capítulo 46 El Fin
Se abalanzó contra el neófito cuando su metamorfosis se completo, quien no tuvo tiempo de reaccionar, simplemente escuchamos como se partió su cuello y cayo al suelo sin vida. Aaron se quedó frente a nosotros gruñendole a algo, de repente nos roderon tres neófitos más quien sin esperarlos se fueron encontra de nuestro hermano, esquivo a uno pero a los otros no, no se alejaba mucho de nosotros y creía saber porque. No quería que nos hicieran daño, mí hermano soltó un aullido de dolor cuando uno de los vampiros lo golpeo en un pata y el otro lo tomo del cuello, quise correr ayudarlo pero mis hermanas no me dejaron, mí respiración se volvió irregular. Dos figuras masculinas y una femenina aparecieron frente a nosotras, quienes sin pensarlo se fueron encontra de los neófitos, Lízzeth tomo del cuello a uno de ellos y lo degolló.
-Esa no es forma de tratar a una mujer- dijo burlona.
Mientras que Derek y Dominick atacaron con su mordida a los otros dos, corrimos hacía mí hermano quien se estaba reponiendo. Me di la oportunidad de admirar mejor a los hermanos, quienes estaban totalmente empados por la lluvia, Líz traía unos jeans gastados y un blusa corta de tirantes, Dominick también traía unos jeans del mismo color que los que traía Derek. Me alegraba que nos hayan encontrado, Derek ni siquiera me miro lo cual fue muy extraño, su atención estaba concentrada en el ambiente al rededor de nosotros.
Su pecho subía y bajaba con desenfreno, colmillos estaba afuera y sus ojos estaban totalmente rojos al igual que los de sus hermanos, se escucharon pisadas en el bosque lo cual nos alerto a mis hermanas y a mí, Aaron increíblemente se poso al lado se los Cranwel esperando lo que sea que fuera. Un grito salió de mí garganta en el momento en el que alguien me ataco por mí costado izquierdo, pero de inmediato Jasper que no sabía de donde había aparecido lo intercepto antes antes de que pudiera llegar a mí. Lo tomó cuello lo tiro al suelo y su cuello Traqueo.
-Vámonos de aquí- grito mí tía, al otro lado del lugar, hizo un ademán con las manos.
-¡Corran!- exclamó Derek.
Elif tomó a Tessandra del brazo he hizo que corriera junto a ella, me quede un momento pensando en; bueno en realidad no sabía porque no corría, veía como los hermanos Cranwel peleaban con los neófitos. Mí hermano degolló a uno de ellos, al notar que no me movía dirigió su mirada hacia mí, nada de esto iba a terminar si yo no lo paraba de una vez por todas, corrí gunto a mis hermanas y cuando pensé que ya iba a llegar otro disparo sonó. Un ardor recorrió mí pierna y caí al suelo dándome un fuerte golpe en la cabeza haciendo que los punto se abrieran.
-¡ANAIS!- gritaron mis hermanas al escuchar el sonido de la bala, no me había dado cuenta de lo que estaba sucediendo hasta que, dirigí mí mirada a mí cuerpo y note que la bala me había dado a mí en la pierna.
-Tenemos que irnos- dijo me tía ayudándome a poner de pie- Betzzaveth ya se dio cuenta de lo que está sucediendo, la prioridad es sacarlas de aquí y hablaremos muy seriamente tú yo- agregó mirándome con reproche.
- la bala solo la rozo Macristen- habló Elif.
-Tienes que irse ahora- ordeno con firmeza.
-Eso no será posible- hable por primera vez, ella dirigieron su mirada hacia donde estaba la mía y notaron lo que yo estaba mirando.
Betzzaveth estaba al final del camino y se acercaba a nosotros, trague salida por que venia con un arma y nos estaba apuntando, me quede inmóvil en mí lugar y creo que mis hermanas estaban igual que yo. Mí cuerpo empezó a temblar y el frío a taladrar mis huesos, la lluvia se había intensificado, el cabello de la bruja estaba totalmente mojado y algunos mechones alborotados, se detuvo al llegar a unos cuantos metros de distancia de nosotros. Para ese momento nadie había dicho nada, seguía apuntandonos y yo ya no sabía que hacer.
-¿Creiste que me podías engañar Anais?- preguntó, note que tenía el libro en su pecho y lo sostenía con su otro brazo- Una niña de dieciséis años creyó que me podía engañar- su voz se volvió más burlona.
-¿Por qué te ensañas con mí sobrina? Está no es su pelea- mí tía trataba de controlar toda su irá en el sistema.
-Tal vez no lo sea pero lo hace mucho más divertido- de reojo note que mí tía iba a sacar algo que tenía camuflado entre su chaqueta pero en ese momento sonó otro disparo que dio muy cerca de mí- no te atrevas hacerlo Macristen, ella morirá si sacas el arma.
Lo único que escuchaba eran los latidos de mí corazón, Betzzaveth traía toda su atención en mí, Elif y Tess estaban detrás de nosotras. Su mano sujetaba firme el arma, como a poco sus ojos se tiñeron de rojo, unas pisadas se escucharon cerca y de nuevo otro disparo sonó y cuando notamos Aaron que se dirigía a ella a toda velocidad se detuvo frenando en seco, de repente estábamos Líz al costado de mis hermanas, Derek, Dominick y Jasper junto a mí hermano. La bruja nos tenía atados de manos, nadie se atrevía a moverse las balas de plata podía matar al instante a un mundano por la potencia y el peso.
-Todos aquí han experimentado el dolor de perder a alguien- la bruja hablaba con rabia, como si solo tener que hablar le repugnara- como tú Derek que pediste a tu amada Renata y viste en Anais su reflejo- el guardó silencio- oh tú Anais que perdiste a tú madre y ahora luchas por manterne a salvo a tus hermanos ¿y qué me dices de ti Macristen, oh tu Aaron? Cuando mataste aquella chica en el bosque- cada que nombraba a una persona le apuntaba con el arma- Dime Ana- me apuntó con ella- haz tenido miedo de perder a lo que llamas familia todo éste tiempo- guarde silenció, mí hermano empezó a gruñirle- Oye no me gruñas, ¿sabes? ahora les toca a ellos experimentar que se siente perderte a ti.
Sonó un último disparo y todo paso en cámara lenta, pude ver donde se dirigía la bala, las miradas de los presentes la siguieron y me dio a mí en el pecho. Baje mí mirada y la sangre empezó a salir, no lo creía así que toque la herida con mí mano para creerlo, la bruja aprovecho ese momento se distracción para desaparecer con el libro en sus manos, caí arrodillada y después me tumbe al suelo mojado, podía escuchar mí respiración pausada, vi como todos corrieron hacia a mí. Un grito salió desde la garganta de mis hermanas, Derek tomo mí cabeza y la levanto he hizo presión en la herida mientras el dolor recorría mí cuerpo.
Las goteras de agua caían a mí rostro y se mezclaban con la sangre que ahora manchaba mí cuerpo, los labios de los hermanos se movía pero no escuchaba nada, mí tía le decía algo pero nada de ruido sólo un zumbido en mis oídos. De mis ojos salio una lágrima que se deslizo por el rabillo del ojo, el zumbido desapareció y ahora escuchaba el latir de mí corazón que poco a poco se iba deteniendo, el último sorbo de saliva se deslizo por mí garganta y un último respiro salió de mí boca justo antes que caer en la paz que ahora le envolvía.
...
Mis ojos se abrieron poco a poco, la luz en el techo los cegó así que tuve que parpadear varías veces, un dolor invadió mí pecho y se me hacía imposible respirar. Veía borroso y mí garganta estaba seca, un dolor de cabeza se hizo presente, tenía un respirador en la boca, mí cuerpo estaba conectado a un Motón de máquinas y mis brazos estaban llenos de moretones, quise hablar pero no pude en vez de palabras salió un gemido. En mí panorama apareció el rostro de Aaron que aún estaba borroso.
-Anais- su voz era suave y baja, aún así parecían tambores para mis oídos pues aún estaba aturdida, con mi mano libre trate de quitarme el aparato de la boca- No te lo quites- me regaño impidiendomelo.
-El libro- susurré, era en ese momento lo único que me importaba pues por mí culpa ella lo tenía.
-Al diablo con el libro lo importante es que tú estés bien.
El doctor entro por la puerta y al verme despierta me sonrió grandemente, vino hacia mí y con un lamparita ilumino mis ojos lo cual hizo que viera aún más borroso, después empezó a mirar la tabla de observaciones y por último toco por al rededor de la herida haciendo un poco de presión en ella. Hice un mueca y el hombre dejo de hacerlo para empezar anotar al allí.
-¿Me escucha señorita?- preguntó y asentí.
-¿Cómo estará doctor?- preguntó mí hermano.
-Tiene suerte de que aún éste viva, la bala no le toco el corazón y tampoco daño las arterias principales, pero sí le perforó el pulmón cosa que hizo que se ahogara el su propia sangre, cuando llego venía casi muerta- contesto el hombre- Ella tiene que descansar por lo que veo aún está muy débil, así que la dejaremos dormir un poco más.
...
Desperté sobresaltada, me incorporé un poco provocando dolor en la herida del pecho, estaba confundida y muy adolorida, por un momento todo me dio vueltas. Sostuve mis cien con las manos y aún seguía el jodido dolor, me quede un segundo mirando a la nada pensando en todo, recordando lo que había pasado y lo peligrosa que podía llegar a ser Betzzaveth lo había confirmado ahora. Un trueno sonó seguido de un relámpago he hizo que me sorprendiera, pase mí vista por toda la habitación y allí en la esquina estaba una figura de pie y con sus brazos cruzados.
-¿Derek qué está sucediendo?- pregunté, salió lentamente desde la oscuridad y se poso frente a la camilla.
-Lo siento- hablo.
-¿Qué sientes?- pregunté.
-Ana yo, yo no te amo- me quede mirándolo unos segundos, mientras sentía un cuchillo en mí corazón.
-Qué?- dije en un susurro.
-No te amo, jamás lo hice, Carsón vio tú muerte y eso Macristen no lo quería así que me obligaron a enamorarte para que no murieses en manos de Daxson.
-No- dije un sollozo- ¡Mientes!- exclame- ¡No es cierto!.
-Es la verdad y nada más que la verdad- su voz se volvió fría y su expresión sin sentimiento alguno- ¿Qué prefieres qué siga mintiendote, qué siga diciéndote palabras bonita cuando lo único que provocas en mí es nada?- sus palabras en serio me estaban lastimando fuertemente.
-¡Hubiera preferido que no me mintieras!- exclamé con rabia.
-Deberías agradecer, sin mí tú estarías muerta- agrego, giro en sus talones y se dirigió a la puerta.
-Me equivoqué- le dije, el miro por encima de sus hombros- Tal vez sí eras el monstruo que todos decían que eras- sin más siguió caminando sin mirar atrás.
Hooooola chicos, bueno el gran final que les pareció, dejen opiniones y quiero que sepan que yo les advertí que no les gustaría el final así que... No me pueden matar.
¿Leeran la secuela? Prometo que les gustará... Nos leemos en el último extra y después en el libro “Sueños”.
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