MiYoung despertó al día siguiente y lo primero que hizo fue revisar su celular, no tenía absolutamente nada de TaeHyung, mensajes, llamadas, nada, quiso llamarle, quiso ser ella quien lo llamara, pero...asumió que quizás el chico estaba molesto por el espectáculo que le hizo su padre por su culpa porque sí, era más que obvio que MiYoung sabía sobre el hombre dirigiéndose a su oficina. Quisiera o no tuvo que colocarse su uniforme, metió los cuadernos correspondientes a su bolso y lavó su rostro varias veces, había llorado mucho ayer, además, el golpe de su padre estaba ligeramente marcado en el lado izquierdo de su pómulo.

Salió de la habitación arrastrando los pies, bajó las escaleras sin ánimos llevándose la sorpresa de escuchar a sus padres, fue al comedor donde éstos estaban desayunando, al verla de pie guardaron silencio unos escasos segundos, su madre fue la primera en hablar.

— Quítate el uniforme, no irás a esa escuela más.

MiYoung miró su uniforme y luego a sus padres.

— Este fin de semana te irás a China, conseguí un internado perfecto para ti, recibirás una mejor educación, así te enfocarás más en tus estudios, además, sólo es de chicas—agregó su padre—Este será tu nuevo celular—señaló colocándoselo al frente—Déjale el tuyo a tu madre.

MiYoung no iba a ponerse a gritarle que estaba mal, que no podían protegerla de todo, que ella podía hacer lo que quisiese con su cuerpo, no iba a hacer nada de eso porque perdería el tiempo. Sus padres no cambiarían de opinión así que con todo el dolor del mundo y conteniendo sus lágrimas revisó su celular borrando el número de TaeHyung, antes de hacer lo miró por unos segundos, tragó con dificultad dejándolo junto a su madre y recogió el nuevo, dispuesta a irse se detuvo cuando su padre la llamó.

— ¿Cuándo pensabas decirnos sobre los abusos de tus compañeras en la escuela?

"TaeHyung"

Suspiró mirándolo sin saber que decirle.

— Estoy bien.

Que gran mentira.

— De todas maneras, esto será mejor para ti—sonrió su madre—Ve a acomodar tus cosas de una vez, es mejor dejar todo listo para el gran día.

♦♦♦

Encerrada en su cuarto en medio de sollozos y sentada en el suelo con montones de ropa rodeándola tomó su celular nuevo, anotó el número que creía recordar y lo guardó como V. Presionó la opción de llamar, pasaron unos escasos minutos donde nadie respondía hasta que esa voz grave se escuchó del otro lado.

— ¿Hola? —MiYoung inconscientemente no pudo evitar sollozar, sus padres la trataban como si tener sexo fuera algo malo, como si tener relaciones fuera malo, ellos ni le dieron la oportunidad de decirles que ambos se cuidaban en todo momento— ¿MiYoung? —esa voz se endulzó, la pobre quería abrazarle, los sollozos no la dejaron hablar—Lo siento.

Negó con la cabeza limpiando sus mejillas, pero más lágrimas caían por ellas, temblorosa y llorosa habló delatando el dolor que sentía.

— Quiero verte, por favor—sabía que se negaría—Necesito verte antes de irme.

Unos minutos de silencio acompañó el momento. No esperaba esa respuesta.

— ¿Crees que puedas salir de tu casa sin ser vista?

Por la noche...

MiYoung vestía unas zapatillas deportivas con unos Jeans rasgados, tenía una blusa blanca y sobre ésta una sudadera negra, la capucha cubría su cabeza, eran exactamente las diez de la noche cuando salía por su ventana, fue silenciosa caminando por el techo temiendo que sus padres la escucharan, al costado de la ventana de la oficina de su padre había unas escaleras débiles pero que le ayudarían a bajar.

Cuando estuvo en el suelo se apresuró a alejarse de casa, las calles estaban casi solitarias a excepción de una u otra persona ebria o drogada que pasaba por allí, MiYoung identificó el auto en una esquina, corrió a él subiéndose lo más pronto posible, quitó la capucha de su cabeza y abrazó fuertemente al chico de cabello oscuro que se encontraba frente al volante.

Éste la abrazó igualmente sintiendo que recuperaba una parte de él.

— Lo siento—susurró la chica—Lo siento.

— Oye, no vas a irte para siempre—TaeHyung no quería mostrarse tan empalagoso porque simplemente no le gustaba, pero tampoco sería tan rudo con ella...quien había comenzado a llorar. Tae tomó su rostro entre sus manos limpiando aquellas lágrimas—Cuando vuelvas aquí estaré.

— No, no quiero irme, nosotros no hacemos nada malo, ¿Por qué no puedo hacer lo que las demás chicas de mi edad hacen? Siempre hemos usado protección, siempre hemos hecho lo que cualquier pareja hace...

— MiYoung—interrumpió—Nosotros no somos pareja, por eso está mal.

— Hay cosas peores, esto es injusto además me gustas tú—soltó como si nada sollozando de nuevo—Realmente me gustas, Kim TaeHyung, lamento hacerlo y causarte problemas, pero me gustas.

TaeHyung la miró en silencio, ella intentaba esconder su rostro pero él no se lo permitió, en cambio besó esos dulces labios para callar el llanto (y porque ya los extrañaba), saboreó aquella boca que muchas veces se cansó de besar hasta hincharlos y dejarlos completamente rojos, MiYoung llevó sus manos a su cuello correspondiendo con la misma intensidad en medio de las lágrimas silenciosas que acompañaban el beso, Tae apoyó su frente con la de la chica y ambas miradas se encontraron deteniendo el beso.

TaeHyung no podía creer lo que diría...pero lo haría.

— Me gustas, pero también te amo y no sabes cuánto me aterra eso.