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30.

Taehyung abrió la puerta de su casa y notó el gran silencio en esta, su madre aún no había llegado, seguramente había ido a una de sus tantas cenas importantes.

Suspiro rendido.

Se quito sus botas y las puso en el primer escalón para poder ir a la cocina, tomo un vaso y lo puso en la barra para sacar jugo del refrigerador, se sirvió y tomo el vaso, regreso a las escaleras para tomar las botas y subir a su habitación pero el sonido del timbre lo detuvo, volteó hacia la puerta y una vez más sonó el timbre, Taehyung dejo de nuevo ambas cosas en las escaleras y camino hacia la puerta.

—¿Qué quieres? —Era Jungkook el que estaba en la puerta, si no hablaba ahora mismo la cerraría y subiría a su habitación.

El azabache levanto la mirada y la conecto con la de Taehyung, no dijo ninguna palabra, sin embargo, tomo del brazo de Taehyung y lo atrajo hacia él y con un veloz giro lo acorralo contra la pared.

—Me encantas, me vuelves loco, me mata de celos que todos volteen a verte cuando llegas a algún lugar, odio que el estúpido de Minho se te acerque, me gusta tu carácter, excepto el del Taehyung engreído que sé que no es tu verdadera forma de ser, me gustan tus faldas —inhalo profundamente ya que hablar tanto y tan rápido lo había despojado de todo el oxígeno en sus pulmones —Te quiero Taehyung.

El rubio no lo dejo pronunciar una palabra más, ni siquiera lo dejo respirar cuando ya estaba colgado de su cuello besándolo.

—Cuando quieras te presto mis faldas —dijo entre besos riendo— Creo que te quedaran algo cortas —regreso a sus labios.

—Las prefiero en ti.

—Yo te invite primero —reprocho despeinando al rubio

—No —Taehyung dijo riendo tratando de acomodar su cabello nuevamente— Anda —suplico.

—No creo que a tu madre le guste que este aquí —se puso de pie.

—No llegara, aún es temprano —Taehyung se levantó de su cama— Además nunca tiene hambre—dijo imitando el tono de voz de su madre— Y no quiero cenar solo.

—Ya te dije, vamos cenamos y te traigo —insistió.

—Gguk...

—Está bien ¡ya! —se rindió y Taehyung sonrió, ambos se levantaron de la cama y el rubio tomo la mano del azabache mientras salían de la habitación.

Jungkook bajaba con pesadez las escaleras mientras que el rubio al contrario saltaba contento, justo cuando estaban a mitad de las escaleras se escuchó la puerta de la entrada cerrarse y Taehyung se detuvo, el sonido de unos tacones en el piso le indico que era su madre.

Inhalo y exhalo profundamente suplicando por dentro que no se comportara grosera con Jungkook.

—Creo que será mejor que me vaya —susurro Jungkook en su oído.

—No —dijo con seguridad— Yo te invite a cenar.

—Puede ser otro día si quieres —se acercó a Taehyung y beso sus labios.

—No —Taehyung negó dejándole en claro que no se hablaría más del tema.

Llegaron al último escalón y pudo ver a su madre viendo cartas y recibos que estaban en la pequeña mesa del living, volteo cuando sintió la presencia de ambos jóvenes.

—Buenas noches —saludo Jungkook con cortesía.

—Buenas noches —le dio una mirada de desaprobación.

—En verdad Tae —susurro Jungkook— una vez más no quiero incomodarte ni mucho menos causarte problemas.

—Invite a Jungkook a cenar —ignoro al azabache— Estaremos en el comedor —sin soltar la mano de Jungkook lo guio hacia el comedor donde sus platos ya estaban servidos.

— ¿Pongo plato para usted? —pregunto una de las trabajadoras a su madre, Taehyung suplico para que ella dijera que no.

—Si.

Mierda.

Nunca cenaban juntos y cuando realmente deseaba que no lo hiciera lo hacía.

Todos tomaron asiento.

—Y ¿trabajas? o ¿solo estudias? —pregunto su madre sin siquiera mirar a Jungkook.

—Trabajo y estudio

—¿Donde?

—Una tienda de discos.

—Trabaja en una tienda de discos —dijo volteando a ver a Taehyung en un disimulado tono de reproche.

¿Que esperaba? ¿Qué liderara una empresa internacional?

—Que ¿eres cajero? —su madre contuvo la risa.

—En realidad no —Jungkook dejo los cubiertos sobre el plato— La administro —observo a Taehyung y le guiño un ojo como asegurándole de que todo estaba bien— Era de mi padre, era como un pasatiempo y bueno pues ahora ha quedado en mis manos.

—¿Era de tu padre?

—A si es —¿Que no podía dejar de preguntar?— Falleció hace algunos años —bajo la mirada con nostalgia.

—Lo siento —claro que no lo sentía, a ella le daba lo mismo— Es bueno que ayudes a tu madre.

—Ella también...

—Vaya —hizo una mueca torcida— Debe ser duro.

—Lo es.

La cena iba a ser demasiado incómoda.

—Gracias por invitarme— dijo con una hermosa sonrisa.

—Seguro debes odiarme, debí de haberte dejado ir. —Miro hacia abajo— No esperaba que mi madre te hiciera un interrogatorio.

—Fue divertido —dio un fugaz beso en los labios de Taehyung— Entra ya o te enfermaras —le ordeno, ya que llovía realmente fuerte.

Una vez que entro a su casa el ambiente se volvió pesado, su madre lo esperaba sentada en el sofá de la sala.

—Tiene una tienda de discos, no tiene padres, se hace cargo de dos niños como si fueran sus hijos —iba a mitad de las escaleras cuando comenzó a enumerar los defectos de Jungkook— Conduce una motocicleta y ¡que forma de vestirse! —Taehyung cerró los ojos tratando de tener toda la tolerancia y paciencia del mundo— No te quiero volver a ver cerca de él ni fuera ni dentro de aquí.

—No recuerdo haberte pedido permiso para salir con él.

—Pues deberías de haberlo hecho, de todas formas, seria y es un rotundo ¡No!

—Creo que no me explique bien mamá —cerro los ojos nuevamente— Te lo dejare más claro que el agua —suspiro— Me gusta Jungkook, lo quiero a él y no me alejare de Jungkook solo porque no te agrada.

—Ahora me toca aclarártelo a ti, no te quiero cerca de él, no es bueno para ti.

—Por favor —dijo Taehyung con ironía— ¿Tú qué sabes de lo que es bueno para mí? —carcajeo amargamente— A penas y recuerdas que existo.

—No digas tonterías y ya te lo he dicho, vives bajo mi techo y sigues mis reglas —se levantó del sofá mientras se dio la vuelta esquivando el tema que su hijo había sacado a relucir.

—¡Ah! ¿Entonces es eso? —Grito con rabia— Pues ese problema se acaba ¡ahora mismo! —Taehyung subió corriendo las escaleras ignorando los gritos de su madre.

—Taehyung, baja ahora mismo, ¡No me dejes hablando sola!

Taehyung la ignoro.

¿Como se atrevía a pedirle que no la dejara hablando sola? Ella hizo lo mismo con él durante más de seis años.

Decía que era un defecto de Jungkook haber perdido a sus padres, él estaba en la misma situación.

Pero se prometió a él mismo que no dejaría que las palabras de su madre lo dañaran de nuevo.

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