Capítulo • 15 •
Habían pasado cinco días desde que Atsushi encontró el libro. Lo leía cualquier rato libre que tuviera o cuando estaba solo, pues tenía el mayor cuidado para que ni su superior o algún compañero suyo encontrase el libro. La noche anterior había terminado de leerlo y... estaba muy confundido.
Los primeros capítulos del libro habían sido muy normales, como cualquier otra novela, contando la historia de un chico de universidad que tenía diversos problemas, pero aun así seguía adelante. Una parte que le gustó fue cuando una chica llegó a su vida, la forma en como ellos se llevaban le agradaba, pues se sentía fuertemente identificado por la forma en cómo se llevaba con Dazai; una amistad genuina.
Pero todo cambio cuando esa amistad evolucionó a algo más. La historia de dos chicos que se enamoraban. Por algo había sido prohibida en la nación, pero estaba muy confundido... ¿por qué el libro parecía describir al amor como un sentimiento realmente hermoso?
La forma en como aquel sentimiento aliviaba los pesares de los protagonistas y los impulsaba a seguir adelante, con sensaciones cálidas y suaves. Una historia que era realmente bella, a pesar de las adversidades en la historia, sin duda la historia lo había fascinado, pero era imposible que así fueran las cosas.
El amor era un sentimiento repugnante, dañino y peligroso, ¿por qué en dicha historia parecía ser todo lo contrario? Era imposible que el sentimiento que ellos castigaban pudiera producir cosas tan buenas en las personas, ¡el amor estaba mal! Por eso, ellos cuidaban que la nación evitara aquellos sentimientos para impedir que los dañara. Era imposible que ese sentimiento fuera el mismo que describía la historia.
El amor era como una enfermedad, nada bueno surgía de las enfermedades, por ello había que exterminarlo, para evitar su propagación en toda la ciudad. Así arrestaban a las personas que estaban contagiadas, para salvar a aquellos que aún podían salvarse, porque el amor no traía nada bueno, aunque... si era verdad eso... ¿por qué el libro lo trataba como un sentimiento tan precioso?
Fácilmente podría decir que el autor se confundió de sentimiento y era imposible que fuese el amor. Pero los síntomas de los protagonistas eran los mismo que ellos debían buscar en las personas para arrestarlas.
Su rostro palideció al pensar que posiblemente ellos... todo ese tiempo estuvieron castigando a gente que desarrollaba un sentimiento tan cálido. Que todo ese tiempo habían prohibido que las personas pudieran ser felices.
Sacudió su cabeza. Perder la calma en medio de su patrullaje no era lo ideal, pero realmente aquel libro le había dejado bastantes dudas, pues el primer día que llegó al sector Rojo hasta la fecha, Shibusawa le repetía lo terrible que era el amor. ¿A cuál de las dos posturas debía darle la razón?
Lo más razonable era creer en su superior, él seguía órdenes de Chuuya y todo era manejado por éste. Alguien que se preocupaba tanto por las personas y quería darles lo mejor, era imposible que una persona así los obligara a hacer algo tan terrible.
Pero es que, a esas alturas, ya no sabía lo que era una buena y mala persona. Si siguiera con los principios que le enseñaron, Dazai y el autor de este libro serían malas personas, ¿pero lo eran realmente? A su criterio propio, no lo eran, alguien que creo una historia tan linda no podía ser una mala persona, aun sí hablaba erróneamente del amor. A menos de que no fuera mentira...
¿En verdad estaba poniendo en duda lo que había aprendido solo por la lectura de un libro? Parece que sí.
Recordó lo que Dazai le había dicho en el bar "obligó a nadie amar por envidia, negando una necesidad tan básica en las personas" el momento en que escuchó aquellas palabras inmediatamente descartó la veracidad de éstas, pues algo tan malo no podía ser esencial para las personas... pero, si fuera como lo describía en el libro, tal vez... tal vez tenía razón.
Volvió a negarse a sí mismo, tratando de quitarse esa posibilidad de la mente. No, no era para nada así, el amor era una mala decisión de las personas, ellos podían evitarlo perfectamente, por lo que no era algo esencial en la vida. Porque las personas que arrestaban habían decidido cometer ese crimen de amar.
Más que aclarar las dudas que tenía, le había creado más. Otra vez había creado conflicto con lo que ya sabía, quería seguir creyendo en lo que Shibusawa le enseñó, pero luego de que lo engañase con lo que era la amistad, creer ciegamente en sus palabras le costaba un poco, pero confiar en lo que había aprendido por aquel libro, le creaba un amargo sentimiento que le provocaba nauseas.
¿Eran ellos buenos? ¿Eran malos? ¿Quién tenía la razón? No podía dar una respuesta fácil, pero ahora, se sentía bastante incómodo en el lugar en donde estaba, lo que hacía, ¿podría llegar a tener una respuesta clara y verdadera? Esperaba que sí, por ahora, volvería a confiar en lo que Shibusawa le enseñó, una confianza algo forzada por él mismo.
—¿Todos están preparados? —Kunikida preguntó a través de un transmisor de voz hacia sus otros compañeros que se hallaban en otros sectores.
Ese era el día en que atacarían la televisora, pero claramente tenían un plan. No atacarían directamente al edificio, primero deberían engañar a la Federación, de eso se encargarían Tanizaki, Naomi, Kenji, Katai, Ango y Ranpo. Los demás se encargarían de aquel edificio.
Cuando recibió una respuesta afirmativa de aquellos que se encontraban lejos, dio la indicación de inicio a aquella misión.
El plan daba inicio con Ango y Katai hackeando la red de seguridad en las cámaras del sector F e I. Al momento en que la Federación se percatase del fallo irían de inmediato a aquel sector. Esta vez no serían tontos y solo unos cuantos irían a aquellos lugares, debían deshacerse del restante.
—Ya notaron las fallas, parece que cuatro de ellos se están dirigiendo a estos sectores, seguramente se vayan a separar por parejas. —comunicó Ranpo quien se encontraba vigilando la entrada de aquellos dos sectores. Veía como a lo lejos cuatro de la Federación se dirigía a estos destinos con velocidad.
—Bien, Katai, desactiva ahora las cámaras del sector C.
Kunikida dio aquella indicación, a lo que rápidamente acató, demoró unos minutos para que cumpliera con la misión. Las cámaras del sector en donde ellos se encontraban habían dejado de funcionar, siendo esa la señal para salir del lugar en donde se encontraban escondidos.
—Dazai y yo nos encargaremos de los miembros de la Federación que se encuentran en este sector, ustedes diríjanse al edificio. —le dio indicaciones a Yosano, Oda y Kenji para dirigirse a su objetivo. —Les diré cuando sea el momento para atacar.
Una vez acordado, se separaron, tal como lo dijo. Dazai y él comenzaron a buscar por las calles a los oficiales, estaba en las posibilidades de que estuvieran ahí o se hubieran retirado, debían confirmar cualquier información.
Decidieron separarse para agilizar la búsqueda, importándoles poco si los civiles los miraban. Tenían las túnicas negras y las máscaras, por lo que su identidad estaba segura.
El primero en encontrar a uno fue Dazai, era una chica de cabello largo atado en una coleta, en su rostro podía ver la molestia, seguramente se había percatado del daño en las cámaras. Debía actuar rápido antes de que informara a los demás sobre qué algo estaba sucediendo en ese mismo sector. Así, que se acercó por detrás, para cuando se dio cuenta de su presencia, Osamu ya había golpeado detrás de su cuello para que perdiera la consciencia, en un golpe rápido. Se acercó para atraparla y que no recibiera el impacto del golpe, con cuidado la llevó a detrás de uno de los edificios y comenzó a rodear su cuerpo con una cuerda. En caso de que despertara pronto, estaría atada, una vez cometido su acción la dejó para retirarse.
—Kunikida, ya me encargué de uno. —informó Dazai, esperando las siguientes órdenes del rubio.
—Entendido, ve con los demás al edificio, yo me encargo del último.
El castaño sonrió por sus palabras, por el tono con el que había hablado le daba la seguridad de que ya había encontrado al otro miembro de la Federación que patrullaba aquel sector. Obedeció a lo que se le había dicho y se dirigió a donde sus demás compañeros se encontraban, tardándose unos cuantos minutos, minutos que fueron suficientes para que Kunikida terminase deshaciéndose del otro oficial de la misma manera en cómo Dazai lo había hecho.
—Ataquen.
Fue aquella la indicación para dirigirse al edificio que asechaban. Una vez teniendo la autorización se acercaron y abrieron las puertas, desconcertando a toda la gente que se encontraba en el interior.
Oda y Yosano soltaron las pequeñas esferas de gas para aturdir a las personas que se encontraban allí, no podían permitir que alguna escapase. El somnífero del gas actuaba muy rápido, por lo que ya esas personas estaban tiradas en el suelo.
—Kenji, te quedas aquí a vigilar que ellos no escapen. —Habló Dazai, éste asintió con la cabeza y se quedó ahí. Mientras los otros tres subían las escaleras para subir de piso, explotando varias de las esferas para deshacerse de las personas que trabajaban ahí.
Hasta que llegaron al piso donde se realizaban las transmisiones, durmiendo al personal que se encontraban ahí, algunos de ellos fueron atados, teniendo todo el set de grabación a su disposición.
—Todo listo, Ango, Katai, pueden venir ya, esperaremos a que Kunikida llegue para dar inicio. —Osamu les comunicó a sus compañeros, necesitarían de su ayuda para poder manejar aquellos controles.
—Bien, llegamos con diez minutos de anticipación, la entrevista que iban a hacer en vivo está por empezar. —expresó Yosano mientras miraba el reloj que se encontraba en aquella pared.
—En unos minutos llego. Naomi, Junichiro, es momento de que actúen ustedes.
Kunikida dio la autorización para que el par de hermanos realizaran su parte del trabajo, que era ser cebos para distraer aún más a la Federación.
Mientras tanto, al líder la Federación se encontraba inspeccionando junto con Lucy el sector E. Al saber que las cámaras del sector F e I estaban dañadas había enviado a un par de sus compañeros a aquellos lugares para investigar, los demás seguirían en su lugar.
—¿Han encontrado algo? —preguntó Atsushi a través de la llamada.
—Nada, dudo mucho que estén aquí, me da la sensación de que estarán en otro sector, quieren confundirnos nuevamente.
Akutagawa le respondió, él junto con Higuchi se encontraban inspeccionando el sector I, pero parece que todo estaba en relativa calma, las personas no parecían estar alteradas de haber visto a alguien y la oficina operativa del sector estaba intacta.
Antes de que el albino pudiera responder, la chica le llamó la atención.
—Atsushi, ve esto. —Lucy acercó su celular al otro para que mirase las cámaras del sector A, veían claramente como dos sujetos se túnicas se caminaban con despacio en dirección a la plaza del lugar, provocando que se encogiera en sus hombros.
—Están repitiendo lo mismo. —soltó en un suspiro el albino. Aun así, era bastante raro, no podría saber a cierta ciencia si ese era el propósito del grupo rebelde o alguna clase de distracción. —Akutagawa, sigan investigando aquellos sectores, de ser posible revisen los alrededores, no bajen la guardia. —ordenó Atsushi hacia su compañero, cortando ahí la llamada. —Nosotros iremos al sector A.
La chica asintió con la cabeza y sin demora alguna comenzaron a dirigirse hacia el sector A donde se encontraban aquellas personas, tratando de demorarse lo menos posible.
Fue cosa de minutos para que llegaran al sector A. Al entrar trataron de ser sigilosos, mirando a su alrededor por si alguien los estaba vigilando que pudieran advertirlos de su llegada.
—Dirígete al oeste, avisaré a Kyouka para que venga y vigile las entradas del sector A. —indicó el albino. Recibiendo rápidamente una respuesta afirmativa de su compañera y así terminaron separándose, comenzando a inspeccionar las calles del sector.
Sin saber que el mensaje del grupo rebelde ya estaba siendo dado a través de la televisora.
Atsushi buscó por varios minutos entre las calles, pero no encontró nada, hasta llegado casi a la plaza, donde encontró a uno de aquellos enmascarados. De algún modo esperaba ver la máscara que solía portar Dazai, pero al ver que se trataba del rostro de un panda y no de un kitsune, supo que se trataba de otro.
Aquella persona giró rápidamente y huyó de este lugar, causando un suspiro de Atsushi. A pesar de que ese día no se sentía bien para perseguir a alguien, debía cumplir con su trabajo, debería ser menos problemático al no tratarse de Dazai.
Se quedó pensando por tanto tiempo que le había dado ciertos minutos de ventaja, aun así, terminó yendo por donde se había ido esta persona, comenzando a buscar los lugares por donde se pudo haber ido. Veía por el rabillo de sus ojos movimientos de tela negra, seguro se trataba de aquella túnica que los ocultaba, por ello fue tras de aquel movimiento.
Pero cuando cambió a una calle por donde se había metido, lo vio detenido a varios metros de él, dándole la espalda. Arqueó una de sus cejas confundido, ¿por qué se había tenido? Se acercó lentamente hacia a él, aumentando la extrañeza al ver que no se movía, comenzaba a ser sospechoso, por lo que terminó acercándose completamente y, al llegar, supo porque no se movía.
Quiso obligarlo a dar la vuelta, pero cuando lo jalo, el maniquí había caído al suelo, aumentando enormemente su confusión, ¿en qué momento había escapado para que él no se percatara? Se fio de que lo había visto delante de él, seguramente esa persona se ocultó en los edificios traseros, al contrario de su vista.
Giró lo más rápido que pudo a sus espaldas, no había nada y con toda razón. Al momento en que había caído en su trampa debió de irse de ahí.
Pero entonces... ¿no iban a atacar al sector A? Eran... ¿simples cebos? Habían creado tres distracciones para separarlos. En alguno de los sectores en donde no estuviesen cuidando deberían de estar, debía informar a sus compañeros inmediatamente.
—Lucy, no busques más, solo están distrayéndonos con señuelos. —llamó a su compañera para evitar que siguiera perdiendo el tiempo. —Ve al sector B, me comunicaré con los demás y...
Detuvo sus indicaciones y su caminata al pasar una tienda de electrodomésticos donde en la vitrina tenían un televisor encendido en un canal. Donde debería estar sucediendo una entrevista a una actriz, estaba un enmascarado.
—Por años el gobierno estuvo privándonos de diversas libertades con la excusa de "protegernos" del amor, pero esa "protección" se fue deformando mediante pasó el tiempo. No es que quisieran salvarnos de un sentimiento el cual ni es peligroso, por medio del terror nos obligaron a ser obedientes y aceptar sus leyes, quitándonos el poder pensar diferente y tener nuestros propios anhelos.
La sorpresa en el rostro de Atsushi era inmensa al ver que su mensaje estaba siendo transmitido a nivel nacional, porque el programa que debería estar pasando ahora era bastante popular. En especial ese día por la entrevista que se haría, sin duda alguna muchas personas estarían viendo lo que él mismo estaba haciendo.
Salió de sus pensamientos al escuchar la voz de su compañera repetir una y otra vez su nombre, estaba tan sorprendido que había olvidado por completo lo demás.
—Haz lo que te dije, debo irme ya. —cortó rápidamente la llamada sin dar detalles y comenzó a marcar otro número mientras avanzaba rápidamente en dirección del sector C, donde se encontraba el edificio en donde estaba siendo transmitido ese canal.
Pasaron varios minutos y no obtuvo respuesta, intentó al otro número y tampoco, comenzando a preocuparle. Gin y Tachihara se encontraban patrullando aquel sector, si ninguno de los dos respondía las llamadas significaba que algo les había sucedido.
Ese no era el mayor problema, seguramente muchas personas estarían viendo la televisión en ese mismo canal donde se estaba transmitiendo el mensaje de los rebeldes. Era muy probable que Akutagawa también lo hubiese notado y al saber que Gin estaba en ese sector la llamaría, al no recibir respuesta, inmediatamente se preocuparía por su hermana y él iría al lugar.
Sus pasos fueron aumentando de velocidad, hasta que empezó a correr, sintiendo su corazón latir con fuerza y su respiración entrecortada en una evidente preocupación. Si estas personas y las que podría haber en el sector F e I eran cebos, seguramente Dazai se encontraría en el edificio del sector C. Después de él, Ryunosuke era el más fuerte de la Federación, si se encontraba a Dazai, no tendría piedad con él, debía llegar cuanto antes.
Por lo mientras, en el sector C, llevaban exactamente quince minutos dando el mensaje y por ahora parece que las distracciones que habían hecho para deshacerse de la Federación habían funcionado. Pero no podían fiarse, hace casi dos minutos habían tenido la advertencia de que los miembros que fueron a investigar al sector I se habían retirado, tomando el camino que dirigía al sector C.
—Parece que todo está yendo bien, Kunikida ya está por acabar y no parece que la Federación esté cerca. —comentó con alegría Dazai mientras veía a sus compañeros trabajar. Él por su parte solo estaba sentando en una de las sillas que se hallaba cerca.
—Podría ir mejor si nos ayudaras... —se quejó Ango, mirando con una expresión molesta a su compañero, la cual no podría ver por la máscara que lo cubría.
—Pero yo no puedo hacer nada, Kunikida y Oda están dando el mensaje, Yosano se encarga de la iluminación, Katai se asegura de que la transmisión vaya bien y tú de las cámaras, yo solo estoy aquí por si las cosas se ponen graves. —explicó con tranquilidad, provocando un suspiro por parte del otro.
No dijeron nada más y mejor se concentraron en lo que decía Kunikida, hasta que un mensaje los interrumpió.
—Cuatro agentes de la Federación han entrado al sector C, será mejor que terminen pronto y salgan del edificio, parece que el líder y demás compañeros vienen del norte, pronto llegaran al sector C.
Recibieron la advertencia de Ranpo, finalmente la Federación se encontraba cerca. Dazai se colocó de pie e hizo una seña hacia Kunikida, Oda, Katai y Yosano, para comunicarles el mensaje de Ranpo.
—Yosano, Ango, Katai, adelántense junto con Kenji, comuníquense con Tanizaki y Naomi para reunirse con Ranpo, será más fácil huir para nosotros si somos menos. —Dazai se dirigió a sus compañeros, dándoles aquellas indicaciones para que se retiraran, ellos tres se quedarían hasta finalizar el mensaje.
Los mencionados asintieron y siguieron sus palabras, comenzando a retirarse de ahí. El castaño soltó un suspiro, parece que ahora debería encargarse de los trabajos que habían dejado sus compañeros, pero estaba bien, ya faltaba poco para que Doppo terminase.
—Es momento de que este régimen acabe, no permitiremos que sigan aplastando nuestras libertades y nos obliguen a seguir sus leyes absurdas, es momento de tener esta revolución y regresar a la prospera nación que lo fuimos hace mucho tiempo, antes de que nos negaran el amar.
—Yyyy~ listo. —Dazai presionó uno de los botones para cortar la transmisión con aquel último mensaje, habían terminado finalmente.
Una vez hecho eso, Kunikida y Oda se levantaron de la silla de un salto, manteniéndose alerta de cualquier problema, cosa que le sacó una sonrisa al castaño.
—Ellos ya están aquí. —anunció Dazai.
—¿Cómo lo sabes? —Kunikida miró intrigado al castaño, quien solo soltó una risita.
—Tomando en cuenta el tiempo que se demora de la entrada del sector a este edificio, ellos, o ya están aquí o están por entrar. —Dazai caminó tranquilamente hasta la entrada principal, por donde habían entrado. —Váyanse por las salidas de emergencia, yo saldré y los distraeré un poco, escaparé por la azotea del edificio.
—Eso es bastante peligroso. —habló Oda con cierta preocupación en su voz, dejar solo al castaño no era algo que le gustaría.
—Estaré bien, soy ágil saltando así que no es ningún problema, podría llevarlos conmigo, pero temo que Kunikida pueda caerse, ya está bastante viejo.
—Hey... —simplemente porque la situación no era la adecuada, de lo contrario, había golpeado muchas veces al castaño.
—Más tarde me golpeas, ahora deben de irse. —fue lo último que dijo para salir de aquella habitación. Bajó con cuidado los escalones, escuchando voces en el primer piso, por la agresividad que sonaba, sin duda debía de ser la Federación.
Pudo confirmar su presencia cuando los vio subiendo rápidamente las escaleras, un chico de cabello negro se percató de su presencia, consiguiendo rápidamente una expresión molesta. Dazai soltó un suspiro con decepción, esperaba que con quien se encontrase fuese Atsushi, por ello se había ofrecido como carnada, pero parece que había tenido mala suerte.
Alzó su propia mano e hizo movimientos, como si estuviera dando señas a alguien, alguien que claramente no estaba ahí y se giró para subir los escalones hasta la azotea.
—Vayan ustedes a la derecha. —indicó Akutagawa mientras comenzaba a subir los escalones, detrás de aquel enmascarado.
Osamu trató de subir con agilidad los escalones, si se tropezaba sería su fin, pero afortunadamente todo iba bien, lamentablemente no solo para él, porque aquella persona realmente se estaba esmerando en subir los escalones. Estuvieron así hasta que llegaron a la azotea, cuando llegó Dazai cerró la puerta detrás de él para ganar tiempo de ventaja.
Sin detenerse corrió para tomar impulso y saltar al edificio que se encontraba al lado, siendo uno de menor altura. Antes de que saltara escuchó la puerta siendo fuertemente azotada, parece que aquel oficial se encontraba en el techo, pero él ya estaba en otro edificio.
Giró un momento hacia atrás para mirar al otro, al confirmar que le seguía, continuó corriendo. Afortunadamente aquel edifico tenía escaleras a los lados, por lo que pudo ir bajando por los escalones algunos pisos, cuando llegó al tercero saltó hacia otro edificio, agarrándose del barandal de aquel balcón, para caer en uno que se encontraba justo debajo, saltando de poco a poco hasta llegar al suelo.
Pero aquel joven seguía tras de él, haciéndole bufar con molestia, aunque gracias a todo lo que saltó, la distancia que los separaba era mayor, debía huir antes de que la acortara.
Siguió corriendo, metiéndose entre diferentes calles, buscando la ideal para camuflarse. La distancia era la correcta para poder hacerlo, solo debía encontrar el lugar, lo cual lo encontró al entrar a un callejón oscuro con cajas de cartón apiladas. Ahí se detuvo para con gran velocidad quitarse la túnica y máscara, dejándolas entre las cajas donde no se viera. Avanzó rápido hacia la siguiente calle, donde se detuvo, mirando hacia el rumbo donde el "criminal" debía seguir, sobando su brazo mientras soltaba diferentes maldiciones.
Al poco rato vio como aquel oficial entraba por el callejón, capto su intención y giró hacia él, encontrándose con su mirada molesta.
—¿Ha visto a un hombre de túnica negra con una máscara? —preguntó entre jadeos.
—Agh, si, el maldito me empujó y se fue derecho por esa calle y giró a la izquierda. —le señaló el camino con molestia por el "golpe" que había recibido. No necesitó más para que aquella persona siguiera el camino que le indicó, al tenerlo lejos fue inevitable que sonriera.
La Federación era muy fuerte, pero no muy inteligente.
Estaban tan cegados en atraparlos que descuidaban a los civiles que pudieran estar entre ellos. Por eso era tan fácil escapar de la Federación, se centraban únicamente en aquellos que tuvieran el aspecto del enemigo y no prestaban atención a aquellos que eran simples civiles.
Dazai soltó una burlona risa, siempre le parecería divertido como era tan fácil de despistarlos, ya no tenía porqué preocuparse, solo debía de regresar al montón de cajas para recoger la máscara y túnica.
—Ejem. —el castaño pegó un brinco del susto por aquel sonido, girando rápidamente a sus espaldas, encontrándose con un Atsushi que le miraba con el ceño fruncido, ¿en qué momento había aparecido el albino?
—¡Atsushi-kun! Qué sorpresa, no te vi llegar. —rio con nerviosismo. No mentía en sus palabras, estaban tan centrado en burlarse de aquel oficial que no se tomó el cuidado de verificar que alguien estuviera detrás de él.
El menor soltó un suspiro y alzó su mano para tomar el brazo del otro, comenzando a caminar, causando confusión de éste
—Hey, ¿qué haces? —preguntó con gran confusión. No parecía ser como si Atsushi lo estuviese arrestando, pues posiblemente lo habría esposado, además de que la expresión que tenía el albino no era precisamente aquella que tenía cuando la perseguía.
—Te estoy alejando del peligro, hay más compañeros míos alrededor. —los ojos de Dazai se abrieron más por la sorpresa que le provocó sus palabras. Dejó que Atsushi lo guiara mientras procesaba lo que se le había dicho, unos segundos después terminó por sonreír.
—Owww, es lindo cuando Atsushi se preocupa por mí~. —tatareó juguetón mientras se soltaba del agarre de Atsushi y avanzaba para llevar sus brazos a los hombros de Atsushi, deslizándose sobre éstos mientras apoyaba su torso en la espalda de éste y dejaba su barbilla sobre la cabeza contraria, en un peculiar abrazo.
—N-no hagas esto... —gimoteó con una leve vergüenza, hundiéndose en sus hombros, a lo que Dazai respondió con otra risita.
—Bueno. —quiso complacer a Atsushi, por lo que terminó alejándose. —Pero quiero que vayamos así. —condicionó mientras tomaba la mano de Atsushi, apretándola con suavidad, provocando que el menor temblase levemente. Le dedicó una mirada molesta por la vergüenza, soltó un bufido y siguió su camino, con todo y agarre de Dazai, caminando hasta llegar a las orillas del sector, escondiéndose detrás de un edificio.
Una vez fuera del peligro, Atsushi soltó un gran suspiro, sentía que le daría un infarto cuando vio a Akutagawa perseguir a Dazai. No sabía que conseguía ir tras el azabache, pero aun así lo hizo, afortunadamente nada malo había sucedido.
Dazai seguía confundido por el comportamiento del menor, en esos momentos era para que Atsushi comenzara a perseguirlo, ¿será una clase de trampa? Podría ser, quizá estaba esperando a que bajara la guardia para atacarlo, aunque no era de recurrir a esas tácticas.
—¿Es aquí donde tengo que huir de ti?
—¿Eh? —Atsushi alzó la mirada para observar al más alto.
—Bueno, si debo escapar, primero quiero molestarte. —la piel de Nakajima se erizó por aquel anuncio. Estuvo a punto de retroceder, pero Dazai ya había atrapado su rostro, ya sabía lo que haría, por lo que ni negó, de ese modo los labios de Osamu se posaron sobre los suyos.
Atsushi apretó sus ojos, había recordado como en el libro que leyó los besos no eran malos, todo lo contrario, creaban sensaciones burbujeantes y cálidas. Quería desmentirlas, pero... era como se sentía exactamente en ese momento.
—Para ya... —murmuró Atsushi en medio del beso, alzando sus manos para quitar las de Dazai. No quería que continuara, hacerlo creaba más confusión en él, por ello terminó retrocediendo para romper con el beso, sintiéndose extraño una vez se separaron.
—Ok, si me atrapas me detendré, hasta entonces, te daré los besos que yo quiera. —el rostro del menor se ruborizó terrible por lo que dijo, comenzando a negar.
—No quiero...
—Entonces atrápame.
—Eso es lo que no quiero.
Nuevamente la sorpresa se plasmó en su rostro por aquellas palabras, a pesar de que era algo que ya sabía, que lo dijera directamente lo había dejado muy sorprendido. ¿Estaría utilizando la psicología inversa? Podría ser una posibilidad, quizá era tonto caer, pero lo haría por simple curiosidad.
Dazai se posó frente a Atsushi, captando su atención, una vez tenía su mirada atenta, alzó sus brazos, extendiendo sus muñecas en dirección del albino.
—¿Qué estás...?
—Arréstame. —ahora el sorprendido era Atsushi. —Me estoy entregando. —movió sus manos, haciendo la insinuación de que lo arrestara, causando que los labios del menor temblaran.
Éste alzó su mano en dirección de las de Dazai, su mirada titubeaba y su corazón comenzó a latir rápido. Mordió suavemente sus labios y luego de unos segundos, terminó empujando aquellas manos, alejándolas de él.
—No quiero arrestarte, ya no quiero perseguirte. —confesó finalmente, volviéndose a apoyar en la pared, para deslizarse con cuidado a hasta colocarse en cuclillas, donde recargó su mentón sobre sus rodillas.
Osamu volvía a verlo impresionado por aquella rendición que estaba dando. A pesar de que sabía que el menor no quería atraparlo, creyó que seguiría intentándolo por su trabajo, que le anunciara que se rendía al respecto, no era algo que se esperase.
—¿Por qué no? —no pudo aguantar aquella pregunta, no negaría que sentía gran curiosidad por aquella razón. Ante la pregunta, Atsushi se removió en su lugar, terminando por ocultar su rostro en sus piernas.
Dazai esperó una respuesta, pero solo obtuvo silencio. Era extraño ver al menor de ese modo, fue inevitable que se preocupara un poco, antes de poder hacer otra pregunta, escuchó un suspiro de éste.
—Porque no quiero que te pase algo malo, si te capturan, indudablemente tendrás la pena de muerte, yo no quiero eso... no quiero lastimarte. —terminó por responder, con una voz que delataba el miedo que sentía por si eso llegase a suceder, apretando la tela de su pantalón por el mismo sentimiento.
El mayor se había quedado sin palabras, solo se limitó a mirar a Atsushi, sin saber qué decir o cómo reaccionar. Nunca había recibido unas palabras tan puras y llenas de una verdadera preocupación, fue inevitable que un calor se expandiera en su pecho, sintiéndose peculiarmente nervioso.
Y, peculiarmente feliz.
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