Día soleado
Era una calurosa tarde de verano y Asuna una chica con cabello color mandarina que estaba en el último año de secundaria, observaba a un compañero suyo, que estaba unos cuantos metros más adelante que ella — Kazuto — susurra su nombre y de manera inmediata la invaden los recuerdos más preciados para ella, momentos que vivió un año atrás.
— No lo haré — se disculpa Kazuto — si ella no quiere, no pasa nada — se rasca la nuca incómodo.
— Asuna, siempre es así — se queja Alice — no importa, solo serán 8 minutos — se levanta — vamos ponte de pie — le pide a Asuna dándole una mala cara — ya verán que harán...
Asuna lo continúa observando fijamente sin la menor discreción, ocasionado que este voltee a mirarla — Rayos — su cara toma un color rosa y camina en dirección opuesta a la de él — Ya sé iré por unas al club y me voy — relaja sus hombros — cuando haya terminado, no habrá posibilidades de que me topé con Kazuto en el tren — camina con rapidez.
— Tranquila Asuna — le habla bajito Kazuto estando a centímetros de su rostro — no pensé que fuera la distancia tan pequeña — sus mejillas toman un color más colorado.
— Ni que lo digas — sonríe desviando la mirada — ya no sé porque me uní a este tonto juego.
Abre la puerta de su club de gastronomía y como esperaba, ya no había ningún miembro, pero muchos de los materiales no estaban en sus lugares — nunca pensé agradecer el desorden — sonríe cuando se dispone a guardar todo de manera tranquila. No le tomó mucho tiempo terminar con aquella labor, sin embargo era lo que necesitaba para irse tranquila, observa la hora en su teléfono — wow aún es temprano — cierra la puerta — ya sé — marca un numero — señor Agil, buenas tardes, hoy puedo ir a su balneario, por favor, yo limpiaré lo que ensucie — este le contesta de manera afirmativa — muchas gracias, guardaré la llave en su lugar — muy feliz sale de su instituto y camina por las calientes calles de Tokio que solo provocan que aumenten sus ganas por entrar a las frías aguas de la alberca — ya estoy cerca — seca el sudor de su frente — cada día es más fuerte el calor en Tokio — dice muy acalorada. Al llegar al balneario observa que la entrada principal estaba entre abierta — Agil, olvidaste cerrar bien — saca la llave escondida debajo de una piedra e ingresa cerrando la puerta — me debes una — ríe guardando la llave en su mochila. Cuando de repente de escucha un gran chapuzón, Asuna giró su cuerpo buscando el origen de tal ruido, cuando vio una piscina enorme más adelante — ¿Será un animal? — Camina lentamente intentando no hacer ruido — ¿Tú? — murmura sorprendida, quedándose con la boca entre abierta al ver a aquel chico de cabellos color azabache y de ojos negro tan oscuros como la noche, nadando en la piscina, él estaba todo empapado — Kazuto Kirigaya — pensó la chica sonrojada al notar varias gotas de agua deslizarse por sus viriles cabellos.
— Nunca tuve la oportunidad de presentarme debidamente — coloca ambos brazos a los lados de ella — lo siento — se disculpa al ver que Asuna se incomodó — es la única manera de mantener la distancia — traga en seco — como decía, mi nombre es Kazuto Kirigaya, mucho gusto.
— Descuida — traga saliva muy nerviosa— mi nombre es Asuna Yuuki, mucho gusto.
— Kirigaya — le grita acercándose — ¿Qué haces aquí? — él al percatarse de su presencia la volteó a ver, Asuna se aproxima al borde de la piscina y se inclina al frente a él — ¿Sabes que este lugar está cerrado? — le pregunta, pero Kazuto no le prestaba atención, solo contemplaba el hermoso rostro de la ojos color miel. Él mientras más la observaba sentía como latía su corazón muy fuerte; sus labios, sus mejillas sonrosadas, la pequeña nariz, sus ojos eran perfectos. El azabache salió cuidadosamente del agua escurriendo mucho agua, volteo a hacía la chica y sonrió burlonamente.
—Tú también pareces tener calor — se acomoda el cabello — ¿Qué tal si nos mojamos juntos? — dijo juguetón sonando un poco seductor, Asuna arqueó una ceja un poco sonrojada.
— ¿Y qué te hace pensar que yo me bañare contigo? — se alejó un poco dejando su mochila bajo la sombra de una sombrilla — responde a mi pregunta — camina nuevamente hacia la orilla de la piscina — Kirigaya... — decía Asuna, cuando este la agarró por el antebrazo — ¿Qué te pasa? — lo observa sorprendida cuando este le roba un beso — ¿Qué? — murmuró sorprendida, cuando este la volvió a besar, pero esta vez con mayor profundidad, la ojos color miel muy asombrada se dejó llevar por aquella linda sensación, no entendía a que se debía esa repentina acción, pero su cuerpo respondía, se separaron por unos segundo para observarse a los ojos. Kazuto la guió hacia un lugar donde había una sombra dada por un árbol, la acostó en el frío y húmedo piso, mientras empezaba a besarla con mayor necesidad, Asuna apenas podía asimilar lo que estaba sucediendo, cuando sintió que sus besos estaban descendiendo desde cuello — uf — soltó un suspiro profundo.
Kazuto comenzó a acariciarla por debajo de su camisa, ocasionando que la chica de largos cabellos se sonrojara y le diera un escalofrío en la espalda al sentir la mano resbaladiza del joven rozando la piel de su cintura, lentamente Kazuto fue subiendo sus manos hasta llegar a su busto, donde sin pena desabotono y quitó la camisa de la joven, y la tiro. Kazuto al darse cuenta de que si no paraban ahora, iba a terminar lastimándola, otra vez, decidió detenerse y preguntarle.
— ¿Quieres continuar con esto? — susurró el chico mirando el lindo brasier que ella traía.
— Si — contestó muy sonrojada — aunque estoy ner-ner-nerviosa — tartamudeó bajando la mirada.
— Tranquila — se acercó a ella — yo te voy a cuidar — le susurró al oído, causando que ella suspirara profundamente. Kazuto la miró de arriba abajo, él no sabía que tan bonita se había vuelto, comenzó a besarla desde la cintura hacia arriba, mientras que Asuna acariciaba su empapado cabello. Después de esto, él había descendido sus manos hasta llegar a sus largas piernas. Volvió a besarla en los labios. Y se levantaron quedando sentados, aun besándose, hasta que Asuna se propuso retirar aquel short de baño que él llevaba puesto. Se miraron a los ojos, mientras el desabrochaba aquella prenda que cubría su torso de la camisa, con cada beso que se daban sus cuerpos estaban más juntos, ella no pudo evitar acariciar el pecho de su compañero.
— Has cambiado desde la última vez que nos vimos — le dice mirándolo muy avergonzada
— Han pasado 8 años — le sonríe mientras la observa — y aun sigues igual de hermosa — al percatarse lo que dijo inclinó su cabeza hacia atrás con fuerza, golpeándola — auch — se soba la zona del golpe y Asuna ríe — me gustaba jugar contigo, aunque desde que te fuiste, me arrepentí de nunca haber preguntado tu nombre.
Nuevamente Kazuto la recostó y comenzó a besar aquellos dos valles que sobresalían de su torso, eran muy suaves y hermosos, estaba fascinado de los grandes dotes que ella escondía debajo de esa delgada camisa de instituto. Pero ella también disfrutaba de esas acciones, y soltaba entre suspiros de placer un par de gemidos que nacían de su interior, apretaba sus puños, tratando de controlarse, nadie le había hecho sentir tal maravillosas cosas como esas caricias. Sentía cosas que nunca había imaginado poder sentir, cuando Kazuto había empezado a jugar con sus pequeños montículos erectos.
— ah-h Kirigaya — gimió suave y dulcemente. Kazuto sonrió de lado y se acercó al oído de la agitada, ojos color miel.
— Llámame Kazuto — pidió entre susurró seductoramente mordiéndole el cuello provocando un gemido un poco fuerte, dejando una marca rojiza sobre su blanquecina piel. Los segundos se hacían eternos, las caricias ya no brindaban la sensación esperada, ambos querían más, buscaban que sus deseos carnales fueran saciados con la mayor rapidez, Kazuto se acercó a ella en busca de permiso, para poder avanzar, pero con solo una mirada ya conocía la respuesta.
Asuna terminó por retirar el traje de baño que él traía puesto, las manos de Kazuto se deslizaron hasta llegar a las piernas de ella, se propuso retirarle la falda que llevaba y así lo hizo, este aún seguía encima de ella y sus manos comenzaron a deslizarse desde aquellos valles, pasando por su liso abdomen hasta llegar a tocar su ropa interior. Masajeaba aquella zona por encima de la prenda — Kirigaya — susurró sorprendida cuando introdujo uno de sus dedos en intimidad. Kazuto podía sentir como él estaba de alguna forma dentro de ella, con cuidado retiró su ropa interior y siguió haciendo su labor, disfrutando de manera interna con cada reacción que ella le brindaba al sentirlo.
— Kirigaya — susurraba jadeante — quie-quiero hacerlo — lo mira apenada — aunque es mi primera vez — se mordió su labio inferior — ten cuidado — le susurra al oído aun agitada.
— Lo intentaré — le respondió nervioso — aunque sabes Asuna, es mi primera vez también — comentó mientras ella lo ayudaba a quitarse la última prenda que traía él.
Lentamente Asuna separó sus piernas, muy abochornada cerró suavemente sus ojos, él se acomodó entre medio de ellas, aquella parte erecta de su anatomía fue empapada por los jugos que previamente habían brotado de la intimidad de ella, para lograr ingresar en ella sin mucho problema lo hacía con lentitud. Asuna segundos más tarde sintió como el miembro viril de Kazuto se abría paso en su interior, le dolía, no iba a mentir y comenzó a temblar de los nervios.
— ¿Quieres que me detenga? — le pregunta Kazuto deteniéndose preocupado.
— No — negó fervientemente — solo estoy muy nerviosa.
El chico la embistió un poco más profundo y Asuna ahogo en un grito de dolor mordiendo su pulgar, entonces en ese momento se percató de la acción que estaban realizando y de las consecuencias que significaba, ahora ya no era una más "niña" sino una mujer, literal, una mujer con todas las letras, un par de lágrimas se escaparon de sus ojos, lágrimas revueltas de un sin fin de sentimientos confusos, al verlas Kazuto las secó dulcemente con sus dedo para tranquilizarla, ella aun temblaba levemente, mientras que él se movía también temblaba, estaba un poco inseguro — ¿quizás no está bien lo que acabo de hacer? — La mira preocupado — ¿y si le he hecho daño? — eran algunas de las preguntas que rondaban por su cabeza.
Hasta que sintió como Asuna poco a poco se sincronizaba con sus movimientos, logrando de esta manera tranquilizarlo, Kazuto tomó la mano derecha de ella, entrelazó sus dedos y empezó a penetrarla con mayor fuerza, el dolor en ella no ya era tanto que ya incluso empezaba a sentir placer nuevamente, de notándose por sus pequeños jadeos y gemidos que emitía, el chico la miraba feliz y la beso apasionadamente mordiendo levemente su labio inferior adentrando su lengua con maestría en la boca de ella.
— Se siente tan bien estar dentro de ti — murmuró — Asuna me encantas — al tiempo que penetraba más y más fuerte.
— Kirigaya ¡Ahhh! — gimió en forma desesperada al sentir como le daba grandes estocadas en su interior, abrazó con fuerza el torso del azabache, empezando a clavarle levemente sus uñas en su espalda, la velocidad iba en aumento, ella ya estaba en su límite — Kazuto — jadeo sin darse cuenta de que era la primera vez que lo había llamado por su nombre.
El azabache no pasó desapercibido, este hecho y en consecuencia penetro más rápido y fuerte, aparte de que también le volvió a hablar — di mi nombre otra vez — le pidió mientras la penetraba con fervor.
— ¡Kazuto! —grito al sentir como él descargaba todo su caliente líquido sobre abdomen — que bien — susurró jadeante, ambos habían llegado al clímax.
— Disculpame — se arrodilló — mejor afuera, que adentro — rió buscando una regadera en la cual enjuagarse — ven — le extendió la mano — vamos a limpiarte.
Un mundo de colores se abría camino ante los ojos de ambos, era tan simple como ver el cielo, los dos solos vivieron ese bello acto de amor, donde el único testigo fueron los gritos de placer, dolor y gozo acompañado de la hermosa puesta de sol, las gotas de aguas que escurrieron de su cuerpo quedaron como buenos confidentes de que guardaría en secreto ese hermoso momento de entrega cuerpo y alma.
— Asuna, me — decía Kazuto cuando su teléfono comienza a sonar — disculpame, debo contestar — corre para coger su teléfono y contestar — hola, si, ¿En serio? — busca su mochila — llego en diez minutos, ¿Pueden esperar? bueno, nos vemos — cuelga la llamada y se comienza a vestir con rapidez — lo siento Asuna — se disculpa — debo irme rápido al laboratorio, sucedió una emergencia.
— Claro — contestó cubriendo su cuerpo son su camisa — no pasa nada — sonrió de manera forzada — puedes abrir la puerta desde adentro sin la llave. Kazuto levantó la mano agradecido y salió corriendo, dejando atrás a una triste Asuna.
Al día siguiente, en la tarde Asuna estaba apoyada en un muro de ladrillos, tenía la mirada perdida pensando en la que paso ayer con Kazuto — ¿Fue real? — Se preguntaba la joven — sí que lo fue — se sonroja al recordar las caricias, sacude su cabeza rápidamente — será mejor olvidarme de ello, otra vez.
— Perdón — se disculpó asustado alejándose — lo siento — cuando escuchó que sus compañeros se acercaban — no diré nada del beso.
— Se les acabó el tiempo — dice Sinon abriendo la puerta del casillero donde se guardaban los artefactos de limpieza — ¿Qué hicieron? — les pregunta curiosa — miren están rojos.
— No pasó nada — dice Kazuto serio — acomodándose su ropa sin mirar a su compañera.
— ¡No! — sacude su cabeza — no debo pensar en él, a lo mejor él hizo todo eso por... — hizo una pausa cuando sintió sus ojos llorosos — respira, respira — se repite a ella misma, pero los malos pensamientos terminaron por romper su escasa confianza — solo por diversión...— murmuró llena de tristeza abrazándose a sí misma, sus piernas temblaban, lágrimas caían por sus mejillas — ya no puedo más — cayó al suelo sentada — esta vez no podré fingir que no pasó nada — solloza cuando escucha varios pasos que venían hacia ella.
— ¿Por qué lloras? — Asuna cubre su rostro entre sus manos y se limpia las lágrimas de su rostro para levantar la mirada y se sorprendió al verlo otra vez — Kazuto — con enojo se levanta y le agarra por el cuello de su camisa, empujando hacia un árbol. — ¿Qué haces aquí? ¿Acaso vienes a burlarte de mí? — Kazuto arqueó una ceja, le agarró las dos manos y en un ágil movimiento, volteó a Asuna apegándola al árbol, ella se asustó y volteó a mirar al azabache, quien la miraba seriamente.
— ¿No entiendes? — Le pregunta — ¿Acaso piensas que lo de ayer fue sólo diversión? — le recrimina molesto — No entiendes que tú me gustas desde antes de lo ocurrido en el armario — Asuna se quedó atónita ante tal declaración.
— Pero tú, en ese entonces negaste que nos besamos — lo mira confundida — ¿Por qué?
— Acaso ya lo olvidaste — le pregunta — pensé que fue momento fue especial para los dos.
—Qué pena, a Kazuto le tocó Asuna — murmuraban en el salón — le tocó con la japonesa falsa.
—No jugaré — dijo Asuna seria — me retiro.
—No seas cobarde — le dijo Sinon — serán 10 minutos.
— No lo haré — se disculpa Kazuto — si ella no quiere, no pasa nada — se rasca la nuca incómodo.
— Asuna, siempre es así — se queja Alice — no importa, solo serán 10 minutos — se levanta — vamos ponte de pie extranjera — le pide a Asuna dándole una mala cara — ya verán que harán ahí dentro — sus compañeros los metieron en el armario de limpieza — nosotros les abriremos cuando acabe el tiempo.
— Tranquila — le habla bajito Kazuto estando a centímetros de su rostro — no pensé que fuera la distancia tan pequeña aquí adentro — sus mejillas toman un color más colorado.
— Ni que lo digas — sonríe desviando la mirada — ya no sé porque me uní a este tonto juego — su corazón comienza a acelerarse — bueno, fue por ti que me uní — levanta la mirada — pero otra vez, no mi cobardía me domina, no puedo ni mirarle a los ojos.
— Nunca tuve la oportunidad de presentarme debidamente — coloca ambos brazos a los lados de ella — lo siento — se disculpa al ver que Asuna se incomodó — es la única manera de mantener la distancia — traga en seco — como decía, mi nombre es Kazuto Kirigaya, mucho gusto.
— Descuida, lo entiendo — traga saliva muy nerviosa— mi nombre es Asuna Yuuki, mucho gusto.
— ¿Por qué volviste a Japón? — le pregunta intentando romper la incomodidad
— Negocios de mi padre — responde directa. Ninguno sabía que decir, los segundos pasaban lentamente y podían oír como sus compañeros seguían jugando — has... — murmuro para sí.
— ¿Hum? — la miró — ¿Dijiste algo?
— Has cambiado desde la última vez que nos vimos — le dice mirándolo muy avergonzada.
— Han pasado 8 años — le sonríe mientras la observa — y aun sigues igual de hermosa — al percatarse lo que dijo inclinó su cabeza hacia atrás con fuerza, golpeándola — auch — se soba la zona del golpe y Asuna ríe — me gustaba jugar contigo, aunque desde que te fuiste, me arrepentí de nunca haber preguntado tu nombre.
— Éramos solo unos niños — contesto — fueron buenos tiempos — Kazuto se acercó a ella — Kazuto — susurró cerrando sus ojos en la espera de lo que sería su primer beso, el azabache sorprendido por tal gesto sin perder un solo segundo, la tomo de sus hombros y se unieron en un dulce beso, ambos estaban muy nerviosos. De pronto el se alejó para observarla y Asuna estaba temblando.
— Perdón — se disculpó asustado — lo siento — cuando escuchó que sus compañeros se acercaban — no diré nada.
— Se les acabó el tiempo — dice Sinon abriendo la puerta del casillero donde se guardaban los artefactos de limpieza — ¿Qué hicieron? — les pregunta curiosa — miren están rojos.
— No pasó nada — dice Kazuto serio — acomodándose su ropa, sin mirar a su compañera.
— Asuna ¿Porque no dices nada? — Le pregunta Alice mirándola — habla.
— Él ya dijo todo — sale corriendo por el pasillo a toda velocidad muy apenada, se detiene en las escaleras y toca sus labios — ¿Por qué nos besamos? — se apoya contra la pared — rayos, salí huyendo.
— Entonces, fuiste tú quien me besó primero — dice entre sorprendida y avergonzada — ¿porque negaste que nos besamos? — preguntó bajando la mirada.
— Cerraste los ojos con tanta fuerza — se acerca — pensé que tu querías que te bese, pero cuando lo hice, no dejabas de temblar — se rasco la nuca — pensé que no hice mal y que malinterpretaba las cosas — suelta su agarre — no quería que me odiases, por eso me alejé.
— Perdón — sonríe apenada — ¿Cómo rayos no me percaté cuenta antes? — Asuna se lanzó hacia al joven y lo abrazó — lo siento, es que estaba demasiado nerviosa — Kazuto le corresponde el abrazo y le sonríe tiernamente — eh — le agarra de la barbilla y la eleva unos centímetros, plantandole un beso lleno de amor y dulzura — Kazuto — corta el beso — tú también me gustas — le respondió Asuna bajando la mirada muy sonrojada provocando que Kazuto también sonriera — sabes, lo ayer fue una completa locura — se alejó un poco para observarlo a la cara — eso no debió pasar así — se cubre la cara — que verguenza.
— El deseo pudo mas — lo mira apenado — ¿Ya compraste la tableta? — pregunta preocupado — tengo dinero por si no...
— Si, ayer la tomé — le responde — Kazuto, no debimos ser tan irresponsables.
— Lo sé, por eso la próxima vez tendré mas cuidado — le dice tranquilo y se rasca el brazo incomodo — si me lo permites, claro — la mira — haré que la próxima vez sea mejor.
Fin, este es uno de los fic mas "inmaduros" en cierto modo, que haya hecho, espero que lo disfruten en esta cuarentena. Si fue así, no olviden manifestarlo en los comentario o dejando un lindo voto.
Los quiere
Miss Lemons
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