21
No quería preocupar a Renjun, así que le dijo que iría a hacer unas prácticas en Busan ese fin de semana. Pero en realidad iría a Japón para encontrase con su creador. Con el credor de los Hybrid Child. Estos últimos años, esa especie se hizo parte de la humanidad, era una nueva especie que se adaptó a los humanos, ya no vivían tan solo unos años, se habían adaptado con éxito. La especie femenina se había creado con éxito también. Ya después de los diez años, eran capaces de adquirir energía y amor por ellos mismos, ya eran más independientes de quien les daba amor y cariño. Tenían la capacidad de soltar e irse, así como un humano cualquiera, la capacidad de sentir sus sentimientos, de aferrarse a alguien o de odiar a alguien.
Tomó el vuelo más rápido a Japón y se dirigió hacia allá. Estaba nervioso, en todo el viaje no pudo concentrarse en sus tareas de la maestría. Ni escuchar música lo tranquilizaba en ese momento. Pero debía mantener la calma por esa personita que tanto amaba. Después de unas horas llegó a Japón. Fue al hotel donde se iba a hospedar, descansó un poco y la llamó.
—¡Hola, Jaemin! —la voz dulce de una mujer atendió el teléfono.
—¡Onda! ¿Cómo estás? —no pudo evitar una sonrisa. Años que no hablaban.
—Yo estoy bien. ¿Qué hay de ti y Renjun? ¿Ya viven juntos desde que me dijeron que lo harían?
—Sí, ya logramos hacer de nuestro hogar. En realidad te llamo porque estoy en Japón.
—¡¿Estás aquí?! ¡Oh, Dios mío! ¡Qué emoción! Quiero verte. ¿En dónde te hospedas? ¿Dónde nos vemos?
La voz de Onda sonaba tan entusiasmada. No dejaba ni hablar a Jaemin.
—Jajaja, tranquila. Estoy en la ciudad, pero... quisiera ver a Yuta también.
—¿A Yuta?
Eso desconcertó un poco a Onda, pero le pareció bien de todas formas.
—Mira, yo trabajo cerca de la ciudad, podemos vernos en un café y de ahí tomamos un taxi para la casa de Yuta, ¿te parece?
—¡Perfecto! Muchas gracias, Onda.
Onda pronto le pasó la dirección de la cafetería en donde iban a encontrarse. Jaemin decidió salir a la ciudad a explorar antes de encontrarse con la híbrida, se dio cuenta que Japón es un país hermoso. La gente se viste con libertad, esos trajes de anime, los trajes típicos, el maquillaje algo extravagante, ve algo de libertad entre los ciudadanos. Se llegó la hora, fue a la cafetería y la chica de cabello rosado ya estaba ahí bebiendo un café. Al ubicarla fue hacia ella y se dieron un enorme abrazo. Literalmente Onda era como la hermana de Jaemin. Ella le dio fortaleza cuando Jaemin estaba en la incubadora, le ayudó a crecer mediante esas historias. Y al Jaemin conocer a Renjun, este último también le dio la energía y fuerza para vivir mientras estaba encerrado en el sótano, ya que aunque Renjun lo tuviera cubierto con una manta, el chino leía sus historias en voz alta, historias que Jaemin escuchaba y lo ayudaban a crecer. El vínculo que creó con Onda mientras estaba en la incubadora, también lo creó con Renjun.
Hablaron un poco de sus vidas. Jaemin le contó de sus dolores y Onda no dudó ni un minuto más y se dirigieron hacia la casa de Nakamoto. Él ahora tenía una fábrica enorme de los androides. Había más gente que ayudaba en su creación, ya no solo eran Nakamoto y Taeyong. Nakamoto ya no los creaba a todos, solo casos especiales. Había capacitado a gente para que los crearan. Se acercaron a la montaña, la cual al subirla se encontrarían con la casa de Nakamoto. El corazón de Jaemin comenzó a palpitar, su respiración se elevó un poco también por los nervios. Onda lo notó y lo tomó de la mano para tranquilizarlo. Llegaron a la casa.
—Verás que Nakamoto te ayudará —le dio una sonrisa. Jaemin confió. Tocó el timbre y un chico llamado Yushi les abrió.
—Hola, Onda. ¿En qué puedo ayudarte? —vio a Jaemin —. Ah, hola —dio una reverencia y Jaemin también.
—Hola, Yushi. ¿Está Yuta? Necesitamos verlo.
—Claro, claro, pasen.
El chico los guió por la casa. Esperaron a Nakamoto. Este al ver a Jaemin se alegró mucho. Comenzaron a hablar del porqué estaba en Japón y Nakamoto lo decidió llevar a su laboratorio.
—Dolor punzante, ¿eh? Te revisaré con mi estetoscopio.
Yuta agarró el aparato, se acercó hacia Jaemin y lo inspeccionó. Su respiración estaba bien, sus latidos. Comenzó a tocar los brazos de Jaemin, sus piernas. Decidió revisar el número que todos los androides tenían en su cuello. Ya no era de color negro, era gris, estaba muy tenue, y eso... Nakamoto sabía que no era bueno, eso le había pasado a Shotaro.
—Te haré un examen de sangre, ¿bien?
Jaemin asintió. Yuta se pusó sus guantes, buscó entre sus cosas la aguja esterilizada y el tubo para recolectar la sangre. Pronto la aguja ya estaba perforando la vena azul del brazo izquierdo de Jaemin. La perforación le dolió un poco, pero no tanto como los dolores que presenciaba diariamente en su estómago. La sangre llenó el tubo.
—La llevaré a analizar. Podría tomar un poco de tiempo. Más porque ya has comido, pero eso no influirá en tus resultados, eres especie diferente. No hay que alarmarse. Por lo pronto puedes tomarte un jugo de naranja.
—Gracias, Yuta. Iré con Onda.
—Ve, ve...
Yuta le dio una sonrisa. Jaemin se fue.
(...)
Ya casi oscurecía, los resultados ya estaban listos. El resultado no era bueno. Yuta no sabía cómo iba darle la noticia a Jaemin. Cuando vio y analizó los resultados no pudo evitar tirar su cabello hacia atrás y morderse su labio inferior. Unas cuantas lágrimas también comenzaron a salir. Trató de componerse y llamó a Jaemin, este bajó al sótano.
—¿Ya están los resultados?
Asiente —Toma asiento.
Jaemin obedeció como niño chiquito —¿Y bien?
Yuta lo miró y decidió hablar tratando de sonar tranquilo —Jaemin, tus resultados dicen que... tu sangre está contaminada, no está limpia, tu intestino está dañado. Puedo hacer cirugía para quitarte el dolor punzante que sientes, pero como tu sangre no es normal, temo que mueras en cirugía por hemorragia, y esa sangre no la podrías volver a recuperar, no sería compatible. Pero podría darte medicina para controlar ese dolor. También la edad de tu cuello está desapareciendo, se está volviendo tenue.
—¿Cuánto tiempo?
—Jaemin...
—¿Cuánto tiempo? —volteó a ver a Yuta.
Dio un suspiro —7 meses.
—No podré terminar mi maestría en ese tiempo. Así que supongo que tendré que salirme y seguir trabajando a tiempo completo en la empresa. No sé si podré decirle a Renjun. ¿Debería ocultárselo?
—Yo... No puedo ayudarte en eso, es tu decisión.
Jaemin asintió. Jaemin se sentía tranquilo, hasta él se sorprendió que tomara la noticia de esa manera. No sentía desesperanza, sentía lo contrario, esperanza, porque eso le hacía ver que pasar tiempo con Renjun era lo que más deseaba en ese momento. Debía de aprovechar todo el tiempo que le quedaba para pasar tiempo con el amor de su vida. El chico que hacía que su estómago se llenara de mariposas al verlo, el chico que hacía que sus pupilas se dilataran, el chico que tan solo con tocarle sus mejillas, sentía que tenía el mundo entero en sus manos.
Pretenderé que no estoy mal mientras escribo esto, ¿okey?
Ay, no. Bueno, estamos cerca de el final de la historia 😭
Btw, ¡feliz día de San Valentin! Por eso decidí actualizar, espero se la pasen muy bien con sus seres queridos, XO 💗
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