24
El restaurante donde servían los mejores manjares de París se hizo presente ante la mirada de la pareja. Su reservación había sido a las ocho en punto, un restaurante algo exclusivo en donde habían ido vestidos de manera formal. Al entrar y pedir su reservación la recepcionista los llevó a su lugar, en la terraza. Al tomar asiento, Renjun habló:
—Gracias por traerme aquí, todo este mes que hemos estado en París me la he pasado contigo increíble, sigo creyendo que vivo un sueño de hadas o algo así, te amo, Jaemin —Renjun sonrió y tomó la mano del híbrido —. Sé que algún día vendríamos pero no espere que ese momento sería ahora, así que lo aprecio mucho más. Ver desde acá la Torre Eiffel...
Ambos voltearon su mirada hacia la gigantesca torre completamente iluminada que se veía desde la vista del restaurante.
—... Es algo especial para mí.
—Me alegra que te guste todo lo que he hecho por tí, Renjun. Te mereces esto y más. Quiero llevarte a otro lugar después de cenar.
—¿A otro? Wow, sí que tú no dejas de sorprenderme —dio una risita.
Pronto les llevaron sus bebidas, su cena y su postre. Al gozar un poco del lugar se retiraron gustosos. Ese restaurante sería una maravilla para cualquiera que lo pise.
Al caminar y caminar; por fin llegaron al lugar. Pont des Arts, también conocido como el puente de los enamorados. Se dice que la gente que va a ahí va para poner su amor en un candado que no se podrá abrir, así sellando el amor que ambos se tienen.
Jaemin y Renjun fueron a elegir un candado y pagaron para que les grabarán un mensaje en este.
J + R
Nuestro amor ha cruzado barreras, estas barreras jamás se romperán.
Renjun emocionado fue hacia el puente para buscar un lugar en donde poner el candado, había demasiados.
—Mira todos estos candados, Jaemin. De toda la gente que ha venido. Espero que el amor que sellaron aquí les dure para siempre, hasta que las muerte los separe, ¿no lo crees?
El viento golpeaba algo fuerte, Renjun volteó y su cabello se movió hermosamente a los ojos de Jaemin, esa sonrisa que tanto ama se hizo presente e hizo que el corazón de Jaemin se acelerará, amaba a Renjun. Sabía que su amor se separaría, pero al menos la muerte lo haría.
—Sí, espero que sí.
—¡Ya encontré un lugar! ¡Aquí! —señaló un pequeño espacio —. Yo pongo el candado y tú lo cierras, ¿te parece?
Jaemin asintió. Renjun colocó el candado en el puente, Jaemin se acercó y con una mano lo cerró. La llave que les dieron Renjun la arrojó al agua, jamás la necesitarían, su amor ya se había sellado. Ambos se acercaron a sus cuerpos un poquito más y se dieron un beso, un beso algo duradero, lleno de pasión.
Al irse de ahí y llegar al hotel; no resistieron, sabían que se necesitaban, y qué no mejor que sentir sus cuerpos desnudos en un lugar conocido como el país del amor. Se besaron con necesidad al cerrar la puerta, se fueron quitando sus prendas y Jaemin cargó a Renjun hasta la cama, comenzaron a besarse cada vez más profundo, prenda a prenda se quitó, hasta que quedaron tal cual como nacieron, las manos de Jaemin rodeaban la cadera de Renjun, los brazos de Renjun rodeaban el cuello de Jaemin para aferrarse más a él. La noche sería larga y encantadora.
(...)
—Odio Corea, ¡ya no hay que volver!
Decía Renjun con un puchero en su rostro mientras caminaban por el aeropuerto, luego de un mes en Francia, el chino se había enamorado del país, deseaba no irse.
—¿Qué no extrañas a tus padres? ¿Tú trabajo?
—Pues sí, pero me la pasé tan bien que voy a extrañar demasiado este viaje —agarró a Jaemin del brazo y se subieron al avión regreso a Corea.
Viaje largo de muchas horas, se la pasaron viendo series y abrazados. Jaemin adoraba esas sensaciones, hasta que el dolor punzante volvió, no lo soportaba tanto esta vez que se tuvo que levantar e ir al baño. Al cerrar la puerta, comenzó a sentirse mareado y con náuseas, el dolor lo estaba matando en este momento. Fue al inodoro y vomitó, vomitó lo que había comido, al hacerlo el dolor se fue un poco y dejó de sentirse mareado, pero necesitaba dormir y beber algo, su boca estaba seca. Al verse al espejo pudo ver como su cara se tornó más delgada, un pequeño moretón se notaba también en su clavícula, y no lo había hecho eso Renjun. No se preocupó, sabía que pasaría, pero rezaba que hoy no fuera ese día.
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Holaaa, una disculpa la demora, pero es que se me había olvidado publicar JAJAJJAJ 😭 lo tenía en el calendario, pero no me notificó y me acabo de acordar ya pasando varias semanas 💀
Gracias por leer, ya casi el final 💖
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