
12.
La puerta se abrió, inundando la habitación de luz y revelando el rostro de la persona con la que Jungkook estaba besándose, quien resultó ser Yong.
Eres un idiota. Pensó Jungkook mientras Taehyung se disculpaba por interrumpirlos. Sin embargo, la mirada de incredulidad en los ojos del rubio le dijo todo lo que necesitaba saber. La reacción de Taehyung desconcertó a Jungkook, esperaba gritos, insultos o incluso un golpe, pero en cambio, vio cómo los ojos de Taehyung se llenaban de lágrimas antes de salir corriendo en silencio.
—¿Qué demonios te pasa? —exclamó Jungkook, furioso, dirigiéndose a Yong.
—Parece que no conoces tan bien a tu exnovio —respondió Yong, deslizando sus manos por el torso desnudo de Jungkook en un intento de provocarlo, pero el azabache solo sintió repulsión.
—No voy a perder a Tae por tu culpa —murmuró Jungkook, levantándose de golpe y agarrando su camiseta del suelo.
—¡Ambos somos culpables, Jeon! ¡Los dos! —río Yong mientras Jungkook salía corriendo detrás de Taehyung. Al cruzar el umbral de la puerta, Jungkook vio su chaqueta tirada en el suelo, pero no había rastro del rubio. Pasó una mano por su cabello con desesperación. Regresó al interior de la casa, empujando a la multitud para intentar encontrar a Jimin, quien seguramente sabría dónde estaba Taehyung.
—¿Dónde está Taehyung? —gritó Jungkook, agarrando a Jimin de la camisa con fuerza.
—No lo sé —respondió Jimin, sorprendido—. ¿Qué ha pasado?
—Solo necesito encontrarlo, ¡ahora! —Jungkook se abrió paso entre la multitud hasta llegar afuera, buscando frenéticamente su celular en sus bolsillos
—¿Has visto a Taehyung? —preguntó Jimin a un chico rubio que estaba charlando con otros, apoyado en un auto. El teléfono de Jungkook sonaba, pero Taehyung no respondía.
—Sí, hace un momento salió corriendo —contestó el chico, atrayendo la atención de Jungkook—. No parecía bien —añadió, haciendo que la sangre de Jungkook hirviera—. Luego se fue con Minho. —Jungkook apretó su celular con tanta fuerza que crujía por dentro.
—¡Maldición! —gritó antes de estrellar el teléfono contra la pared.
—¡Ey!
—¡Cállate! —Jungkook calló a Jimin.
—Mira, no te sirve de nada desquitarte con el celular, mi pared o conmigo —Jimin lo empujó hacia la calle—. ¿Qué ha pasado?
—No es asunto tuyo.
—¡Me importa! ¿Qué has hecho para que Taehyung se vaya con Minho? —gritó Jimin—. Estoy intentando ayudarte, idiota.
—Nada, fue un malentendido y... —Explica— Estaba en el baño con Yong —murmuró Jungkook, cubriéndose la cara con frustración.
—¡Eres un idiota, Jeon! —exclamó Jimin, dándole un golpe en la mandíbula—. ¿Cómo has podido hacerle eso? —lo empujó con fuerza, y Jungkook, aturdido, chocó contra un auto. Sacudió la cabeza para aclarar las ideas y, sin pensarlo, agarró a Jimin de la camisa, haciéndolo girar y estrellándolo contra el mismo auto, activando la alarma.
Después de soltar a Jimin, Jungkook se apartó— Fue un malentendido, Yong me hizo creer que era Taehyung y... ¿Por qué te estoy dando explicaciones? —masculló mientras caminaba hacia su auto, buscando las llaves en sus bolsillos.
La mente de Jungkook estaba llena de preguntas. ¿Por qué Taehyung había ido con Minho? ¿Por venganza? ¿Podría Minho estar usando a Taehyung para vengarse de él?
Las manos de Minho se deslizaron hacia las caderas de Taehyung, y en ese momento, la cordura del rubio que parecía haberse esfumado regresó de golpe.
—¡No! ¡Yo no! —Taehyung se apartó bruscamente.
—Tae —Minho murmuró, desconcertado por la reacción del rubio— Lo siento... no debí.
Taehyung estaba en pánico, el amor que sentía por Jungkook era mucho, y la idea de haber hecho algo que pudiera lastimarlo lo llenaba de angustia. Las lágrimas volvieron a emerger.
—No fue tu culpa, me aproveche de tu vulnerabilidad, perdóname —Minho se puso de pie y recogió la caja del suelo— Ve a dormir —se acercó a Taehyung y limpió sus lágrimas con delicadeza—. De verdad, envidio a Jeon —añadió antes de salir de la habitación.
El sol se filtraba por las cortinas, iluminando la habitación donde Taehyung se retorcía en la cama, tratando de escapar de la realidad que se le presentaba tan cruelmente. Cerró los ojos con fuerza, anhelando que, al abrirlos, todo hubiera sido solo una pesadilla. Una lágrima escapó de su ojo izquierdo, pero fue rápidamente absorbida por la almohada, como si hasta el tejido supiera de su dolor.
¿Qué iba a hacer ahora? Estaba dispuesto a escuchar a Jungkook, a perdonarlo, porque no podía permitirse perderlo. Alcanzó su celular en el buró y se encontró con dieciséis llamadas perdidas de Jimin y solo una de Jungkook. Eso lo destrozó por completo. ¿Cómo podía ser que Jungkook solo intentara llamarlo una vez? La decepción le quitó las ganas de buscar explicaciones. Quizás la explicación solo le causaría más dolor, quizás Yong había ganado una vez más.
Con manos temblorosas, marcó el número de Jimin y la voz molesta de su amigo inundó sus oídos.
—¿Estás loco? ¿Demente? ¿Tienes algo en la cabeza? —Jimin estaba molesto.
—No, No y No— contesto casi en un susurro
—¿Como se te ocurre largarte con Minho? —gritó— Al idiota de Jungkook le salía fuego por la boca.
—¡No me regañes! ¡Tú no sabes lo que paso!
—Si se lo que paso —Contesto con un tono menos fuerte— Al menos una parte.
—¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué me quedara ahí como si nada hubiera pasado? ¡Me fui porque no quería arruinarlo! —otro par de lágrimas se deslizaron por las mejillas del rubio.
—¡Cualquier cosa menos irte con tu ex! —Jimin volvió a gritar.
—¿Cómo supiste que paso? —pregunto tristemente.
—Jungkook me dijo —suspiro— Llego conmigo buscándote hecho una fiera, salimos y Taemin nos dijo que te habías ido con Minho —soltó una carcajada— El hizo polvo su celular ¿sabes? —eso explicaba la ausencia de llamada— Le dije que me explicara que te había hecho para que te hubieras ido con Minho, me explico y le revente el labio.
—¿Qué? —Taehyung ahogo un grito.
—Después el casi me estrangula...
—¿Qué?
—¿Sordo acaso? —dijo burlón— Después se fue —término de contar.
—¿Que hago Jimin? Dime que hacer —en la voz de Taehyung se escuchaba desesperación, una gran desesperación.
—Él te ama —dijo después de unos segundos en silencio— Yo lo odio, pero tengo que admitir que esa bestia te ama —ahora Taehyung tenía un llanto incontrolable.
—No sé qué fue lo que lo llevo a la situación de anoche... —suspiro— Pero yo te recomendaría escucharlo —Fue la única recomendación de Jimin antes de despedirse.
—Gracias por traerme.
—No fue nada, una vez más te pido disculpas si te incomode anoche —Minho se refería al beso que le dio— Y suerte —señalo con la barbilla hacia la casa de los Jeon.
—Gracias. —realmente la necesitaría
Las palabras de Jimin resonaron en la mente de Taehyung mientras se encontraba frente a la puerta de la casa de los Jeon. La incertidumbre lo paralizaba. ¿Debería tocar el timbre o usar su llave? ¿Dónde estaba el Taehyung seguro de sí mismo que solía ser? Registró su bolso en busca de las llaves, pero se dio cuenta de que las había dejado en la cocina.
Finalmente, decidió tocar el timbre, Jungkook abrió la puerta en exactamente cincuenta segundos. El corazón de Taehyung se apretó en su pecho mientras el rostro de Jungkook permanecía inexpresivo. Sin decir una palabra, Jungkook se dio la vuelta y entró a la sala. Los ojos de Taehyung se cristalizaron al verlo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
Las lágrimas seguían saliendo, pero esta vez no eran lágrimas de tristeza, sino de pura furia contenida. Con gestos bruscos, limpió con ira las lágrimas que se escapaban, negándose a mostrar debilidad.
¿Cómo podía ser que él terminara así? Si Jungkook ya no quería estar con él, ¿por qué no lo decía abiertamente en lugar de actuar de manera tan confusa y herirlo de esa manera?
Entre el intento desesperado por contener su enojo y el dolor punzante en su pecho, Taehyung subió las escaleras hacia lo que solía ser su refugio junto a Jungkook. La idea de que pronto sería su ex habitación lo golpeó con fuerza, dejando un sabor amargo en su boca, pero después del recibimiento que había tenido, sabía que era lo mejor. Taehyung se cambió rápidamente, buscando algo de comodidad en la ropa mientras su mente daba vueltas en un torbellino de emociones. Optó por unos jeans desgastados, una simple blusa y una sudadera ligera que apenas lograba calmar el frío que sentía, De la parte superior del armario, tomó la maleta más grande que tenía, la misma que había usado cuando salió de casa de su madre. Se preguntó con amargura si huir era lo único que sabía hacer en momentos como este. Con manos temblorosas, comenzó a meter toda la ropa, no quería irse, no quería alejarse de Jungkook ni de Sana y Hoseok. Ellos eran su familia, su todo, y ahora todo estaba desmoronándose ante sus ojos.
Bajó las escaleras en silencio, decidido a no dirigirle la palabra a Jungkook. Había llegado dispuesto a escuchar sus explicaciones, a intentar comprender lo que había pasado, pero si Jungkook ni siquiera tenía el mínimo interés de hablar, entonces Taehyung no iba a forzarlo. Se detuvo en el salón, observando hacia la sala de estar con un nudo en la garganta. Vio a Jungkook cambiando el canal del televisor con gestos mecánicos, como si nada hubiera pasado, como si no acabara de romperle el corazón en mil pedazos. Y allí estaban los niños, Sana y Hoseok, durmiendo apaciblemente en el sillón, completamente ajenos al drama que se estaba desarrollando a su alrededor. El corazón de Taehyung se estremeció y las ganas de llorar volvieron con más fuerza que nunca. Acomodó la enorme maleta sobre su hombro con un gesto mecánico, sintiendo el peso del dolor. Al cruzar el umbral de la puerta, un frío repentino lo envolvió por completo, haciéndole estremecerse y abrazarse a sí mismo con la sudadera. Cerró la puerta detrás de él con un sonido sordo, dejando todo atrás, dejando atrás su vida, su amor, su hogar.
—Es admirable tu interés en esto —la voz fría de Jungkook lo detuvo en seco, congelando cada fibra de su ser.
—No tanto como el tuyo —respondió Taehyung con voz entrecortada, luchando por contener las lágrimas que amenazaban con desbordarse en cualquier momento. ¿Cómo podía decir eso después de ignorarlo, después de herirlo de esa manera? — ¿Qué esperas? ¿Qué te ruegue por una explicación? —se burló amargamente—. Mejor espera sentado.
—No es que ruegues por una explicación, pero al menos podrías permitirme dártela antes de irte con Minho.
—¿Y qué esperabas, Jungkook? —Taehyung se volteó para enfrentarlo, dejando caer la maleta con un golpe sordo— ¿Que te dijera "no te preocupes, vístete y te espero aquí afuera para que me expliques" ¿Por qué tenías al estúpido de Yong desnudo encima? —sus palabras salieron como un grito de rabia, llenas de dolor y resentimiento.
—¡No! ¿Pero esta es tu manera de arreglarlo? ¿Irte a los brazos de tu ex?
—¿Qué tienes en la cabeza, Jungkook? —preguntó Taehyung con una mezcla de frustración y desesperación— ¿Ahora yo soy el culpable? ¿Ahora yo tengo que arreglar todo? —sus palabras resonaron en la habitación, cargadas de indignación y dolor—. Yo no fui el que cometió el error.
—¿E irte con Minho no fue un error? —Jungkook levantó una ceja con gesto desafiante—. Oh, sí, lo olvidaba...
—¿Qué quieres decir con eso? —Taehyung se acercó a Jungkook con pasos lentos pero decididos, sintiendo cada palabra como una daga clavándose en su corazón— ¿Que me fui con Minho por venganza?
—Tú lo has dicho.
Los ojos del rubio se cristalizaron, el dolor y la incredulidad reflejados en su mirada. —Sabes... hubiera sido tan fácil hacerlo, acostarme con Minho —las palabras de Taehyung salieron entrecortadas, llenas de amargura y tristeza—. Pero no lo hice —sus lágrimas cayeron sin control, pura angustia deslizándose por sus mejillas—. No sabes cuánto me duele que pienses así sobre mí —limpió con brusquedad las rebeldes lágrimas, tratando de contener el dolor que amenazaba con desbordarse—. Pero qué bueno que lo dices. Ahora me doy cuenta de lo poco que confiabas en mí y de que te dejas llevar por los rumores de las personas. Pero qué lástima que yo tenía tanta confianza en ti y ahora me doy cuenta de que fui un estúpido.
—Ambos lo somos... Tal vez esto nunca debió suceder —Jungkook miró hacia abajo, incapaz de enfrentar la mirada dolorida de Taehyung— Tal vez siempre estuvimos destinados a destruirnos mutuamente.
—Y hasta ahora lo dices —las palabras de Taehyung salieron como un susurro, cargadas de tristeza y resignación.
—Fue un error —Jungkook soltó, sus palabras resonando en el aire entre ellos como un eco de dolor y arrepentimiento.
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