Capítulo 12 "La amenaza de Astoria"

El repiqueteo de unos tacones se escuchaba desde varios metros de distancia fuera de mi oficina, y aunque era normal escucharlos todo el día, ya sabía a quien pertenecían. Esa forma de caminar aristocrática no todas las mujeres que trabajaban en el Ministerio la poseían. Astoria Greengrass asomó su cabeza por la puerta.

–Hermione Granger, puedo pasar, – preguntó.

–Por supuesto, adelante siéntate, – dije señalando la silla frente a mi escritorio.

Después del beso que compartimos Draco y yo decidí abortar el plan definitivamente, corrí a mi habitación y le mandé una carta a Astoria citándola en mi oficina.

Tomé un suspiro, decidida a hablar –Astoria, lo siento mucho, pero he decidido dejar el plan de enamorar a Draco Malfoy, no puedo hacerlo– dije esperando su respuesta.

–Por qué– fue lo único que preguntó.

–Porque... porque él ha cambiado mucho, es una persona buena y yo la verdad no quiero hacerle esto, no quiero herir sus sentimientos.

–Te enamoraste de él– dijo afirmó levantándose y negando con la cabeza, se apoyo en mi escritorio con las manos sobre el mismo mirándome fijamente.

–No, yo no...–Balbucee.

–Claro que sí. Escúchame Granger, tú vas a continuar con ese plan hasta que yo diga, hasta que lo veas arrastrándote por ti y vas a terminarlo en ese mismo instante.

–De verdad no puedo.

–Oh lo harás, porque sabes qué, mi papi ya tiene tu proyecto, le gustó mucho y lo aprobó, esta a punto de enviarlo al Wizengamot, es más no deben de tardar en citarte para que tú misma hagas la presentación. – Dijo incorporándose y mirándose las uñas. –Entonces si tú no haces lo que yo te pido, le diré a mi papi que cancele el apoyo a tu proyecto y a ver a qué otro mago Sangre pura intentas convencer de que te apoye, pero pueden pasar años, muchos. Te he investigado Granger, yo sé que necesitas dinero, para ayudar a tus padres ¿no es así?

Yo tragué grueso, esta chica me tenía en sus redes, totalmente.

–Harás lo que yo te digo, porque no solo depende tu proyecto, también puedo decirle a Draco lo que estas haciendo y a qué te dedicas y no creo que le guste–. Dijo haciendo un puchero.

Yo asentí en resignación y bajé la cabeza, sentí una lágrima de frustración en mi rostro, la cual cayó sobre los papeles que tenía en mi escritorio. Al levantar la vista la bruja ya se había ido.

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Al llegar a mi apartamento, me recluí en mi habitación, no quería hablar con nadie, me sentía muy mal conmigo misma, me sentía atrapada entre la espada y la pared. ¿En que momento se torcieron las cosas?

Unos toquecitos en mi puerta me sacaron de mis pensamientos. -Adelante-, dije acomodándome en mi cama. Luna traía consigo una taza de chocolate caliente, la cual me dio al sentarse junto a mí.

-Hola Hermione, creí que necesitarías esto, está todo bien.

-No, tuve un encuentro con Astoria Greengrass, le dije que renunciaba al plan relacionado con Malfoy, no se lo tomó nada bien. Me amenazó con quitarme el apoyo de su padre para mi proyecto, y no solo eso, también dijo que le contaría todo a Draco-, dije mordiéndome el labio fuertemente para evitar llorar.

-Él te gusta de verdad- sentenció mirándome con sus grandes ojos azules, y yo solamente asentí, ya no tenía sentido negarlo.

-Oh Luna, si supieras cuanto ha cambiado, todas las cosas que ha hecho y no sólo para redimirse ante los demás, sino para y por él mismo y eso es extraordinario. Sabes- proseguí a contarle lo ocurrido con él. -Ayer me llevo a un edificio, hará una escuela para hijos de muggles, donde se les enseñe los principios de la magia y también mostrará a los niños sangre pura estudios básicos muggle, su escuela ni siquiera estará dividida por casas, dice que esto será fundamental para fomentar la unión entre la diversidad existente. Estoy tan orgullosa de lo que está logrando. Me ha pedido perdón por todo. Luna nos besamos, y yo... yo no sé qué voy a hacer-. Dije con desesperación derramando por fin las lágrimas contenidas.

Luna me abrazó y fui colocando de a poco mi cabeza en su regazo, ella comenzó a pasar su mano suavemente sobre mi cabeza.

-¿No me dirás "te lo dije?- pregunté.

-No creo que sea necesario decírtelo.

-Luna no puedo hacerle esto ¿qué hago?

-Hallarás la respuesta en tu corazón, es todo lo que puedo decirte, sólo ten en cuenta que no estás sola. Ahora descansa, lo necesitas- dijo y siguió acariciando mi cabello con su mano hasta quedarme dormida.

...

A la mañana siguiente un repiqueteo en la ventana me despertó, y de nuevo pude ver a aquella majestuosa lechuza color marfil. Abrí la ventana y ella se poso suavemente en mi antebrazo extendiendo su pata, le quite el pergamino que tría consigo y plegó sus alas para posarse en el marco. Rápidamente busqué unas golosinas para darle en agradecimiento y comencé a leer la nota.

Mi muy estimada Hermione:

Recuerda que hoy por la noche, debemos de proseguir con la poción.

Te espero en mi apartamento y no aceptó un No por respuesta, mi cocina es mas espaciosa que la tuya y podremos trabajar con mayor comodidad.

Nos vemos a las 20:00 hrs.

Te espero D.M

Suspiré, mi meta en ese momento es terminar primero la poción y lo que sea que sucediera con Draco, podría disfrutarlo, aunque dure poco.

Respondí a su carta con un: De acuerdo, nos vemos a las 8 y mándame mensaje a mi celular, es más rápido y lo sabes, necesito tu dirección para llegar.

Acaricié la cabeza de la hermosa lechuza y le entregué la carta. El ave desplegó sus alas solemnemente y alzó el vuelo retirándose.

...

Por la noche, iba llegando al departamento de Draco, el cual se ubicaba en la última planta. Su pent-house abarcaba todo el piso de arriba, llegué al pasillo donde estaba su puerta y me paré enfrente.

Aun no sabía por qué, pero estaba completamente nerviosa, sé que no era para tanto, pero después del beso que nos dimos me sentía expectante en cuanto al comportamiento que tendría conmigo.

Respiré profundamente dándome valor Griffyndoriano como le decían los que pertenecían a mi casa. Comencé a hacer muecas y gestos frente a la puerta, abriendo y cerrando la boca, sacudí las manos frenéticamente y después todo mi cuerpo. Caí en cuenta que estaba frente al departamento de Draco Malfoy, de pronto el poco valor obtenido se me había ido, di media vuelta dispuesta a correr al elevador y hacer una retirada digna cuando.

-Ósea, vienes, le haces caras a mi puerta ¿y te vas?- Dijo Draco aguantándose claramente la risa, abriendo la puerta por completo.

-No, yo solo estaba buscando algo que se me perdió-. Respondí buscando "algo" en el piso. -Ah, aquí está, mi arete, listo- Hice como que recogía el arete del suelo y me lo colocaba en mi oreja. -Hola-, le dije en cuanto me levanté.

-Hola-, respondió dándome un beso en la comisura del labio. -Bueno pues adelante, bienvenida a mi departamento-, él extendió su brazo mostrándome su lujoso apartamento invitándome a entrar, caballerosamente me ayudo a quitarme el abrigo que traía dejando mostrar mi vestido color verde esmeralda.

-No sabía que esta era una cita- me dijo, con aire coqueto.

-No lo es-, respondí con una sonrisa.

En cuanto entre al lugar quede maravillada, había cuadros de arte por doquier, un piso totalmente laminado, después de pasar el recibidor, nos adentramos al área de la cocina la cual tenía una enorme encimera marmoleada, donde tenía en exhibición algunos vinos de su empresa.

-¿Quieres una copa de vino?- preguntó descorchando una botella.

-Por favor-. Yo por mi parte vi un área repleta de libros y me dirigí directamente ahí. -Wow ¿tienes la primera edición de Hogwarts, Una Historia?- Saqué el libro del estante y comencé a revisarlo.

-Por supuesto, siempre ha sido uno de mis favoritos. Es una de las herencias de la familia Malfoy.

-Fue el primer libro que me compraron mis padres, al saber que era una bruja. Mi papá me lo tradujo del francés porqué fue el único que pudo conseguir en una librería en un viaje que realizamos a Francia antes de entrar al colegio. Siempre llevaba conmigo ese libro-. Dije mordiéndome el labio inferior. -Pero durante el tiempo que estuvimos escondiéndonos, antes de la batalla lo perdí.

-A mí me paso al revés, mi papá me pidió que lo tradujera al francés y después lo hice en alemán. Mientras el se iba a trabajar o se iba a sus reuniones con otros sangre pura. Con el paso del tiempo me enteré de que en realidad eran reuniones de Mortífagos.

-Cambiemos de tema, qué te parece si mejor nos ponemos a trabajar-, comencé intentando alejar pensamientos tristes, dirigiéndome hacia la cocina.

Coloqué el caldero perfectamente tapado sobre la encimera y con un hechizo lo agrandé. Observé como Draco sacó un mortero de mármol de un cajón y me lo entregó, después de otro cajón saco la rayadura de Cuerno de Longhorn.

-Hace tiempo que los adquirí, ya deben estar resecos, que te parece si tu te dedicas a molerlos hasta hacerlos polvo mientras yo a corto el queso lunar como lo sugieren las anotaciones de mi padrino.

-De acuerdo-. Tomé las cosas que me entregó y me dediqué a moler la rayadura de Longhorn con dedicación.

Por el rabillo del ojo, pude ver como Malfoy sacaba un cuchillo y una tabla, comenzando a rebanar el queso Lunar cuidando que fuese el milímetro solicitado. No pude contenerme y comencé a reírme de los gestos de concentración que hacía.

-¿De qué te ríes?- preguntó enderezándose.

-¿Siempre sacas la lengua al concentrarte?- respondí con otra pregunta.

-Sólo cuando corto ingredientes- pude notar que se había sonrojado un poco.

-Supongo que nunca te presté demasiada atención en clase. Es un gesto tierno-, le comenté subiendo mis hombros, para volver a dedicarme en mi trabajo. Él no dijo nada más hasta terminar de cortar los 500 gramos que se solicitaban.

-No te he comentado, pero estoy utilizando un cuchillo de plata, es bien sabido que la plata hiere profundamente a los hombres lobo, por eso creo que ayudara a bajar o controlar de alguna manera los cambios que adquiera un hombre lobo al ingerir la poción.

-Eso es muy ingenioso Malfoy- <<cómo no se me había ocurrido a mí>>.

-¿Volvemos a los apellidos Granger? Prefiero escucharte decir Draco.

-Bueno pues entonces tu dime Hermione ¿de acuerdo?

-De acuerdo. Cambiando el tema- dijo mientras añadía el polvo de Longhorn al caldero. -Mañana ya es luna llena, ya sabes cómo vas a utilizar la poción o simplemente vas a guardarla.

-No, tengo...- vacile un poco en decirle la siguiente parte de mi plan. Pero si el me ayudo, supongo que tenía que confiar más en él. -Tengo una conocida que fue atacada durante la batalla por GreyBack, ella está dispuesta a tomar la poción.

-¿Ósea que utilizaras a una amiga tuya como conejillo de indias?

-No, por supuesto que no. No es mi amiga... digo, es decir es una conocida, pero confía mucho en mi trabajo y esta muy desesperada. Yo nunca haría algo para dañarla.

-De acuerdo, de todos modos, yo te ayudé así que estoy seguro que, aunque quizá la licantropía no se le quite por completo, si pueda ser controlada al menos por unos cuantos meses.

-Ese es el plan Draco.

Finalmente le añadió el queso Lunar a la poción y esta fue haciendo un poco más espesa, un humo azul nacarado salía de esta.

-Bueno creo que con ayuda de Snape, hemos superado la poción de Damocles Belby-, dije de manera socarrona. -Malfoy prometo darte el crédito una vez que la poción sea aceptada en mi proyecto.

-No, el verdadero crédito es de mi padrino, quizá puedas mencionarme brevemente, pero fue él quien la mejoró y creo que merece ese reconocimiento.

-Y no dudes que lo haré-, respondí con una sonrisa.

Después de hacer unas breves anotaciones en mi cuaderno, respecto a la poción elaborada, procedimos a limpiar la cocina de Draco y a guardar dicha poción. Una porción de esta la puse dentro de un tubo de ensayo.

-Draco, podrías prestarme tu lechuza, como bien dijiste, mañana es Luna llena y quiero entregar esta dosis lo antes posible, así sabremos los resultados.

-Por supuesto-, me respondió y giró hacia una estancia que parecía un pequeño domo completamente de vidrio, contenía un pequeño jardín y en una esquina se posaba galantemente su lechuza color marfil. -Te presentó a Artemisa mi lechuza, aunque ya tenías el honor de conocerla.

Me acerqué al ave y comencé a acariciarla suavemente en la cabeza utilizando las yemas de mis dedos. -Hola Artemisa, un honor por fin conocer tu nombre-. La lechuza ululó en reconocimiento y bajo su cabeza dando un saludo.

Draco se mostraba totalmente sorprendido.

-Es sumamente extraño, eres la primera persona después de mí a quien muestra sus respetos, no puedo creer que sea tan cordial contigo cuando apenas te conoce.

-Suelo tener ese efecto en las personas-. Respondí golpeando suavemente con el codo a Draco y me dirigí de nuevo a su lechuza, atando con cuidado el tubo de ensayo que contenía la poción, anexándole un pergamino. -Toma, entrégala por favor a Lavander Brown.

N/A otra vez siento que me excedí escribiendo, y es que les había comentado que sería corto, por alguna razón no puedo cortar el capítulo, de verdad espero no estarlas aburriendo. Agárrense que en el siguiente capítulo viene lo bueno. Había dicho que serían 13 capítulos, pero serán 15, posiblemente 16 pero no más, así que ya casi llegamos al final. ¡¡Muchísimas gracias por los comentarios y apoyo que le están brindando a esta historia!! Saludos