— ¿Estás cómoda, Nancy? — Pregunto mientras le coloco en cinturón de seguridad. 

— ¿Podrías dejar de tratarlo como si fuera un humano? — Pregunta Hyori desde el asiento del copiloto. — Eso me está causando escalofríos.

— Quizá no entienda nuestro idioma... — Susurro más para mí mismo para luego dirigirme nuevamente a la cuadrúpeda. — ¿Parlez-vous français?

— ¿Realmente crees que va a responderte? — Pregunta una actualmente cansada y odiosa Hyori.

Cuando estoy a punto de abrir mis labios para responder a su duda, Nancy se me le adelanta al emitir un gruñido que suena cómo afirmación. 

— Al parecer sí. — Digo con asombro.

— Lo diré una vez más, ese cerdo me causa terror. 

— Y yo te lo diré una vez más. — Alzo mi voz. — Nancy no es un cerdo, es un jabalí honrado. 

— Claro, tan honrado que no dudó ni un segundo en comer parte de mi mochila. — Responde indignada.

— Ya te dije que te compraré una nueva. — Volteo los ojos.

Hyori está enojada simplemente porque dejé caer a Nancy sobre ella.  

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Luego de diez minutos, finalmente habíamos logrado acercar su cuerpo a las puertas traseras del auto.

— ¡Vamos Hyori! — La animo. — Levantémosla una vez más. 

— Dame un descanso. — Responde con un hilo de voz. — Sólo unos segundos. 

— Está bien, debemos meterla al auto. — Recuerdo. — Te ayudaré a elevarla desde adentro y tu aguantarás su peso por unos segundos para yo poder jalarla hacia el interior, ¿ok? 

Luego de muchas quejas y ligeros insultos por parte de ambos, finalmente logré convencerla de hacerlo, aunque haya aceptada a regañadientes mientras maldecía en mi nombre.

— Está bien, pero no vayas a soltarla. — Repite insegura por milésima vez. 

— ¡Por Hades! — Digo cansado de lo mismo. — ¿Quién crees que soy? — Pregunto indignado. — Ya te dije que no lo haré, ¿Acaso no confías en mi? 

— La verdad no mucho... — Susurra. 

— ¡Te escuché! 

Nancy volvió a acomodarse en el suelo, moviendo lentamente su colita retorcida mientras cierra sus pequeños ojitos, y detrás de ella está Hyori, cuyo rostro se encuentra completamente rojo y pequeñas gotas de sudor corren por su frente.

No puedo evitar pensar en lo tierna que se ve.

— ¿Quién es la chica más tierna del mundo? — Pregunto con voz aguda mientras acarició el pelaje de Nancy. 

— Vuelvo a preguntar. — Pronuncia la chica sudorosa frente a mi. — ¿Cómo sabe qué es chica y no chico? 

— Simple intuición. — Me alzo de hombros. 

— Bueno. — Responde ignorándome. — Creo que ya estoy lista.

— Uno... 

— Dos... 

— ¡Tres! 

Elevamos a Nancy mientras tratamos de igualar su peso para ambo, damos unos pasos más con ella y subo a los asientos traseros del auto, entre tanto intento calcular el espacio para que no se golpeé al entrar. 

— ¡Hyori! — Grito llamando su atención. — ¡Sostén su peso! 

Hyori ataca mi petición y hace su mayor esfuerzo para no dejar caer a nuestra amiga Nancy, cuidadosamente me aferro más a su cuerpo y logro jalarla un poco hasta que la mitad de su cuerpo está dentro. 

— ¡Date prisa! — Me apresura Hyori.

Estoy por jalarla nuevamente cuando una distinguida notificación llega a mi celular haciéndome soltar a Nancy para tomar mi teléfono.

— ¡Do EunYeong está en live! — Digo sin poder contener mi emoción. 

Alzo mi mirada y levanto mi celular para poder mostrárselos a mis acompañantes, pero me quedo completamente desconcertado al ver que ya no se encuentran frente a mi, estoy por decir sus nombres cuando la voz de la chica de raza humana se hace presente.

— ¡JUNGKOOK! ¡QUÍTAME A ESTE CERDO DE ENCIMA! 

— Oops... no fue mi intención... 

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— ¿Por qué la odias tanto? — Pregunto luego de unos segundos de silencio.

—¿Perdón? — Pregunta con desconcierto.

— Lo que escuchaste. — Respondo ya perdiendo mi paciencia. — ¿Qué tienes en contra de Nancy? 

— Escúchame bien, señorito papel higiénico, ¿Por qué tendría que odiar a un cerdo? 

—Jabalí. — Respondo entre dientes.

— ¡Lo que sea! — Le resta importancia rebajando así el nivel de Nancy. — ¿Qué te hace pensar que odio a ese Jabalí? 

— Ya te dije que es una chica, no un chico. — Nuevamente estoy perdiendo mi paciencia.

— ¡¿A QUIÉN LE IMPORTA SI ES MACHO O HEMBRA?! — Grita haciéndome sobresaltar. — ¡SÓLO ES UN CERDO COME MOCHILAS! 

— ¡NO LA ESCUCHES, NANCY! — Volteo asustado para asegurarme que Nancy esté bien después de tal insulto. — ¡NO DEJES QUE ESTA CORNUDA SE META CONTIGO! 

— ¡¿A QUIÉN LE DICES CORNUDA!? 

Recapacito mis palabras dándome cuenta de que la discusión se está saliendo de nuestras manos.

— Cierto, no eres una cornuda. — Digo intentando remediar mi error. — No llegaron a ser novios, así que es imposible que te haya sido infiel. — Afirmo para mí mismo. — Solo te mintió y engañó, aparte de dejarte varada en una gasolinera.

Hyori aparta su mirada de Nancy para dirigirla hacia la mía.

— ¿Sabes qué? Esto no va a funcionar. 

Abro mis ojos por completo cuando el silencio llega a nosotros y cae sobre mí conciencia el peso de mis palabras.

— Hyori, no quise decir eso, me refería a que... 

— No pasa nada, es cierto lo que dices. — Dirige su vista a la ventana. — ¿Por qué debería sentirme mal? Seongjin y yo nunca llegamos a ser nada. 

— No te pido que me perdones, pero quiero que sepas que no fue mi intención hacerte sentir mal y mucho menos quise dar a entender eso. 

La escucho tragar duro y nuevamente me quedo sin palabras, sé que no es ninguna excusa ni nada para el estilo, pero realmente siento que no puedo más con tantas desgracias ocurridas en lo que va de la madrugada.

Sigo conduciendo mientras pienso en una manera para disculparme correctamente y buscar una solución para dejar de soltarlo todo sin pensar antes.

— Cambiando de tema... — Volteo mi cabeza rápidamente en su dirección al escucharla hablar. — Dijiste que conocías a alguien que podía ayudarnos, ¿Conoces a algún veterinario aquí en Daegu? 

— Algo así... — Me rasco la nuca. — Hace un tiempo conocí a un chico que tenía una prima, que tenía un amigo, que tenía un hermano que estaba estudiando medicina. 

— ¿No se supone que la medicina humana y la medicina veterinaria son cosas diferentes? 

— Sí, pero luego se cambió a medicina veterinaria. — Me encojo de hombros. — Dijo que era más fácil el tratar con animales que tratar con humanos. 

— A menos que el animal sea Nancy y el humano tú... — La escucho susurrar. — En ese caso la cosa estaría igual de complicada... 

Me muerdo la lengua tratando de contenerme y no decir nada ante eso.

— En fin, después de que Nancy te aplastara le envié un mensaje y contestó de inmediato. Dijo que alistaría sus herramientas de inmediato y que nos esperaría con las puertas abiertas. 

— Conoces la dirección, ¿no? 

— ¿Cómo no voy a saberla? — Pregunto incrédulo. — Una vez tuvimos que traer a mi abuela porque se atragantó con su dentadura mientras comía carne. 

— ¿Y la trajeron a una veterinaria en Daegu en lugar de llevarla a un hospital en Busan? — Pregunta con incredulidad.

— Sí, estábamos, el chico que tiene una prima que tiene... — Me interrumpe.

— Sí, sí, el chico, la prima, el amigo y el hermano veterinario. 

— Bueno, el chico, el amigo y yo somos amigos. — Vuelvo a encogerme de hombros. — De hecho viven al lado, nos estábamos quedando en la casa del chico cuando pasó lo de mi abuela, entonces fue la solución más rápida que encontramos. 

— Bueno, me alegro que hayan logrado salvar a tu abuela. 

— Sí, la muerte la persigue pero ella es más rápida. — Sonrío al pensar en ella. 

El silencio vuelve a reinar entre nosotros, la mira abrir y cerrar la boca con ganas de decir algo pero me apresuro y lo hago yo antes que ella.

— Con respecto a lo que dijiste antes... Yo creo que esto sí puede funcionar. — Volteo hacía ella y noto que tengo toda su atención. — Hagámoslo por Nancy... Y por nuestras calificaciones. 

Le brindo una sonrisa que no duda en corresponder. — Está bien, Hagámoslo. 

Fotito gracias a 

😭♥