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Capítulo 25 Lune llena

-¿Te gusto la comida Anais?- pregunta Margared.

-Si señora Margared, estaba deliciosa- le digo con gentileza y bueno es verdad cocina delicioso.

-No alegra que te allá gustado- contesta Benjamín.

Después de entrar al supuesto cuarto de juego que resulto ser una sala de X-bon, Patrick se puso a ser berrinche como un niño al cual le han quitado su dulce favorito, porque Jasper y Líz me dejaron entrar a la habitación. Después de un rato Margared nos llamo a comer.

Me siento rara rodeada de vampiros, bueno no es como en las películas, que los vampiros no tienen gusto por la comida, sólo bebe sangre ó no se pueden reflejar en el espejo. Por el contrario Jasper come como si no hubiera un mañana, todo parece “normal” si es que así se le llama comer en una mesa llena de vampiros. Derek... Bueno a él no lo veo desde que llegue y según tengo entendido, ahí otros dos llamados Dominick y Carson que ni idea donde están.

-Necesito un baño por favor- digo a los presentes en la mesa que son; Líz, Patrick, Jasper, Margared y Benjamín.

-Oh claro querida en el segundo piso al lado de las escaleras que llevan al tercer piso ahí uno puedes ir- contesta Margared.

-Gracias- contesto y me levanto de la mesa.

Paso de nuevo la sala de estar, subo las escaleras y justo donde me dice Margared está la puerta del baño, sin embargo mi curiosidad es mucha... Demasiada diría yo... Miro hacía atrás para que nadie me este siguiendo y subo para el tercer piso, las escaleras llegan justo a un corredor con dos puertas a los lado y al fonto otra puerta la cual estoy segura que es la de la terraza.

Pensaran que ya fue suficiente, sí, para mí si, pero para mí curiosidad no. Lastimosamente... ¿Cuál de las dos puertas será la de Derek?... Me adentro aún más, creo que estoy apunto de cometer la peor estupidez de mí vida. Y valla que he cometido muchas, decido entrar a la primera... Espero no éste adentro... Giro el picaporte solo un poco para mirar que no allá nadie adentro, suelto todo el aire retenido por que no hay nadie, por fortuna.

Me adentre a la habitación y quedo totalmente sorprendida pues no ahí cráneos ó cadáveres, sólo es una habitación normal. Con falta de decoración, por lo demás está normal. En el centro de la habitación un candelabro, una cama perfectamente bien tendida, un librero, un croset, y una puerta que creo que es el baño. Okay ya fue suficiente, giro en mis talones para irme pero me sobresalto y pego un pequeño grito al ver que ahí un hombre de pie en el marco de la puerta con lo brazos cruzados. Y no, no es Derek.

-¿Qué mierda estás haciendo aquí?- preguntó, tregue saliva... Creo que éste se llama Carson.

-Esta... Estaba buscando un baño- digo con obvio nerviosismo.

-No es cierto sabías que el baño está abajo, Margared te lo dijo, sólo vienes aquí guiada por tú curiosidad, mejor deja de ser tan malditamente curiosa mira a donde te a traído- me dijo con brusquedad.

-Lo... Lo siento- balbuceo.

-Oh creeme lo vas a lamentar, vas a pagar por venir aquí- me muestra sus colmillos.

-¿Qué?... Espera, yo en serio lo lamento- en qué mierda me metí.

Él empieza a acercarse a mí, mi pecho sube y baja con desenfreno... ¡Mierda, mierda, mierda!... Doy pasos hacía atrás buscando una manera de huir, y no, mierda me acorraló.

-Carson dejala no la asustes- esa voz la conozco y nunca me había sentido tan malditamente feliz de escucharla. El tal Carson gira sobre su eje para mirarlo.

-Vino aquí porque quiso- contesta.

-¿Crees qué no lo sé? La conozco mejor que tú, dejala no volver a pasar- jamás había escuchado la voz de Derek tan relajada... ¿Eso era bueno ó malo?. Derek me mira a mí con una ceja arqueada- ¿más problemas Anais?- pregunta, y en ese instante recordé lo que paso la otra noche.

Flashaback.

Los ojos del demonios en persona mirándome fijo, las comisuras de sus labios estaban manchadas de sangre y se veía espeluznante mente hermoso... Concentrate... Trague saliva, mí cuerpo temblaba, mis manos parecía cubos de hielo y tenía el corazón en la mano.

-¿Los mataste?- pregunté después de un momento de silenció.

-Trató de matarte Anais, ahora camina te llevaré a casa y no me des más problemas- contesto de mala gana.

Fin del Flashaback.

Volví a la realidad, los dos me miraban y tuve que agachar la cabeza porque... ¡Mierda!... Si los ojos de Derek me resultan intimidantes los de Carson peor y juntos me formaban un maldito miedo en mis adentros.

-Camina Anais- me dice Derek estendiendome su mano, voy hasta él rápidamente y la tomo.

-Controla tú novia Derek- le dice Carson cerrando la puerta, creo que mis ojos se abrieron al estilo caricatura... ¿Novia?.

Él me guía hasta la otra puerta casi al final de pasillo, entramos y es otra habitación casi igual a de Carson con la diferencia que está tiene más libros y dibujos pegados en la pared. Además de que tiene una ventana, no sé si era por que estaba polarizada ó de verdad ya se estaba oscureciendo.

-¿Qué hacía en la habitación de Carson?- preguntó muy tranquilo para ser real.

-Am... Yo... Sólo... La verdad.

-Curiosidad ¿verdad?- me interrumpió.

-Sí- dije agachando la cabeza.

En un santiamén Derek estaba muy cerca a mí, levanto mí mirada con su índice y pulgar, sus ojos esmeralda se oscurecieron y sus pupilas se dilataron, no sé cuanto tiempo paso. La verdad estaba muy cómoda así, no sé porqué pero me entraron una tremendas ganas de besar sus labios carnosos... ¡Mierda!¿qué me está pasando?... De una forma instantánea me Lamí en los labios.

-No lo vuelvas hacer- dijo en un tono de voz apenas audible, yo asentí.

Él se alejo de mí y de inmediato sentí el vacío de su ausencia... ¿Porqué sabiendo como me trataba siento el vacío de su ausencia? ¿Por qué a pesar de todo no logro alejarme de él?... Él se sienta en un escritorio al lado de la ventana, y su mirada se pierde.

-Hoy es luna llena- habla después de un rato- es mejor que te lleve a casa.

-Está bien- dije.

...

-Te dejaré aquí para que no tengas problemas si te ven llegar conmigo- dijo Derek mientras estacionaba el auto en la esquina de mí casa.

-Está bien- dije quitándome el cinturón.

-Recuerda que mañana también irás a la casa.

-Necesito estudiar para la clase de historia, me pusieron clases extras, así que deberíamos poner un horario.

-Yo, te las daré para que no repruebes- abrí mis ojos como platos.

-¿En serio?- pregunté.

-Sí.

-Está bien, gracias Derek- sin más salí del auto.

El frío me azoto fuertemente, la luna llena estaba en su mejor esplendor, el viento agitaba los árboles en mis alrededores, me sentí observaba (de nuevo) y eso me hizo poner la piel de gallina. Camine más rápido, con el simple hecho de imaginarme que él estuviera por algún lado de la cuadra, en algún tejado ó subido en un árbol. Mirando mientras camino me hace poner más alerta mis sentidos, tal vez sí, estoy paranoica pero con obvias razones.

Llegue a mí casa y abrí con las llaves, al entrar el primero que le recibió fue Marco, con el ceño fruncido y tamboreaba el piso con su pie izquierdo. Comprendí que estaba en problemas, pero necesitaba ver a Aaron (Sí es que ya no se había ido) le di una sonrisa a Marco.

-Hola Marco- saludo.

-Señorita Anais Frankyn ¿qué son estás horas de llegar a la casa?- pregunta, si hubiera sido mí madre la que me llamará por mí nombre completo creó que ya estaría pegada a todos los santós.

-¿Elif no les aviso? La llamé del celular de un amigo y le dije que llegaría tarde- conteste encogiendome de hombros.

-Sí, nos aviso pero no pensamos que llegarías tan tarde- me persiguió mientras subía las escaleras.

-No seas exagerado, es por una buena causa, además creo que seguiré llegando a está hora por dos ó tres semanas. Necesitó estudiar ó reprobaré- dije abriendo la puerta de mi habitación. Tire mi bolso adentro.

-Anais ¿cómo fue que perdiste tú celular?.

-Ya te dije papá, cuando llegue de donde Mey ya no lo tenía en el bolsillo, tal vez se callo ó yo que sé.

Volví a bajar las escaleras y fui a la cocina, donde encontré a Helena comiendo cómodamente en el desayuno, mientras charlaba con Tess que estaba al lado de ella y Claudia Elif hacían la cena. Mire por la ventana que daba vista al patio trasero la casa, luna estaba hermosa, como la llamamos Kary, James y yo. Era una luna de locos.

-Hola Helena- Salude.

-¡Oh Anais que bueno que llegaste!- hablo Helena.

-Nos tenías a todos preocupados- dijo Claudia.

-¿Por qué llegaste tan tarde?- pregunta Tess.

-Tuve que ir a estudiar a la casa de un amigo- conteste.

-¿Y tú celular?- pregunta Helena.

-Lo perdí el lunes que llegue de la casa de mi tía- me encogí de hombros.

Fui hacía la nevera y sace un recipiente con jugo de naranja, sentí la mirada de alguien en mí, cuando me gire de nuevo Elif me miraba con sus ojos entre cerrados. Yo sabía que ella sabia que yo estaba mintiendo, le di una sonrisa fingida y me acerqué a ella.

-Tú y yo tenemos que hablar muy seriamente- me dice muy seria.

-Sera mañana estoy cansada- le digo.

-Anais ni se te ocurra.

-Lo siento- le digo me alejo de ella- creo que me iré a descansar- les digo.

-Anais hoy... Hoy es luna llena- me dice Claudia.

-Lo sé, Claudia pero nada ganamos con alterarnos, tenemos que esperar y confiar en Mildre.

-Anais tiene razón- contesta Helena.

-Ustedes no entienden- Claudia está apuntó de llorar mí padre la abraza.

-Claro que entiendo Claudia, es mí hermano, tal vez no lo demuestre ni lo diga pero lo quiero y mucho, también me duele su dolor. Todos aquí lo sentimos pero él ya está acostumbrado debemos confiar.

-Tienes razón Anais perdón- se disculpa.

-Bien, que pasen buena noche.

-Qué descanses cariño- Me dice Helena.

Salgo de la cocina y subo las escaleras, entro a mí habitación. Enciendo la luz, voy al closet saco un pijama y voy al baño. Adentro me despojo en mí ropa y entro a la ducha, el agua recorre mí anatomía haciendo que me relaje al instante. Repaso lo que a sucedido hoy.

Derek tan cerca de mí, casi Rosando nuestras narices, sus pupilas dilatadas, las incontrolables ganar de besarlo. Me vi a mí misma deseando sus besos, sus caricias en mí cuerpo, abro los ojos... ¡Mierda! ¿Qué me está pasando?... Trato de calmar y porner en orden mis pensamientos, porque son un completo desastre.

Salgo de la ducha y me pongo la pijama, unos short rosados de corazones y una blusa a juego, me sepillo los dientes y salgo. La luz está apagada, cosa que se me hace raro porque yo recuerdo haberla dejado encendida, voy hacía la cama y la destiendo. Estaba apunto de acostarme.

-¿Preocupada por tú hermano?- preguntó, esa voz la conozco, esa voz que me hace sentir escalofríos.

-¿Qué quieres?- pregunté mi cuerpo empezó a temblar, él estaba sentado en el marco de la ventana.

-Ya te dije tu sangre- me lleve la mano a la boca para aportiguar un sollozo- pero hoy vengó en son de paz sólo quiero que le des una razón a Derek.

-¿Cuál?.

-Dile que él sabe quien soy yo, sólo tiene que buscar en sus recuerdo, dile que fallará en protegerte como fallo en proteger a Renata- sin más salta de la ventana.

Suelto el aire retenido, voy corriendo hacia la ventana, y las cierro con seguro. Mi corazón palpita, cerré los ojos para encontrar un poco de calma. Sí éste sujeto no me mata absorbiendo mi sangre lo haría dándome un paro cardíaco.

...

Un grito digno de una película de terror retumbó por toda la casa, salte de la cama lo hice tan rápido que me marie, salgo de la habitación descalsa y bajo las escaleras rápidamente. En el vestíbulo se encontraba Claudia arrodillada y mi padre la abrazaba, Mildre estaba de pie junto a ellos, sus ojos estaba inchados y llorosos. En ese instante comprendí que algo muy grave había pasado. Los pasos de mis hermanas detrás de mí sonaron en la escaleras de madera.

-¿Qué sucede?- preguntamos en trio, Mildre nos mira.

-Aaron escapo anoche- contesta.

-¿¡Qué!?- exclamamos.

-Anoche escapo convertido en lobo, no a llegado.

-No- Tess corre hacia mí y la abrazó- No, por favor no- solloza. Elif y yo nos miramos nuestra ventaja es que sabemos esconder lo que sentimos.

-Mí hijo, no, mi hijo- solloza Claudia.

-Calma, por favor- trato de animarlos pero soy muy mala para esto.

Tess se aferra a mí, mis lágrimas caen, Elif y yo nos miramos. Ella llora pero en silenció, desde que murió mí madre no había sentido tanto miedo. El teléfono de la casa suena y suena, nadie parece tener cabeza para contestar así que lo voy hacer yo, subo las escaleras para llegar a la sala de estar del segundo piso y contesto.

-El lobo feroz huyó sin ninguna razón- la voz del otro lado me hace temblar.

-¿Quién es qué quieres?.

-¡Oh vamos Anais! Ya no conoces la voz de tu admirador- contesta burlón.

-¿Qué le hiciste a mí hermano?- mis lágrimas caen por miedo a que le allá hecho daño.

-¿Quieres a tú hermano? Ven a la Estación del tren abandonada al caer la noche, sin tus guardaespaldas ó jamás lo volverás a ver a tú perro- dijo y colgó.



Hola mis lectores hermosos.

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1 🎆

Feliz año que Dios los bendiga, que éste año sea prospero para ustedes y su familia. Les agradezco por apoyarmen desde un principio, gracias, gracias, gracias. Muchos besos.

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