CAPÍTULO DIECIOCHO 🍂
Insoportable 🍃

El año escolar aún no terminaba, de mi parte yo no tenía ningún riesgo de correr, tenía un excelente promedio y un excelente cerebro.

Por otro lado, no todos tenían mi suerte. Varios compañeros habían venido a mi ayuda por una oportunidad para aprobar exámenes finales. No tenía nada que hacer y lo divertido de mi día fue organizar una agenda para enseñar y ayudar con lo que podía, claro que había una persona a la cual me aterraba enseñarle.

Era Oliver y su encanto.

Antes de entrar a la biblioteca, respiré profundo y entré. No debía de estar nerviosa, las cosas quedaron bien entre los dos ¿verdad?

Lo vi en la mesa de siempre, jugaba con sus bolígrafos y miraba con cara de susto el libro de matemáticas. Tenía un gran reto delante de mí.

—Hola —Alzó su mirada al verme y murmuró el mismo “Hola” que le di.

Tomé asiento a su lado e hice tiempo organizando los libros y bolígrafos, Oliver seguía tratando de entender los problemas por sí solo, estaba segura de que si estas tutorías no fueran obligatorias para su futuro, no las hubiese tomado. O al menos ya no conmigo.

—Empezamos.

Se dio por vencido.

—Dale.

Empecé con la explicación, pero a medida que avanzábamos me di cuenta de que Oliver me estaba mirando como si le hablara en chino. Volví a respirar profundo y volví a explicarle, tomando en cuenta lo que antes hacía para que me entendiera. Explicárselo con deportes.

Íbamos en la misma sintonía y agradecí que él entendía todo lo que decía, se le dificultó un poco al momento de resolver los ejercicios por sí solo, pero poco a poco lo hizo y al estar 100% de que había logrado enseñarle y que él entendiera, di por terminada la sesión.

—Estás listo para el examen, confía en ti —dije, animándolo con unas palmaditas en el hombro.

—Eres la mejor —Me tomó por sorpresa el beso que dejó en mi mejilla. Noté la sonrisa y el brillo en su mirada—. Gracias por ayudarme. 

Me tendió un chocolate sin siquiera haberme dado cuenta de donde lo saco. Sonreí agradecida y sorprendida por el lindo gesto.

La sonrisa se me desapareció y volví a sufrir una taquicardia al ver a Dylan buscando unos libros en una de las estanterías.

—Bueno, creo que ya debo de irme —Volvió a despedirse con un beso en la mejilla, se puso de pie y colgándose la mochila se marchó.

La taquicardia seguía y se intensificaban más, no era por Oliver, es más esperé a verlo salir por la puerta para ponerme de pie e ir hacia donde Dylan seguía escondido entre los libros.

Me asomé por encima de su hombro, estaba ojeando un libro.

—¿Qué haces?

No lo sorprendí, ni siquiera cerró el libro y volteó a mirarme, solo hablo, sin dejar de ojear libros en la estantería.

—Buscando los libros que me pediste, para el proyecto.

—Ah vale —Siguió sin voltearse, volví a asomarme, seguía con el mismo libro ¿Lo estaba leyendo? —. Podemos ir a mi casa y estudiar…

Cerró el libro y amenazó a mi corazón que estaba sufriendo una taquicardia, giró hacia mí. Su altura me intimidó al igual que sus verdes ojos que se veían más oscuros.

—Prefiero quedarme en la biblioteca.

Tragué saliva por la cercanía y apenas pude articular un "Vale". Dylan retrocedió un paso y miró hacia las mesas de estudio, luego regresó a mirarme de una manera distinta.

No era el mismo chico de ayer que me dijo “averígualo” al decir algo en francés, el cual aún no había descubierto lo que significaba porque mi cerebro no cooperaba.

—Me alegra que no pasara nada entre nosotros —dijo de repente, su voz más suave, casi un susurro—. Porque así puedo mantener mi amistad con Oliver.

Sentí un nudo en el estómago, pero me obligué a mantener la calma.

—Por favor, no le digas lo que te dije —continuó—. No quiero que esto afecte nuestra amistad ni la que tienes con Oliver. No te preocupes por ello, Gwen. Yo te entiendo.

Había una mezcla de tristeza y aceptación en su mirada, y me dolió lo que me decía. La boca se me seco y supe que era el momento de decirle que Oliver y yo no teníamos nada, pero él se fue no sin antes darme una ligera palmada en los hombros.

Mantuve la calma y lo seguí, tomó asiento en una de las sillas y sin prestarme atención, preguntó:

—¿Por dónde empezamos?

—Por ehm… por…

Sabía tanto, me sabía de memoria todo el temario, pero era como si mi cerebro había borrado toda palabra coherente.

—Por esto —Le quité uno de sus libros y le di una rápida ojeada, seguía perdida, pero me pude orientar.

Me tomé un tiempo para repasar el tema, mientras tanto Dylan jugaba en su teléfono. Al estar lista, llame su atención llamándolo tres veces por su nombre.

Inicié mi explicación, tratando de mantener la calma y la concentración. Le explicaba sobre los temas ya vistos, primero un pequeño resumen y luego ir con más profundidad. Continué hablando y me di cuenta de que Dylan no me prestaba atención. Parecía más interesado en cualquier otra cosa que en su presentación.

Lo dejé pasar y volví a llamarlo, sus ojos verdes se posaron en mí. Seguí con mi explicación y le pregunté si quería regresar a lo mismo, me dijo que continuará y es lo que hice, pero los minutos pasaban y él seguía interesado en el foco.

—¿Podrías prestar atención? —dije finalmente, mi paciencia se había agotado y no me importaba si era el chico que me gustaba. Por más que trataba de involucrarnos y encontrar una manera en la que entendiera, él seguía en su jueguito de prestar atención a todo, menos a mí.

Dylan me miró con una sonrisa despreocupada.

—Mejor haz tú toda la presentación —respondió—. Yo estaré aquí, aportando mi encanto y belleza. No te preocupes.

No le interesaba, sus palabras me lo hicieron saber. Cerré el libro con fuerza, haciendo que sonara lo suficiente fuerte para romper el silencio en la biblioteca.

La sangre me hervía y no contuve mi furia.

—¡Eres insoportable! —dije con la sangre hirviendo y mis palabras cargadas de frustración antes de ponerme de pie y dirigirme a la salida.

¿Qué se creía?

Lo último que me faltaba era caer en sus jueguitos de niño egocéntrico.

Le estaba haciendo un favor, no él a mí.

Sentía una mezcla de ira y decepción, el Dylan que conocí no era así, o bueno no tan engreído hasta tal punto de hacerme salir furiosa de la biblioteca, era engreído de una manera que me causaba risa, pero esta vez no fue así.

Necesitaba un momento para calmarme y pensar en lo que estaba haciendo.

Debería estar preocupándome por la universidad y no por un niño que no le importa nada.

—Gwen —Escuché su voz detrás de mí, aumente de velocidad.

—Déjame en paz.

—Gwen —Me agarró del brazo y se puso entre mi camino.

—No me importa si no te graduás, me da igual. Así que haz o no el trabajo, pero avísame con tiempo para informarle al señor Rodríguez.

Ni siquiera lo miré, lo dije sin siquiera mirarlo y al terminar busqué rodearlo para irme.

—Yo no soy el insoportable.

Reí amargamente al escucharlo, intenté rodearlo, pero él me sujetó de la muñeca.

—Tú eres la que me reclamas porque me beso con otra y luego me ignoras, te acercas a mí con esa sonrisa de ángel diciendo que me vas a ayudar y luego me pides ir a la biblioteca para verte besándote con el que se supone es mi mejor amigo. Así que dime ¿Quién es el insoportable?

Dylan me miraba con furia desbordante, acusándome de cosas que eran ciertas, pero que no eran así como él las decía.

Su voz se escuchó con amargura y entre coches que se encontraban en el estacionamiento, me sentí expuesta.

Trato de contener mis emociones, pero las palabras ardieron dentro de mí, listas para defenderme.

—¿Quién es el insoportable? —Volvió a preguntar con ironía, como si ya supiera la respuesta y estuviera al frente de él.

—Solo quería ser amable, tú fuiste el que me besaste cuando estaba recibiendo la segunda peor noticia de mi vida.

—Quería ayudarte.

—¡Pues besarme no iba a hacer que Harvard me aceptará! —grité con una mezcla de enojo y dolor—. Y luego todo lo demás, dices que estás enamorado de mí y cuando voy a decirte lo que siento te encuentro besándote con tu compañera, por tu culpa fui a esa fiesta y pase la mayor vergüenza de mi vida. Y luego haces como si todo te valiera mierda y yo intento ayudarte, pero no cooperas y eres tu el insoportable porque no me das tiempo de planear nada y eso… eso…

—¿Y eso que?

—¡Me aterra! ¡Me aterra haberme enamorado de ti, me aterra no tener nada planeado, me aterra no saber lo que está pasando en mi vida! ¡Así que tú eres el insoportable!

Él me mira con incredulidad, pero no podía quedarme callada. Lo siguiente que dije, ya no lo grité.

—Lo de la biblioteca fue un malentendido, había quedado con Oliver en darle tutorías y…

Las palabras apenas salieron de mi boca cuando Dylan me interrumpió con un beso repentino. Me quedé congelada, sorprendida por sus labios sobre los míos.

Mi mente explotó.

¿Cómo podía besarme así después de todo lo que había dicho?

—Deja de pensar, solo deja llevarte, Gwendolyn —susurró entre mi boca.

Me relajé y me dejé llevar por sus labios. Todo el conflicto y confusión se desvanecieron ante el beso. Era como si nuestras bocas hablaran un lenguaje que nuestras palabras no podían articular.

Cuando finalmente nos separamos, el aire entre nosotros está cargado de electricidad. Dylan me miró con una mezcla de remordimiento y deseo, y yo me encontraba sin aliento con la mente dando vueltas mientras intentaba procesar lo que acababa de suceder.

—Llegaste 30 minutos antes —dije.

—Quería estudiar para sorprenderte —confesó, robándome otro suave beso.

Y más besos más.

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Xoxo

AAAAAAAA al fin

Un poco de gritos y luego 🥳

¿Qué pensaban que iba a pasar?

¿Qué creen que va a pasar?

Leo sus teorías.

De nuevo ¿Qué canción iría con esta escena?

Muchas gracias por leer

Para desbloquear el capítulo de la siguiente semana 🍂230 votos🍂

Lxs amoooo

Byeeeee