Un cálido rayo de sol fue el culpable de que Jungkook despertara temprano, frotó sus ojos para evitar quedar cegado momentáneamente al abrirlos, trató de girarse para que la luz no le diera directamente en la cara y poder seguir durmiendo, pero le fue imposible, Taehyung estaba atado a su cuerpo, una sonrisa se dibujó en su rostro al recordar la maravillosa noche que ambos habían pasado.

Paseo su mano sobre la sabana y se detuvo en la delgada cintura de Taehyung, lo abrazó y este se acurruco aún más en su pecho, el azabache acomodo un par de mechones que no le permitían ver el rostro de Taehyung, le dio un beso sobre su frente y uno más suave sobre sus labios teniendo cuidado de no despertarlo, pero al parecer fue inútil ya que lentamente abrió los ojos. Una enorme sonrisa se pintó en el rostro de Taehyung al verlo.

—Buenos días —dijo ocultando su rostro en el cuello de Jungkook.

—Buenos días —respondió y dio un beso sobre su cabello.

—¿Qué hora es? — pregunto con voz ronca.

—Las nueve —dijo el azabache después de confirmarlo con el reloj que estaba en el buro.

—¿Por qué despertaste tan temprano?

—Un rayo de sol me despertó, no cerré la cortina porque no quería despertarte y de todos modos no funciono —fue el turno de Jungkook de acurrucarse en los brazos de Taehyung.

—Yo la cerrare —dijo el rubio sentándose en la cama— Pero cierra los ojos —señalo a Jungkook.

—¿Por qué?

—Ciérralos —ordeno nuevamente mientras se cubría con la sabana y Jungkook entendió porque quería que se cubriera los ojos.

—Precioso es estúpido que...

—No Gguk —sonrió y Jungkook finalmente obedeció y se cubrió hasta la cabeza con la delgada sabana, solo pudo ver la silueta de Taehyung, dos segundos después la habitación volvió a obscurecerse.

—¿Ya me puedo destapar? —pregunto Jungkook.

—Ya —contesto y el azabache bajó la sabana, ahora el cuerpo desnudo de Taehyung era cubierto por una camisa a rayas celestes que le pertenecía.

—¿Me la prestas?

—No, quítatela.

—Entonces iré por ropa —Taehyung camino hacia la puerta.

—Hey, Hey —Jungkook lo llamó y Taehyung se detuvo— Vuelve —le dijo señalando con la cabeza el lugar vacío de la cama, los ojos de Taehyung se iluminaron y regreso corriendo a la cama.

—Solo un rato más, tenemos que arreglarnos para esta noche y tienes que ir por tu traje —repitió el itinerario que tenían.

—¿Y si mejor no vamos y nos quedamos aquí? —Jungkook nuevamente envolvió entre sus brazos a Taehyung.

—Gguk... —alargo, para él era importante asistir.

—Está bien, está bien.

—¿Gguk? ¡Despierta! ¡Jungkook despierta! —el azabache abrió de golpe los ojos ante los llamados de Taehyung.

—¿Qué? ¿Qué paso? —pregunto desorientado y alarmado.

—Pasa que son las cinco de la tarde y nos quedamos dormidos de nuevo —mierda, ¿las cinco? ¿Cómo habían podido dormir tanto? — Me daré una ducha, para después ir por mi traje a casa de mi madre... —su tono de voz cambio por completo, le dio un beso a los labios de Jungkook antes de salir corriendo hasta el baño, el azabache paso sus brazos por detrás de su cabeza, mientras que su mirada estaba perdida en el techo.

Se escuchaba correr el agua en el baño y un dulce tararear que provenía del mismo lugar, un ligero pitido lo saco de sus pensamientos, Jungkook volteó hacia su derecha y nuevamente se escuchó el mismo sonido, el cual provenía del celular de Taehyung. Por tercera ocasión sonó, Jungkook lo tomo y solo miro la pantalla, no invadiría la privacidad de Taehyung.

Tres mensajes de: Jimin

Se debatió entre presionar ver y salir, decidió presionar "Salir" pero estúpidamente presiono "Ver" En automático el pequeño aparato lo llevo a la bandeja de entrada, había demasiados mensajes de Jimin, la mayoría eran de él. Tenía que aceptarlo, los celos lo invadieron. Eligió un mensaje al azar.

Muy bien, y ¿entonces? ¿Qué tal te fue? Acéptalo perderás la apuesta.

¿Apuesta?

Jungkook pensó divertido.

¿Que habrá apostado ese par? ¿Por qué Taehyung no le había contado?

Sintió una necesidad de enterarse, esta vez no pudo contenerse y fue a la bandeja de salida en búsqueda del mensaje que respondía el previamente leído.

Excelente, tanto que puedo asegurar que TU has perdido la apuesta. No te sorprendas cuando Jeon admita que esta locamente enamorado de mí.

Jungkook sintió como si el mundo se desplomara a su alrededor. Una mezcla de incredulidad, dolor y traición lo invadió por completo. En un instante, todo lo que creía sobre la sinceridad y el afecto de Taehyung hacía él se desvaneció en el aire. Se sintió como si hubiera caído en un abismo oscuro y sin fondo, donde la confianza que había depositado en Taehyung se desmoronaba lentamente.

Su corazón latía con fuerza en su pecho, como si estuviera tratando de escapar de la terrible verdad que acababa de descubrir. Cada palabra del mensaje resonaba en su mente, golpeándolo como un martillo en el corazón. El dolor era abrumador, como si mil agujas lo atravesaran una y otra vez.

Jungkook se sintió perdido y solo en un mar de emociones desordenadas. La sensación de haber sido usado y manipulado por alguien a quien consideraba una persona especial lo llenaba de un profundo sentimiento de vacío. Se preguntaba cómo pudo haber sido tan ingenuo como para creer en las mentiras de Taehyung, ¿Cómo pudo haber sido tan ingenuo como para no ver las señales de advertencia?

En ese momento, Jungkook se enfrentó a un dilema emocional: ¿debería confrontar a Taehyung y exigir respuestas?

Taehyung envolvió su cuerpo con una toalla blanca y salió del baño, estaba tan contento, esta noche seria perfecta.

Jungkook aún seguía recostado sus brazos estaban detrás de su cabeza, parecía cómodo.

—Tu turno —le dijo caminando hacia él, pero el azabache solo miraba perdidamente hacia el techo— Gguk —canturreo y Jungkook sacudió levemente la cabeza.

—Si ya voy —sonrió y se sentó en la cama sujetando la sabana en su cadera.

—Nos vemos en un rato entonces —Taehyung se acercó para besarlo, pero Jungkook corrió su rostro y puso su mejilla.

Afortunadamente la madre de Taehyung no estaba en casa, así que sin problema alguno pudo entrar por su traje, al igual que por los zapatos y accesorios que usaría, salió pidiéndoles a las de limpieza que su madre no se enterara que había ido. Todas asintieron con la cabeza, Taehyung les agradeció y salió.

Siete en punto, llegó nuevamente a la casa de Jungkook, la puerta estaba abierta.

—¿Gguk? —preguntó, pero el único que le respondió fue su misma voz al sonar en eco, debía seguir en lo de su traje.

Subió a grandes zancadas las escaleras hasta llegar a la habitación de Jungkook, esta seguía desordenada a excepción de su ropa que ya no estaba esparcida por el suelo.

Tendió la cama y acomodo todo lo que estaba fuera de su lugar, diviso su celular en el buro, lo tomo y lo guardo en la bolsa que usaría esta noche, una vez toda la habitación estuvo ordenada volvió a tomar una ducha para poder comenzar a arreglarse.

Ocho veinte, y Taehyung aún no estaba listo, el azabache se dejó caer en uno de los sillones de la sala, detestaba el traje que estaba usando, detestaba la sensación que estaba sintiendo en aquel momento.

Por fortuna faltaba poco para que su tortura terminará.

Finalmente se escuchó la puerta de su habitación cerrarse y seguido de esto las plataformas de Taehyung sobre el piso de madera anunciaban su llegada. Su cabello formaba unos perfectos rizos rubios, portaba un bonito traje rojo con lentejuela, simulando un cinturón por el frente y por la espalda un sensual escote, no llevaba gargantilla o collar, llevaba unos pendientes largos como de perlas, se había rizado las pestañas y aplicado un poco de tinta roja sobre sus labios.

—Estas hermoso —Jungkook susurro, mientras sintió su corazón romperse una vez más.

—Gracias —dijo sonrojado— ¡Tú te ves guapísimo! —dijo al momento de estar a solo centímetros de la boca de Jungkook.

—¿Nos vamos? —el azabache rechazo nuevamente el beso de Taehyung.