A Mikey se le ocurrió hacer una fiesta ¿Para qué? No lo sé.
Casey llenó la nevera de cerveza como si todos bebieramos tanto como él; todo empezó de maravilla: Splinter dió su consentimiento y se marchó a su habitación con la única condición de que no fuéramos a molestarlo al dojo, y Miguel Ángel puso buena música.
De repente apareció Abril y todos bailaban felices, incluso Leonardo que siempre parece serio en las interacciones sociales.

Puedo admitir que Leo es muy atractivo, su forma de bailar también lo es, no sé que hace para lograr verse de esa forma, no sé si es a lo que llaman confianza en si mismo, solo sé que hasta a mí me gustaría verme tan bien como él.

De repente el loco de Casey sacó las cervezas y las repartió, acepte la primera, Miguel Ángel cayó dormido a la tercera, Donatello cantaba como loco a la quinta, y desde entonces dejé de aceptarlas, noté que Leonardo no tenía intención de parar.

Llegó hasta la lata número 15 y empezó a bailar con Abril, no me fijé cuánto tomó ella, pero pude escuchar que le pedía un beso a Leonardo. Ella no tuvo que rogarle para que Leo se la comiera a besos, se veían tan felices y divertidos.

Y yo aquí sentado en el suelo contando el tiempo que tardan en besarse y separarse para tomar aire.
El efecto del alcohol ya hizo lo suyo en mi desde hace rato, lo supe cuando casi le quitó el trabajo a alguna fuente gracias a mis entristecidos ojos al ver a Leonardo besarla sin muchas súplicas, de verdad quisiera que el suelo temblará y el techo le cayera solo a ella, me encantaría ir y gritarle que se aleje de Leonardo, pero eso podría mal interpretarlo él, así que no me queda de otra más que mirar hacia otro lado y evitar que mis tontos ojos parezcan desilusionados.

Ambos intentan seguir bailando pero la peliroja se cae de ebria y gatea hasta el sillón, Donatello se acerca a Leo y lo besa con una pasión evidente, no sé si es así o solo yo lo veo...
Leonardo lo avienta aun lado y continua bailando, mientras el científico loco se queda dormido en el suelo. Leo camina hasta donde está sentado Casey y baila frente a él como si quisiera conquistarlo o convencerlo, no tiene que hacer mucho para que los ojos de mi amigo se pierdan en sus piernas desnudas, e intenta tocarlas deseoso, pero Leo se lo impide y continua con lo suyo.

Incluso a mi lograría convencerme con esos movimientos, con esa forma en la que desliza sus manos delicadamente sobre su cuerpo, parece gritar ser tomado ahí mismo, pero no le permite al chico tocarlo demaciado.

Casey se levanta molesto, lo toma de la mano y se dirige al cuarto de Leonardo, Leo no parece molestarse, de echo su sonrisa es de satisfacción, supongo que por eso no dejaba que lo tocará: para que reventara de deseo y lo tomara en un lugar más privado.

Mis pies caminan sin mi permiso y mis manos aprietan tan fuerte las de mi amigo: que él suelta a Leo— Alejate de él, bastardo!! —le grito.

—Vete al diablo Raphael!! —camina de vuelta a la sala mostrandome el dedo de enmedio.

—Camina Leo —ordeno, y él no se hace del rogar.
Lo dejo sobre mi cama y cierro la puerta.
Me sobo la cabeza intentando no molestarme pensando en todo lo que hizo aya afuera, porque le voy a reclamar, le gritaría, y yo no tengo derecho de hacer eso, él es él y él sabrá lo que hace con su vida.

—Vamos a hacerlo?

Levanto la mirada, y Leo está quitándose las vendas de las manos con los dientes, y levanta las piernas dando a entender que quiere que haga lo mismo que los demás harían.

Suspiro... —No Leo, no vamos a hacerlo...

—Por favor Raph, di que si...

—No.

—Acaso no te gusto?? Porqué no te gusto? —pregunta con los ojos encharcados.

—Leo... —me siento a su lado, lo sujetó del hombro y lo apegó al mío —Yo te quiero mucho Leonardo... —beso su frente.

—Yo también te quiero mucho Raphael... —contesta a suspiros y sus ojos se cierran, su cuerpo se pone blando demostrándome que está dormido, y solo puedo acomodarlo sobre mi cama.
Me levanto, apagó la luz y me acuesto junto a él para taparnos con las cobijas y dormir.