Capítulo 13 "Lo mejor que me ha pasado"
Capítulo 13 "Lo mejor que me ha pasado".
Me dirigí de nuevo a su lechuza, atando con cuidado el tubo de ensayo que contenía la poción, anexándole un pergamino. -Toma, entrégala por favor a Lavander Brown.
...
Después regresamos la cocina, donde Draco nos sirvió otra copa de su delicioso vino.
-Hermione- comenzó, -ya terminamos tu experimento, estás aquí, te me vas a escapar ¿no te vas a meter a la cama conmigo verdad?
Yo por mi parte negué con la cabeza, -pues no-, susurré mirando hacia el piso.
-Bueno, pues me voy a tener que desahogar de otra manera-. Se retiro de la cocina dejándome sola ahí.
<<¿acaso se irá con otra?>> pensé y comencé a buscarlo entre los pasillos de su apartamento. Un piano comenzó a escucharse en una habitación, el sonido me guió hasta dar con él, quien tocaba maravillosamente una melodía.
-Eres muy bueno tocando- le dije sentándome junto a él.
-Es una lástima que no tenga mucho tiempo para hacerlo-, respondió dejando de tocar. -Desde que falleció mi padre, me integré a su empresa y dejé de hacer las cosas que me apasionaban como tocar el piano o experimentar con pociones.
-Bueno, pero ahora ayudarás a algunos niños ¿no te interesaría darles clases de pociones en la escuela nueva?
-Francamente lo he pensado, pero aún no se si podré dejar las empresas de mi familia a manos de otras personas. Qué te parece si toco algo y tú cantas.
-No, yo no canto. "Nunca", bueno, tal vez solo si mi vida dependiera de eso, tal vez.
-Ósea que cantaste en la batalla y yo ni cuenta me di-. Una risa ronca salió de su boca.
-No seas tonto, no lo decía en el sentido literal. Olvídalo, no canto.
De pronto, nos miramos fijamente y sin darme cuenta ya estábamos centímetro a centímetro. Nuestras narices se rozaron y Draco cerro el espacio posando sus labios sobre los míos. Coloqué mis manos sobre su mandíbula acariciándola suavemente mientras abría la boca para darle entrada a su lengua. Luego dirigí mis manos hasta tocar su cuello y los cabellos de su nuca.
Rompí el beso antes de que llegáramos a algo más y me levanté. Ahora más que nunca deseaba estar con él.
-¿Qué pasa?-. Se levantó siguiéndome.
-Yo...- <<al demonio con todo>>. pensé
Lo tome de nuevo, y lo bese con ansías, entregándome a sus brazos, los cuales me tomaban con fuerza y desesperación, como si no quisiera soltarme, como si tuviera miedo a que huyera de nuevo.
Nos separamos para tomar aire. -Creo que te deberé esas llantas-, dije mordiéndome el labio inferior.
-¿Estas segura?
Negué con la cabeza, porque no lo estaba. Lo que sabía era que ya no podía negarme a mí misma cuanto me gustaba ese hombre y como me volvían loca esos besos. Así que lo bese de nuevo, arrastrándolo conmigo a aquella encimera de mármol.
Ese beso lento que inicié, poco a poco se fue haciendo más desesperado. Draco comenzó a subir mi vestido deslizando sus fuertes manos por mi pierna, la cual levante acomodándola en su cadera. Desesperadamente desabotoné su camisa y pude escuchar una risa ronca saliendo de su pecho. Bajó los tirantes de mi vestido y empezó a dejar besos húmedos en mi cuello, clavícula yendo cada vez más al sur. Llegando a mi sostén de encaje, lamió mis montículos y por fin de deshizo de mi vestido, el cuál pateé al salir del mismo.
-Aquí no- escuché entre besos -tú mereces una cama-. Dijo conduciéndome a su habitación.
Ni siquiera tuve oportunidad de ver su dormitorio, todo en lo que podía concentrarme era en sus ojos, los cuales estaban cada vez más obscurecidos, un fino aro color plata los adornaba. Me deje llevar por sus besos y sus caricias que se sentían suaves y delicadas. Como si quisiera detener el momento, como si quisiera que le tiempo avanzara despacio y ciertamente era lo que yo deseaba también.
Caímos juntos en la cama y él me besó lentamente el cuello volviendo a bajar hacia mi pecho, llegando a mi ombligo y bajando cada vez más entre besos a mis muslos y pies, dándole la atención a cada parte de mi cuerpo.
Sus manos se posaban en mis caderas y subieron de a poco hasta llegar a mis senos, los acarició casi con adoración, pasando sus pulgares realizando círculos alrededor de mis montículos. Yo no podía resistir más, lo necesitaba ahora. Así que coloqué mis manos en sus hombros y me di la vuelta quedando sobre él.
-Ahora conocerás a mi leona interior-, le dije empujándolo hacia la cama para conseguir que se recostará. Con un valor que no sabía que tenía coloqué mis manos en el broche de mi sostén y me lo quité. Volví a besarlo con pasión, sentí sus manos firmes sobre mi trasero, amasándolo, para después deslizar un dedo por mis bragas con la finalidad de quitármelas, le ahorré trabajo, levantándome un poco para lograr su cometido.
-Eres hermosa- me dijo al verme totalmente desnuda.
Yo sentí mi cara arder de vergüenza y voltee hacía otro lado. Él aprovecho ese momento para voltearme de nuevo y quedar sobre mí, volviendo a dejar besos regados en mi piel. Sus manos agiles, se deslizaban por mi cintura y mi cadera con sumo cuidado, amoldándome como si fuera una figura de arcilla. De pronto una de sus manos viajó hacia el sur entre mis piernas.
-Estas muy húmeda-. Fue lo único que escuché en ese momento.
Yo me sentía enloquecida de expectación. Tanto que no dude en exigirle.
-Draco te necesito dentro de mí, ahora.
Logré escuchar otra risa por parte de él, y cuando creía que ya no podía más, lo sentí. Sentí como me llenaba por completo y arremetía dentro de mi despacio y lento, tortuoso.
-Más rápido, por favor- supliqué. Palabras como: perfecta, hermosa y lo mejor que me ha pasado se colaban por mis oídos, pero no era capaz de prestar atención a aquello, solo a la necesidad que tenía de él, mi mente estaba nublada de deseo y placer.
Colocó una de mis piernas sobre su hombro y sus arremetidas comenzaron a ser cada vez más intensas, más profundas. No sabía si este hombre me llevaba al cielo o al infierno, pero definitivamente no quería salir de ese lugar en ese momento.
Seguimos así durante algún tiempo, su cuerpo sudoroso y el mío se pegaban entre sí, sus manos viajando en todo momento sobre mi cuerpo, explorando sin cesar, realizando movimientos y toques audaces, conociendo las sensaciones que despertaban en mí. Jadeos acallados por sus besos, gruñidos provocados al enterrar mis uñas en su espalda.
No pude más y sentí una pequeña explosión dentro de mi ser, la cual me dejo totalmente laxa. Tres estocadas más y logré sentir como Draco dio una pequeña sacudida en su cuerpo llegando al placer al igual que yo momentos antes. Quitó con mucho cuidado mi pierna de su hombro, y me dio un beso profundo y corto a la vez. Un abrazo fuerte fue todo lo que logré sentir después.
-Lo mejor que me ha pasado. Pude escuchar antes de cerrar mis ojos y dejarme llevar por Morfeo.
...
Desperté muy entrada la media noche, sentí los brazos posesivos de Draco alrededor de mí, con cuidado los quite y fui saliendo de la cama y recogiendo mi ropa interior. Un suspiro salió de su boca después de girar su cuerpo. Lo miré un segundo y le repetí las mismas palabras que él me dijo.
-También ha sido lo mejor que me ha pasado.
N/A Es el primer Lemmon que hago!!!! He leído un montón, pero nunca, nunca había hecho uno, ¡¡espero no decepcionar a nadie!! Saludos!! Noracg.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro