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jimin acaba de llegar desde japón a corea del sur, teniendo que ingresar a una nueva escuela aunque ya estuvieran por la mitad del año escolar.

sus padres son coreanos, pero se mudaron a japón luego de contraer matrimonio. y por eso mismo la pequeña jimin había nacido en aquel país.

había visitado corea una gran cantidad de veces, siempre se reunía con sus tías y abuelos varios meses al año.

pero fue a sus dieciséis años que finalmente tuvo que enfrentar el que sus padres decidieran que se mudaran a corea, teniendo que olvidarse de sus amigas y los lugares que solía frecuentar en japón.

la costumbre y el apego podían más que sus propias fuerzas, pero jimin siempre había tenido el poder de hacer suyo cada lugar al que iba.

así que aunque extrañara su ciudad y a sus increíbles amigas, jimin supo formar un grupo de cinco amigas desde el primer día que pisó su nueva escuela. siempre se había visto a sí misma cómo una abeja reina, pero no de las que critican tu outfit y respiran por hacer caer los demás. sino que ella era una líder.

y también era la primera lesbiana de su escuela en no ocultar ni disimular sus gustos por los prejuicios de las personas de ese país.

y simplemente jimin...

- ¡no es justo! ¡no es justo! - repetía la pelinegra, alzando su voz con fuerza mientras recorría la cancha escolar de fútbol con sus amigas siguiéndole de cerca -¡los chicos no tienen código de vestimenta! ¿por qué nosotras necesitamos un código? no, no soy la culpable de tu distracción a la hora de aprender. ¡tú eres el culpable de no hacerme sentir segura en mi propia piel ni siquiera en mi propia escuela!

- ¡no me mires! ¡no me mires! - decían en coro sus amigas a las espaldas de la valiente pelinegra.

- ¡no al código de vestimenta! - jimin gritó lo más alto que pudo.

y finalmente detuvo sus pasos, cuando ya estuvo en el medio exacto de toda la cancha y habían varios ojos a sus alrededores pendientes de lo que haría ella junto a sus amigas.

simplemente jimin resaltaba entre los demás dentro de aquella institución.

una media sonrisa se formó en sus labios gorditos y rojizos, entonces acomodó en su cabeza el tierno gorrito rosa que llevaba puesto, cómo si eso le ayudara a terminar de prepararse para lo que estaba por decir prontamente.

tomó aire, lista para seguir con sus luchadoras palabras de aliento para las chicas de esa high school.

pero entonces una de sus amigas fue golpeada por una pelota, haciendo un sonido seco al chocar contra su cabeza. y todas se llevaron un susto tremendo.

- ¡jin! - tae chilló, agachándose junto a su amiga para acariciar sus mejillas y verificar que estuviera bien -. voy a asesinar a quién sea que haya hecho esto. - su mirada poseía completa preocupación.

- son esas chicas que están jugando fútbol aquí desde mucho antes de que lleguemos. - explicó hobi, mordiéndose las uñas al estar mirando fijamente hacia una sola dirección.

jimin supuso que las mencionadas estaban en busca de su tonta pelota, así que se las tiraría en toda la cara en cuanto las tuviera en frente.

o eso estaba planeando.

pero yoongi fue más rápida y se adelantó para tomarla primero.

- no tiene sentido enojarnos con ellas, lo hicieron sin querer y estaban aquí antes de que llegáramos a estorbarles. - yoongi se encogió de hombros, jugando con la pelota entre sus manos.

- no estamos estorbando, hacemos algo importante. - reclamó suzy a yoongi, rodando los ojos a la vez que se cruzaba de brazos -. vamos, jimin. dile.

jimin estaba lista para abrir su boca con total indignación, pero una profunda voz detrás de ella mató todo sonido en su garganta.

- ¿puedo llevarme la pelota? - preguntó aquella voz.

y a jimin le pareció una preciosa voz.

era una lesbiana muy lesbiana, tuvo que voltear para ver a la dueña de esa voz.

pero jamás espero que esta fuera incluso más hermosa que su voz.

porque sus ojos se iluminaron al caer sobre una pelinegra de ojos realmente oscuros, con malditos tatuajes desde sus manos, pasando por sus brazos y llegando a su cuello. llevaba una coleta alta algo desordenada, y estaba algo agitada y sudada. todas sus perforaciones la hacían lucir cómo las perforaciones no hacían lucir a nadie más, quitándole el aire a jimin en tan sólo unos segundos.

- oh. - jimin soltó aquel sonidito por lo bajo, con sus ojos muy abiertos y sus mejillas calentándose al caer en cuenta de que no había escondido ni un poco su reacción a la chica con el uniforme de educación física.

- claro, aquí está. - yoongi sonrió levemente, posicionándose junto a jimin para extender la pelota hacia la pelinegra.

la chica dio un paso hacia adelante y se acercó a su objetivo de manera decidida.

jimin notó lo muy alta que era aquella chica en comparación a sus 1.51, sonriendo tontamente al tener que alzar su cabeza para observar su perfil mientras esta tomaba la pelota de las manos de yoongi.

- muchas... - la chica comenzó a decir, pero luego calló toda palabra y jimin la vio arrugar su frente, girando su rostro en dirección a la chiquita hormiga de 16 años a su lado sin antes haber dado señales de que haría algo así -... muchas gracias.

jimin quería hacer un hueco infinito hasta el centro de la tierra y esconderse ahí para siempre, pues no le había dado tiempo de reaccionar y mirar hacia cualquier otra dirección.

resoplando, jimin bajó la mirada con enojo hacia su torpeza. muy rápido ya estaba haciendo una mueca de molestia y un puchero inconsciente.

mariposas estaban agitando sus alas dentro de su estómago en ese mismo momento, porque ella se había llenado de muchos sentimientos al mismo tiempo.

a veces hay gente tan linda que eso sucede, no tienes palabras.

y esa chica era parte de esas personas.

- ¡de nada! - gritó yoongi a la chica cuando ya se estaba alejando.

jimin se permitió levantar sus ojitos para verla marcharse, porque a pesar de estar muy avergonzada también quería verla una vez más.

sólo no esperó que la chica repentinamente volteara justo en el momento que posaba sus ojos en ella, tal cómo si hubiera girado a verla exclusivamente a ella.

porque sus ojos se encontraron atentamente en el silencio.

y el corazón de jimin empezaba a ponerse raro.

(...)

bonito y lésbico minific para mejorar la vida d todxs🍰💗💖💗💖💗🍰💗🍰💗💖💗🍰💗🍰💗🍰🥺

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