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— razones por las que no debería entrar a mi primera clase. — jimin leyó en voz alta frente a sus amigas, recitando la lista de cosas que había realizado la noche anterior y que había prometido compartir con sus amigas en la entrada de la escuela.
yoongi observaba a la pelinegra con cierta diversión, ya imaginándose qué clase de cosas decía aquella lista.
tae la miraba atentamente, sonrojada en secreto. porque tenía sentimientos hacia su amiga que no se atrevía a compartir con ella ahora que esta les había anunciado su atracción por la señorita tatuada enseguida que esta se había marchado el día anterior.
le encantaba lo tierno que podía verse el uniforme escolar en alguien cómo jimin, una persona que podía hacer lucir todo bien.
también le causaba ternura lo impecable que estaba su falda, camisa y medias largas, pero lo sucios que llevaba sus zapatos por estar siempre metiéndose en líos y jugando por toda la escuela.
jin quería que entraran lo más rápido posible para ir en busca de su novie.
y suzy estaba copiando del cuaderno de jin las actividades para el hogar que no había logrado finalizar.
— primera y única razón. — suspiró dramáticamente jimin —. no puedo estudiar pensando en ella.
— eso no es una razón válida. — se burló yoongi.
jimin infló sus mejillas y dirigió una mirada de enojo hacia su amiga.
— mi cumpleaños número diecisiete se acerca. quiero invitar a la señorita tatuada. — se quejó la bajita —. no necesito que vayan conmigo, pero me ayudaría que me cubrieran con la profesora.
— y-yo puedo hacerlo si quieres. — se ofreció tae, tímidamente.
eso enseguida plantó una gran sonrisa en jimin.
(...)
la brisa fresca golpeaba en su rostro mientras avanzaba sobre el césped, dando saltitos, con su cabello recogido en dos tiernas trenzas que danzaban en el aire.
atravesaba el campo con la intención de unirse a las chicas que se encontraban jugando con la pelota justo cómo lo hacían el día anterior.
ya que habían iniciado el partido hace unos minutos, jimin simplemente se coló en el juego y empezó a imitar lo que hacían las chicas a su alrededor.
jimin divisó a la señorita tatuada desplazándose hacia la mitad del campo, así que aceleró su andar aunque no estuviera muy acostumbrada a correr y ya sintiera que le faltaba aire.
— ¿quién demonios es ella? — escuchó preguntar a una de las chicas a las que dejó atrás al correr con tanta desesperación, pero ni siquiera eso la detuvo.
y finalmente logró alcanzar a la señorita tatuada, riéndose por el orgullo que sentía de haberlo logrado.
— ¡me gustan tus tatuajes! — gritó sin dejar de correr a su par.
la señorita tatuada la miró de reojo, pareciendo perder la concentración y la cabeza, completamente, al reparar en la presencia de la chica con trenzas.
y así la señorita tatuada se fue de boca al suelo, cayendo fuertemente contra el césped.
el seco sonido de la cara de la señorita tatuada impactar contra el suelo alarmó a Jimin enseguida, quién detuvo todo movimiento y se quedó mirando a la chica en el suelo con sus ojos muy abiertos.
— ¿e-estás bien? — jimin preguntó con culpabilidad en la mirada y la cara roja.
— puta... mierda... — la señorita tatuada cerró sus ojos, avergonzada cuando todas sus amigas se acercaron a averiguar sobre lo ocurrido.
la imagen de los preciosos ojos de la chica con trenzas se repitió en su mente aún cuando mantuvo sus ojos cerrados.
día anterior.
— ¡oh, esa chica bajita y pelinegra! — bian habló, dándole un rayito de esperanza a jungkook finalmente —. mi hermana va en la misma clase que ella. se cambió a este instituto a mitad del año.
se dirigía con sus amigas hacia los vestidores de chicas, ya que habían dado por finalizado la práctica de ese día.
y, aunque le daba vergüenza, jungkook tuvo que mencionarle a sus amigas sobre la pelinegra que vio cuando se les perdió la pelota y fue a buscarla.
porque quería saber aunque sea una sola cosa de ella.
y es que había quedado hechizada por su ternura y dulzura desde el momento en que cruzaron miradas.
la chica era realmente preciosa.
su mirada y sus expresiones le recordaban a las cosas más tiernas del mundo.
— creo que me enamoré a primera vista. — mencionó en voz alta, frunciendo el ceño en total confusión a la manera en la que se sentía su corazón.
en ese mismo momento, aquella pelinegra bajita también le hablaba a sus amigas acerca de la señorita tatuada.
— es cómo un amor a primera vista. — suspiró jimin.
y ni siquiera las miradas en desacuerdo de sus amigas fueron suficiente para bajarla de su nube.
en la actualidad.
— en serio no era mi intención- yo- bueno... lo que pasa es que...
— está bien. — la señorita tatuada sonrió sólo un poco, pero su sonrisa no dejaba de ser preciosa por más pequeña que fuera —. no me pasó nada de todos modos.
entonces jimin sólo pudo sonreír, nerviosa.
porque la señorita tatuada estaba mirando directamente dentro de sus ojos y ella sólo podía perderse en su mirada, sintiendo la cara caliente.
si esto fuera mi propia película romántica, estaría sonando "veo en ti la luz" de la película enredados, de disney.
jimin había ayudado a la señorita tatuada a levantarse del suelo, y también la acompañó hacia las gradas sin dejar de repetir lo apenada que estaba.
así que, ahora estaban sentadas una al lado de la otra, observándose mutuamente.
— yo lo-
— ya no pidas disculpas. — rió sutilmente la señorita tatuada, enternecida —. simplemente, la próxima que quieras verme jugar, ven a mirarme desde aquí, sentada. no me molesta. y siempre podemos hablar cuando yo termine.
— ¿entonces puedo venir cuándo yo quiera? — jimin abrió sus ojos en gran manera, brillantes y emocionados.
— por supuesto. — jungkook sonrió cómo tonta, hipnotizada con la pelinegra.
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