Desperté de un momento a otro, todo me daba vueltas, estaba oscuro y el frío entraba por las ventanas, estaba en mi habitación. En ese instante recordé lo que había sucedido un escalofrío me recorrió, aún me parecía sentir ese jodido dolor, recoste mi espalda contra el respaldo de la cama, el pitido de la alarma digital en mi mesa de noche informando la hora me sobresalto.

Eran las 4:00 AM en punto, cerré los ojos un momento, quería sacar esa sensación de dolor en mí cuerpo. Jamás había experimentado algo así, ni siquiera cuando Daxson me hirió, de algo si estaba segura y era que jamás en mi existencia quería volver a sentirlo, abrí los ojos nuevamente, pase mí vista por toda la habitación y ahí donde lo había visto por primera vez de nuevo estaba esa silueta humana en medio de la oscuridad.

Ahí en ese lugar, fácilmente podría pasar desapercibido, rogaba a Dios para que no fuera Daxson de verdad que no quería discutir ó pasar más sustos, me sentía muy débil como para hacerlo. Así que si venía a matarme sólo lo dejaría hacerlo porque ya estaba exhausta de luchar, pero algo muy en el fondo una bocesita me decía que no se trataba de él, creo que esa aura la conocía esa silueta, ese porte. Tal vez estaba muy obsesionada.

-¿Derek?- pregunte tragando saliva- ¿Eres tú?- no escucho respuesta.

Me inclinó hacia mi izquierda donde tengo un pequeña lámpara de noche, la luz ilumino lo suficiente toda la habitación, para entonces el temor de que no fuera Derek era mayor, estaba cansada y no quería gritar.

-Me enteré de lo que paso- un pequeño viento me recorrió y en un parpadeo lo tenía a mí lado.

-¿Quién te lo dijo?- pregunte, cerro los ojos un momento.

-Llegue en el instante en el que perdiste el conocimiento, te lo dije tengo un conexión muy fuerte contigo, pero llegue tarde.

-No paso nada Derek.

-¿Ahora lo entiendes?- preguntó, se sentó en la cama a la par mío así quedamos cara a cara- Éste es mí miedo Anais, miedo de que algún día yo no puedo llegar a tiempo, de que puedas perder la vida frente a mis ojos ¿te imaginas dónde no hubieras estado con Macristen?.

-Derek... Yo... En serio no paso nada.

-Pude escuchar tus gritos desgarradores, fue el peor sonido que han escuchado mis oídos- nuestras miradas coincidieron- Aquí ya no es seguro para ti- susurro acariciando con su pulga mi mejilla.

Con él aquí me sentía bien, conforme, completa, me sentía protegida. Sin miedo, invencible, sí, eso y mucho más provocaba en Derek en mí, todo sin excepción era mágico a su lado. Su frialdad lo hacía único... El y su extraña manera de querer.

-Ahora lo es, estás aquí sé que nunca me dejarías caer- dije cerrando lo ojos permitiéndome disfrutar de su pequeño tacto.

-¿Cómo estás tan segura?- preguntó.

-Confió en ti- jamás en mi vida había depositado toda mi confianza en alguien que no fuera Kary ó James, en éste instante le estaba depositando todo de mí a él.

Está vez yo decidí dar el primer paso, me acerque a él tome su rostro con mi mano me acomode en mi sitió y lo bese, sus labios era tan carnosos y suaves, ese perfecto dulce entre ángel y demonio (o así lo veo yo) con sus brazos me abrazo y me apretó más contra él. Puse mi brazos por encima de sus hombros y lo abrace... ¡Maldición!... Me encantaba ese momento no quería que de acabará.

Al separarnos nuestros ojos se encontraron, brillaban con intensidad, si, me había enamorado de un vampiro. Me había enamorado de él, de éste ser oscuro y lleno de secretos.

-Ya me iba- hablo interrumpiendo mis pensamientos.

-No tienes que hacerlo- esperen... ¿Que acabe de decir?.

-¿Quieres qué me quede?- preguntó poniendo un mechón de mi cabello detrás de la oreja.

-Sí, acuestate conmigo hasta que me duerma.

-¿Estás segura?.

-sí

Le di espació para que se acostara conmigo, puso su brazo por debajo de mí cabeza y me abrazo, permitiéndome escuchar el hermoso y calmado latido de su corazón. Sonreí inconscientemente, cerré los ojos escuchando la paz, esa paz que no tenía hacia semanas y que sólo me la provocaba él.

-¿cómo entraste?- pregunté.

-Nunca dejas la ventana con seguro es fácil hacerlo- Sonreí- aveces en las noches tengo pesadillas, horribles pesadillas que no me deja dormir- me di la vuelta apoyando mi barbilla en su pecho, permitiéndome poner mucha atención a lo que él me decía- así que vengo aquí a verte domir- fruncí el ceño, así que era él la figura que me visitaba, Sonreí de nuevo.

-¿Hace cuánto lo haces?- pregunte aunque ya sabía.

-La primera vez fue un día antes de irme Alemania, ese día estuve aquí hasta el amanecer, creo que aunque no lo sabía en ese entonces ya te amaba- con su mano libre empezó a jugar con los mechones alborotados de mí cabello.

La sonrisa se me borró, ósea que él no siempre había sido quien me visitaba, de todas formas no lo mencione no me parecía conveniente hacerlo. Le di un beso en su mentón y el río, una pequeña risa que me hizo sonreír a mí también.

-Me odiaras cuando todo esto termine- susurro.

-No lo haré- conteste confundida.

-Lo harás.

-Claro que no, yo jamás podría odiarte, porque te amo

...

Desperté con la luz que entraba por las ventanas abiertas, todo estaba hermosamente iluminado por el sol mañanero, respire profundo y en ese momento me di cuenta que no había nadie en mí habitación sólo yo. Reflexione un momento sobre está madrugada tal vez todo había sido un sueño... Una hermoso sueño que no paso a la realidad. Era Martes y lo más seguro es que mis hermanos estuvieran en el instituto, me levante tomé una goma y recogí mí cabello, me dirigí hacía la ventana donde se veía el patio trasero.

El sol dio en mí rostro llenándolo de calidez, hacia semanas Dominick no hacía aparecer una mañana así ó eso creía ya que según tengo entendido el controla el clima, en el jardín justo donde empezaba el bosque estaba mí hermano convertido. Me pareció extraño ya que debería de estar en el colegio. A pesar de que mí actitud con todo éste caos era tranquila, por dentro moría de miedo y no sólo eso, todo me parecía extraño. Una red de mentiras que se fue malbaratado con el tiempo, algo me quedaba claro una mentira por muy bien formulada que éste tendrá sus consecuencias, esas consecuencias podrían traer catástrofes. Pequeñas catástrofes justas empezaría a causar una cadena de irrompible sufrimiento.

-¿Mí hermano porqué no está en el colegio?- pregunte al llegar a la cocina, Claudia estaba allí haciendo no sé que en las ollas.

-Buenos días- contestó ella arqueando una ceja.

-Lo siento, buenos días ¿Mí hermano porqué no está en el colegio?.

-En serio quedo muy preocupado con lo que paso anoche, todos corremos el riesgo de que Betzzaveth se le ocurra volver a aparecer él... Él no quiere exponernos.

Esas palabras me dejaron pensativa, era cierto, los estaba poniendo en un riesgo muy grande al quedarme con ellos, me querían a mí y al libro de los muertos. Según lo que entendía, ella y otras criaturas había sacrificado y asesinado a muchas personas en los últimos siglos, personas inocentes, tanto de las sombras como mundanos, no dudaba que llegado el caso les llegaran hacer algo a mis hermanos. Betzzaveth a puesto en completo riesgo a los cazadores y no sólo ellos, había más de una vez desestabilizado el orden entre los dos mundos, un mundo con una barrera tan delgadita que podría rompercer en cualquier momento.

Hoooooola chicos ¿cómo les fue está semana sin mí?.

Buenos les informo que abra un cambio, no sé si recuerda pero en unos capítulos anteriores en la nota que siempre dejó les dije como se llamaría la secuela de está historia, la verdad "Cazadora de Demonios" no es muy convincente.

Después de escribir el prólogo y dos capítulos decidí que finalmente se llamara "Sueños" ¿por qué sueños? Ya lo verán.

En éste libro básicamente se trata de Anais y la hermandad, ella empieza a dejar su vida de lado para unirce al sacrilegio y hacer su vida como una cazadora.

En la noche ó mañana subiré el siguiente capitulo, sin más mis lectores que lo disfruten.

Capítulo dedicado a LaHijaDeLaSabiduria me ayudaste un monton con la tarea mil gracias