Capítulo 8 "Visita a San Mungo"
Capítulo 8 "Visita a San Mungo"
Al día siguiente acudí a San Mungo, llevaba días sin ver a mis padres y quería estar al tanto, saber si había progreso o algún retroceso en su condición.
Desde la distancia pude verlos abrazados, como una pareja de novios, se veía que se amaban mucho y se apoyaban entre sí, solo faltaba yo en ese cuadro tan bello. Mi madre al sentir mi mirada sobre ellos, volteo y sonrió; se veía tan hermosa con su cabello castaño obscuro y sus perfectos rizos que rebotaban al girar su rostro.
-Hola mi niña-. Me saludo con emoción. De pronto sentí una sacudida en mi corazón ¿acaso ya me recordaban?
-Tranquila mi amor, asustas a la muchacha-. Escuché decir a mi papá, una risa salió de su boca. Llevaba una barba algo canosa que contrastaba con su cabello donde apenas en las patillas se miraba alguno que otro cabello grisáceo, creo que era la primera vez que se dejaba barba, decía que le gustaba su nuevo yo, más maduro- Janeth cómo has estado, por qué no has venido a vernos-. Reclamó mi papá.
<<¿Janeth?>> me di una palmada en la frente mentalmente. Ese era el nombre que me ponía al visitarlos ya que no me reconocían como su hija, tuve que crearme otra personalidad.
-Lo siento, he estado algo ocupada con las clases en la escuela, pero les prometo que intentaré venir más seguido y así darles noticias sobre la pequeña Hermione.
Les había dicho la última vez que los vi, que era maestra de su hija, la cual se encontraba en una escuela privada y por lo tanto no se le permitía salir.
-Ya sabes cuándo podremos ver a nuestra Hermione, la extraño muchísimo-. Dijo mi mamá, en su mirada pude notar la angustia y preocupación al no poder ver a su hija. -Sabes, el otro día hizo estallar la porcelana fina que tenía en la cocina, todo porque quería que le comprará un libro nuevo, extraño verdad, mi niña es algo especial no hay duda.
Por un momento me quede en shock, estaban comenzando a recordar episodios de mi magia involuntaria a los 10 años.
-Si, muy pronto podrán verla. La escuela donde va, es justo para niños especiales como ella, así que no teman, cuidaremos de la pequeña Hermione en todo momento.
-Y cómo te va Janeth, por fin nos presentarás a un buen joven-. Dijo mi papá levantando ambas cejas juguetonamente.
-No señor Granger, no tengo tiempo para chicos. Pero en cuanto encuentre al indicado no dude en que se los presentaré. -Dije sonriendo recordando a un rubio egocéntrico que me hace enojar en todo momento, pero que últimamente no sale de mi cabeza.
Estuve un par de horas poniéndome al día con ellos, pude notar que cada vez hay mas avances y que pronto podrían recobrar la memoria por completo. Esto me dio mayores esperanzas para continuar, necesitaba seguir con el plan para que el padre de Astoria me apoyara en mi proyecto y así ascender en mi puesto dentro del Ministerio.
Salí de la habitación con renovadas fuerzas, de pronto me sentía imparable hasta que fui interceptada por un Sanador.
-Señorita Granger podría acompañarme un minuto a mi consultorio por favor.
-Por supuesto Sanador Williams.
El sanador dio media vuelta y lo seguí a través de algunos pasillos largos y muy estrechos hasta dar con un consultorio blanco y totalmente impoluto. Me invitó a tomar asiento frente a su escritorio, lo cual hice cautelosamente, temiendo lo peor con el caso de mis padres.
-Sucede algo Sanador Williams.
-Como habrá notado señorita Granger, sus padres han avanzado considerablemente en estas semanas, ellos piensan que usted tiene la edad entre los 10 y 11 años, lo cual es muy bueno porque hace un año ni siquiera sabían que tenían una hija.
Asentí a sus palabras, recordando la anécdota que relató mi mamá hace un momento.
-Hemos estado suministrándoles una poción experimental, en dosis muy pequeñas debido a su condición muggle, sin embargo, el conseguir estas pociones y a pesar de la cantidad que requieren, debo ser franco. No son nada accesibles, su precio varía de los 500 a los 800 galeones según en país de su procedencia. Por el momento se requerirá de un solo pago, es decir requerirán al menos 500 galeones semanalmente.
-Está bien, cuente con ello este viernes a más tardar. -Con un largo suspiro le dije al sanador. -Hay algo más que deba saber. -cuestioné.
-Si, después de que terminen con las pociones y se haya reestablecido su memoria, tenemos el apoyo de una Sanadora mental, quien estará trabajando con ellos también la parte psicológica y emocional ya que será un trauma para ellos conocer su condición mágica y todo lo ocurrido a lo largo de los años. Pero también será costoso. La sanadora Pickle viene desde Australia y cobrará otros 500 galeones la consulta, creemos que requerirán de 10 a 15 consultas en total, aunque yo espero que sea menos.
Vaya ironía de la vida, la sanadora proviene justo del lugar donde envíe a mis padres.
-Esta bien sanador Williams, gracias por consultarme, estaré al tanto.
Esas fuerzas que sentía renovadas, desaparecieron en un santiamén. Caminé hasta llegar al pequeño departamento, estaba desolada y me sentía casi derrotada, tenía que conseguir más dinero; mis padres ya estaban avanzando, no podía tirar por la borda todo lo que había logrado. Necesitaba urgentemente avanzar con Malfoy.
Entre al departamento con total sigilo, estaba obscuro, solo se veía la luna reflejada en aquel enorme ventanal donde marcaba una línea por cada hombre que caía en mis garras, quince llevaba, parecía que esas rayas se burlaban de mi ante el reflejo que emanaban, y pensar que Draco Malfoy pasaría a formar una raya más en aquel ventanal. Mi pecho se estrujó por un momento, pero no podía flaquear, no ahora, necesitaba poner manos a la obra y hacerlo rápido, por mis padres y por mí misma.
Di media vuelta y encendí el interruptor de luz. Al voltear de nuevo me encontré con Luna.
-¡Oh por Morgana! Luna me has dado un susto de muerte. -Dije colocando una mano en mi pecho para detener los arrítmicos latidos de mi corazón.
-¿Qué te pasó Hermione, por qué luces tan afligida?
A veces creo que Luna me conoce más de lo que yo me conozco a mí misma.
-Ay Luna, buenas y malas noticias. Mis padres han tenido avances notorios, lo cual es magnífico, sin embargo, el tratamiento que están tomando es sumamente costoso y las terapias que recibirán después también lo son. Ya no se qué hacer, estoy tan cansada de todo, a veces siento que me voy a derrumbar, siento que ya no puedo más. Necesito más horas del día para poder trabajar más. -Dije lanzándome a sus brazos llorando sin poderme controlar.
-Hermione, no te preocupes. Todo tiene solución menos la muerte, o acaso no recuerdas ese dicho muggle. -Dijo acariciando mi cabeza con su mano- tus padres están vivos, están bien y están avanzando. No te preocupes por el dinero, si necesitamos, puedo pedir un préstamo en Gringotts, o ya veremos qué hacer en su debido tiempo, pero no te ahogues en un vaso de agua.
-No Luna. -La tomé de sus hombros y mire fijamente- Has hecho demasiado por mí, gracias a ti tengo donde dormir y qué comer, no permitiré que hagas más, con la ayuda que me dan tanto tú, como Ron basta y sobra. Necesito hacerlo sola, tengo que hacer las cosas por mí misma.
-Y qué piensas hacer Hermione, si se puede saber- me replicó cruzándose de brazos.
-Por lo pronto, seguir con el plan de Astoria, atraer a Malfoy, dejarlo y conseguir la aceptación de ese proyecto.
Luna formo una línea con sus labios, cerrándolos fuertemente y comenzó a negar con la cabeza. -Esto va a salir muy mal Hermione, lo presiento.
Como si lo hubiese llamado con la mente. Comencé a escuchar un repiqueteo en la ventana. Al abrirla una enorme lechuza color marfil se posó en el marco y extendió su pata. Abrí cautelosamente la carta que contenía una caligrafía hermosa, pulcra y distinguida.
Estimada Granger.
Te espero mañana a las 17 hrs. En Calle La Hilandera, Cokeworth Inglaterra. Tengo algo que mostrarte.
Por favor llega puntualmente y lleva ropa cómoda.
Atentamente: D.M.
-Calle La Hilandera, me suena, pero no sé de dónde. -Me mordí la mejilla interior tratando de recordar.
-A mí también me suena- Luna comenzó a rascarse la barbilla, también tratando de recordar algo- Solo te puedo decir cuídate mucho, pero sobre todo cuida tu corazón, y ya sabes que aquí me tienes incondicionalmente. Nos tienes a Harry, a los Weasly y a mí.
-Gracias Luna, lo tendré muy en cuenta. -Respondí quitándome una lagrima traicionera con el pulgar y dándole un fuerte abrazo a mi amiga.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro