Cuando tenía 12 años, Tsunayoshi se tuvo que mudar a Italia por un tiempo. Demoró varias semanas adaptarse a este nuevo hogar, además de la escuela.

Nunca había sido un gran estudiante, pero tampoco sus calificaciones eran tan malas. Sin embargo, después de la mudanza estas bajaron hasta tal grado que sus padres y su abuelo llegaron a la conclusión de contratar a un tutor.

La persona que fue elegida se llamaba Reborn y este tenía 22 años.

Aquel azabache estudiaba en la prestigiosa universidad de Sicilia, la más prestigiosa de toda la república italiana, ahí se dedico a estudiar historiografía, donde más tarde se especializo en los acontecimientos de su país natal. Ya en esa época era respetado dentro de su especialidad, ahora lo era aun mas, el de patillas trabajaba en varios museos, bibliotecas y específicamente en investigaciones.

Cuando el castaño lo conoció quedo intimidado por la presencia que emitía el de cabellos oscuros. Más adelante se dio cuenta que sus tutorías eran comparables a torturas, aunque estas daban resultados.

Poco a poco Tsuna empezó a encariñarse con Reborn, tal vez en ese momento solo era un enamoramiento pasajero, pero al pasar los meses y al final un año, no podía sacárselo de la cabeza.

Intentaba ocultar su sonrojo, nerviosismo y leve temblor que producía su cercanía.

Se preguntaba así mismo: ¿Cómo se pudo enamorar de él? La respuesta era simple, le encantaban sus ojos negros como la noche sin luna, su cabello aunque oscuro, brillaba y se veía sedoso al tacto, sus patillas risadas eran peculiares pero le atraían. Era más alto que el, con suerte le llegaba al hombro, su cuerpo estaba bien definido y podía asegurar que estaba tonificado en las partes adecuadas.

Parecía una colegiala, después de llegar de clases esperaba pacientemente que este arribara a su hogar, mientras miraba por la ventana de su habitación.

Un día llego a la conclusión que tenía que confesarse, era una necesidad no podía ocultar los fuertes sentimientos que emanaban de su ser.

Aunque estos no fueran correspondidos.

No perdía nada con intentarlo, se dijo a sí mismo.

Un día caluroso de verano, el castaño iba caminando por el centro de la ciudad atrapado en sus pensamientos. Hasta que escucho un voz familiar.

-Reborn- murmuro para sí mismo.

Feliz, alzo la vista de donde provenía la voz.

Esa fue la primera vez que a Tsunayoshi se le rompió el corazón, el de cabellos oscuros estaba abrazando a una joven de cabellos rosados, la cual le daba pequeños besos en la mejilla.

Se notaban que eran parejas, las señales eran obvias.

Retrocedió unos pasos y se echo a correr. Ya cansado y jadeante vio la hermosa vista que otorgaba el atardecer reflejado en el océano, antes que su vista se volviera borrosa por sus lágrimas.

Pasaron los días y las tutorías seguían. Se dijo a si mismo que tenía que ser fuerte y que algún día encontraría a alguien que lo quisiera.

Los últimos meses que estuvo en Italia fueron difíciles, por una parte tenía que ocultar sus sentimientos hacia Reborn, lo que ocasionó que las tutorías se volvieran cada vez mas monótonas, además no podía olvidarlo si lo veía cada día.

Pero eso cambio cuando volvió a Japón.

Ya en el presente, el castaño acepto la mano ajena para ayudarlo a levantarse del frio suelo.

-Gracias- murmuro el menor.

-No has cambiado nada- menciono el de patillas- Sigues siendo igual de distraído, dame-Tsuna.

-Y tu igual de altanero- contraataco Tsuna mirándolo fijamente.

-Pensé que llegarías el fin de semana- comento el contrario- Timoteo me contó que venias a visitarlo, estaba feliz de tenerte de nuevo en su casa.

-Me pareció agradable venirlo a ver- dijo el castaño nervioso, no quería revelar la verdad del porque se encontraba en Italia.

La plática termino pronto, por lo que el castaño se despidió y casi salió corriendo hacia su auto y luego a la finca de su abuelito.

Los días pasaron y Tsunayoshi se refugió en los libros que proporcionaba la gran biblioteca de la casa. Le encantaba leer, mas aun si eran historias de romance, aunque no quería admitirlo era un romántico empedernido, desde el fondo de su corazón anhelaba que alguien lo tratara como los protagonistas de los libros hacían.

Suspiro y siguió atrapado en la trama del libro mientras el sol se ocultaba por la ventana.

En otra parte de la casa, Timoteo recibía a Reborn, el cual tenía una fuerte amistad con el anciano.

-Así que te encontraste con mi nieto- dijo el mayor sentado en un sillón frente al azabache.

-No ha cambiado para nada- menciono sonriendo- Le iba a preguntar por su pronta boda pero salió corriendo.

-Es mejor que no le hayas preguntado- hablo Timoteo con la mirada oscura, algo que Reborn percibió.

-¿Qué ocurrió?- pregunto dejando su café sobre la mesa.

-Su prometido lo engaño- respondió con enojo- Le mintió desde que empezaron su relación, solo estaba con mi nieto por su herencia- miro hacia la ventana donde el sol se ocultaba- Tsunayoshi estuvo y está destrozado, tal vez cuanto logre recuperarse.

Reborn al escuchar la respuesta de Timoteo se sintió furioso, aunque Tsuna era un bueno para nada no merecía que lo engañaran, que lo lastimaran de esa forma.

Tsunayoshi estaba terminando el libro que sostenía entre sus manos cuando una voz lo asusto.

-Tsuna- se escucho a sus espaldas.

-Reborn- dijo volteándose- Me asustaste, ¿Qué haces aquí?- pregunto.

-Vengo de vez en cuando a cenar con tu abuelo- se acerco al castaño, ahora que lo miraba fijamente podía notar las ojeras bajos sus ojos- Me mando a buscarte, la cena se servirá en unos minutos.

-No me había percatado de la hora- dijo el menor.

-¿Acaso leíste todos estos libros?- pregunto el azabache señalando el escritorio.

-Si- respondió avergonzado- No sé porque tanta sorpresa, si tú me hacías leer más que esto- hablo riendo un poco.

-Pero en ese tiempo te querías morir al ver lo que tenias que leer- recordó el mayor.

Ya caminando por el pasillo, Reborn al ver como el castaño estaba tan desanimado, se le ocurrió una idea.

-En unos días se celebrara la fiesta de las flores con un carnaval- empezó a hablar atrayendo la atención de Tsunayoshi- ¿Te gustaría ir?- pregunto.

-Yo...- dijo nervioso, como era que el azabache lo está invitando a un lugar.

-Si o no- hablo este al no escuchar respuesta.

-Me gustaría ir- respondió, si no se daba ánimos el para salir de la etapa en la que estaba, nadie lo haría.

-Te pasare a buscar el sábado al medio día- dijo Reborn entrando al comedor.

El azabache no sabía porque había invitado al castaño, solo surgió la necesidad de hacerlo. Al verlo tan caris bajo y sin ese brillo peculiar en sus ojos, pensó que sería buena idea sacarlo a ver la colorida y animada fiesta, para que pudiera sonreír y olvidarse de sus problemas. 

Cenaron hablando de infinidades de temas, el castaño muy en el fondo deseaba que fuera sábado lo mas pronto posible, al igual que cierto azabache aunque no lo admitiera. 

Continuara...

Hola !!! aquí su autora-chan trayéndoles un nuevo cap :D hace unos días pase a publicar por error cuando lo estaba escribiendo  :o 

Ahora que termine de escribirlo, seguiré estudiando, tengo prueba mañana >:c y me falta muchooooooo por estudiar, deseenme suerte :'D 

Nos vemos el proximo domingo :) bye bye