Catorce
— ¡Policía! — Grita una voz haciéndonos sobresaltar. — ¡Abandonen el vehículo y coloquen sus manos donde pueda verlas! Están detenidos por intento de robo.
Miro a Jungkook asustada y sin comprender la situación, ¡¿Intento de robo?! ¡¿Cómo puede ser eso posible?!
Estoy por hablar cuando los gritos del oficial se vuelven a hacer presentes, Jungkook abre su la puerta de su lado y yo copio su acción para luego seguir las ordenes antes dadas.
— Señor oficial... — Me atrevo a decir. — ¿Qué se supone qué robamos?
— ¿Tienen el descaro de preguntar? — Bufa. — ¿Acaso este auto es de su propiedad?
— Lo es. — Afirma Jungkook. — Me lo obsequiaron mis padres cuando cumplí dieciocho.
— Vaya... aparte de ladrón, mentiroso. — Ríe. — Podrías pasar más tiempo en prisión si intentas engañar a un oficial de policía que te atrapó con las manos en la masa.
— ¡Le estoy hablando con la verdad!
— Hace aproximadamente una hora recibimos una llamada que exigía la denuncia de un robo de vehículo, lo hemos rastreado y rápidamente dimos con su paradero.
— ¡¿Y cuándo y dónde se supone que lo robamos?! — Exploto.
— Al rededor de las 10:30 pm a las afueras de la veterinaria MinHolly, localizada en el distrito Buk-Gu.
Trago duro antes de girar mi mirada hacia mi aparente compañero de asalto, él hace lo mismo y puedo notar la mezcla de miedo, asombro y confusión en sus ojos.
— Bueno... — Susurra Jungkook sólo para mí. — Eso explica el porqué hay una jaula y pequeños ratones en la cajuela.
— ¿¡RATONES?!
— ¿Está insinuando que soy una rata, señorita? — Me maldigo internamente por haberlo gritado.
— Oficial, no es lo que parece. — Interrumpe Jungkook antes de que yo pueda disculparme. — Déjeme explicar nuestra situación...
Sin más, cierro mis ojos mientras Jungkook deja que las palabras salgan de su boca y yo lo ayudo a completar algunos detalles de la historia.
— Ok... — Responde el hombre frente a nosotros después de analizar nuestras palabras. — Entonces me están diciendo que sólo son dos estudiantes de que van camino a su academia, pero su viaje ha sido interrumpido por; una diarrea, un engaño, un choque, un jabalí atropellado...
— Una. — Interrumpe Jungkook y yo le doy un codazo. — Es chica y su nombre Nancy.
Al parecer el oficial no le gustó ese gesto, por lo que saca su libreta y empieza a anotar algunas cosas. — La primera es por faltarme el respeto repetidamente en tan poco tiempo. — Nos entrega una hoja.
¿A qué se refiere?
— Esta es por maltrato animal, esta por conducir con las extremidades incorrectas, esta por el secuestro de una menor...
— ¡¿Secuestro de una menor?! — Preguntamos al mismo tiempo.
— Sí. — Alza una ceja en nuestra dirección. — Me dijiste que no conduces porque aún no eres mayor de edad.
— Pero hoy es mi cumpleaños. — Afirmo y Jungkook me mira con asombro. — Puede ver mi carnet de estudiante y verificar que la fecha dice veintiséis de diciembre.
Me obliga a volver al auto y entregarle mi carnet. Después de verificar que estoy diciendo la verdad, me devuelve lo que me pertenece y quita la multa de secuestro de las manos de Jungkook. Aunque yo sé que igualmente no contaría como secuestro, pero prefiero quedarme callada antes que hacer que nos ganemos otra multa para la lista.
— Descartando esa... — Retoma su bolígrafo y anota más cosas en su libreta pero luego de unos segundos la guarda. — Son demasiadas cosas y el peso de estas aumenta con cada palabra. Tendré que llevarlos a la comisaría para empezar con el papeleo del la denuncia del robo de vehículo.
— Óigame usted, hermoso y bello hombre... — Interfiere Jungkook nuevamente y lo golpeo mentalmente. — ¿No habrá una otra forma de escaparnos de esta? Digo... ¿Por qué llevar las cosas tan lejos?
Nuevamente abre su libreta y le entra una hoja. — Esta es por intentar sobornar y galantear a un policía. Suban a la parte trasera de la patrulla.
Media hora después...
Ya he perdido la noción completa del tiempo. Suelto un desesperado suspiro mientras dirijo mi mirada al techo y pienso en una forma de escapar. No lo sé, talvez un túnel podría funcionar.
— Feliz cumpleaños, Yun Hyori. — La voz de mi compañero de celda me hace volver a la realidad.
— Muchas gracias, Jeon Jungkook. Pero nunca pensé que pasaría mi cumpleaños en una estación de policía.
Jungkook está por responder cuando se levantar de la banca haciéndome sobresaltar del susto, copio su acción al ver que el oficial que nos arrestó se acerca a nuestra celda.
— Tenemos derecho a una llamada. — Exige mi amigo el convicto.
— Eso venía a informarles.
Sin decir más, nos devuelve nuestros celulares para que podamos copiar el número que queramos en el teléfono de la estación y se retira lo suficiente cómo para poder seguir escuchándonos.
¿A quién podría llamar? No conozco a nadie de Daegu a excepción de los amigos de Jungkook y llamar a Seongjin está lejos de ser una opción. Guardo mi celular y me quedo expectante a las acciones de mi compañero.
— ¡¿Min Yoongi Hyung?! — El desespero es notorio en su tono de voz, le hago una señal para que lo ponga en altavoz.
— No, soy Seokjin. — Responden al otro lado de la línea.
— ¡Seokjin Hyung! Necesito un gran favor tuyo.
— Supongo que ha de ser algo grave. Nunca nos llamas por nuestros nombres, mucho menos usas los honoríficos.
— Bueno... ¿Cómo reaccionaría si le digo que Hyori y yo estamos en la cárcel?
— ¡¿CÓMO ESTÁN EN LA CÁRCEL?!
— Aún no es la cárcel, es la estación de policía. — Respondo en un intento de hacerlo calmar.
— Lo suponía... — Susurra con miedo. — ¿Podrías pasarme a Yoongi Hyung?
— Ahorita no puede hablar con ustedes, está ocupado atendiendo el parto de Nancy.
— ¡¿EL PARTO DE QUIÉN?! — Gritamos al unísono.
— ¿Acaso no sabían qué estaba embarazada? — Responde con asombro.
— No. haznos una videollamada.
Jungkook corta la llamada y me mira con sorpresa y desconcierto, yo le devuelvo la misma mirada mientras aferro mis manos a las rejas frente a mí. Él copia mi acción y nos quedamos en silencio por unos segundos hasta que él lo rompe.
— Te dije que era una chica.
Seokjin hace caso a la petición de Jungkook y la solicitud de videollamada entrante de tarda en caer.
Detrás de él podemos ver al Nancy acostada sobre una especie de camilla y a Min Yoongi ayudándola.
— ¡PUJA NANCY, PUJA!
Seokjin detiene el video para solo dejar el audio de la llamada.
— No creo que quieran ver eso.
— ¿Pero cómo es posible qué estuviera embarazada después de ese gran golpe? — Me cuestiono.
— ¡ESO ES LO QUE AÚN NO ME EXPLICO! — La voz de Min Yoongi se escucha a lo lejos.
—Bueno, después pensamos en eso. — La voz de Seokjin se vuelve a hacer presente. — Ahora explíquenme por qué razón están presos.
— Nos están acusando de robo de vehículo. — Afirmo.
— Nos equivocamos de auto y ahora estamos bajo la custodia de la ley.
— ¡¿Cómo pudieron equivocarse de auto?!
— ¡Estaba frente a la veterinaria, tenía las llaves en la puerta y era prácticamente idéntico al mío! — Se excusa. — Bueno, a excepción de unos detalles en la pintura y la jaula y ratones en la cajuela.
— Jaula y ratones... — Su tono de voz es pensativo. — ¡¿Cuál era el diseño de los detalles?!
— No lo recuerdo, creo que serpientes. — Respondo.
— No puede ser... — Su voz se llena de angustia. — Tienen que huir lo más pronto posible, ese es el auto de uno de mis clientes y puedo asegurarles que no es alguien con quién se quieran meter en problemas.
— ¡¿Pero cómo vamos a escapar?! — Soy interrumpida al escuchar a alguien aclararse la garganta.
— ¿Acaso intentan escapar de mí?
Dirijo mi mirada al frente topándome con la imagen de un hombre de edad media encaminarse hacia nosotros, su brazos están repletos de tatuajes y en su vestimenta únicamente puedo encontrar ropas de cuero. Pero sobre todo, hay algo que sobresale y provoca que Jungkook y yo nos miremos con asombro.
— ¡¿RUDDY?! — Gritamos al mismo tiempo al ver al reptil que carga en sus brazos.
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