Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Cap. 8.- Amigos nuevos

En la escuela, el día pasó eterno, las horas muy lento, sin embargo su optimismo, lo mantuvo ansioso todo el día. Hoy que era su cumpleaños tenía buena suerte, nadie lo estuvo molestando, ni siquiera la pesada de Belisa, al parecer estaba muy ocupada con su nuevo novio, Carl.

Esos dos se habían hecho muy amigos cuando Belisa fue suspendida y ahora ambos andaban en una nube sexosa de un torcido intento terrorífico de amor.

Aprovechando esa buena racha y apenas terminaron las clases, salió corriendo hacia su casa. Dejó su mochila y tomó un baño. Ya listo, con ansias y con la emoción de hacer algo decisivo y añorado, caminó hacia su primer destino.

Estaba ahora frente a una estética llamada "Chula", era un negocio humilde, a unas cuadras de su casa, siempre veía el local anhelando entrar a cambiar su aspecto, pero su padre le había hecho prometer que no cortaría su cabello largo, por lo que optaba por amarrarlo con una coleta.

Pero en este momento, estaba decidido a romper su promesa. Él quería consentirse en su cumpleaños, hacer algo lindo por él y a su gusto. Lo haría de una buena vez antes de cambiar de opinión, así que se entró.

—Buenas tardes —saludó una chica en el interior, no habían más clientes allí— pasa por favor.

—Gracias —con nerviosismo, Dan tomó asiento en una silla color negro, frente a un espejo gigante.

—¿Vas a querer un corte en especial?

Justo en ese momento se dio cuenta de que no había tomado a consideración aquello, así que se limitó a responder lo primero que se le ocurrió.

—Solo muy corto.

—¿Dan? —habló un chico desde la esquina del lugar, no supo de dónde salió.

Se giró para verlo y lo observó por un momento, tratando de reconocerlo.

—¿Te conozco? —el rostro de aquel chico se le hacía familiar, pero no sabía de dónde. Lo miró otro momento, en silencio.

—Ehm... si, bueno, no... tal vez  —balbuceó un poco— soy Tony, estudio en el salón de al lado al tuyo. Quise hablar contigo, pero no pude hacerlo antes, siempre sales muy rápido de la escuela. No es fácil acercarse a ti.

—Lo sé —Dan bajó un poco la mirada y la volvió a alzar rápidamente— ¿Pero por qué querrías hablar conmigo?

—Bueno... —Aquel chico pasó la mano por su nunca, soltó aire por la boca y se sentó en un silloncito cercano— Yo quería hablar contigo para pedirte perdón. Es por mi culpa que Belisa te odia tanto.

Dan frunció el ceño y se puso de pie, dando unos pequeños pasos hacia el otro.

—¿Por qué sería tu culpa que Belisa me odie? —luego negó con su cabeza— ¿Sabes qué?, Mejor no me lo digas, no lo quiero saber.

Dan empezó a caminar a paso apresurado hacia la puerta de salida.

—¡No te vayas, espera! —Aquel chico corrió y bloqueó la puerta con su cuerpo— ¡Deja que te explique!

Dan no respondió solo se detuvo y se cruzó de brazos en una clara muestra de su renuencia a escucharlo.

—Yo era novio de Belisa, pero vaya... —rió para sí mismo— esa chica es como una pesadilla en vivo y en directo. Me hartó —Tony pasó la mano por su cabeza—, entonces conocí a Mark y pues, una cosa llevó a otra y Belisa nos encontró teniendo sexo aquí.

—¡¿Aquí?! —Dan no entendió porqué aquello tenía que ver con él— ¿Por qué aquí?

—Porque aquí vivo —Tony se encogió de hombros y señaló un pasillo al fondo— allí tenemos unas habitaciones mi hermana y yo, también tenemos una cocina pequeña. No es la gran cosa ni es lujoso, pero nos la arreglamos bien.

—Deja de darle vueltas al asunto, menso. Llega al punto de lo que quieres decir —sugirió su hermana desde la esquina opuesta.

—¡Ya pues! —Se quejó Tony— Solo quería aclarar que vivo aquí.

—Aun así y discúlpame si te ofende —Dan negó con su cabeza, acomodando la información— esto nada tiene que ver conmigo, en lo absoluto.

—¡Exacto! No lo tiene, pero Belisa es estúpida y su cerebro es más pequeño que un cacahuate —aclaró Tony— entonces ella odia a todo el que no sea heterosexual y como tú estás muy aislado siempre, se le hizo muy fácil volverte su blanco perfecto, para desquitar todo su odio en ti. Piensa que como no hablas casi con nadie, puede hacer lo que quiera contigo.

Dan entendió entonces porqué Belisa lo fastidiaba tanto...

—Sé que no tienes nada que ver conmigo Dan, pero Belisa estaba furiosa porque terminé con ella y fue a desquitarse con la primera persona que estuvo a su alcance, tú. Déjame hacer algo bueno por ti, por lo menos me quiero sentir menos culpable.

—No tienes nada que hacer por mí, yo no te lo estoy pidiendo— Dan quiso irse pero Tony no le dejaba pasar.

—Me sentiré mejor si te ayudo en algo, por favor. Además, podríamos ser amigos —Tony extendió su mano— ¿Quieres ser mi amigo, Dan?

Nadie le había hecho una pregunta como esa, la gente simplemente se volvía amiga de otra gente, no era como que uno anduviera por ahí pidiéndole a las personas ser su amigo o amiga. Dan no tenía amigos, pero era porque no le gustaba que le estuvieran juzgando y nadie había tenido el interés de acercarse a él.

—¿De verdad quieres ser mi amigo o solo me tienes lástima?

—¿Y por qué habría de tenerte lástima? —Tony seguía con la mano extendida—, eres una persona igual a mí, somos de carne y hueso, no veo ningún motivo por el cual tenerte lástima.

—Opino igual que el alienígeno de mi hermano, yo también quiero ser tu amiga.

Casi inmediatamente el rostro de Tony se iluminó en una sonrisa traviesa e incluso le guiñó un ojo.

—Lo que podría tal vez, es tenerte miedo, puesto que ya me enteré de cómo te defendiste de Carl y lástima que no le rompiste algo ¡Eres todo un boxeador! Procuraré no enfadarte tanto.

Su comentario le causó cierta gracia a Dan y estrechó la mano de aquel chico.

—Vale, trataré de no golpearte —bromeó Dan.

—Oye cuéntame, ¿por qué te decidiste a cortar tu cabello, qué te ha pasado?

—¡Qué chismoso eres! —La hermana de Tony, llegó hasta ellos y le dio un empujón a su hermano— No tienes que decirlo si no quieres.

—Está bien, les diré. Hay un chico con el que quiero hablar y quiero lucir bien cuando esté frente a él —las mejillas de Dan se empezaron a poner color rosa y se abrazó así mismo.

—Oh ya entiendo ¡Yo te ayudo! —Tony dio brinquitos, emocionado— Soy el doctor amor.

Ambos chicos rieron por las tonterías de Tony, luego la chica tomó a Dan por los hombros y tiró de él hasta sentarlo en la silla.

—Este tarado no es ni el doctor de las pulgas. Ya fue mucha plática, tenemos trabajo que hacer, te dejaré guapísimo. Ese chico que quieres ir a ver, se derretirá por ti.

Media hora después, la hermana de Tony había terminado, tenía a Dan de espaldas al espejo para que no pudiera verse. Sin darle tiempo a reaccionar, tiró de él para llevarlo a la habitación de Tony, la cual parecía un caos total, había ropa tirada por todos lados.

—¡Esto servirá! —gritó Tony saliendo literalmente de entre un armario de madera. Pasó las prendas a su hermana y ella le hizo una mueca de hastío.

—No, esto no sirve. Eres un bruto y una desilusión para el arte de la moda —su hermana lo empujó juguetonamente y ella empezó personalmente a rebuscar entre las prendas de su hermano— si me sale una rata aquí, vomitaré en tu ropa.

—Qué mala eres, cuando estés vieja y arrugada vas a depender de mí y me las cobraré todas juntitas, Elena.

—Decir la verdad no es decir algo malo, baboso cara de mono—Elena salió del closet sonriendo y con otras prendas en la mano.

—No entiendo lo que hacen, pero mejor les doy privacidad —Dan comenzó a caminar en reversa para alejarse del par de locos.

—Hey, tú no te vas todavía, no hemos terminado contigo —Tony lo tomó del brazo para que no se fuera.

—No, no, ya terminamos —de un tirón, Dan soltó su brazo.

—¡Que no! —Tony lo agarró otra vez y empezaron a forcejear en la puerta como dos niños chiquitos.

No notaron cuando la chica caminó hacia ellos y logró sujetarlos por la oreja a cada uno.

—¡Ay! —Se quejaron ambos al mismo tiempo.

—Tú, te sientas —ordenó a Dan y de la oreja le dio un tirón para que se sentara en la cama.

—Y tú, pon el letrero de "Cerrado" a la puerta de la estética y apúrate que no quiero que nadie nos interrumpa —Elena empujó a su hermano hacia afuera de la habitación.

—¡No tengo que hacer lo que tú me digas, Elena! ¡No eres mi jefa!

Ella caminó hacia su hermano amenazantemente, él giró en redondo y salió corriendo.

—¡Sálvame, Dan!

Pero Dan no podía ayudaro, estaba ocupado riéndose de esos dos hasta que vio a Elena cerrar la puerta con seguro, ahí su risa se esfumó.

—Oye, ¿Por qué me miras así? —señaló detrás de Elena —Abre la puerta por favor.

—No.

Elena tiró de él y trató de quitarle la camisa. Dan se hizo hacia atrás sintiendo que su espacio personal era invadido.

—¡Oye cálmate, aléjate de mi!

—Te voy a ayudar a verte guapo, ¿no es eso lo que quieres?

—¡¿Eso qué tiene que ver con que invadas mi espacio?!

La chica tomó las prendas que había elegido y se las mostró.

—Te vas a poner esto.

Negando con la cabeza Dan agachó la mirada y sintió como una nube de tristeza, envolverlo lentamente.

—Mi ropa tiene que ser holgada, si no, se marcan mucho... —Señaló sus pechos.

—Eso pasa porque nadie te ha enseñado a ocultarlas. Yo soy una experta ¡Mírame! —Ella dio una vuelta contoneando sus sexys caderas— Soy talla ocho, pero si me lo propongo, me puedo meter en un talla seis.

—No lo sé, Elena. No estoy cómodo con esto.

—Prometo que no voy a violarte —ella comenzó a reír y eso aligeró el ambiente— aunque estás muy mono, eres muy bello.

—¡No me digas esas cosas, Elena! —Dan estaba rojo hasta las orejas.

Se escucharon golpes a la puerta, era Tony tratando de entrar.

—Elena, deja a mi nuevo amigo en paz, eres una acaparadora ¡Búscate tus propios amigos! ¡Abre la puerta bruja gorda, verde y fea!

—¡Ven y dime gorda en mi cara, idiota! —Ella caminó hasta la puerta y de un brusco tirón la abrió.

—¡Corre por tu vida, Dan!

Tony echó a correr. Detrás de él iba Elena y lo alcanzó, solo la silla donde cortaba cabello los separaba.

—¡Te dejaré pelón, pedazo de mosquito chismoso y metiche! —Elena tomó unas tijeras y puso su típica cara de loca para asustar a su hermano.

Tony tomó el recipiente con el que ella guardaba agua para el cabello de las personas, lo destapó y se lo arrojó a la cara.

—¡Derrítete, bruja del inframundo!

—Ahora si te mato —Elena se movió rápidamente en círculo, lo alcanzó y lo tiró al suelo —Nadie reconocerá tu cara, enano.

—¡Dan habla a la policía, esta está psicótica, que traigan tranquilizantes! —Ambos forcejeaban en el suelo, Elena trataba de cortar un pedazo de cabello a su hermano.

—¡Elena! —Gritó Dan, apareciendo frente a ellos— ¿Vas a darme las clases de moda o vas a desfigurar a tu hermano?

La chica sonrió ampliamente, sus ojos se iluminaron y en su rostro se dibujó una bella sonrisa de emoción.

—¿Si vas a querer?

—Sí —respondió riendo y señalando a Tony— pero solo si le perdonas la vida a tu hermano.

—¡Perdonado! —Elena se puso de pie muy rápido y en el movimiento que hizo, le pellizcó el estómago a Tony— ¡Vamos! Esto será muy emocionante.

Se encerraron de nuevo en el cuarto, en esos treinta minutos, Elena enseñó a Dan a ponerse la venda de una mejor forma. Su técnica estaba muy buena, así ya no necesitaba usar ropa holgada para sentirse cómodo. La camisa de Tony que se había puesto le quedaba muy bien. Se veía atractivo y también lo hacía sentir a gusto.

Fue un rato especial y alegre, Tony estuvo gritando cosas muy graciosas desde el otro lado de la puerta porque quería entrar y Elena no lo dejaba. Hubieron muchas risas y bromas, este era un cumpleaños que se quedaría marcado en su corazón para siempre y en buena manera.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro