
16.
Taehyung y los niños cerraron los ojos fuertemente preparándose para el impacto, pero Jungkook acelero a fondo haciendo chirriar las llantas para quitarse del camino del deportivo rojo que se aproximaba, este volvió a su carril como si nada.
Parecía totalmente intencional.
Jungkook freno de golpe alineándose en la acera y gracias al cinturón de seguridad nadie se impactó contra el vidrio, no tardo ni un segundo en desbrochar el cinturón y bajar para ir hacia la puerta trasera y asegurarse de que sus pequeños hermanos estuvieran bien.
Taehyung se giró en el asiento para poder ver, los ojos de Hoseok estaban abiertos y con terror, y Sana quien parecía tranquila, de un momento a otro exploto en llanto.
—¿Estás bien? ¿Qué te sucede? —Le preguntaba Jungkook con desespero ante el llanto de la pequeña.
—¡Mi vestido! —Dijo hipando mientras volteaba hacia abajo mirando su vestido totalmente manchado de pastel.
Le fue imposible a Taehyung no reír— Pequeña no llores —Le dijo con ternura— se puede limpiar, tranquila.
—Pero... —Alargo con un sentimiento enorme.
—Mira —Taehyung bajo del auto— ¿Te cambio de lugar Hoseokie? —Le pregunto al menor y este de inmediato accedió— Yo te ayudo —Subió y tomo un par de servilletas que traía y la ayudo a sacar el pastel de su ropa.
—¿Todos bien? —Pregunto Jungkook y ambos niños asintieron con la cabeza.
Pero Taehyung estaba molesto.
Minho moriría por esto.
—Gracias. —Dijo Taehyung bajando del auto
—Tae —Le llamo Sana.
—¿Qué sucede princesa?
—¿Mañana vendrás con nosotros?
—Eso no lo decido yo —Le contesto Taehyung mientras miraba al azabache.
—No —Contesto de inmediato Jungkook— Mañana descanso de el, además tengo trabajo —Le explico a Sana quien lo miraba con cara de cachorrito.
—Por favor —Insistió— Tae, Tae es divertido —agrego Hoseok.
—No —negó nuevamente— Tienen colegio y además deben de hacer tarea.
—Mañana es viernes.
—Niños —Taehyung los interrumpió— Obedezcan a su hermano, les prometo que luego vendré a visitarlos, Jeon abre la maletera. —ordeno para después caminar hacia atrás del auto.
—¿Para qué? —Pregunto bajando del auto.
—Deje unas cuantas bolsas ahí —Abrió la maletera y efectivamente ahí había alrededor de diez bolsas.
—No es normal tu obsesión con las compras —Reprocho Jungkook, Taehyung solo se limitó a observarlo mientras se sacaba una bota cambiándola por los zapatos de plataforma que anteriormente traía.
—Si tú tampoco eres normal —Se quito la otra bota, se dio la vuelta y las lanzó a un basurero que estaba en la acera.
—¿Por qué las tiras? —Pregunto Jungkook.
—Las detestaste, así que no me sirven de nada —Contesto Taehyung con una mueca, tomo todas sus bolsas— Nos vemos luego —Beso su mejilla para después caminar hacia su casa.
—¿En dónde? —Escucho la voz de su madre una vez que entro a su hogar.
—Estaba en casa de...
—Está bien, yo mando a alguien para que recoja el pedido. —Era su celular con el que hablaba— Perdón hijo ¿Qué decías? —Tapo la bocina del celular para que no se escuchara de lo que hablaban.
—Nada, no decía nada.
Cuando llego a su habitación tiro las cosas en el piso de su cuarto y se lanzo a su cama.
Observo que ya tenía mensajes de Jimin así que decidió contestarle.
Paso por ti mañana ¿sí? leyó el mensaje que había llegado a su celular
Eso ni lo preguntes, dalo por hecho. Taehyung le respondió.
Muy bien, y ¿entonces? ¿Qué tal te fue?
Excelente, tanto que puedo asegurar que perdiste la apuesta. No te sorprendas cuando Jeon admita que esta locamente enamorado de mí.
Dejo su celular en la mesa de noche y apago las luces. En menos de cinco minutos, Taehyung había caído en un profundo sueño.
—¿Y cómo te fue a ti? —Pregunto Taehyung con verdadera curiosidad.
—Genial —Contesto Jimin— Ya somos novios.
—¡Felicidades! —Contesto su amigo sonriente, realmente le gustaba verlo así de feliz, y aunque Yoongi no fuera cien por ciento de su agrado si lo hacía feliz, todo estaba bien— ¿Después me contaras? —Pregunto esperando un sí como respuesta.
—Claro.
La campana que avisaba el inicio de la primera clase hizo que entraran al salón.
Taehyung se sentó en su lugar de siempre, abrió su bolso y se dio cuenta de que no traía su libro
Ahora tendría que regresar a su casillero.
Se puso de pie y salió del salón aprovechando que el profesor aún no había llegado y justo cuando salía Jungkook venia entrando.
—Hola guapo... —Taehyung dijo en un susurro solo audible para ellos dos.
Jungkook negó con la cabeza sin dejar de caminar.
El pasillo ya estaba vacío, Taehyung giro hacia la derecha para caminar en donde estaba su casillero y fue ahí cuando vio a su ex novio recargado en este.
—¡Eres un idiota! —Taehyung reclamo a unos cuantos pasos de Minho.
—¿Qué? —Soltó una carcajada
—Como ¿qué? —Fingió una grave voz.
—No me digas que Jeon te conto el susto que le di.
—¿El susto que le diste? —Le había confirmado que él había sido el que casi provocaba un choque— No, no me lo conto —Le contesto ahora más que molesto— ¡Yo iba en el auto con Jungkook y con otros dos niños! —Le grito.
—¿Tu ibas con él? —Frunció el ceño— ¿Por qué? —Dio dos pasos quedando peligrosamente cerca de Taehyung.
—¡Que te importa! —Le contesto de mala gana— ¡Solo deja de hacer estupideces que relacionen a Jungkook y a mí! —Se dio la vuelta, pero Minho lo tomo rápidamente de la muñeca y de un solo tirón lo regreso hacia él.
Comenzó a acercarse más y más.
Taehyung tembló ante tal cercanía.
Dios, jamás había podido resistirse a sus ojos verdes.
—No me digas que ese imbécil te soporta tus caprichos. —Arqueo una ceja.
—No solo los soporta... —Ahora Taehyung fue el que corto la distancia entre ellos— Los cumple.
Tal vez no era del todo cierto.
Más bien no era para nada cierto.
Pero Minho no tenía que saberlo.
Tiro fuerte de su brazo logrando que lo soltara y así regresar al salón de clases sin siquiera detenerse por el libro que había olvidado.
—¿Pu-Puedo entrar? —Taehyung dijo con timidez cuando observo que el profesor ya se encontraba dando la clase.
—Llega tarde una vez más, Kim —Le informo.
—Lo siento —Se disculpo y entro para caminar hacia su lugar.
Su corazón estaba a punto de descolocarse ante la velocidad con la que palpitaba, mientras que sus mejillas estaban rojas.
Había dejado con la palabra en la boca a Minho, se sorprendió de que no se haya lanzado hacía sus brazos.
Pero se dijo que era lo mejor.
Ya vendría a rogar para que vuelva con él.
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