asumir que no tendré contestación alguna proveniente de su persona y me resigno a la idea de saber que tendré que ingeniármelas por cuenta propia. Doy media vuelta sobre mi propio eje con intención de abandonar el pasillo en busca de otra persona, no sin antes pedirle a la rubia una disculpa por la inesperada interrupción en sus compras, sin embargo, al pasar por su lado me veo envuelto en un código olfativo, una esencia que me obligó a transportarse al momento que había imaginado un millón de veces en el interior de su cabeza, un sueño que me perseguía por las noches, convirtiéndose en pesadilla cuando al llegar la mañana, despertaba y descubría que todo había sido producto de mis más profundos anhelos.
Como si se tratase de un espejismo de mis recuerdos, un reflejo de mis deseos o la materialización de la que se convirtió en mi esperanza desde el día de nuestra separación. El día de nuestro último encuentro, el día en el que ni siquiera logué despedirme de mi amada, de igual manera, de haber sabido que me sería arrebatada, habría luchado por su corazón hasta el momento de mi último aliento.
El momento de la verdad ha llegado, trato de contener lo mejor posible aquellas pequeñas gotas que amenazan ferozmente con escapar de mis lagrimales, a la vez que una opresión se apodera de mi garganta, provocando así que, aunque trate de pronunciar la pregunta que en mi mente he formulado, mis cuerdas vocales no logren producir sonido alguno más que aquellos fragmentos incomprensibles que se resbalan por las comisuras de mis labios.
— ¿Yun Hoyri? — Suelto en un suspiro ahogado, aún sin poder creer por completo en lo que mis ojos han visto. — Por favor, dime que esto no es otro de mis mejores sueños.
— Jungkook... — El brillo en su mirada delata su esmero — ¿Realmente eres tú?
— El mismo que se enamoró de ti durante una fría noche de invierno.
Sin que ninguno lo espere, en cuestión de segundos nos encontramos aferrados a los brazos del otro. Si esto se trata de otro de mis sueños, le pido al universo que por favor nunca me obligue a despertar, estoy dispuesto de perderlo todo en la vida real si de vivir atrapado en esta especie de ilusión.
— ¡Te busqué por todas partes! — Confieso en un susurro ahogado. — ¡Recorrí Ulsan, Busan, Seúl e incluso Daegu en un intento de dar con tu paradero! ¡Busqué tu nombre en las redes sociales y sufrí al no encontrar tu rostro entre las miles de fotografías que internet me mostraba! — Las lágrimas recorren mi rostro y ella se encarga de limpiarlas con la palma de su mano, en cambio, yo me dedico a borrar las amenazas de sus lagrimales al posar suaves besos sobre sus parpados. — Mi búsqueda implacable ha terminado, el martirio de no tenerte a mi lado ha llegado a su fin.
— La Academia me trasladó a Gwangju poco a principio de año. — Responde, con voz quebrantada. — Quise contactarme conmigo. — Afirma en un susurro, tal y como si se tratase de un juramento escapando de sus labios. — Dios, Jungkook... Realmente intenté hacerlo, traté y traté una infinidad de veces marcando el número de tu tarjeta de presentación, mas nunca fui capaz de lograr dar contigo.
— Te dijeron que el número estaba incorrecto. — Secundo con un asentimiento de cabeza.
— Así fue, me ofrecían vender canoas de fibra de vidrio y repuestos para autos. — La escucho sollozar en mi hombro, por lo que hago que mi agarre en su cuerpo se vuelva más fuerte, Pobre Hyori, debió haber pasado por un mal momento. — Al principio pensé que se trataba de una broma de mal gusto por parte de Taehyung, pero... — Me sobresalto cuando en cuestión de segundos abandona su lugar predestinado en mis brazos y me otorga una mirada de confusión eterna. — Espera, ¿y tú como sabes eso?
Me preparo mentalmente para un insulto, burla o todo lo que esta inolvidable dama pueda ofrecerme como castigo.
— Verás... ¿Cómo reaccionarias si te confieso que todo este tiempo estuve escribiendo mal mi número telefónico en mi tarjeta de presentación?
— Diría que eres un estúpido y debí suponerlo. — Suelta sin descaro alguno, provocando que mi boca caiga al suelo de la sorpresa y que ella libere una risa socarrona desde lo más profundo de su ser. — Al final de cuentas, estamos hablando de Jeon Jungkook, ¿no es así?
— El chico de tus sueños.
— El chico del que me enamoré durante una fría noche de invierno.
— Ha pasado bastante tiempo desde dicho suceso, ¿no es así? — Lo más probable es que en unas horas una ligera incomodidad se apodere de los nervios de mi cara, pero no hay nada en el mundo que me obligue a dejar de sonreír, no cuando finalmente tengo a la chica de mi vida de vuelta. — No sabes lo feliz que me siento al saber que la dueña de mi corazón ha regresado para quedarse.
— Debo irme.
La sonrisa en mi rostro fue cambiada de inmediato por una mueca de incredibilidad y melancolía, provocando que en mi mente se reproduzcan en formato de película un sintagma de las frases dichas por Hyori en mis peores sueños.
— Debo irme. — Suelto en un susurro al sentir mi celular vibrar desde el interior del bolsillo. — Hoseok me espera.
— ¿Hoseok? ¿Un chico te espera? — Responde Jungkook con recelo, haciéndome descubrir que elevé mi tono de voz más de lo esperado. — ¿Acaso ahora otro ocupa mi lugar? — Suelta esta vez como un lamento. — Dios, debí esforzarme más, debí buscar incluso en el exterior del país de ser necesario.
— ¡No, Jungkook! — Intento llamar la intención del susodicho, pero este se encuentra sumergido en sus pensamientos, tanto que me resulta difícil traerlo a la superficie. — ¡No es lo que piensas!
— No te preocupes, Yun Hyori. — Al ver su sonrisa, libero el aire que había mantenido prisionero en mi pecho. — Estoy acostumbrado a que la gente me traicione, así que una pequeñez más no causará que mi corazón se rompa más de lo que ya está.
Por alguna razón desconocida, me siento como si hubiese quebrantado una promesa que nunca realizamos.
Estoy por aclarar el asunto cuando Jungkook retoma sus palabras.
— No digas nada, Yun Hyori, lo que ha pasado es de mi completa compresión. — Lleva una de sus manos a su pecho, palpando su corazón como si fuera poseedor de una herida de gravedad. — Citando con normas APA las palabras de Mario Hugo de 31Minutos: ''Gracias, Judas, siempre he confiado en ti''.
— Eso no es citar con normas APA.
— No lo sé, nunca aprendí a hacerlo. — Parece pensarlo durante unos segundos, pero rápidamente vuelve a la realidad para poder seguir reprochándome a gusto. — Como te decía, ¡estás en tu derecho de rehacer tu vida con alguien más! Pero necesito hacerle saber a ese infeliz que en cuento menos se lo espere retomaré mi lugar.
— ¿Has visto el anuncio de J-Hope On The Street? — Cubro su boca con mi mano, evitando así que cualquier ocurrencia inesperada escape de la misma. — El reality show que se estrenará dentro de unos meses.
— ¡Lo he visto! — Responde con una emoción sincera, tanta que me hace sonreír por milésima vez desde nuestro reencuentro hace no más de quince minutos. — ¡J-Hope sunbae-nim siempre ha sido de mi admiración! Para mi pesar, desde que me convertí en aprendiz no he tenido mucho tiempo de indagar en su vida tal y como me gustaría, por lo que aún no conozco muy bien la temática de dicho programa; es una lástima.
— Es un programa en el que J-Hope saldrá a la calle para encontrar bailarines callejeros con talento nato. — Explico. — Para así llevarlos a su academia de baile y brindarles ayuda en desarrollar su potencial al punto de poder llamarse reyes del escenario.
— ¡Eso se escucha fantástico, no puedo esperar por el estreno del programa! — Comenta con entusiasmo. — ¿Pero eso qué tiene que ver con tu infidelidad?
— J-Hope es la persona que me espera.
— ¡¿J-HOPE SUNBAE-NIM ES TU AMANTE?! — Su tono de voz se ha elevado tanto que algunas miradas se posan sobre nosotros. — Joder, no pensé que recuperarte me resultaría tan difícil, realmente no creo poder competir contra él... — Suspira a la vez que parece pensar en ello. — Pero haré hasta lo imposible para poder ganarle.
— ¡No hables tan fuerte! — Grito en un susurro, viendo a los lados en busca alguien de sospechosa apariencia. — ¡Alguien podría descubrir que estás aquí y avisarles a reporteros de Gossipland!
— ¡Eso es lo de menos en este momento!
— ¡Jungkook, mírame! — Me veo en la obligación de sujeta su rostro entre las palmas de mis manos, dejándolo con la única opción de otorgarme su total atención. — ¡J-Hope es mi jefe! — Aclaro con una sonrisa. — Soy su mano derecha, la bailarina profesional que lo ayudará a reclutar jóvenes para la formación de su academia.
El asombro en su mirada es más que notorio, pero su momento de conmoción no evita que me tome por sorpresa y en una milésima de segundo sujete mi cintura y gire conmigo en sus brazos, hasta el punto de hacerme sentir ligeramente mareada.
— ¡Dios mío, Yun Hyori! — Canturrea una vez que mis pies vuelven a tocar el suelo. — ¡Estoy tan comento por ti! ¡Me siento orgulloso, sabía que llegarías lejos!
— ¡Y yo de ti! — Respondo de inmediato. — ¡¿Quién pensaría en nos reencontraríamos justo el día de tu primer concierto?!
Su sonrisa se elimina de inmediato y una expresión de espanto se posa sobre su rostro, ¿acaso dije algo malo?
— El concierto... — Repite en un susurro casi inaudible. — ¡SE ME OLVIDÓ EL BENDITO FESTIVAL!
— ¡Tranquilo! — Intento calmarlo al ver que ha empezado a caminar de un lado a otro por el área de la higiene femenina. — ¿Quién es el primero en presentarse?
— ¡YO!
— ¡NO PUEDE SER!
Antes había loco dando vueltas por el pasillo como si tuviese ganas de ir baño y no hubiese papel, ahora hay dos.
— Está bien, aún estás a tiempo de llegar. — Trato de hacernos creer. — Solo tienes que conducir a cinco mil kilómetros por hora, mínimo.
— No hay nada que temer, estamos a pocos minutos del lugar. — Me asegura una vez que las nubes sobre su cabeza encuentran tranquilidad después de la tormenta en la que nos vimos envueltos. — Pero antes de partir, debo comprar algunas compresas porque mi baterista estrella se encuentra con sangrado interno del tipo vaginal, ¡el problema es que la fila de la caja registradora es extremadamente larga!
— Le vino la menstruación. — Resumo ante su lenguaje falsamente técnico. — Y no te preocupes por ello, siempre cargo compresas conmigo, yo te daré las que sean necesarias.
— Siempre salvándome el pellejo en las situaciones inesperadas, Yun Hyori. — Sonríe a la vez que hace una corta reverencia. — Eres un cielo, te lo agradezco.
— Soy la persona que te complementa. — Afirmo de inmediato.
— La persona con la que deseo pasar el resto de mi vida. — Sujeta mis manos entre las suyas. — ¿Cumplirás tu promesa y asistirás a mi primera presentación?
Suelto una risa nerviosa al ver que su sonrisa se ensancha a medida que las palabras salen de su boca, estoy por decirle que sí, cuando un detalle llega a mi mente y me hace negar, provocando que una expresión decaída adorne su rostro.
— No tengo boleto. — Confieso.
— Un día de estos me provocarás un paro cardiaco, linda. — Los colores que habían abandonado su cuerpo, vuelven al mismo. — Tú eres tú y nadie cambiará eso. No necesitas boleto alguno para entrar a mis conciertos, ¡mi tarjeta de presentación tiene validación sin fecha de expiración siempre y cuando se trate de ti!
Afirmación provoca que mis ganas de posar mis labios sobre los suyos aumenten.
— Me niego a perderte otra vez. — Me otorga una sonrisa ladeada a la vez que sus dedos se entrelazan con los míos. — Pero para ello, primero debo asegurar que tú lo deseas tanto como yo. — Con su brazo libre, levanta su mano hacia una de las repisas del estante, provocando así que mi cuerpo quede atrapado entre el suyo, bloqueando la salida y dejándome sin manera alguna de escapar. Aunque de igual manera, no era algo que pensara hacer. — Dime, Yun Hyori, ¿estás dispuesta a huir conmigo en una nueva aventura?
Esa pizca de emoción en su mirada, la forma en la que su peculiar sonrisa parece estar hecha exclusivamente para la alegría de mi alma y la forma en la que nuestros corazones laten en sincronía cada vez que estamos juntos. No existió día algunos en el que no pensara en este momento, donde el lazo que nos une nuevamente volviera a cruzar nuestros caminos. Jungkook es la persona que necesito a mi lado y nadie me hará cambiar de opinión, por más loco que parezca confiar plenamente en alguien que conociste durante un periodo corto de tiempo, para después no saber nada de él durante lo que nosotros pareció ser siglos. Me niego a perder nuestra conexión una vez más, no me resignaré a la idea de perderlo ahora que lo he encontrado.
— Estoy dispuesta a huir contigo a donde sea que nos lleve el destino.
Notita Morada 💜:
Después de mil años, he vuelvo a actualizar esta historia. Debo admitir que me daba mucho miedo escribir este capítulo, ya que es cuando nuestros protagonistas se reencuentran , ¡lamento si el reencuentro no fue lo que ustedes esperaban!
Ahora que finalmente he perdido el miedo y he publicado este cap, espero que las actualizaciones se vuelvan más frecuentes. Por lo mismo, también es posible que los capítulos ahora sean de aproximadamente 1000 palabras y no de 2000, en caso de que me quede sin tiempo y no pueda escribir tanto como yo quiera.
¡Se les quiere! ❤
Atte: Purple Bae ♥
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