Era sábado por la noche, habían pasado una agradable tarde en familia, Sana y Hoseok habían jugado juegos de mesa con Taehyung, mientras que Jungkook les cocinaba, ya eran las ocho cuando el azabache había ido a acostar a sus hermanos, Taehyung se había quedado abajo en la sala viendo una película, se quiso unir al rubio pero en cuanto entro vio que este ya estaba dormido, se cruzó para poder apagar la televisión, se sentó con cuidado en el sofá, no queriendo despertar a Taehyung, al azabache le gustaba admirarlo mientras dormía, parecía un gatito indefenso, lo cual era totalmente falso al momento de que sus ojos se abrían.

Acaricio suavemente con la yema de los dedos la suave piel de su pierna, el rubio e estremeció un poco pero siguió como si nada, Jungkook se puso de pie y lo tomo entre sus brazos, en automático los delgados brazos de Taehyung se ajustaron en su cuello, balbuceo algo que no entendió.

Jungkook lo recostó con cuidado, pero los ojos del rubio se abrieron cuando sintió que lo recostaban en el colchón.

—¡Hey! —dijo el rubio adormilado.

—¡Hey! —el azabache le sonrió.

—¿Pudiste dormirlos? —Taehyung se hizo a un lado para dejarle espacio en la cama.

—Tarde un poco, Hoseok aún tenía algo de pila.

—Perdónalo, comió muchos dulces en el día —Jungkook estaba por recostarse a lado de Taehyung cuando se escuchó el timbre, el rubio volteo hacia la mesa de noche y vio el reloj. Nueve veinte de la noche.

—Ya vuelvo —el azabache le dio un beso sobre sus labios y salió de la habitación.

—Llama a Taehyung ahora mismo —se escuchó la voz de la madre del rubio en cuanto Jungkook abrió la puerta.

—Él no...

—¡No te atrevas a mentirme Jungkook! —amenazo y entro a la casa— Se que está aquí, así que hazme el favor de llamarlo.

—No quiero ser grosero, pero no recuerdo haberla invitado a entrar y no tiene derecho de venir a dar órdenes aquí.

—Oh claro que lo tengo. —su mirada se clavó en Jungkook— Mi hijo es menor que tú —recalco— Esta aquí, no te metas en problemas y llámalo —se dio la vuelta para caminar hacia la puerta— Con todo y maletas claro.

—Por qué no mejor regresa a su casa y mañana en la mañana le digo a Taehyung que vino a buscarlo, me asegurare que le llame —Jungkook se paró a un lado de la puerta esperando a que saliera.

—Se que hablo muy claramente y puedes procesar lo que te estoy diciendo —le gritó— Y no te conviene hacerme enojar, está viviendo con alguien mayor, tengo contactos fácilmente irías a prisión. —el azabache carcajeó ante su estúpida amenaza.

—Mire —Jungkook contó internamente hasta diez, ya que no dejaba de ser la madre de su novio— Yo no tengo aquí a nadie a la fuerza, Taehyung el día que quiera puede tomar sus maletas e irse con usted, pero dudo que eso suceda —el azabache se burló.

—¡Escucha muy bien lo que te voy a decir! —dijo enojada señalando a Jungkook con su dedo índice.

—Ten mucho cuidado con lo que vas a decir —la voz de Taehyung venia desde las escaleras.

—Taehyung que bueno que estas aquí, trae tus maletas y vámonos.

—¿Quién te dijo que estaba aquí? —el rubio dijo con una enorme frialdad.

—Eso no importa.

—¿Quién te dijo que estaba aquí?

—Jimin, pero ya hablaremos en la casa —el cuerpo de Jungkook se tensó, ahora si le tocaría ajustar cuentas con el imbécil de Park.

—No gracias, mira ya es tarde y hay niños dormidos que te parece si te visito un día de estos, claro si tienes tiempo —prácticamente la corrió— Revisa tu agenda tal vez tengas algún espacio en algunos... ¿dos meses?

—¡Taehyung! —dijo la mujer ofendida.

—Vete por favor, deja de fingir que te intereso.

—¡Claro que me interesas! Lo estoy haciendo por ti, esto es, es un error, tú no puedes salir y mucho menos vivir con él —señalo al azabache.

—Si puedo, es mi novio y lo amo.

—Pero él jamás...

—¡Basta! —Taehyung no la dejo terminar.

—Piénsalo —acomodo su saco— ¿qué te puede ofrecer este? —eso sí ofendió a Jungkook,

Él podía ofrecerle mucho más que cualquiera.

—Cariño, aprecio... un verdadero hogar —esta vez habló Jungkook— Tal vez no puedo darle muchos lujos —bajo la mirada, pero Taehyung tomo su mano— Pero puedo asegurarle que aquí estará mejor que en cualquier lugar.

—De amor no se vive niño tenlo bien presente —dijo con recelo— Prepara tus maletas, no te quedaras por mucho aquí —le advirtió a Taehyung y salió de la casa, la puerta se cerró tras de ella.

—Perdóname, discúlpame, lo siento... —la voz de Taehyung era de vergüenza ya que se hundió en el pecho de Jungkook abrazándolo.

—¿Porque te disculpas? —sonrió.

—Mi madre.

—Tranquilo amor, nadie elige a su familia.

—Estúpido Jimin —murmuro, Jungkook estuvo de acuerdo.

—Ya me arreglare con el mañana —Taehyung ahogo un grito.

—¡No! déjamelo a mi yo me encargare del bocón.

—Ya veremos mañana, el primero que lo vea se arregla con el —Jungkook tomó su mano y la entrelazo para después guiarlo a las escaleras, Taehyung subió un escalón cuando pregunto

—¿Un verdadero hogar?

—Para mí somos una familia —Taehyung lo miro con ternura.

—Me gustaría algún día adoptar a una preciosa niña —dijo y Jungkook se sorprendió— Claro, cuando tenga una buena estabilidad económica.

A Jungkook no le aterraba la idea de ser padre, ya que prácticamente desempeñaba ese papel con Sana y Hoseok, lo que me aterraba era que Taehyung quisiera formar todo un ejército y seguramente de niñas, no se podía imaginar la cantidad de vestidos que tendría que comprar, habitaciones de rosa por pintar y novios a los cuales espantar.

—Me gustaría adoptar tres, tal vez cuatro o hasta cinco —sonrió— Quiero la casa siempre llena y que cuando seamos viejitos —no había más que ilusión en su rostro— Las cenas y reuniones sean grandes festejos, con nietos y hasta bisnietos.

—¿Te imaginas? A nosotros de viejos —Jungkook sonrió

—Peleando cada cinco minutos —bromeó el rubio.

—¡Park Jimin! ¿eres estúpido o te haces?

—¡Jungkook! ¿en qué quedamos? —Taehyung reprochó.

—Yo lo vi primero, yo me encargo de el —Jungkook se sacó la chaqueta y la lanzo en el césped, Taehyung se puso en medio ya estaba nada de lanzarse encima de su amigo.

—¡Yo lo vi primero! —dijo molesto.

—Si son adorables sus discusiones ¿ya me puedo ir? —dijo Jimin con fastidio.

—¡No! —gritaron Jungkook y Taehyung al unisonó haciéndolos sobresaltarse. Ambos carcajearon.

—Llegare tarde a algebra —Jimin canturreo aburrido.

—Tú con suerte y en una semana podrás volver a clases o al menos ponerte en pie —el azabache lo amenazó.

—Gguk, ¡basta!

—¡Quiero que lo intentes idiota! —Jimin lo retó.

—¡Jimin! —Taehyung le gritó.

—¿Que lo intente? mejor cállate si no quieres que te parta la cara.

—¿Saben qué? así no se puede —Taehyung se dejó caer en el césped, cruzó las piernas como indio y también cruzó sus brazos— Cuando terminen de decirse cosas me avisan.

Al ver que su amigo y su novio se miraron a los ojos con total ira Taehyung respiro profundamente.

—¿Cómo se enteró mi madre de que vivía en casa de Jungkook? —preguntó después de permanecer unos segundos en silencio.

—Yo le dije —Jimin confesó.

—¿Y quién demonios te pidió que lo hicieras? —reclamo Jungkook, Taehyung lo miró mal y el azabache cerró la boca.

—Estaba preocupada, además pensaba llamar a la policía y reportarlo como secuestro —explicó.

—¿Preocupada? —el rubio carcajeó.

—Tete lo siento, ella sabía que yo tendría que saber dónde estabas viviendo no pude decirle que no, además creí que era lo correcto, no solo por ti, también le salve el pellejo a este y mira como agradece.

—Imbécil —dijo Jungkook dándose la vuelta— Como si necesitara tu jodida ayuda.

—¡Jeon Jungkook!

—Creo que deberías de regresar a tu casa —Jimin sugirió.

El azabache quiso volver a decirle algo a Jimin, pero Taehyung rápidamente se puso de pie e intervino.

—Jimin, por favor no le des información de mí y mucho menos de Jungkook, tú sabes que a mí me pone mal vivir con ella, no es buena nuestra relación y lo sabes de sobra, de todos modos, si no vivo con Jungkook buscare un hotel o algún lugar —ambos negaron.

—Ni lo pienses —Jungkook y Jimin dijeron al mismo tiempo, se preocupaban por él, al menos tenían algo en común.

—Ya, ya —los tranquilizó— Entonces por favor sea lo que sea que te pregunte mi madre no le respondas —señalo a Jungkook— Ya vámonos o no nos dejaran entrar.

Afortunadamente aun no tocaba el timbre, Jimin le dio un beso en la mejilla sin antes burlarse por la mirada que le dio Jungkook, tomo su mochila y se fue, Taehyung espero al azabache a que se acomodara su chaqueta, disfrutaba de las vista ya que le encantaba como se marcaban sus fuertes brazo.

Caminaron por el pasillo cuando sintió la mano de Jungkook apoderarse de su cintura, delicadamente, pero a la vez firme.

—Mierda Tae —dijo con molestia— no me gusta que traigas esos pantalones —su aliento en su oído le provocó cosquillas al rubio.

—No shorts cortos, no blusas descubiertas, no plataformas —reclamó— ¡Eres peor que el reglamento del colegio!

—No sabes la impotencia que me da ver que te volteen a ver y no poderles partir la cara.

—Creo que tu solo te das cuenta de las cosas que te convienen.

—¿A qué te refieres? —pregunto sin entender.

—Mira a la derecha.

—¿Qué hay? —susurro después de voltear y no encontrar nada sospechoso.

—Izquierda.

—¿Qué? —dijo aun sin comprender.

—Míralos... todos y todas susurran cuando pasamos, no soy al único que ven como un pedazo de carne —volteo hacia otro montón de chicas que secreteaban.

—No entiendo —¿de verdad Jungkook era tan estúpido o fingía? al pasar los miraban y Jungkook había atraído más público femenino y masculino al salir con Taehyung, era imposible que no se diera cuenta de los que babeaban por él— Oh —se sorprendió— Creo que entiendo —sonrió y levanto una ceja.

—¿Y tienes el descaro de sonreír así? ¡Idiota! —le reclamó.

—Ves lo que se siente —carcajeo.

—¡Te odio!

—¡Hey! —Jungkook lo abrazo por detrás, pero Taehyung seguía caminando, el azabache acomodo su cabeza sobre el hombro del rubio— Sabes que a mí solo me interesas tu —el menor mordió su labio inferior, le encantaba que le dijera cosas así.