23.
Rubén se encontraba sentado sobre el pasto recién cortado, leyendo un libro de los tantos que tenía, con su espalda recargada en uno de los muros que daba a su casa, mientras que Miguel se relajaba acostado con su cabeza sobre las piernas del castaño.
De un momento a otro, Miguel tuvo ganas de hacerle mimos a Rubén como tanto le gustaba. Y hoy trataría de ser lo más cariñoso posible, ya que su plan era llegar a algo más y sabía que cuándo Rubén recibía demasiado cariño, como si fuera un bebé, accedería a lo que el pelinegro quería llegar. Además de que ya había pasado casi un mes de que lo había tocado como aquella noche.
Miguel levanto con mucho cuidado la playera negra, dejando el abdomen suave y blanquito de su novio a la vista. Se acerco a él y dejo pequeños besitos cercas de su ombligo repetidas veces. Rubén bajo el libro recargandolo en su pecho y soltó una risita al sentir cosquillas.
"Migue... para, me haces cosquillas" Dijo riendo, mientras se removía, intentando encoger sus piernas para que su novio se alejara.
"Déjame darte besitos aquí, mi amor... me gusta la forma en la que tu piel es y quiero besarla" Susurro Miguel en un tono suplicante para que el castaño dejara de removerse. En verdad le gustaba como la piel de su bebé era y la forma en la que esta se erizaba cuando hacia contacto con ella "Por favor..."
Rubén quito el libro de su pecho dejándolo a un lado, y se inclino hacia delante para dejar un tierno beso en los labios de Miguel junto con una sonrisa. Cuándo se separaron, el castaño acaricio la nariz de Miguel con la suya, para después colocar un besito en la punta de esta.
"Esta bien... pero solo un ratito" Acepto el menor, volviendo a su posición anterior. Pero para que negarlo, Rubén amaba la forma en la que Miguel cubría su cuerpo a base de besos lentos... y algunas que otras veces con chupetones incluidos.
Rubén suspiro y acarició el cabello de Miguel con su mano, hundiendo sus dedos en su cabellera mientras sentía recorrer la boca de su amado en toda la zona de su abdomen. Pequeños y largos besos eran dejados, incluyendo algunas ligeras mordidas que hacían gemir en un tono bajo a Rubén.
"Tan suave y precioso mi bebé" Murmuro el pelinegro sobre la cálida piel siguiendo con los besos y subiendo cada vez más, mientras la prenda era corrida hacia arriba con sus dientes. Rubén soltaba largos suspiros por sentirse amado de esa manera. Su corazón se había acelerado desde a que horas y con esas palabras cariñosas y esas caricias, sentía que explotaría en cualquier momento "siempre tan lindo..."
Hubo un momento donde el rostro de Miguel ya había llegado hasta arriba, justo en el pecho de Rubén. Acarició con sus labios, nariz y después levanto su mirada para encontrarse con los bellos ojitos que tanto le encantaban. Rubén sonreía bobamente, aún con su mano en los cabellos del contrario, acariciándolo.
"Y siempre con tus ojitos de ángel que me hipnotizan"
Con una sonrisa unieron sus labios lentamente y esa tarde, se convirtió en una más llena de amor y calidez en la cama que ambos compartían.
N/A: Créditos del dibujo tan cute a Bianca (todas sabemos quien es)
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