Mí boca cayo al suelo y mis ojos se abrieron como platos... ¿Pero qué...? ¿Derek un príncipe? ¿De dónde ó de qué?... Mí cerebro quedo en shock, si eso era cierto porqué estaba aquí y no tomando posesión de su reino como era costumbre (o eso creo yo) sería lo las lo lógico. Eso quiere decir que Derek es el príncipe de los vampiros.

-¿Él príncipe? ¿y qué hace aquí y no allá? es decir, no es más coherente que dirija su reino desde cerca y no al margen- dije sin salir de mí sorpresa.

-Después de Lois nuestros hermanos mayor- Esperen... ¿dijo nuestro?... de verdad que no entendía nada- Somos cuatro herederos- prosiguió- Lois él rey, después Derek, luego Patrick y por última yo, Lois y él se odian a muerte, por eso él renuncio a su cargo como príncipe.

-¿Por qué se odian?

- Extrañamente Derek es hijo del segundo matrimonio del Rey Luis segundo, a pesar de que Derek renunció a su título como príncipe le tiene que seguir rindiendo cuentas a la corte imperial vampírica.

-¿Qué es la corte, bueno de eso?- ella soltó un suspiro y medito sus palabras.

-Haber te explicó para que entiendas mejor, La corte imperial vampírica son como los cazadores de Demonios, pero ellos funcionan con sus propias leyes acoplados a las de los cazadores para no tener problemas con ellos, cada reino vampírico tiene una corte, de está corte se elije a un representante para la corte imperial vampírica. Está esta conformada por; Los monarcas, los consejeros reales, los reyes vampiros de todo el mundo, un vocero, la familia real más importante de entre todos los vampiros y dos cazadores- me explica.

-¿Y ustedes pertecenes a una de esas familias?- ella me sonrió dulcemente.

-Derek y nosotros somos la familia real más importante- oficialmente estaba en shock.

Me quede mirándola un segundo procesando toda está información, él no era un simple príncipe vampiro, no, para colmo de males pertenecía a la familia real más importante. Miles de interrogantes emperador a inundar mi cerebro... ¿Porqué renunció a su corona? Osea ¿Líz es una princesa vampírica?¿qué tienen que ver la familia Cranwel en todo éste enrolló?... Estaba dispuesta a seguir con mí interrogatorio, por que de verdad que no tenía nada claro aún, pero Derek interrumpió cualquier palabras que quisiera salir de mi boca.

-Anais ven- me ordena en el marco de la habitación de Líz... ¿Hace cuánto estaba allí de pie?- rápido- ahora ya sabía porque era tan mandón.

-No me das ordenes Derek- le digo yendo hacía él.

-Así comenzaron mamá y papá- agrega Líz burlona y la fulminó con la mirada.

Ella cierra la puerta en nuestra cara, Derek lanza un maldición mientras se dirige a las escaleras del tercer piso, arquee una ceja y lo seguí, llevaba una media hora en está casa y aún no llegaba mí tía. Caminamos por el pequeño pasillo y llegamos a la puerta de su habitación él la abre y me da paso para entrar.

-Ya descubrí porque eres tan mandón- le dije mientras me introducía adentro.

-¿Ah sí? Ya te diste cuenta que eres supremente irritante- contesta cerrando la puerta... ¿Por qué la está cerrado?.

-Yo soy un alma de Dios su majestad- el arquea una ceja en mí dirección- ya lo sé príncipe oscuro- le digo con una sonrisa de superioridad.

-Ya que lo sabes, será más fácil- contesta acercándose a mí, trague saliva en ese instante.

-Qué cosa?- pregunte en un susurro lo suficientemente alto.

-Esto- contesto.

Se acerco a mí con su velocidad sobrehumana y me acorralo contra la pared inmovilizandome, tomo mis manos y las puso por encima de mi cabeza, mi pecho subía y bajaba nuestros rostros estaban muy cerca tanto que nuestra narices se rozaban. Se acerco aún mas y me beso... Esperen, ¿me beso? Me está besando.. Tarde unos segundos que corresponder al beso, me había tomando por sorpresa, les juro (no les miento) que eran los mejores labios que había probado en mí vida, no lo hacía rápido haciendo que fuera vulgar ó excitante, lo hacía lento moldeándolos a los míos. Dejándome disfrutar cada rincón de su ser, oscuro y enigmático, nos separamos por falta de aire y aún no me lo podía creer, junto su frente con la mía.

-Tú... Tú de verdad me importas- susurro en mis labios yo aún seguía en shock por la sorpresa.

-Derek, Anais ya está Macristen aquí- hablo Lizzeth de otro lado de la puerta, los dos nos quedamos callados.

-Ya vamos- contesto con voz ronca al ver que yo no lo hacia.

Se separó de mí, soltando mis muñecas que aún seguían por encima de mi cabeza, yo estaba paralizada, es decir. Derek, él me había acabado de besar, bueno ya me había confesado todo el otro día pero me beso y lo disfrute, le correspondí, sí me gusto y mucho más de lo que podía llegar a pensar.

-No te preocupes muñeca abra repetición- dijo burlón al ver que yo no me movía- si tú lo deseas, claro está, ahora nos están esperando- me extendió su mano y en ese instante deje de parecer como una estúpida a la que jamás habían besado.

Me acerque a él y la tome, me dio una hermosa sonrisa y juntos salimos... Alguien que me de un pellizco por aún no salgo de mí estado de retrasada... Todo era tan confuso, todo me daba vueltas, mí cerebro quería estallar. Bajamos las escaleras hasta llegar a la sala que quedaba en el último piso, y allí solté su mano, mí tía estaba en uno de los sillones juntos a la Sra y Sr Cranwel. Ellos me sonrieron de una manera amable como siempre.

-Que bueno verte Anais- habla Margared.

-Lo mismo digo señora- conteste.

-Supongo que Macristen ya te explicó porque estas aquí- dice él señor Cranwel.

-No... No exactamente para traerla tuve que decirle una mentirita piadosa- contestó Mey y la fulmine.

-Te explicaremos todo no te preocupes- susurro Derek oído.

Nos acercamos hasta ellos y nos sentamos, me hice al lado de mí tía en el sillón doble, mientras que Derek se hizo a mí lado lo mire de reojo, sus padres estaba frente a nosotros cada uno en un sillón individual pero tomados de las manos. Sonreí melancólicamente porque bueno yo hubiera dado cualquier cosa por ver a mis padres así, tan enamorados, protegiéndosen mutuamente, en la salun y en la enfermedad en pobreza y en la riqueza. En este caso literalmente por toda la eternidad.

-Bueno Anais, como ya sabes tú madre murió sabiendo dónde estaba el libro de los muertos- hablo Benjamín.

-Yo... Nosotros necesitamos saber donde está, la existencia de los cazadores de demonios está en ese libro, de lo contrario desaparecerían y el orden con ellos- me explicó mi tía.

-Pero yo no sé dónde está, ni siquiera sabía nada de esto- conteste.

-Recuerda que tú mamá impregnó recuerdos en ti cariño- dijo Margared.

-Sí.

-Creemos que tu eres la única que sabe de un modo indirecto donde está, no sé, tal vez en algunos de tus recuerdos bloqueados estén todas nuestras respuestas- Hablo Derek.

-Podemos hacer un desbloqueó de memoria, yo lo puedo hacer, aunque no es seguro que se desvanezca el hechizo no puede ser lo suficientemente fuerte, así que va ser fácil, pero sólo si tú quieres- contesto Macristen.

-¿En serio crees qué mí madre me dijo dónde Estaba y por eso me bloqueo la mente?- pregunte.

-No lo pensaba de ese modo pero sí, Anais el destino de nosotros está en quién sepa donde está ese libro, recuerda que eres una cazadora y naciste siendo una.

-Es... Está bien, lo... Lo haré- no estaba muy seguro de esto.

Hoooola mis amores, ya los extrañaba ustedes no.

Bueno les cuento que me han dejado tanta tarea no sé ni de donde saque tiempo para actualizar pero saben que los amo ¿verdad? En fin hoy no tengo mucho que decir así que los dejo mi hermosuras