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¿Me necesitas?

Si ya de por si en la preparatoria no se veían ¡En la universidad definitivamente sería un cero a la izquierda en la vida de Taiki!

O eso pensaba.

Akari vivía estresada desde que se había graduado. Estaba demasiado concentrada en pasar el examen de admisión de la universidad que quería. No sabía absolutamente nada de sus queridos amigos desde hace un mes y nunca pensó que cosas importantes fueran a pasar en tan solo 30 días.

En el momento en que su carta de aceptación llegó, sintió su mundo dejar de pesar tanto sobre sus hombros y poder respirar aliviada. Ya quería contárselo al resto ¡Quería contárselo a Taiki!

"¿Es enserio? ¡Entonces nos vamos a poder ver! Conseguí una beca de básquetbol ahí mismo"

Recordaba esas palabras, una por una. Se sentía tan feliz, emocionada y no podía ser mejor. Después de años de que la distancia los separara, podrían verse, hablar, podría cuidarlo...

Pero... ¿Todo seguiría siendo igual?

Si y no. Taiki la siguió tratando igual desde el día uno, pero algo había cambiado. No solo su físico, por que obviamente el niño que había salvado el digimundo ya no estaba ahí. Era una muy guapo jóven de 18 años pero que todavía traía ese aire de ser el mismo.

Algo en su relación había cambiado.

Talvés era la falta de costumbre, el no verse por tanto tiempo... O eso trataba de excusar ella en sus pensamientos siempre....

¿Para las tareas? Una chica muy amable de la misma carrera que él se tomaba la molestia de ayudarle. ¿Desmayo después de un juego? Su guapísima manager estaba ahí, aúnque nunca lo atrapaba con la almohada -estúpida pensaba Akari-, se quedaba con él en la enfermeria hasta que despertara. ¿Akari? Ella... A ella no le permitían bajarse de la gradería para ayudarlo. Tampoco podía ayudarlo en tareas demasiado apegadas a su carrera, ya que la de ella era demasiado diferente, aúnque tampoco le pedía ayuda en cosas básicas como matemáticas ya...

Akari era un cero a la izquierda en la super vida universitaria de Taiki. Intento que eso no le afectara, debía concentrarse, su futuro estaba ahí, en salir bien, graduarse y tener una vida ¿no?

No solo pensar en cuanto odiaba ya no ser importante en su vida, en cuanto quería arrancarles la cabeza a cada chica que se moría por él y no dudaba en hacerselo saber, en cuanto se moría por decirle a ese cabeza dura que le prestara atención.

¡Lo admitía, quería atención! ¿Cómo no iba a querer atención del chico que le gustaba?

Tenía que ser sincera consigo misma una vez en la vida ¿no? Le gustaba ese tonto...

— Estoy seguro que hoy también ganaremos — Akari escuchaba a los del equipo de básquet platicar en el pasillo, cerca de la maquina expendedora donde ella estaba escogiendo que tomar. Los zorros se enfrentarían a los cuervos.  Suspiró, ellos eran los aterradores zorros que habían arrasado esa temporada desde que el becado había aparecido.

— Si todavía no te decides ¿podría pasar yo? — una voz la sorprendió desde atrás. La hizo girarse y disculparse apenada. Era parte del equipo y solo lo conocía de cara, pelirrojo de ojos café — tranquila Hinomoto, solo quiero una bebida energética...

— ¿Sabes mi nombre? — murmuró Akari sorprendida

— Todo el equipo te conoce, Taiki de vez en cuando habla de tí — dijo el pelirrojo — también te me haces muy linda cada vez que pasas por el patio — sonrió de lado — ¿tienes novio?

— No, no tengo — contestó Akari y no lo dejó continuar — pero estoy interesada en alguién.

— oh, ya veo. Mala suerte. Nos vemos Hinomoto — le guiñó un ojo y regresó con el equipo cuando obtuvo su bebida.

Akari entonces volvió a pensar en que comprar de la maquina. No notó que unos ojos grises habían estado tratando de quemar con la mirada al chico de cabellos carmesí que había estado coqueteandole.

Esa misma tarde, Akari decidió quedarse hasta tarde estudiando en el patio vacio, ya que la mayoría estaba en el gimnasio viendo el partido. Esa paz y tranquilidad no se la daba su casa ni ningún otro lugar. Fue entonces que la voz de una chica la interrumpió desde atrás ¿Qué tenía la gente hoy con sorprenderla así a sus espaldas?

— ¿Hinomoto-san? — Se acercó una guapa chica de cabellos castaños en trenza y bonitos ojos esmeralda. — ¿Eres Hinomoto Akari-san, verdad?

— Si, soy yo — la pelirroja levantó la vista y cerró su computador para prestarle la debida atención a quien la buscaba.

— Hace unos 10 minutos Taiki Kudou se desmayó luego de ganar — habló la castaña — ya es algo usual pero esta vez se ha golpeado la cabeza al caer hacia atrás, así que llamamos a su madre pero se encuentra fuera de la ciudad, la Sra. Kudou nos dijo que avisaramos a Hinomoto Akari-san...

— Guíame — dijo Akari de inmediato. Tomó sus cosas y la siguió.

Era un cero a la izquierda, pero si la necesitaba, ahí iba a estar.

Llegaron entonces a la enfermería de la universidad.

— Está desmayado — otra chica también estaba ahí, era la manager. Tenía el pelo teñido de rosa pastel y los ojos azules, era extranjera. — ¿Eres Hino...?

— si, soy yo — interrumpió cruzándose de brazos.

— También dice tu nombre dormido ¿Es acaso tu novio? — preguntó la manager curiosa.

— no, solo amigos — suspiró Akari — pueden retirarse, yo me encargo desde aquí.

— Pero... Soy su...

— Ya.estoy.aquí — puntualizó cada palabra de forma cortante — ya hicieron suficiente.

Ambas chicas asintieron y sin chistar más se retiraron. La pelirroja puso manos a la obra y revisó la cabeza de Taiki buscando algún chichón, cuando lo encontró tuvo que ponerle una compresa fría debajo de la cabeza.

— No puedo creerlo, ya estás con fiebre — murmuró Akari, ahora también necesitaba un paño en la frente.

Así pasó unos 5 minutos más, poniéndolo cómodo y revisando que no hubiera ningún daño más.

— Que irresponsables, siempre lo dejan caer al suelo... Poner una almohada bajo su cabeza no es tan difícil — Murmuraba entre dientes la chica, sentada en una banco cerca de la camilla.

— Tú eres demasiado increíble...

— ¡T-Taiki! — Lo volteó a ver sonriendo — que alivio, ya despertaste... ¿te duele mucho?

— No, me siento totalmente renovado — sonrió de igual manera el castaño — realmente no me despertaba tan bien desde... Hace mucho... — la miró fijamente — siempre me siento genial después de que me cuidas.

— Para eso tienes manager Taiki, deberías sentirte renovado siempre...

— Es que ella no eres tú — la cortó de inmediato el castaño — Si no eres tú, realmente no me siento bien... Lo he tenido que soportar varios años...

— No seas tonto... ¿A qué viene eso ahora?

— A que necesito hablar contigo — contestó el muchacho poniéndose un poco serio — ya casi... No hablamos...

— Bueno, es que...

— Se que soy yo — confesó en primer lugar el castaño — pero necesitaba pensar un poco cuando entramos a la universidad. ¡Nunca pensé que cambiaras tanto en tan poco tiempo Akari!

¿Se refería al físico? ¿Qué había cambiado? Bueno, si estaba mejor dotada pero de ahí no mucho...

— Taiki...

— Te has puesto tan... Tan... — las mejillas del chico comenzaron a tornarse rojas — tan... Bonita... Más de lo que ya eras...

Estaba comenzando a ponerla nerviosa, y haciendola sonrojar.

— Taiki...

— Y, no pude evitar ponerme nervioso y no saber como actuar. Me estabas haciendo sentir raro... Y-y...

— Taiki...

— Y Me asusté... Ya no sabía como dirigirme a tí, no se en que momento todo cambió...

— ¡Taiki!

Entonces el chico reaccionó a sus llamados, dándose cuenta que estaba yendo por las ramas. Él siempre tan sincero...

— Cállate un segundo — dijo Akari suspirando — déjame hablar ¿si?... Entiendo... Que las cosas hayan cambiado, también lo hicieron para mi y es culpa de ambos si nos dejamos de hablar ya que una amistad es de dos personas o más...

— yo ya no quiero ser tu amigo Akari — la interrumpió de pronto.

— ¿Q-qué?

Es como si le hubiera quebrado el mundo en un segundo.

— No soporto tenerte lejos... No soporto que otros chicos te intenten coquetear, no soporto verte triste ¡No soporto abrir los ojos en esta bendita enfermeria y no verte a tí! En lugar está cualquier otra chica usurpando tu puesto... Te quiero... Ya no quiero que seas mi amiga. Quiero que seas MI Akari, la que sé que va a estar conmigo siempre... A la que... Necesito...

— ¿Me... Necesitas...? — la pelirroja apretó sus manos en puños emocionados — ¿M-me... Quieres...?

— Te necesito, te necesito, te necesito... — le repitió incansablemente. Después de lo de Lilithmon, no quería que ella volviera a pensar que no la necesitaba. Y se disculparía si en los años que estuvieron lejos lo había sentido...  — Te quiero...

— Si... Yo también te quiero — se acercó y con mucha delicadeza lo abrazó, evitando hacerle algún daño.

Taiki la sentía como algo tan pequeño, frágil y que se rompería entre sus brazos si ponía mucha fuerza. Pero no era así, Akari era fuerte, justa, decidida y leal.

— Vamos, te acompaño a tu casa — dijo Akari separándose levemente del abrazo, pero una mano grande la tomó firmemente de la parte trasera de su cabeza y la impulsó hacía delante, hasta plantar en sus labios, un beso ansioso, lleno de mucho cariño y amor.

— Si, vamos a mi casa — sonrió Taiki de lado. Una sonrisa que jamás había visto...

Jamás había sido un cero a la izquierda.

Por que si la necesitaba.

Por que si la amaba.

°°°

Tenía RATO de no escribir algo de corrido. Sin fijarme mucho en mi redacción y gracias a eso es que quedó algo largo. Xd

Amo mucho el Taikari. Son demasiado bellos esos dos juntos. Necesito leer más de ellos, pero también me animé yo a escribir uno pos... ¿Por qué no? Jaja.

MarBere123 ¿Qué te parece? Oh Diosa escritora del Taikari.

Los quiero ¡Hasta la próxima!

#TaikariIsReal

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