Llegamos a casa de mi novio Tae, sus padres habían salido, por lo que supuse estaríamos solos. El plan era comer pizza y ver alguna película de terror, sería nuestro "halloween" privado.

Nos instalamos en la sala y pusimos la pizza en la mesa ratona frente al gran televisor.

—¿Podrás ir por un par de cervezas mientras busco una peli?— me pidió Taehyung, ya con el control remoto en la mano.

—Claro.

Al entrar en la cocina me sobresalté, estaba Yoongi, el chico pálido que trabajaba en la casa de mi novio, con una gran cuchilla en su mano picando verduras. La verdad es que no esperaba verlo, pensé tendría el día libre o algo así.

Como siempre, me miró mal, de manera despectiva, como juzgándome por aprovechar para estar con mi novio cuando sus padres se iban. Siempre lograba ponerme incómoda. Por educación lo saludé, pero él volvió a lo suyo ignorándome, como lo había hecho casi todas las veces anteriores, salvo la primera vez que lo vi, que al menos me dijo su nombre.

Volví a la sala con Valen, ya había elegido una película para ver.

Estábamos a mitad de la peli acurrucados, envueltos en una manta. De repente Tae se paró y puso pausa.

—Voy al baño, ¿querés ir por más cervezas mientras?

—Ay no —dije haciendo pucheros—, está Yoongi, y siempre me mira mal.

—¿Quién?

—Yoongi, el chico pálido que trabaja aquí.

—Jimin, aquí no trabaja ningún chico, y el único Yoongi que conocí murió cuando yo era pequeño.