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17

—Que bueno que ahora está la lluvia, y no cuando estábamos acampando. Hubiéramos pescado un resfriado —dijo la mamá de Renjun mientras se cubría con una manta; el clima se volvía más frío.

Ya volvían de nuevo a Seúl después de un fin de semana sin dispositivos o internet. Solo que al regresar se tomaron con la grata sorpresa de que las nubes de Seúl se estaban descargando, relámpagos y gotas gigantes caían. Jaemin y Renjun estaban dormidos, ya estaba oscureciendo y después de un largo viaje, les ganó el sueño. Al llegar después de unos minutos más, al estacionarse el padre de Renjun se percató de algo, más bien... alguien.

—Cariño, tú también lo ves, ¿no es así? —arqueó una ceja.

—Sí, es... una niña.

Los padres de Renjun se bajaron del carro exaltados, despertaron a Jaemin y a Renjun antes, al estar despiertos y conscientes se desconcertaron por la presencia de una niña. No la quisieron dejar más bajo la lluvia. Decidieron pasarla al ella insistir en que quería platicar con ellos. Que buscaba a una persona, si Jaemin estaba ahí. Al responderle afirmativamente, decidieron dejarla pasar.

Se percataron que la niña tenía cubrebocas, se le hizo extraño, pero no hicieron preguntas. Esperaban a que ella hablara.

—¿Gustas chocolate caliente? —preguntó Renjun —. Acabamos de venir de un campamento, nos sobró un poco —ella asintió —. Genial, iré a calentarlo. ¿Jaemin me acompañas? —el chico mencionado asintió y se dirigieron a la cocina.

Onda al ver a Jaemin no pudo desprender su vista de él. Era él. Era el chico que cumplía con las características que ella había leído. Onda se quedó todavía sin hablar y con su mirada hacia el suelo. De unos minutos vino Renjun y le ofreció una taza de chocolate caliente con malvaviscos. Ella agradeció con una reverencia. Le daba algo de inquietud quitar su cubrebocas por las cicatrices y heridas, pero aún así lo hizo y le dio un sorbo. Era una bebida muy buena, le dio energía de inmediato. Todos posaron su mirada en ella. Ella decidió hablar por fin; con algo de ansiedad y cuidando que su voz no saliera temblorosa.

—Yo... soy Onda. Soy... un Hybrid Child al igual que Jaemin —ella lo miró, Jaemin lo hizo igual. Ambos sintieron una conexión grande al mirarse fijamente —. Como pueden ver, soy femenina, y estos no han salido a la venta, la respuesta es porque mi padre, Yuta, no ha podido perfeccionarme. Mi vida es de más años y si no me curo podría morir en cualquier momento —dio una sonrisa plana —. Y creo que... Jaemin me puede ayudar en eso.

–¿Y-yo? —se apuntó a sí mismo —. ¿Co-cómo haría e-eso? ¿Qué te hace pensar que... podría?

—Escuché algo sobre que eras mortal o algo parecido. Tienes algo que los demás no tenemos y quiero saber qué es. Me... me gustaría convivir contigo un poco. Claro, si me lo permiten tus mayores —dijo tronandose los dedos. Estaba nerviosa de pedir algo así.

—¡Oh, es una gran sorpresa! Pero supongo que puedes quedarte —soltó la madre de Renjun.

—Yo también estoy de acuerdo en eso. Puedes quedarte en el sofá, no tenemos más habitaciones.

—Les agradezco la oportunidad —dio una reverencia.

(...)

—¡Escapó, Yuta! ¡Ella escapó!

Taeyong gritó por toda la casa al no encontrar a Onda en su habitación. El japonés se percató de eso al ver que cosas en su sótano no estaban como las había dejado.

—¡Carajo! Esa niña me escuchara una vez que la encontremos.

—¡Necesitamos encontrarla rápido! No sobrevivirá sola tanto tiempo —la voz de Taeyong comenzó a cortarse. Le dolía que ella estuviera perdida.

—¿Adónde podría haber ido? —se agarró su mentón dudoso. Al venirle esa idea a la mente, se agarró su entrecejo y su rostro se iluminó.

Claro, fue a buscar a Jaemin.

Sabía que Onda pudo escuchar su conversación con Taeyong.

—Jaemin... —dijo seguro.

—¿Jaemin? —repitió Taeyong.

—Fue a buscarlo, Onda debió escucharnos hablar sobre él. Debemos ir a Corea.

—Pero el huracán está por acercarse Japón, todo estará cerrado por al menos tres días.

Yuta dio un suspiro, debían esperar a que las grandes tormentas se fueran para poder ir a buscarla. Por lo pronto, decidió llamar a los padres de Jaemin, le contestaron que efectivamente Onda había llegado a su domicilio, que no se preocupara, que cuidarían de ella por mientras que el huracán dejara Corea y luego Japón.







(⛅️)

Holaaa, después de un tiempo largo he decidido volver, esta historia ya está terminada, solo sería subir los capítulos, subiré uno cada cuatro días para dar oportunidad a que los lean o que la historia llegue a más personas. Gracias por el apoyo dado a esta historia, me ha gustado demasiado escribirla 💗 ¡Nos leemos luego!

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