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Cinco

Me asomo por la ventana del edificio para verificar que no haya nada algo o alguien que impida mi salida. Ha pasado una semana desde nuestro reencuentro, una semana desde su concierto, y, así mismo, una semana desde la última vez que nos vimos cara a cara. 

La promesa que susurramos durante la noche de nuestra despedida, fue quebrantada por los celos de las estrellas al no ser bien conocedora de nuestro amor.

O mejor dicho, GossipLand y su gente chismosa.

¡Ni siquiera había terminado el concierto cuando una gran cantidad de fans me estaban rodeando y atormentando con preguntas! Por culpa de ellos me perdí la presentación de Jay Park y IU.

La noticia se vendió como pan caliente por las mañanas, esparciéndose en cuestión de segundos por todo el país. ¡¿A quién le importa si una naciente estrella se encuentra en una relación?! Los fanáticos deberían respetar a su ídolo y comprender su lugar. Es cierto y no pienso negarlo, es entretenido esculcar entre la vida de tu famoso favorito y encontrar contenido para pasar el rato, pero la diversión se apaga cuando se olvidan de que son personas y empiezan a tratarlos como objetos.

Lo único medio soportable, es que todo ocurrió después de la presentación de Jungkook y no durante ella.

⁌ • ⁍

Me encaminé hasta la zona VIP luego de la indicación dada por Jungkook, Hobi, quien seguía mis pasos, se encontraba sumergido en una conversación amena con RM PD, el productor y CEO de la empresa de Jungkook. Según lo que tengo entendido, se habían conocido durante sus años de adolescencia, cuando ambos solían ser raperos del underground y competían entre sí al pertenecer a grupos distintos. Al parecer, fue una noche de reencuentros en su totalidad, y se confirmó mi suposición cuando los nervios atravesaron mi cuerpo por completo al pensar en las reacciones de los chicos al verme. 

¿Cómo debería actuar? ¿Qué debería decirles? 

El reencuentro con Jungkook fue un sentimiento diferente, ambos lo anhelábamos, pero ninguno esperaba que el momento llegara de forma inesperada. Por el contrario, saber que me encontraría con los chicos que cuidaron de mí y me trataron como si fuera una de ellos durante nuestra aventura, incluso provocaba que se mi piel se erizara por completo.

¿Serían ellos capaces de reconocerme? 

¿Me perdonarían por no haber luchado más a la hora de intentar contactarme con ellos?... 

Conocía muy bien la dirección de la veterinaria de Yoongi y el taller de Taehyung, pero mi única excusa para no ir, fue mi depresión secreta de la que aún no me encuentro lista para hablar. Pese a ello, en mi interior permanecía la constante esperanza de un encuentro con sonrisas y sin preguntas dolorosas de por medio.

Sin embargo, el temor abandonó mi cuerpo cuando una voz abrazó mis oídos.

— Disculpa, las fans no pueden entrar en esta área del recinto. — Anunció a mis espaldas mientras colocaba una mano en mi hombro. — No es mi intención correrte del lugar, pero por la protección del artista, me veré en la obligación de llamar a seguridad si no lo haces.

— Jungkook me dijo que podía estar aquí con ustedes. — Di una vuelta sobre mis pies para lograr verlo a los ojos. — Pero si consideras que es necesario que me retire, lo haré. 

Pude ver y disfrutar el cambio en su expresión al reconocerme, pasados unos segundos de asombro y desentendimiento, Yoongi se echó a reír para luego estrecharme entre sus brazos. 

— ¡Pequeña Hyori! — Exclamó, aún sin comprender la situación. — ¡Niña, tanto tiempo sin verte! ¡¿Cómo es que de repente apareces por aquí de la nada?! No me digas que se trata de otra emergencia de baño de gasolinera y papel higiénico...

— Un supermercado y toallas sanitarias, para ser exactos. — Reí y él lo hizo conmigo.

— Ven conmigo. — Afirmó a la vez que sujetaba mi mano entre la suya. — ¿No puedo esperar más para que los demás te vean!

Sin más, lo seguí.

En el poco tiempo que pude conocerlo, así como Jungkook se convirtió en el amor de mi vida en cuestión de días, logré percibir a Yoongi como la figura del hermano mayor que nunca tuve.

Nos dirigimos hacia un grupo de personas de apariencia inquieta, rebosantes de angustia y carentes de paciencia. Uno de ellos caminaba de lado a lado sobre su lugar, otro mordisqueaba las uñas de sus dedos al punto de parecer quererlas arrancar, otro daba pequeños saltos a la vez que tiraba cada cuantos segundos de su cabello. Desastre en su totalidad, una imagen digna de retratar, como una pintura perteneciente al expresionismo.

Me escondí detrás de la ancha espalda del señor Mondongo.

— ¡¿Jungkook regresó?! — Preguntó Jimin a Yoongi mientras soltaba su cabello. — ¡Dime que lo hizo!

— ¡Necesita estar en el escenario en este preciso instante! — Taehyung detuvo su caminar para unirse a Jimin. — ¿Alguien podría explicarme por qué siempre hace este tipo de cosas?

— ¡Es Jungkook! ¿Qué más podemos esperar? — Respondió Seokjin al dejar sus uñas en paz. — Ese niñato insolente me sacará canas verdes un día de estos, no se asombren si eso pasa.

— O talvez solo sea por la edad. — Sugerí. — No estoy diciendo que seas viejo, solo se trata de una suposición. 

— Escuché la voz de Yun Hyori... — Dijo Jimin, completamente desconcertado. — ¡ESCUCHÉ LA VOZ DE YUN HYORI! ¡TANTO MARTIRIO ME ESTÁ VOLVIENDO LOCO!

— ¡YO TAMBIÉN LA ESCUCHÉ! — Taehyung secundó la noción. — ¡¿QUÉ PASA SI SE MURIÓ Y ES SU ESPÍRITU EL QUE NOS ESTÁ HABLANDO?! — La expresión en los rostros de ambos cambió, palidecieron de inmediato y el llanto cubrió el lugar. — ¡LE PROMETIMOS A JUNGKOOK QUE LE AYUDARÍAMOS A ENCONTRARLA!

— ¡Me niego a creer que regresó de la muerte solo para burlarse de mi edad! 

— Y no lo hice, para eso me tienen en vida. — Respondí al salir de mi escondite. — No sé qué decir... ¿Sorpresa?...

Tragué duro cuando vi que ninguno pensaba hablar. El silencio reinaba el lugar, destronando al bullicio que minutos antes lo hacía. Nos nervios recorriendo mi cuerpo por milésima vez en la noche y las ganas de vomitar hicieron presencia en mi garganta. 

Estaba asustada.

— Sé que esto puede parecer inesperado, también resultó serlo para mí... — Susurré con un ligero temblor en mi voz. — Lamento no haberme contactado con ustedes antes, pero...

Mis palabras fueron interrumpidas por tres pares de brazos que se abalanzaron en mi dirección para atraparme entre ellos, los cuales correspondí de inmediato. 

— No tienes porqué disculparte, niña. — Seokjin Aseguró con cariño. — Solo por reírte de mi edad, claro.

— ¿¡Dónde rayos te habías metido!? — Preguntó Jimin. — ¡DIOS, LOS SUIDAE ESTARÁN FELICES DE VERTE!

— Me contenta que hayas regresado, Yun Hyori. — Comentó Taehyung con su característica sonrisa adornando su rostro. — Sabíamos que algún día te volveríamos a ver.

— Jungkook se hubiera muerto de depresión si no. — Respondió Yoongi, provocando así la risa de todos. — Antes de que regresen a ser un trío de locura, les aviso que Jungkook ya se encuentra en el escenario. — El trío antes nombrado soltó un suspiro al escucharlo.

— Cuarteto. — Corrigió Seokjin. — Tú también eras participe, incluso fuiste el primero en gritar cuando no lo encontrábamos.  

— Ese mocoso me hace entrar en desesperación. — Afirmó en su defensa. — ¡Tú deberías comprenderme más que nadie!

Empecé a reír a carcajadas al presenciar la pequeña discusión que se había formado, pero el silencio se hizo presente cuando un llanto inundó nuestro alrededor.

Mi llanto.

— Estoy tan feliz de estar con ustedes. — Fue lo único que logré pronunciar. Sin dejar pasar un segundo más, nuevamente se abalanzaron sobre mi persona.

— Y nosotros somos felices de estar contigo.

Las luces del recinto se apagaron por un instante, la oscuridad nos abrazaba y el naciente sonido de una melodía nos invitaba a prestar atención a lo que estaba por ocurrir. Como un susurro, un ''Euphoria''  se hizo escuchar.

Nunca había la oportunidad de apreciar la voz de Jungkook con tanta claridad, todo este tiempo me había limitado a escucharlo por medio de las bocinas de mi teléfono celular y nada de eso se podría comparar con lo que estaba sucediendo en ese momento. Como un abrazo reconfortante, como una mezcla perfecta entre la armonía, melodía y ritmo, el escucharlo cantar borró todos mis problemas en una milésima de segundos para convenirme en un mar de emociones compuesto por mi llanto.

La manera en la que sus pies se movían por el escenario me hacía saber que lo único que necesitaba para ser feliz por completo, era bailar con él hasta que el cansancio nos obligase a detener nuestros pasos. La danza siempre fue mi principal felicidad y contento, y que Jungkook y su voz fueran participes de ella me hacía desear estar ahí para él.

Nunca más me alejaría de su cercanía, esa fue una afirmación que llevaré presente durante el resto de mis días.

⁌ • ⁍

Y ahora me encuentro aquí, intentando salir de la empresa de Jungkook sin ser vista por nadie. El edificio de Wild Flower Entertainment es un tanto pequeño, tengo entendido que RM PD lo compró después de ser estafado por su antiguo socio, por lo que tomó la decisión de desertar del proyecto y abrir su propia disquera.

Esperando por la llegada de Jungkook, quien se encuentra en una pequeña conferencia a la que ha sido obligado a ir para distraer la atención de los medios. 

Tal y como dijeron Hobi Sunbae-nim y RD PD, o Namjoon, como me dijo que lo llamase, todo estará bien siempre y cuando me mantenga fuera del ojo público. Tanto su carrera como la mía están empezando y sería complicado tener un escándalo en este momento.

— Señorita, ¿podría mostrarme su carnet de visitante? — La voz de uno de los guardias me hace girar sobre mis pies.

Nunca recibí un carnet de visitante, se supone que todos en la empresa saben quién soy y qué es lo que está pasando en la actualidad.

— Yo... — Pronuncio sin saber realmente qué decir. — No tengo, pero soy cercana a Jungkook.

— Claro, y también eres amiga de J-Hope el rapero.

— ¡Lo soy! — Suelto con orgullo. — Ya me estaba preocupando, creí que no sabías quién soy.

— Soy yo el que debería preocuparse, no sé quién eres. — Afirma bordemente. — Es mi primer día de trabajo y no pienso ser despedido solo porque una fanática lunática dice ser amiga de sus artistas favoritos.

— ¿Perdón?

— No te perdono. — Responde con una sonrisa. — Si no tienes un carnet de visitante contigo, no puedes entrar a la empresa. Fin.

— ¡Déjeme hablar con RM PD primero! — Alzo la voz cuando me arrastra consigo con fuerza hacia la salida. — ¡NO PUEDES SACARME ASÍ POR ASÍ!

Antes de que terminara la frase, me encontraba a las afueras del edificio, con una horda de periodistas casi frente a mis narices, un millón de flashes apuntando en mi dirección y rodeada de preguntas poco entendibles.

— ¡Señorita! ¿Cuál es su nombre? — Pregunta una de las reporteras al acercarse con rapidez a mí.

— ¡¿Qué le interesa?!

— Mucho gusto, señorita Kelin Teresa. ¿Podría decirnos cuál es su relación con Jeon Jungkook?

Dios mío, ¡¿en qué me metí esta vez?!

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