06
—¿Listo para tu primer día? —Renjun preguntó a Jaemin mientras arreglaba su uniforme y metía cosas a su mochila.
—La verdad estoy algo nervioso. No sé nada de lo que tu ves allá.
Jaemin se sentía preocupado. Sabe leer, hablar, caminar y es muy inteligente. Renjun le enseñó la aritmética y la pudo entender sin dificultad. También unos fin de semana se dedicaban a repasar temas anteriormente dados en la escuela de Renjun para que cuando Jaemin entrara no se encontrara tan perdido y tuviera contexto de lo que ven los chicos de su edad, pero seguía teniendo un sentimiento de inferioridad. Todo eso era nuevo para él.
—Tranquilo, verás que estarás bien —Renjun se acercó a él para acomodarle la corbata que el uniforme de gala tenía —. Todos son amables y ten por seguro que te irá bien —Renjun lo miro a los ojos —. No te dejaré solo —le dio una sonrisa.
El castaño le sonrió al chino y no pudo evitar darle un abrazo. Renjun respondió a el contento y con amabilidad. Ambos cerrando los ojos y observando las sensaciones que tenían al estarse abrazando.
—Perdón si interrumpo algo, chiquitines —llegó su mamá, la puerta estaba abierta y los vio abrazados. Ellos se separaron —. ¿Todo listo?
Ambos adolescentes asintieron. Y se dirigieron a la secundaria.
Cuando llegaron Jaemin vio como los padres dejaban a sus hijos y unos también llegaban caminando. La verdad sí estaba nervioso por ver como era recibido, era noviembre, ya habían empezado las clases previamente.
—Vengo por ustedes a las 2:00, ¿bien?
—Sí, mamá —dijo Renjun. La señora les dio una sonrisa y se bajaron del auto.
Renjun acompañó a Jaemin hasta el salón, por suerte lo pusieron junto a él y no en otro sino ahí hubiera sido muy diferente. Tendría que socializar con personas desconocidas y no tendría a nadie que lo ayudase con eso. Tendría que esperar hasta los recreos para ver a Renjun.
La puerta del salón fue abierta por Renjun y entraron. Todos los que ya estaban ahí se le quedaron viendo a Jaemin, parecía un muñequito de porcelana, Jaemin era demasiado lindo.
Un chico de secundaria hermoso.
Comenzaron a murmurar sobre él, las chicas ya tenían un nuevo crush eso era seguro. Renjun entrelazó la mano de Jaemin con la suya y lo llevó a sentarse junto a él. Jaemin al ver como Renjun tomo su mano sintió maripositas en su estomago.
Nos están viendo todos.
Pensó Jaemin.
—Renjun —una voz femenina se hizo notar —. ¿Es tu hermano? —la chica apuntó a Jaemin y Renjun negó.
—Somos amigos —sonrió.
—¿Tiene novia? —preguntó a Renjun.
—Porque mejor no le preguntas tú... lo tienes al lado mío —dijo en un tono que se podría malinterpretar.
—Ay, lo siento —se mordió el labio algo avergonzada —. ¡Soy Karina! ¿Y tú? —la pelinegra lo miro a los ojos.
—J-Jaemin —la miro, pero no pudo mantener su mirada por mucho tiempo, se puso nervioso.
La chica sonrió tocándose el cabello —. Eres muy lindo, espero y ser amigos.
—S-sí —respondió sin mirarla.
—Nos vemos... Adiós Renjun —se despidió y Renjun le dio una reverencia.
—Linda, ¿verdad? —miro a Jaemin. Jaemin asintió. De repente unos pasos llegaron y un grito se hizo notar.
—¡Renjuuuuun!
—¡Donghyuuuuck!
Había llegado su mejor amigo.
Cuando Renjun fue cambiado de salón, Donghyuck fue el primero en hablarle, era un chico muy social. Le presentó a más personas, un chico chino también, Chenle y otro chico más, Jisung. También a Karina y a Sowon. A ambas chicas les encantaba la lectura y escritura al igual que Renjun, se llevaban bien.
—¿Quién es él? —preguntó una vez llegando al lugar —. Porque esta en mi lugar.
—Jajaja, es Jaemin, es mi amigo y hoy es su primer día. ¿Lo dejarías sentarse aquí?
—Mm... ¡bien! Me tocará sentarme con Chenle y Jisung se quedará solo, lol.
—Jajajaja —Renjun rió y Jaemin se mantenía muy callado y con su cabeza baja.
—Oye... ¿por qué no hablas? —se dirigió a Jaemin.
—L-lo siento. Yo nervioso... ¡digo! —hizo un gesto con sus manos negando —. Estoy nervioso.
Donghyuck dio una risita —. Eres lindo. ¡Hay que ser obviamente amigos! ¿Te parece?
—Sí —Jaemin levantó la mirada encontrándose con ese chico de piel un poco más morena, no lo había visto desde que había llegado.
(...)
—Jaemin... —llamó Renjun mientras salían de la tiendita de la secundaria.
—Mande —habían comprado papitas y dos ramen. Jaemin le ayudaba a cargar. Ya que Jae no podía comer esas cosas, le caían mal. Lo único que podía comer era mango, leche y agua, era lo que más le gustaba y le caía demasiado bien. También le encantaban las galletas con chispas de chocolate, pero esas lo dejaba muy panzón y solo en ocasiones las comía.
—Si estás inconforme con algo... consúltamelo —hizo saber —. Sé que eres callado, pero... trata de acoplarte más con mis amigos, son muy amables, ellos se comportaron bien conmigo, ¿si? —le sonrió.
—S-sí.
—Bien... vamos —Renjun lo tomó de su cintura e iban caminando juntos. Eran muy grandes amigos, Renjun crió a Jaemin por así decirlo. Con su cariño va creciendo y lo agradece demasiado.
Llegaron a la mesa donde Renjun y sus amigos se sentaban, ahí estaba Chenle, Jisung y Donghyuck. En ocasiones las chicas se sentaban junto a ellos.
—¡Hola! Miren... él es Jaemin —presentó a los demás faltantes.
—¡Hola! —saludaron los chicos muy animados —. Siéntense, siéntense —ánimo Jisung.
—Con qué Hybrid Child, ¿eh? —dijo Donghyuck —. Ya se me hacía que eras demasiado lindo para ser alguien real. Yo quería uno, pero el señor ese nunca contestó después —dio un puchero.
Renjun todavía no les decía que era un Hybrid Child como algunos de su secundaria. No sabía de dónde había averiguado que Jaemin era uno de ellos.
—¿C-cómo sabes? —ahora preguntó Jaemin.
—Lo sentí —dijo Chenle —. También lo soy, tengo mi número atrás, dígamos que tú también lo tienes, ¿cierto? —Jaemin asintió.
—Jisung es el dueño —Renjun agregó.
—Se supone que yo debería controlarlo... ¡pero no! ¡Él me controla a mí! —se quejó Jisung y todos rieron.
Jaemin volteó a ver a Renjun, como estaba tan feliz sonriendo y hablando con sus amigos, lo veía feliz y no solitario y triste como antes estaba. A sus ojos veía a un ángel, Renjun a sus ojos es hermoso, encantador. De algo esta seguro y es que le encanta Renjun. No pudo evitar sonreír al verlo.
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