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Extra Final

Había pasado una semana desde que Reborn le pidió que se casará con él. Una semana desde que no ha encontrado el momento para decirle que iban a ser padres.

- No puede ser tan difícil -se decía frente al espejo- Reborn -pronunció serio- Estoy embarazado -practico pero a los segundos se inclinó frente al lavado- No debe ser así -regañó- Algo más bonito -dijo antes de salir del baño para caminar a la cocina.

Estaba solo en el apartamento, su futuro esposo tuvo que viajar a una conferencia hace dos días, lo único bueno era que no veía sus síntomas o nauseas matutinas que lo delatarían en un abrir y cerrar de ojos. Tomó una tasa de té, algo que no lo hacía vomitar como el café, para hojear algunas revistas de matrimonio que había adquirido en su viaje al supermercado.

Él y Reborn acordaron contraer nupcias en un mes, para que iban a esperar tanto, además por parte de Tsuna entre más pronto sea mejor, no quería que se le notara su vientre. Por lo que luego de comprometerse, les avisaron a todos sus cercanos, los cuales felicitaron a la pareja.

Sería una ceremonia entre familiares y amigos más cercanos, los dos estuvieron de acuerdo en celebrar el acontecimiento en una pequeña capilla a las afueras de la ciudad, en donde gracias a Timoteo tuvieron una fecha de acuerdo al tiempo que querían.

Tenia muchas cosas que arreglar, las invitaciones, los trajes, la cena, las flores, tanto pensar en ello lo hacían marearse, debió otro sorbo de té, tomo el teléfono y empezó por llamar a una agencias de matrimonios para que lo ayudaran. 

Los días iban pasando y los planes no podían ir mejor, la gran mayoría de los arreglos ya estaban encargados. Luego de tomarse las medidas para su traje, salio a dar una pequeña vuelta por algunas tiendas, en donde le llamo la atención un de maternidad y cuidado de niños.

Entro apreciando la infinidad de cosas que necesitaba un menor, paseo por la sección de ropa, donde cada vestimenta que veía le causaba ternura. Fue ahí cuando una idea se le ocurrió, camino hasta encontrar lo que tenia en mente, unos pequeños zapatos de color blanco para un recién nacido. 

Sonrió por su compra y fue directo a su hogar, guardando la caja con los zapatos en el armario.

Fue a ordenar la sala, para luego cocinar la cena, sabía que Reborn llegaría esa noche por lo que se apresuró a ver la hora.

El azabache subía por el ascensor con ganas de ver a su pareja, había estado rodeado de académicos, sólo quería abrazar a su castaño y arreglar los últimos detalles de su boda. Algo que lo hizo sonreír.

Abrió la puerta de su hogar para encontrarse con los brazos de Tsunayoshi que lo estaba esperando.

- Bienvenido -saludo dándole un beso.

-Extrañaba esto -comentó tomándolo por la cintura y llevándolo al interior del apartamento.

Entre últimos detalles e idas de un lugar a otro, el menor no encontraba el momento oportuno para comentar su estado.

Ya un día antes de su boda y con sus síntomas cada vez más seguidos, camino con toda la valentía que adquirió, saco la caja donde tenía los primeros zapatos para el bebé y fue a la sala, donde el azabache leía frente a la chimenea.

- Reborn -nombró caminando hacía él con el paquete en su espalda.

- ¿Qué ocurre? -preguntó bajando el libro y sacándose sus lentes- ¿Nervios antes de la boda? -lo miró con una pequeña sonrisa.

-Nada de eso -aclaró a unos pasos del contrarió- Tengo algo para ti, un regalo de bodas -murmuró nervioso entregándole el obsequio sin quitar la mirada de su pareja.

- Sabés que no necesitó nada que no seas tú -mencionó sonriendo abriendo de apoco el envoltorio, quedando en silencio al ver los adorables zapatos blancos. Miró al castaño emocionado.

-Sorpresa -dijo Tsuna con una sonrisa y lágrimas en sus ojos- Seremos padres -río al sentir el abrazo del mayor.

-Es el mejor regalo que he recibido -habló el mayor besando la mejilla ajena y tocando el vientre de Tsuna- Te amo -murmuró- Y también te amo a ti -se arrodilló para susurrarlo a su futuro hijo o hija.

- Nosotros igual te amamos -decía el menor entre lágrimas.

En la noche se la pasaron hablando del bebé, algunos nombres, arreglos que tendrían que hacer a la casa, los cuidados, entre otras necesidades.

Al llegar la mañana y la hora de la boda, ambos profesaron sus votos y el profundo amor por el otro frente a sus amigos y familiares, los cuales felices por la pareja aplaudió con entusiasmo.

Su amor que nunca se rompería.

Uno que soportó años de lejanía, tristeza y dificultades, empezaba a escribir una nueva página de su historia...

FIN

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