CAPÍTULO CINCO🍂
El entrenamiento de fútbol🍃
El silencio de la biblioteca era algo perfecto para estudiar. Como parte del trato, tenía que explicarle a Dylan como desarrollar uno de los ejercicios de cálculo, mientras que creo yo, él solo fingía prestarme atención. Lo curioso es que era algo fácil enseñarle, entendía rápido y desarrollaba los problemas que le planteaba.
Al terminar, luego de casi dos horas de estudio y tener que soportar sus coqueteos absurdos, guardé mis libros en mi mochila, la colgué en mis hombros y me puse de pie para irme.
—Gracias por esto —Miré a Dylan, él seguía sentado.
—Hicimos un trato —murmuré—. Yo cumplo mi parte y...
—Y yo la mía, lo sé. —Se puso de pie sacándome varios centímetros de diferencia —. Lo estoy cumpliendo, estoy seguro de que hoy Oliver te invita a salir.
Me encogí de hombros.
—Ni siquiera sé cómo acepté —dije, sincera—. Sin ofender, pero, no te ves de confianza.
La forma aburrida de como estaba sentado era un grito de que no le importaba estudiar, ni nada.
—Hombre, si ofendes —Tenía el ceño fruncido, los brazos cruzados y una mueca en sus labios. Pensaría que lo había ofendido de verdad, pero su mueca cambio a un gesto vacilante. Se enderezó y pasando uno de sus brazos por mi hombro, dijo: —Soy de confianza, además estamos en el mismo equipo de fútbol, es mi mejor amigo. Le hablé de ti, y supo quién eras, sin ofender —dijo lo último con una sonrisa inocente, lo único que obtuvo de mí fue una mueca y al procesar sus palabras, me reí.
—¿Tú?
Frunció el ceño.
Seguí riéndome.
—Sí, yo.
—No, no estás en el equipo de fútbol —afirmé —. Estás en el club de teatro.
—Lo estoy.
—No lo estás.
—¡Qué sí!
—¡Qué no!
—SHHHH.
Mis ojos dieron con los de la bibliotecaria, una mujer adulta canosa con unas tantas arrugas en su rostro, tenía su ceño fruncido y con su dedo índice señalaba el cartero que tenía escrito:"guardar silencio". Me quedé muda al igual que Dylan, ambos guardamos nuestras pertenencias y salimos de la biblioteca.
—Nunca me habían llamado la atención en la biblioteca —confesé.
—Para todo hay una primera vez.
El timbre sonó avisando la siguiente clase.
—Te veo luego. —Dylan comenzó a caminar retrocediendo sin dejar de mirarme —. No olvides que tienes una cita —Me guiñó y dio media vuelta dándome la espalda.
Deje de mirarlo y seguí el camino más corto al salón de mi siguiente clase. Las horas pasaron y fui a ver al equipo de fútbol desde las gradas y como ya me lo suponía, no vi a Dylan por ningún lado. No entendía la necesidad de su mentira.
—¡Jess! —Oliver me saludó desde la cancha, alzaba su mano en forma de saludo y desde lejos podía ver la sonrisa que tenía en los labios.
«Quizá Dylan sí está cumpliendo su parte del plan»
Agité mi mano devolviéndole el saludo.
—Así que por aquí, viendo a los guapos sexis jugadores de fútbol —La voz de Ellie me hizo ladear mi cabeza en dirección a donde provenía el sonido de su voz. Ella se encontraba allí sentada a mi lado.
—Hola, Ellie.
—Nena, ¿estás esperando a que inicie la función?
—¿Función?
—Ya sabes —Una sonrisa pícara se le formó en sus pintados labios—, cuando empiezan a sudar y a quitarse las camisetas. Desearía que Pablo Gavi estuviera en el equipo para verlo entrenar sin camiseta.
Mis mejillas se sonrojaron.
—Eh...
—No sabía este lado de ti, Gwen, toda una pillina —Movió sus perfectas cejas de arriba a abajo.
—Yo no...
—Shhh. —Puso su dedo índice sobre mis labios—, la función va a comenzar.
Su dedo dejó de estar sobre mi boca, su mirada se posó en el campo y se recostó en las gradas colocándose las gafas de sol que segundos antes estaban en su cabeza. Miré al campo de fútbol y efectivamente algunos jugadores estaban quitándose las camisetas, dejando al descubierto su torso de atleta.
Santo dios.
Ellie y yo nos quedamos viendo el entrenamiento, ya llevamos como una hora viéndolos correr de aquí para allá, no entendía lo mucho que hacían y Ellie tampoco, pero ella solo estaba concentrada en contar cuántos cuadrados tenían en su abdomen los jugadores. Cuando el entrenamiento acabó, me puse de pie junto a la morena y comenzamos a alejarnos del campo, las dos iríamos juntas a mi casa, le enseñaría algunos temas a Ellie y ella se quedaría a cenar.
El cielo estaba gris, por lo que era cuestión de tiempo para que las nubes comenzarán a llorar.
—Jess. —Oliver se puso al frente de mí—, no creí que te quedarías todo el entrenamiento.
Yo tampoco lo creí, la verdad es que estaba esperando a que Dylan apareciera, pero no lo hizo.
—El tiempo pasó rápido —dije.
Sentía la mirada de Ellie puesta en mí y en Oliver, por cómo nos miraba era obvio que quería saber el porqué Oliver Sherman me estaba hablando fuera de las tutorías que siempre le daba.
—Fue un gusto verte —Sonrió al igual que yo.
—Igualmente.
Sin saber qué decir, nerviosamente di un paso para retomar mi camino con Ellie, Oliver me interrumpió.
—Jess —Volvió a llamarme por el abreviativo de mi segundo nombre—, sé que has hecho mucho por mí y yo nunca te he agradecido de la forma en la que te la mereces por hacer que no repruebe, y si quieres te puede invitar a tomar un café o un helado... de forma de agradecimiento por todo lo que ha hecho por mí.
Muda. Mi lengua dejó de funcionar al igual que mi cerebro.
Abrí mi boca para aceptar, pero ninguna palabra salía de ella. Miré a Ellie en busca de ayuda.
"Dile que sí" Ellie dibujó en sus labios sin pronunciar ningún sonido.
—Sí... claro.
—Okay... Entonces... ¿Qué te parece el sábado?
—Sí... Claro, el sábado.
Oliver me regaló una sonrisa encantadora. Me despedí de él de la misma manera y se fue por donde vino.
«¿Él acaba de invitarme a una cita?»
«No específico que sería una cita» Me dije a mí misma.
Pero saldría con él, sería mi primera cita.
—¿Qué acaba de pasar? ¿Oliver Sherman te acaba de invitar a salir? —preguntó Ellie sin creerlo—¡Oh por dios! ¡Tendrás una cita con Oliver!
Tendría una cita con él.
Salí de mis pensamientos al ser llamada por Ellie.
—Debes de contarme todo y lo más importante es —Hizo pausa y tomó aire— ¿Qué te vas a poner? —Su voz salía con un tono chillón por la emoción—. Déjame decirte, sin ánimos de ofender —recalcó lo último señalando mi atuendo con su dedo índice—, no es una opción que vayas vestida como bibliotecaria.
Mi boca se abrió en una "o" de ofensa, iba a replicar, pero Ellie me lo impidió.
—Dije sin ofender —aclaró—, vamos a tu casa que tenemos mucho que ver en tu armario.
Ellie me tomó de la mano y comenzó a caminar llevándome consigo.
—Pensé que estudiaremos.
—Sí, estudiaremos tu armario.
No soltó mi mano hasta que llegamos a donde estaba aparcado su lujoso auto.
Me adentré al vehículo al igual que Ellie, coloqué mi mochila en mi regazo y ella puso el auto en marcha dirigiéndose a la parada que sería mi casa.
Mi celular vibró dentro de mi mochila, lo saqué y vi que se trataba de un número desconocido.
Número desconocido:
Te invito a la cita verdad?
Me:
Eres?
Número desconocido:
🙄
Tú compañero de castigo
Gwendolyn
🙄
Me:
Dylan?
Número desconocido:
¿Quién más? 🙄
🙄
Me:
¿Cómo conseguiste mi número?
Número desconocido:
Contactos 🙂
Me:
🧐
Número desconocido:
Si como sea
Si te invito a la cita
¿?
Me:
Sí
Pero cita cita no
Solo saldremos el sábado
Número desconocido
Sí, es una cita 😏
Me:
👀
Número desconocido
Suerte en tu cita Gwendolyn 😏✨
Número desconocido a
Dylan (el chico que tiene clamidia)
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Hola!!! He visto que han llegado más lectores, muchísimas gracias!!!!
Este capítulo resultó corto después de editarlo. Lo iba a unir con otro, pero salía muy grande
Comenten que les pareció el capítulo y no de olviden votar.
Lxs invito a seguirme a instagram y a tiktok, subo contenido de mis historias 🤍🤍🤍
Recomienden la historia para que crezca🐦🍃
Nos leemos pronto!!!
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