Capítulo 11 "Recomendaciones y un beso"
-Son las 12 de la madrugada, mejor me retiro.
Se levantó despacio y colocó con cuidado mi cabeza en el sillón mientras yo volvía a retomar mi sueño, sentí como me colocaban una manta en el cuerpo, lo que provocó que me acurrucara tomando una mejor posición en el sofá y por último sentí un beso en la cien, seguido de un adiós y una puerta cerrarse.
Sonreí entre sueños.
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¿Recuerdan a Karla, la amiga de Estrella quien es prima de Luna? Bueno, pues Karla me recomendó con su jefa Gissel que es una Squib. Debo agregar que trabajaban en el Londres muggle; ella quería averiguar si el gerente de ventas; un hombre alto y robusto, quien le tiraba la onda desde hace un año era un freek o valía la pena, y mis servicios se diversificaron.
Ahí estaba de nuevo, haciéndome pasar por otra persona con ayuda de glamour: mi cabello un corte bob en rubio con algunos reflejos, ojos verdes y unos lentes de aumento, una camisa blanca bastante escotada para mi gusto, una falda negra de corte tubo con una abertura dejando ver mi larga pierna; haciéndome pasar por una inversionista.
–Nuestra empresa llegó a Londres para quedarse- comenzó el tipo. Hemos tenido gran penetración–. Fruncí el ceño. –Es decir mercado, penetración de mercado. Nuestros clientes quedan satisfechos. Ósea que nuestra cogida es muy buena–. Carraspeó un poco. –Acogida, nuestra acogida es muy buena, bueno ¿tienes alguna duda?
–Tendrás algunas muestras– intenté decir utilizando una voz seductora, la cual ni sabía que tenía.
–Si yo te las muestro–. Se veía bastante nervioso el hombre y tartamudeaba al hablar. –Las telas, te muestro el muestrario.
–Claro, yo espero.
–¿De qué tamaño el pene?
–¿Eh? – volví a fruncir el ceño.
–Depende... depende, el tamaño del muestrario, el tipo de muestra.
–Si claro.
–Yo te traigo el muestrario, eh, con tu permiso–. Se levantó de su escritorio y vi como echaba un vistazo a mis piernas antes de salir de su oficina.
Inmediatamente me levante y tome mi celular de mi bolso, comencé a fotografiar algunas de las cosas que tenia en su escritorio, documentos, retratos con su madre (varios), abrí los cajones, revisé en su saco y saque su billetera, fotografié las credenciales que contenía en esta. Incluso me dio tiempo de buscar en su computadora algo que pudiese delatarlo. Justo cuando terminé y me acerqué al ventanal de su oficina el tipo llegó.
–Aquí tienes el muestrario
–Oye que vista tan preciosa eh, hermosa–. Le dije.
–Si verdad, son sintéticas...– dijo viendo mi escote. –sintéticas levantó el muestrario poniéndolo de barrera entre ambos.
–Ah jajajajaja de acuerdo–. Dije con una risa fingida.
La gran sorpresa fue que el gerente de ventas, no resultó ser tan freek, nada mas un poco ansioso y medio menso para la pronunciación. Así que la jefa de Karla se fue a vivir con él. Y gané otros 300 galeones los cuales deposité inmediatamente en la cuenta de San Mungo.
Gissel la jefa de Karla, le habló de mí a su vecina Susana, esta chica quería saber cómo atraer al mejor amigo de su hermano, que no la pelaba.
Llegué a un bar con el cabello corte bob, pero ahora en negro, una blusa blanca, jeans ajustados y una chaqueta de cuero negra, un maquillaje bastante cargado para mi gusto. Y me dirigí a la barra para observar con atención al sospechoso, pedí una bebida al barman.
El tipo este era todo un galán, alto rubio, perfil griego, (me recordaba a alguien, pero mejor no pensar en ello) estaba sentado a poca distancia de mí, iba a levantarme para entablar conversación cuando otro sujeto lo abrazo por detrás y el susodicho le sonrió y se besaron. Yo sonreí porque a pesar de todo la escena era muy tierna.
Y bueno después de explicarle claramente las razones, Susana quedó muy tranquila y muy satisfecha, y otros 350 galeones ya estaban en mi cuenta. Cabe aclarar que le pagué a Luna el mes de renta que le debía, otra vez, e hice las compras de la semana.
Ahí estaba yo añadiendo otras dos rayitas al ventanal de mi departamento.
–Otro, hasta cuándo vas a dejar de estar haciendo eso– preguntó Luna desde el sofá, sonaba algo indignada.
–No lo sé Luna, hasta terminar el tratamiento de mis padres, o por lo menos hasta solventar la mayoría de esos gastos–. Le respondí cansada.
–¿Qué no se supone que estas saliendo con Malfoy?
–Oh no, aún no, solo me ha ayudado con la poción y finjo coquetear con él.
–Si, ajá– me respondió mi amiga, –finges–, dijo haciendo comillas con los dedos.
Yo entorné los ojos y me fui a mi habitación, no quería pensar en los sentimientos que estaba despertando en mí ese rubio.
...
A la mañana siguiente el ruido de un celular me despertó, estiré mi brazo todo lo que pude buscando la fuente del aquel infernal ruido sin sacar mi cabeza debajo de la almohada. Cuando di con el dichoso aparatito conteste aún medio dormida con el bostezo en la boca.
–Bueno.
–¿Qué tu no madrugas?
–¿Malfoy?
–El mismo, que tal tu sueño ¿soñaste conmigo?
–Sería una pesadilla en todo caso–, salió otro bostezo de mi boca.
-Repítelo hasta que te lo creas.
–¿En verdad que tú crees que todas las mujeres caen por ti? Pues déjame decirte que no es así.
–Está bien, está bien, te hablaba para invitarte a un lugar, pero ahora ya no sé si me querrás acompañar.
–¿No involucra una cama verdad?
–No, pero si muchas paredes.
–¡Qué imbécil! – <<¿lo dije o lo pensé? Da igual>> escuché una carcajada por el otro lado del celular.
–No seas mal pensada, vamos llegó en 15 minutos por ti, ya estoy en camino a tu departamento.
–Malfoy, son las...– eché un vistazo breve a la pantalla del celular. –¿10 de la mañana?
–Vamos dormilona, si no te apuras te llevaré así sea en pijama.
–De acuerdo, ya voy–, respondí levantándome de la cama y dirigiéndome a la salida de mi habitación para ir al baño que compartimos Luna y yo.
Estaba tan adormilada aún que no me percaté de la presencia abriendo la puerta del baño.
Ron estaba saliendo con solo una toalla atada en su cadera y otra secándose el cabello. Gotitas de agua caían al piso y salía bastante vapor del cuarto de baño.
–Qué demo... Ron qué haces aquí.
–Eh, pues me quedé dormido jugando cartas con Luna y me metí a bañar para no tener que ir hasta la madriguera. Hoy me toca abrir Sortilegios y tengo que irme temprano.
–Sabes qué, no me interesa, déjame pasar se me hace tarde–. Saqué a empujones a Ron del baño para meterme lo antes posible. –Ah y dame mi toalla–, le grité arrebatándole la toalla con la que se estaba secando la cabeza.
Me arreglé lo más rápido que pude, me vestí eligiendo un atuendo cómodo, <<no pienso arreglarme tanto para él>>. Al bajar las escaleras del departamento lo vi parado apoyándose en la puerta de su auto deportivo. Con un traje a la medida <<Se veía tan malditamente bien el condenado>>. Como pude, aparte esos pensamientos de mi mente.
–Es que tú siempre estás en traje, hasta en domingo.
–Todo el tiempo-, dijo con una sonrisa de lado.
–Y no te cansa estar siempre vestido así, digo no creo que sea tan cómodo.
–Ya estoy acostumbrado, desde niño siempre ha sido así–, levantó los hombros quitándole importancia al asunto.
<<Hasta ahora>>.
–Pues estas conmigo y dado que yo no pienso usar un vestido cóctel...- Lo tomé de la corbata para lograr que bajara su rostro y poder susurrarle al oído –¿No me llevarás a un restaurante o algo así verdad?
–Eh, no... no son los planes.
–De acuerdo.
Volteé hacia ambos lados y lo arrastré al callejón aún lado del apartamento.
-Oye Granger, si querías que estuviéramos así solos, solo tenías que....
-Cállate-. Le interrumpí.
Saqué mi varita de mi bolsillo, la coloqué en mi barbilla pensando qué atuendo pudiera ser sofisticado para el princesito...
–Granger qué estás...-Puso cara de pánico al verme apuntándole con una varita (lo hubieran visto, la misma cara que puso cuando Buckbeak lo golpeó, fue tan divertido).
...y le puse un encantamiento glamour a su atuendo.
–Qué demonios– dijo al ver su nueva vestimenta.
Una camisa polo rosa, debo agregar, jeans color azul deslavado y unos zapatos deportivos complementaban su nuevo look, se veía bastante bien.
–Ah no, eso sí que no, rosa no–. Sentenció indignado.
Lo vi sacar su propia varita cambiando el color de la camisa por uno color gris.
–Listo ahora combina con mis ojos–. Y ahí está señoras y señores, esa maldita sonrisa capaz de derretir a cualquiera.
Entorné mis ojos y di media vuelta hacia el auto.
–Vámonos, entonces–, le dije y se adelantó para abrirme la puerta de su auto. <<Caballeroso el hombre, ya está ganando puntos>> pensé.
....
Estuvo conduciendo su auto por unos treinta minutos, yo me dedicaba a ver por la ventana, la verdad no quería hablar con él. Comenzaba a sentir unas mariposillas revoloteando en mi estómago. De vez en cuando le miraba. No, tenía que apartar esos pensamientos pecaminosos de mí, cómo podía ser posible que ese hombre me hiciera sentir cosas. No dejaba de repetir en mi mente, Hermione él es un maldito hijo de papi, es arrogante, es egocéntrico, es... es... está tan malditamente guapo. <<Demonios>>. De nuevo, Hermione él es un maldito hijo de papi, arrogante, egocéntrico...
¡Oh por Merlín! tendré que hablar con Astoria, decirle que, lo siento mucho pero que aborto el plan, voy a ir pedir una renuncia, me enlistaré como Auror, o quizá inefable, eso. Sí, comenzaré desde cero de nuevo. Viviré por siempre con Luna, es más le pediré a Ron que se mude definitivamente y así compartiremos los gastos entre los tres. Suena a un buen plan ¿no?
–Listo, hemos llegado–. La voz de Malfoy interrumpió mis pensamientos.
Voltee hacia el lugar y me asombró ver la construcción de un edificio.
–Ven vamos, ya es seguro entrar–. Salí del auto y seguí sus pasos hasta adentrarnos al lugar.
–¿Qué es todo esto? – No pude evitar preguntar maravillada por el lugar, comencé a dar vueltas viendo cada espacio.
–Es una escuela.
–¿Una escuela de qué? – pregunté con interés.
–Una escuela para hijos de muggles, para que tengan algunos conocimientos antes de entrar a Hogwarts, o cualquier otro colegio mágico antes de cumplir sus once años-. Dijo viendo hacia el techo.
Yo por mi parte me tape la boca de la impresión.
–Malfoy esto es... es maravilloso, cómo has logrado esto y por qué.
–Bueno-, comenzó, –hace tiempo fui a Hogwarts, le plantee la idea a la directora, la cual quedo encantada, comenzamos a trazar un plan de estudios, con el apoyo de algunos maestros que imparten en el colegio. El por qué es muy simple, a decir verdad. Estoy tratando de redimir todo lo que hice en la escuela, los errores que cometí juzgando a cada muggle, hijo de muggle y mestizo. Es por eso que también se aceptarán niños sangre pura, quienes tendrán clases, algo así como Estudios muggles, para que conozcan un poco más este mundo y no se dejen influenciar tan fácilmente cómo yo lo hice algún día.
–Hermione, estoy trabajando en mi perdón, con mi conciencia. Pero se que no estaré bien conmigo mismo hasta no obtener el tuyo–. Dijo sosteniendo una de mis manos entre las suyas. –¿Crees que podré algún día reparar el daño que te hice y poder ganarme tu perdón?
Por Merlín, sus ojos, esos ojos tan hermosos, si vieran tan solo un poco de lo que yo pude ver en ese preciso momento, noté un deje de desesperación en ellos, mezclado con tristeza y algo de esperanza. Cómo no perdonarle a este hombre.
–Malfoy, claro que te perdono, ya han pasado muchos años de eso, además como no perdonarte con todo lo que estas haciendo. Creo que el paso que has dado ha sido esencial, primero debes perdonarte a ti mismo. Pero el mío también lo tienes y creo que desde hace mucho y sin saberlo.
Le abracé, fue un abrazo fuerte, un abrazo lleno de esperanza y por qué no, también de amor, porque este hombre estaba haciendo las cosas tan bien.
De pronto coloco ambas manos en mi cara y me sorprendió con un beso profundo y cargado de sentimientos, traté, pero no pude, no pude ir contra mi lógica que me gritaba "No lo hagas", y respondí, respondí a ese beso abriendo la boca. Pude sentir como nuestras lenguas jugaban y se buscaban la una a la otra en un baile acompasado y hermoso. Jadeamos al mismo tiempo y nos separamos por falta de aire.
Dios mío, sin tan sólo su sonrisa me derretía, imaginen ese beso, una sensación de fuegos artificiales dentro de mí, algo completamente difícil de describir, pero era magia, lo puedo asegurar.
Él colocó su frente pegada a la mía aún sosteniendo mi cara entre sus manos, un suspiro salió de mis labios. Draco (porque creo que ya lo puedo nombrar así), mordió su labio inferior.
–Me gustas, Hermione y me gustas mucho, y quiero–, se interrumpió a si mismo -deseo ser merecedor de tu cariño algún día y que tengamos algo más.
–Yo, no se Draco, estoy sumamente abrumada, también me gustas, pero no sé a dónde nos pueda llevar todo esto, por favor necesito pensar un poco. Llevar las cosas con calma ir despacio ¿te parece? – respondí colocando mis manos sobre las suyas y mordiendo mi labio inferior como es costumbre cada que me pongo nerviosa.
–Por supuesto–, dijo quitando las manos de mi rostro para tomar una de mis manos y llevarnos a la salida de aquel edificio en construcción.
N/A 2323 palabras escritas!! Casi el doble de lo que suelo escribir en cada capítulo, pero es que no podía parar. Draco ya se declaró!!! Yo no sé ustedes, pero yo si caía rendida a sus pies en ese momento. Qué les pareció? muy pasteloso? Si es así mil perdones, pero moría de amor al escribir, quizá es porque en estos momentos estoy leyendo una historia Dramione inspirada en Orgullo y Prejuicio y ese Draco es taaan adorable. Voy a hacerle un poquito de publicidad se llama Arrogancia e Ignorancia es una Traducción de Moon Dahe.
Por cierto, hablando de recomendaciones les tengo varias, unas de ellas son las Traducciones que está haciendo paandreaBlack "Ponlo de rodillas" y "Desamparados y callejeros" ésta última ya está terminada (amarán a Draco tanto como yo). Las 2 están hermosas y personalmente me encantan. Si no las han leído corran a leer porque son geniales.
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