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Capitulo 6: Ella.

Prov. Normal.

Ya cuando Félix se fue del hospital, tomó comino directo a su casa. Pensaba en lo que debería de hacer con su hermano, ya que ambos aman a la misma chica, y ninguno planea dejar sus sentimientos de lado. Una cosa era clara, iban a arreglar este problema sin discusiones infantiles, o el típico "Ella es mía porque yo la vi primero", y eso porque ninguno de los dos hermanos rubios quería referirse a Marinette como un objeto, ya que no lo era. Para ambos ella era una chica única, especial y muy importante, ambos la amaban de todo corazón.

Cuando Félix llego a su casa, justo cuando estaba apunto de entrar, se topó di su hermano menor Adrien. El silencio era incómodo, Adrien sólo desvió su mirada apenado por lo que había hecho, mientras que Félix lo veía serio, como siempre ha sido.

-F-Félix...yo... Yo lo si_

Antes que Adrien dijera algo, la puerta de la casa de ambos rubios se abrió y su prima salió preocupada.

-¡Adrien! ¡Félix! Me alegró de verlos. ¿Qué paso con Marinette?-dijo la castaña preocupada.

-Ella está bien. Mañana podemos ir a verla si quieres.-dijo Félix aún serio, ignorando a su hermano.

-¿Enserio? Menos mal que esta bien. Ya me había preocupado...-Emi miro a sus primos, los cuales no se dirigían ni la mirada-...¿Qué pasa chicos? Se ven algo....d-desanimados...

Los rubios miraron a su prima, la cual se veía preocupada. Esa chica que siempre había sonreído para ellos en todo momento, ahora estaba apagada y preocupada. Eso era algo que a ambos les paralizo y destrozo en corazón. No podían dejar que sus problemas "amorosos" afectarán su relación de familia, y menos cuando eso incluye a su prima que siempre había sonreído y había sido tan radiante. Ambos se miraron y tomaron una silenciosa decisión, ir y hablar en privado para discutir su "problema". Adrien vio a Emi y le sonrió.

-No te preocupes Emi. No es nada grave.-le dijo el ojo-verde

-¿De verdad?

-Si, ahora mejor vamos a descansar y mañana vamos los tres a ver a Marinette. ¿Si?

-Esta bien. Yo me iré a mi habitación... Nos vemos mañana, chicos-dijo la castaña por última vez antes de irse, no muy convencida de lo que decía su primo Adrien.

Los rubios vieron cuando si prima se fue, y ambos se dirigieron al pateo de su mansión para hablar a solas.

-Félix...yo siento mucho haberte encerrado...-dijo Adrien arrepentido.

-No importa. Imagino que fue idea de Plagg.

-Si bueno...eso es cierto. Pero aún así, yo lo escuche y...bueno...

-Ya, eso no importa. Ahora es mejor hablar de otra cosa, mucho más importante que las travesuras de Plagg.

-.....Sobre lo de Marinette, ¿verdad?

-Si. Es más que obvio que yo no la quiero dejar.

-Ni yo.

-Es evidente. Porque mejor no hacemos esto. Dejar que Marinette sea la que decida. En fin y al cabo, lo importante es que ella sea feliz, ¿no?

-....Bueno, es cierto... Esta bien, que ella decida, y que no importé lo que decida, lo tomaremos con responsabilidad.

-Eso es obvio de mi parte.

-Si bueno...entonces nos vemos luego. Yo tengo que ir a patrullar ya un ella no podrá.

Al decir eso Adrien se transformo en Chat Noir y se despidió de su hermano, para después irse a su patrullaje nocturno. Félix sólo entro a su casa y se dirigió a su habitación. Tomó su celular y empezó a mandarle mensajes a Marinette.

Mientras, justo después de que Félix se fuera a su casa, dejando a la peli-azul sola en esa habitación de hospital gris. En cuanto el rubio de fue, Marinette dio un suspiro y miro por la ventana. De sus sábanas blancas salió su kwami y se dirigió a su portadora.

-Marinette, ¿cómo te sientes?-dijo Tikki preocupada.

-Ya un poco mejor que ayer. Perdona si te preocupe Tikki.

-No, eso no importa. Lo que importa es que estés bien.

La peli-azul le sonrió a su kwami, para después mirar por la ventana y observar la noche. Ella pensaba en varias cosas, las cuales la mayoría empezaban a verse algo borrosas, y eso la preocupaba. Decidió mejor descansar, y esperar que para mañana la dieran de alta, para poder ir a su casa. A la mañana siguiente, Marinette fue levantada temprano por las enfermeras, que ya la conocían, para que la chica desayunara algo y tomara su medicamento. Mientras comía, un doctor de cabello negro y ojos grises entro, junto con una enfermera.

-Hola Marinette. ¿Cómo te sientes?-dijo el doctor sonriendo para la chica.

-Mucho mejor que antes.-le contesto la joven de ojos azules sonriendo

-Ya veo, me alegra escuchar eso. Bueno, los exámenes indican que no hay rastro de ningún nuevo tumor, y el examen oftalmológico indica que estas bien de tus capacidades auditivas y visión.

-Eso significa que me darán de alta hoy, ¿verdad?

-...Marinette. Verás querida...

~Minutos después~

Los dos hermanos Agreste y su prima iban en camino al hospital para ver a Marinette. Félix y Adrien ya habían arreglado su asunto "romántico" y habían quedado en que Marinette decidiría con quién estar, ya que ambos querías que ella fuera feliz, más que nada en el mundo. Ya cuando llegaron al edificio, se encontraron con Alya y Nino, que también iban a visitar a la peli-azul. Todos se dirigieron juntos a la habitación de la chica, y como siempre Félix ignoraba a las personas a su alrededor. En cuanto llegaron a la habitación de la chica, Emi y Alya abrieron la puerta rápidamente.

-¡Marinette! ¿Cómo te sien.....tes?-dijeron las dos chicas al mismo tiempo, pero se quedaron en silencio cuando vieron al doctor hablando con Marinette, la cual se veía preocupada.

-Vaya, parece que ya llegaron tus amigos Marinette. En ese caso nos vamos para que hables con ellos, le daré a tus padres los papeles del alta y hablare de eso con ellos. Piensa bien en lo que te recomendé, adiós querida.-al decir eso, el doctor se fue junto con su enfermera, dejando a los 5 amigos de la chica con ella y algo confusos y preocupados.

-Hey, ¿tienes algo mal, Marinette?-dijo Nino rompiendo el silencio de unos segundos cuando salió el doctor.

-No es nada grave. Sólo me recomendó unos medicamentos para el estrés y esas cosas.-contesto Marinette sonriendo.

-...Bueno, ¿y cómo te sientes?-dijo Emi tratando de sonreír, aún que su preocupación crecía cada vez más.

(Ma)-Ya mucho mejor. El doctor dijo que hoy me daría de alta para poder descansar en mi casa.

(Em)-¿Enserio? Eso es bueno. Y significa que mañana irás a la escuela, ¿verdad?

(Ma)-No lo se. Mis padres tal vez quieran que descase ese día.

Todos siguieron halando, aún que sólo eran Emi, Nino y de vez en cuando Adrien los que hablaban con Marinette, ya que Félix y Alya estaban preocupados. La preocupación de Félix era por no saber que le pasaba a la chica que le gusta, mientras que la preocupación de Alya era por saber que le pasaba a su amiga. Siguieron hablando por unas cuantas horas, hasta que los padres de Marinette llegaron y se dispusieron a llevarse a Marinette a casa para descansar. La peli-azul se despidió de todos con un abrazo, cosa que hizo sonrojar a los dos rubios, y también aprovecho el momento para susurrarle a Alya que la llamaría después para explicarle lo que quiera. Los padres de la peli-azul se llevaron a la chica directo a su casa, después deja ese despidiera de sus amigos. Al llegar a su casa, sus padres abrieron la puerta y Marinette entro dando un suspiro.

-Definitivamente prefiero estar en casa que en el hospital.-dijo la peli-azul alegre de estar en su casa.

-Marinette, tenemos que hablar sobre lo que dijo el doctor-dijo Sabrine viendo preocupada a su hija.

-A-Ah...eso... Yo creo que mejor voy a descansar un poco. El medicamento me hace efecto y creo que tengo sueño.-dijo la chica bostezando y dirigiéndose a las escaleras.

Dejando a sus padres preocupados, ellos saben que su hija quiere evitar "ese" tema, pero también saben que es algo importante de lo que tiene que discutir. Sabrine sólo se limitó a hacer algo de comer, mientras que Tom separaba los medicamentos de su hija. Cuando Marinette entro a su habitación dio un suspiro cansada, y sólo se limitó a ponerse un pijama de vestido rosa. Fue asía un cajón de su escritorio y sacó unas galletas para su kwami.

-Toma Tikki.-dijo la chica sonriendo.

-Gracias Marinette... ¿Estas preocupada por_

-Creo que voy a salir a la azotea un poco.-interrumpió la peli-azul a su kwami y salió hacia su azotea.

Se acercó al barandal y vio la luna. Al parecer ya era de noche, algo que pasó muy rápido. Definitivamente no le gusta estar en el hospital, y más con "ese" asunto que tiene en manos. Lo que le dijo el doctor....eso pasaba por su cabeza una y otra vez, era una cosa muy importante y tenía que tomar una decisión...

-¿Que puedo hacer?-se dijo a si misma, pensando que estaba sola.

-¿Hacer que Lady?-escucho la voz de Chat Noir detrás de ella, cosa que la asusto un poco.

-Chat, no me asustes así. ¿Desde cuando estas aquí?

-Acabo de llegar. Y siento llegar a estas hora pero...

-Pero...¿qué?

-Marinette, quiero saber algo. Cuando te lleve al hospital, varias enfermeras y enfermeros te conocían, ¿porqué? Acaso tu...¿has estado allí antes?

-....Eh...Si, he estado allí antes, pero fue por que mi padre aveces va por quemaduras o algo así de la pastelería. Por eso ya me conocen.

-¿De verdad?

-Si, y ahora si me disculpas Chat. Tengo que volver, mis padres se van a preocupar mucho si me ven aquí. Nos vemos luego.-fue lo último que dijo Marinette antes de volver a entrar.

-¡E-Espera!-dijo el rubio mientras tomaba a la chica del brazo, y provocando que la chica se sorprenda.-Marinette, si algo te pasa, ¡cualquier cosa! No importa que. Puedes decirme, puedes confiar en mi. Yo...yo estoy aquí para ti.

-Chat....-la chica lo vio y luego le sonrió dulcemente, mientras pensaba en lo bueno y amable que es su compañero. Puso una mano en su cabello y lo despeino un poco.-Muchas gracias por preocuparte. Tal vez algún día te cuente todo.

Ella le sonrió por última vez y volvió a entrar a su habitación. Chat Noir dio un suspiro y sonrió conmovido por la chica que hace latir su corazón. Después el se dispuso a volver a su casa, saltando tejado por tejado hasta llegar a su mansión. Al llegar se recostó en su cama y desapareció su transformación, quedándose alegre de poder saber quién era su Lady, y que ella pueda confiar más en el. Mientras, cuando la chica de cabello azulado entro a su habitación, vio que su kwami estaba dormida en su cama. La chica río de ternura al ver a su compañera allí, tomó una cobija y la puso enésima de la criaturita roja. Después de dirigió a la ventana de su habitación y la abrió para poder ver las estrellas. Mientras veía el cielo nocturno, su celular sonó por un mensaje. Cuando lo tomó y vio ese mensaje, vio que era de Félix, quién últimamente hablaba mucho con ella por mensajes.

Félix: ¿Cómo te sientes Marinette? ¿Ya comiste algo? ¿Tomaste tu medicamento?

La chica río por esos mensajes de preocupación de su amigo y después se dispuso a contestarle.

Marinette: Si estoy bien. Aún no he comido, pero estaba apunto de hacerlo. Y mi medicina me la tome en el hospital. No te preocupes tanto, estoy bien.

Félix: Me alegró de saber eso. La verdad, como te vi un poco mal en el hospital me preocupe mucho. Y más cuando salió ese doctor y te dijo eso de "piensa bien en lo que te recomendé" ¿Acaso te pasa algo?

Marinette: Ya les dije lo que pasó, ¿o no?

Félix: Eso no me lo creo. Marinette si algo te pasa, sea lo que sea, depresión, enfermedad, ansiedad, ¡lo que sea! Por favor dime. Sabes que puedes confiar en mi.

Ella al leer ese mensaje de su amigo, sintió lo mismo que con Chat cuando le dijo casi lo mismo.

Marinette: Muchas gracias Félix. Yo se que puedo confiar en ti, y algún día te lo contare. Pero no ahora, ¿esta bien?

Félix: Bien, pero quiero saber cuando te sientas mal en la escuela, ¿ok?

Marinette: Si, te lo prometo.

Félix: Bien, descansa. Debes estar cansada de tener que dormir en el hospital toda la noche. Adiós.

Marinette río nuevamente y suspiro.

-Si sólo supiera que he pasado más tiempo allí, seguro que se preocuparía más y no dijera eso.-se dijo a si misma y escribió sólo un "Buenas Noches, Félix. Ten dulces sueños". Después puso su celular en su escritorio y volvió a ver el cielo nocturno. Pensando en sus dos amigos que insistían en saber lo que le pasaba. Ella no sabía que hacer, no quería contarles nada sobre su enfermedad y mucho menos lo que el doctor le dijo. ¿La razón? Pues esa era porque no quería preocuparlos, ellos no tenían la necesidad de preocuparse por su enfermedad, ya tenía suficiente con preocupar a sus padres día a día y ahora preocupar a la pobre de Alya con su hospitalización y casi desmayo en la escuela. La chica cerró sus ojos y trato de calmarse, no debía preocuparse, lo que pasó paso, y lo que pasara debe pasar, de eso no hay duda, no hay cambio. Justo ahora sólo puede vivir bien y estar con sus amigos. Luego pensara más en esa decisión y la discutirá con sus padres, después de todo tiene mucho tiempo aún. La chica sus piro y se dispuso a baje para comer algo con sus padres, y decirles que no tengan prisa ni preocupación, que "eso" lo pueden discutir en otro momento, ya que no quería que la preocupación los invadirá desde ese día. Después de comer, ella volvió a su habitación y se dispuso a dormir. Ya sabrá ella que hacer con el paso del tiempo.

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