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Estaban sentados en aquella mesa, en aquella cafetería de aspecto rústico, pero de agradable ambiente se mantenía con algunos clientes todavía. MiYoung tenía su silla cerca a la del chico de cabello oscuro, sus palabras se repitieron varias veces en su cabeza, temiendo que TaeHyung pudiera separarla, tomó su mano, aquella mano grande y venosa de dedos largos pero suaves. Recordó todas las veces que esas mismas manos la acariciaron hasta hacerle perder el sentido de la realidad.
— ¿Lo estás pensando? —preguntó tomándola por sorpresa. Subió la vista encontrando sus ojos, Tae sonrió ladinamente acariciando el dorso de su mano—Lo que te dije en el auto.
— ¿Cuándo sentiste eso?
— Mmm...—lo pensó detenidamente—No lo sé.
— Tiene que haber una respuesta.
— No la sé aún, pero sé que se hizo más fuerte cuando dejé de hablarte esa semana después de los mensajes—confesó—De repente...me sentía incompleto, como si necesitara esa pieza faltante y....eres tú.
MiYoung sonrió tristemente.
— ¿Cómo sabes que soy yo?
— Porque nadie me había hecho sentir así—besó esos lindos labios por unos minutos, se olvidaron del resto por completo, aún tomados de la mano permanecieron así un rato más.
♦♦♦
Llegaron a casa de Tae porque MiYoung quería estar allí una última vez, sí, necesitaba estar allí. Pero la chica fue tomada desprevenida cuando TaeHyung besó esa linda boca sin prisa ni morbo, era más dulce de lo que se podría imaginar y a MiYoung le gustaba lo dulce.
TaeHyung la cargó enredando sus piernas en su cintura soportando su peso y caminó a la habitación, una vez allí la posó suavemente en la cama quitando sus prendas una a una, ambos quedaron en ropa interior en medio de caricias y besos, TaeHyung por primera vez se tomó el tiempo de explorar a fondo cada rincón de su cuerpo, las respiraciones agitadas se mezclaban y nadie más existía, sólo ellos.
MiYoung se dejó hacer, por supuesto, gemía en ocasiones con las suaves pero profundas estocadas que el chico daba, extrañaría estar así con él, lo extrañaría y mucho, pero una parte de ella se iba feliz por saber que TaeHyung le correspondía.
Al día siguiente...
MiYoung desayunaba en silencio en compañía de sus padres, realmente no le apetecía comer, anoche había llegado justo a tiempo, después de haber hecho por primera vez el amor con TaeHyung había regresado a casa cuando éste la llevó de regreso. Quiso quedarse en su hogar, pero no podía hacerlo, sería causarle más problemas al chico y a ella misma.
Había sido lindo porque por primera vez ambos estaban juntos sin ningún contrato de por medio, una pequeña sonrisa apareció en sus labios, removió aquellos trozos de fruta en su plato sintiéndose de alguna forma algo feliz.
Su madre quería que le acompañara a comprar algo de ropa para su viaje, la joven obedeció sin quejas bajo la mirada sospechosa de su padre, cuando estuvieron fuera de casa, específicamente en el centro comercial no dudó en preguntar.
— ¿Qué sentido tiene enviarme lejos si de todas maneras el sexo es algo normal en la vida de todos?
— MiYoung—reprochó la mujer.
— Es la verdad, papá sólo está molesto por eso, pero TaeHyung siempre fue bueno y respetuoso conmigo.
— Eres una niña.
— Mamá, dejé de ser una niña hace mucho—bufó—Ustedes nunca me escucharon, siempre estaban en el trabajo y...
— Ahora entiendo porque llegabas tan cansada de clase—la mujer entró a una de las tiendas comenzando a probarle algunas prendas por encima para ver cómo se veía, pero MiYoung no quería dejar ese tema de lado—No lo entiendes ahora pero ya lo harás, deberías agradecer que tu padre no avisó a la policía...
— Estoy enamorada de TaeHyung.
Su madre la miró con ojos bien abiertos, no toleraría eso, su mano fue directo a su mejilla y MiYoung sintió el impacto en ella, la señora Yoon miró alrededor asegurándose que nadie las veía.
— Ni se te ocurra volver a decir eso, ¿Qué crees que diría el resto si sabe que has estado como una zorra con ese muchacho? —reprochó indignada y asqueada mientras que MiYoung no podía creer lo que escuchaba de su madre, por impotencia dijo lo que no debía.
— Anoche lo vi e hicimos el amor como no tienes idea—sonrió descaradamente—No pueden negarme algo tan natural, me iré a China, sí, pero en un futuro cuando regrese volveré a buscarlo.
— Cuando eso pase posiblemente ese idiota ya tenga otra zorra.
— Ya veremos, no quiero comprar nada—y salió de la tienda ignorando el llamado de la mujer. Estaba molesta, quería golpear algo, quería gritar, ¡¿Por qué ella debía ser una zorra cuando tuvo sexo por su propia decisión?! La sociedad estaba muy mal si pensaba eso de las mujeres, le decepcionaba que su madre pensara así, el celular en su bolsillo no dejaba de sonar, decidió apagarlo desconectándose por completo. Tomó asiento en un banco junto al ascensor respirando profundo, todos estaban siendo injustos con ella.
MiYoung no era una niña, que fuera tímida, callada y soportara malos tratos en su escuela no significaba que fuera una niña. Si algo debía agradecer podría ser que esos malos tratos ya no los recibiría, pero admitió para sus adentros que le hubiera gustado ver a TaeHyung llegar una vez más como su héroe.
Sonrió tristemente mirando sus zapatos sin ver que alguien se sentaba a su lado.
— Creo que ya es costumbre verte decaída—levantó la mirada encontrando a...
— Hoseok.
No coloqué lemon porque no me sentía muy inspirada realmente 😐
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