🍂DIEZ
CAPÍTULO DIEZ🍂
Laurie Laurence🍃
Mi mirada gacha fija en las puntas de mis botas. Escuchaba todo lo que decía el encargado, al terminar de hablar, alcé la mirada e inspeccioné cada detalle del salón.
Mamá y yo decidimos que lo mejor era llevar al abuelo a una casa de reposo, al principio no quería, pero creo que es lo mejor para él. Tendría atención médica las 24 horas, será cuidado, alimentado, lo ayudarían. Esperaba que la decisión que había tomado junto a mamá sea correcta. Esperaba que el abuelo se adaptará y pudiera pasar tranquilo el resto de su vida.
—Entonces, ¿Le convence señoritas Blackwell? —El encargado nos miró.
Mis azulados ojos lo miraron con fijeza.
—¿Qué dijo sobre la atención médica? —inquirí, necesita estar segura al 100%, cualquier titubeo lo haría ver incompetente.
—Tenemos a los mejores especialistas trabajando con nosotras, enfermeros y enfermeras que cuidan de nuestros pacientes.
Asentí.
—¿Tienen noche de juegos? ¿Televisión? ¿Radio?
—Hay noches de bingo, baile de los 80, damas, varios juegos y actividades que se desarrollan a lo largo de la semana —contestó a mi pregunta—.Y claro que tenemos televisión, en la sala tenemos uno y cada paciente cuenta con una TV en su propia habitación y la radio, contamos con muchos de esos aparatos y bibliotecas donde podrán asistir.
Miré a mi alrededor, se encontraban algunos viejitos a lo largo del lugar. Se les veía bien, sin ningún rastro de ser maltratados.
—¿Tiene horario de visitas?
—Puede venir a cualquier hora, salvo después de la hora de dormir.
Empecé a hacerle varias preguntas a la espera de que me dijera algo que no me gustara, para cambiar de opinión y llevarme al abuelo a casa. Pero no fue así, el encargado respondía todo de maravilla, como si aquella casa de reposo fuera la octava maravilla del mundo.
Mamá preguntaba tanto al igual que yo, ambas buscando un pretexto para no dejar al abuelo. Pero el lugar era perfecto, era el mejor centro a las afueras del pueblo y había sido recomendado por los mejores especialistas.
—¿Tienen otras preguntas?
Miré a mamá, ella negó ante la respuesta, todo lo contrario a mí.
—¿Sirven cereales en el desayuno? —El encargado asintió —¿De qué sabor?
—Choco...
—¡El abuelo odia el cereal de chocolate! —me quejé deteniéndolo de continuar.
—Solo es un cereal, Gwen...
Abrí mi boca para replicar, pero el encargado me cortó al igual que yo le corté anteriormente.
—Tenemos muchos tipos de cereales, señorita y también servimos varias cosas en el desayuno.
Mordí el interior de mi mejilla y me crucé de brazos. El lugar era perfecto, era yo la que intentaba buscar una imperfección.
Escuché como mamá habló con el encargado, haciendo pequeños acuerdos y dejándolo saber todo lo que abuelo necesita. El señor juraba que dejaríamos al abuelo en buenas manos, esperaba eso.
Dejé de escuchar y di media vuelta, salí de la sala cruzando un arco con puertas dobles, doble al pasillo y a unos metros me encontré con Dylan y el abuelo, ambos estaban sentados en las sillas de espera, hablaban de algo que no escuche. Todavía no notaban mi presencia por lo que los miré detalladamente.
El menor de los dos hablaba con una dulce sonrisa en sus labios, sus rizos negros se escapaban de la capucha oscura de la sudadera que llevaba puesta; el mayor tenía una mueca de burla en su rostro, su cabello platinado brillaba, llevaba puesto un lindo conjunto elegante, entre sus manos llevaba la jaula donde un pequeño pajarito azul cantaba debes en cuando. Me daba alivio que permitieran que el abuelo trajera a Gus, así él no estaría solo.
Me acerqué a ellos, el sonido de las suelas de mis botas chocar contra las brillosas baldosas hizo que dos pares de ojos se fijarán en mí, sonreí como si todo estuviera bien. Fingí una agradable sonrisa como si todo estuviera bien.
—Gwen...
—Están viendo los últimos detalles y… todo estará bien.
Todo estará bien.
Lo repetiré todas las veces necesarias para creérmelo. Me senté al lado del abuelo, unos segundos pasaron para que mamá llegara hasta nosotros, fingía al igual que yo. Lo sabía. Mi progenitora llevó al abuelo a conocer el lugar, me quedé sola con Dylan. En estos dos últimos días, el pelinegro se había comportado de una manera demasiado linda conmigo, estuvo conmigo en momentos en que necesitaba a alguien, me dio ese abrazo que tanto pedía en silencio.
Se ofreció a acompañarme a venir a la casa de retiro, a mí y a mi madre. No nos dejó solas.
—Iré por las maletas.
—Te ayudo.
Dylan me siguió, iba a mi lado, ninguno de los dos dijo nada. Salimos del territorio y nos dirigimos donde mamá dejó aparcado el vehículo. Abrí la maletera y saqué las maletas del abuelo, Dylan me ayudó con unas cajas que tenían varios libros y álbumes de fotos.
—¿Todo bien? —preguntó. Lo miré de reojo y asentí —Thomas habló de ti.
—¿De mí? —pregunté dubitativa —¿Y qué dijo?
—Que tu sueño es vivir en una casa de chocolate —rio. Fruncí mi ceño y lo golpeé con mi hombro para que me dijera—, no te lo diré, es secreto.
Rodé mis ojos y no insistí. Quería saberlo, pero no estaba de humor para insistir.
—¿Dónde encontraron a Gus?
—Abuelo lo encontró en el parque, su ala estaba lastimada, sigue lastimada y lo trajo a casa..., pensamos liberarlo en primavera, si todo sale bien...
—¿Liberarlo?
—Sí, es un ave, necesita ser libre —susurré cerrando la maletera de la camioneta de mamá.
Dylan asintió moviendo la cabeza, dimos media vuelta y empezamos a caminar por el mismo camino por el que llegamos.
—¿Qué traen estas cajas? ¿Un cadáver? ¡Madre mía sí que pesa!
—Solo son libros, dale y sí que pesan —solté una pequeña risa que se desvaneció —, al abuelo le gusta leer... Espero que no se le olvide... —susurré bajando la cabeza, mi voz había salido en un hilillo de voz apenas audible.
Al levantar la mirada al recibir un empujoncito de parte del peligro, lo miré.
—Estará bien —habló refiriéndose a Thomas—, no te pongas triste, Gwen.
—No me he puesto triste — refunfuñé.
—Si lo has hecho, tu cara tiene esta mueca —Las comisuras de sus labios descendieron hacia abajo y sus pobladas cejas se elevaron un poco en la parte inferior. Me daba ternura.
Negué riendo.
—Estás triste...
—Vale, lo admito, estoy triste —murmuré —, no puedo creer que no lo veré en la cena, ni en el desayuno y solo lo veré en este hermoso lugar —Bajé la mirada por unos segundos y me detuve a observar el cielo, estaba despejado dejando ver un lindo color celeste, mi mirada fue bajando y viendo la fachada del lugar, parecía una hermosa casa de campo.
—Vele el lado bueno, la gelatina está muy buena.
Fruncí mi ceño.
—¿Gelatina?
—Sí, mientras esperaba nos dieron a probar un poco y estaba muy rica.
—Vale, entiendo que la gelatina esté buena —murmuré.
Seguimos andando a la par.
—Oye, Gwen... —Ladeé mi cabeza en su dirección al escuchar que me llamó—, si necesitas a un amigo, puedes llamarme, no importa la hora y tampoco importa si quieres ver el interior de un humano y aunque me den ganas de vomitar, te acompañaré.
🍂🍂🍂
Estuvimos con el abuelo unas horas más hasta que ya era hora de irnos. Le di un gran abrazo y le susurré que iría todos los días a visitarlo.
Oliver me invitó a almorzar y acepté, recibí muchas miradas de chicas celosas, lo dejé pasar por alto. No estaba haciendo nada malo. Las clases iban avanzando y cada vez que había cambió de salón, Oliver me esperaba afuera para acompañarme a mi siguiente clase.
—Te puedo acompañar a casa. Si quieres —se ofreció Oliver, lo miré de reojo mientras guardaba mis bolígrafos en mi estuche. En la última hora le estuve dando las tutorías que tanto necesita. Dios me daba paciencia para explicarle los temas.
—No te preocupes... Estoy bien. Puedo ir sola.
—No tengo ningún problema, Jess —insistió con esa sonrisa encantadora de chico popular.
—Es que no... —No quiero que me acompañes, quise decirle —. Mamá me vendrá a recoger —mentí —, además tienes entrenamiento —Agregué una sonrisa para no sonar borde.
—Cierto, se me había olvidado —Encendió su celular para ver la hora, hizo una mueca—. Me tengo que ir, nos vemos mañana —Se puso de pie y con rapidez dejó un beso en mi frente, me tomó por sorpresa ese dulce gesto y con la misma rapidez salió del salón dejándome un poco perpleja.
Moví mi cabeza y volví a lo que estaba haciendo antes, me tomé mi tiempo al guardar todas mis pertenencias. Me puse de pie, estiré mis piernas y colgué mi mochila en mi hombro. Salí del salón y fui por los pasillos dirigiéndome a la salida. Por los corredores no había muchos estudiantes, ya todos se habían ido a excepción del conserje que trapeaba el piso mientras escuchaba música en su mp3. Reí al verlo bailar como si estuviera solo en una pista de baile.
Seguí con mi camino. Doble un pasadizo y me detuve en seco al ver a Dylan, se encontraba viendo algo del tablero de clubes. Su expresión era algo dubitativa. Vi que estaba a nada de apuntarse. Me acerqué a él, mis pasos eran cautelosos para no llamar su atención. Al estar demasiado cerca, me paré a su lado y pude visualizar lo que estaba viendo.
—¿Piensas audicionar para un papel? —pregunté y él me quedó mirando perplejo, como si no supiera qué responder —¿Audicionaras? —pregunté al ver que estaba a nada de apuntarse.
Dylan apartó el bolígrafo del papel y posó sus verdosos ojos en mí.
—¡Gwen casi me matas! —chilló poniendo su en su pecho dramáticamente. Fingía tan bien.
—Exagerado —Puse los ojos en blanco y fijé mi vista en lo que estaba viendo el pelinegro.
Eran audiciones para la obra de teatro. Harían mujercitas.
Regresé a mirarlo.
—Serías perfecto para Laurie —dije estirando mis brazos para revolver sus rizos pelinegros—Te apuntarás ¿cierto?
—Todavía no lo sé.
—¿Por qué?
—Último curso… mis padres…
Se le veía confundido, preocupado. Miraba el tablón con anhelo, suspiro negando y volteo a verme.
—El papel no encaja para mí.
Diría mentiras si dijera que había hecho a las tontas obras de teatro, la verdad es que no me habían interesado, por el motivo de que la mayor parte del dinero siempre iba enfocado a ese club o a los eventos deportivos, dejando de lado al club de los matelocos. Un poco de recelo, quizá. No había venido a las obras, ni ayudado a su producción, lo poco que sabía, era lo que se corría por los pasillos y por todo el pueblito, que Dylan era la estrella junto a una rubia de aires estirados.
—Bueno, no lo sabrás hasta que lo intentes —Me quite el bolígrafo de la mano y antes de que Dylan replicara, apunte su nombre.
Dylan Chat-de-blein-bleis
—Es Chapdelein —me corrigió.
Uhs me gustaba como pronunciaba su apellido. Ese acento…
—Claro, Chat-de-blein-bleis —dije a propósito recibiendo una mala mirada por parte de Dyl —, la audición es en una semana, da lo mejor de ti.
—Ni siquiera quiero hacerlo —murmuró quitándome el bolígrafo, tenía las intenciones de borrar su nombre, lo hubiese hecho si yo no tapaba su nombre con mi mano.
—Vamos te vi desde lejos, te ibas a apuntar —Dylan abrió la boca para replicar, la volvió a cerrar —, estarás genial, solo es una audición y te ayudaré. Me leí el libro —dije orgullosa.
—¿Me ayudarás?
Ya tenía mucho soportándolo con las tutorías. Tenías a más estudiantes a los cuales ayudar, unos más importantes que otros, pero Dylan había estado a mi lado cuando quería a un amigo, es por eso que acepte.
—Sí, he leído el libro y te puedo ayudar con las líneas, Chat-de-blein-bleis —Lo estaba persuadiendo y creo que lo logre.
—Está bien —sonrió tiernamente —, pero si pasó vergüenza, te arrastraré conmigo.
—Trato.
🍂🍂🍂
Apenas salí de la casa de reposo, alcé la mirada en dirección al cielo, ya estaba oscureciendo. Baje las escaleras de la entrada y miré al frente, Dylan me estaba esperando. Lo saludé con un movimiento de mano y me acerqué a él.
—¿Listo para ensayar? —inquirí enmarcando una de mis cejas.
Asintió sonriendo, dio media vuelta y pasó uno de sus largos brazos por mis hombros. Hice una mueca y lo aparte de un empujón. Reí por la expresión dramática de su rostro.
Volvió a pasar el mismo brazo por mis hombros y está vez lo dejé, después de todo, creo que éramos amigos.
Empezamos a caminar y al salir de la propiedad, Dylan me preguntó:
—¿Y cómo te fue?
—Bien, fue bueno ver al abuelo —respondí—. Se le ve bien.
Se le veía bien. Fui a visitarlo por unas horas, luego de las clases. Conversamos, comimos galletas y él seguía pensando que era su hija. Ocultaba las lágrimas en lo más profundo de mi corazón, pasé tiempo con él hasta que las horas de visita se acabaron.
Anteriormente Dylan me había escrito que iba a pasar por mí, es la razón por la cual no me sorprendí al verlo esperándome afuera.
Caminamos hasta llegar a su auto. El recorrido fue entretenido, jugábamos al veo, veo y nos reíamos por las tonterías que decíamos. Llegamos a casa, mamá no estaría por lo que ayudaría a Dylan a ensayar en la sala de estar. Fui por mi libro de mujercitas, todavía no habían dado un guion por lo que estuvimos ensayando con escenas del libro.
Me llevé la sorpresa de que Dylan lo hacía bien, demasiado bien a decir verdad. Lo que decían era verdad, la naturalidad con la que hablaba y hacía gestos, los tonos curiosos y amables con los que se expresaba su personaje, me daba la sensación de que tenía al mismo Laurie Laurence en persona.
—Esta polca es espléndida ¿Por qué no va a bailar? —Leí el diálogo de Jo, mi voz salía más seca que un desierto. Miré de reojo a Dylan.
—Si me acompaña lo haré —habló Dylan haciendo una reverencia al estilo francés.
No pude evitar sonreír. Cerré el libro y orgullosa exclamé.
—¡Te ha salido perfecto!
Deje el libro a un lado del sofá. Dylan estaba parado al frente de mí, sus verdes ojos me miraban con fijeza. Sus labios se curvaron en una sonrisa y se sentó a mi lado.
—No es para tanto.
—¡Lo es! Estoy segura que te darán el papel —Me puse de pie y me dirigí a la cocina, él me siguió —¿Quieres chocolate caliente?
Escuché su respuesta afirmativa y empecé a preparar la bebida. Sentía la mirada de Dylan puesta en mí, regresé a mirarlo.
—¿Te apetece pizza?
—No le diría que no.
Sonreí ante su respuesta, llamé a la pizzería de siempre. Al terminar de pedir, colgué la llamada y serví los chocolates en dos tazas. Le tendí una a Dyl, quien me miró ceñudo.
—Oye, yo también quiero una taza con mi nombre —murmuró mirándome de reojo.
—Te regalaré una para tu cumpleaños —dije dirigiéndome a la sala de estar. Él me siguió, nos sentamos donde minutos atrás estábamos. Conversamos mientras esperamos por la pizza. El timbre sonó y fui por la comida. Encendí la tele y estuvimos viendo Harry Potter mientras comíamos, en ese instante supe que debí haber pedido dos pizzas más, también supe que Dylan era alguien especial.
—¿Tu mamá a qué hora regresa? —preguntó Dylan cuando la tercera película acabó.
—Mhm —Mire mi muñeca, específicamente a mi invisible reloj —, tarde, tiene que hacer un trasplante de riñón.
Si me quedaría sola en casa. Antes tenía al abuelo y ahora él vivía en un lugar mejor.
—Entonces tendremos la casa para nosotros solos —Dylan alzó una de sus cejas y me dio una mirada coqueta.
Lo estaba conociendo y ya sabía que se trataba de una broma. Pero, estábamos demasiado cerca, su brazo chocaba con el mío, me dio cosquillas y una especie de ¿hormigueo caliente?
Negué riendo y disimuladamente me separé. Subí mis pies al sofá y agarre un cojín colocándolo en mi regazo para abrazarlo. La cuarta película empezó y nos quedamos a medias de la cinta, por la mera razón de que Dylan ya tenía que volver a casa. Sentí alivio cuando me dijo que ya tenía que irse y es que cuando menciono lo de la casa sola, me dio una sensación de nervios.
Dylan se despidió de mí, desordeno mi flequillo y salió por la puerta no sin antes decirme que si necesitaba algo lo podía llamar. Regresé a casa hecha un tomate.
Tenía la sospecha de que se preocupaba por mí, quizá le daba pena. Le daba pena, era un hecho.
🍂🍂🍂
Colgué mi mochila en mis hombros, cerré mi casillero y me dirigí a paso apresurado al auditorio. Empezarían las audiciones y debía de estar para apoyar a Dylan, aunque sabía que no me iba a necesitar, lo hacía perfecto y estaba segurísima que el papel sería para él. Le quedaba como anillo al dedo.
—Te estaba buscando, Jess —Al oír la voz de Oliver, me detuve. El de ojos oscuros se puso al frente de mí, impidiéndome el paso—, ¿Almorzamos juntos?
Me ha invitado a almorzar todos los días desde hace ya una semana. Ellie dice que le interesó y yo no quiero ilusionarlo. Sé que dije que debía de darme una oportunidad, pero… encontrar amor en esta etapa de mi vida traería muchos problemas.
Mejor lo encuentro en la universidad.
Además que… me sentía confundida.
Oliver me parece interesante, amable, lindo, un novio perfecto de libros románticos, acepte la propuesta de Dylan por eso, quería conocerlo y darme esa oportunidad. Y lo hice, no me arrepiento y me gusta lo que es…
Es solo que…
Quizá el tiempo lo diga.
—Jess...
—Eh… lo siento, pero hoy no puedo, tal vez mañana...
—Genial, tengo algo que te encanta… Espera… ¿Dijiste que no puedes?
Su sonrisa encantadora cambió a una de incomodidad. Quizá estaba tan acostumbrado a nunca recibir un no, que cuando yo me negué, lo dejó sin sus neuronas funcionando.
—Si, lo siento... Es solo que he quedado con Dylan…
—¿Dylan?
—Sí, hoy es su audición para la obra y le prometí que estaría.
—¿Son amigos? —Asentí —¿Dylan estará en la obra de teatro? —Asentí, pude notar un poco de sorpresa en su rostro —¿Te importaría si te acompaño?
Le di mi respuesta, Oliver me acompañó. No me pude negar. Llegamos al auditorio y tomamos asiento en una de las butacas libres. Había algunas personas a lo largo del lugar, busqué a Dylan con la mirada, no lo encontré, intuía que estaba detrás de bambalinas.
Hice una mueca y traté de no reírme al ver a uno de los candidatos para Laurie, era pésimo. Dyl era mil veces mejor, ya quería verlo.
Llamaron a Dylan a la vez que Ellie llegaba apresurada, se sentó a lado y preguntó:
—¿Llegó tarde?
—Justo a tiempo —respondí al ver al rizado en el escenario.
Buscaba algo con la mirada, sus ojos dieron con los míos y le sonreí en forma de saludo.
—¡Tú puedes, Its! —gritó Ellie llamando la atención de las pocas personas que se encontraban en el lugar.
Las mejillas de Dylan se ruborizaron un poco, lo supo manejar. Las encargadas de la obra le pidieron que se presentará y dijera a quién interpretaría.
—Hola, me llamo Dylan Chapdeleine e interpretó a Laurie Laurence. —Noté lo nervioso que estaba con solo escuchar su voz.
Los ojos de Dylan seguían fijos en los míos. Le sonreí dulcemente alzando mis pulgares y dibujé en mis labios un "tú puedes" ningún sonido salió de mi boca.
Empezó a actuar, como lo habíamos practicado todos los días de la semana y si en esos ensayos los hizo bien, en el escenario los hizo espectacular. Al terminar aplaudí como si fuera su fan número uno. Me ha gustado siempre apoyar a mis amigos y amaba ver más su sonrisa de felicidad.
El pelinegro hizo reverencia y se despidió. Lo seguí con la mirada hasta que desapareció de mi vista.
—Admito que lo hizo bien —murmuró Ellie—, y yo que venía a reírme.
Le di una mala mirada a Ellie, ella se encogió de hombros dándome una mirada de inocencia. Por otro lado Oliver, seguía a mi lado.
—Lo hizo demasiado genial, creo que le darán el papel.
—No es un creo, se lo darán —dije segura. Me puse de pie—, iré a verlo.
Fui detrás de bambalinas, Oliver y Ellie me siguieron. Al toparme con la silueta de Dyl, aceleré mi paso.
—Lo hiciste 10 de 10 —dije ¿Debía de darle un abrazo?
Oliver le dio ese típico saludo de hombres que se daban entre amigos. Ellie intentó darle un cumplido, pero dijo algo que nos hizo reír. En pocas palabras llevó tomates por si lo hacía mal, pero vaya la sorpresa que se llevó la morena al ver el talento de Dylan Chat-de-blein-bleis.
Al terminarlas clases, los cuatro fuimos por helado para celebrar que Dylan consiguió el papel. Debieron ver la sonrisa que se le montó cuando se lo dijeron. Estaba muy feliz por ello.
Oliver iba a mi lado, conversando sobre su entrenamiento y el partido que se acercaba. Dylan y Ellie iban detrás de nosotros, conversaban de algo que no lograba entender, pero era lo suficiente bueno porque escuchaba las risas de los dos pelinegros. Agudice mi oído para escuchar de qué era lo que tanto hablaban, no logré escuchar ni una sílaba. Oliver seguía haciéndome conversar, por lo que no quise ser mal educada y le seguí la conversación.
Por mi mente solo quería saber que era de lo que tanto hablaban Ellie y Dylan.
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Xoxo. Holiiii nuevo capítulo.
Cuéntenme que les pareció
¿Les va gustando la historia?
¿Qué opinan de Gwen? ¿De Dylan? ¿De los otros personajes?
¿Qué creen que pasará? Teorías?
Espero le haya gustado. Recomienden la historia para que crezca y nos leemos pronto💕
Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12
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© a n c o v i 1 2
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