Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 8

Los golpes de las baquetas contra la batería resuenan por todo el estudio.

Ethan parece muy concentrado en lo que está haciendo. No quita los ojos de su instrumento. Su pelo se mueve arriba y abajo a un ritmo constante. Tiene algunas manchas de sudor en la camiseta de tirantes que lleva.

Tiene pinta de haber estado aquí metido un buen rato.

Le echo una mirada de arriba a abajo y me fijo en su brazo.

Ufff, qué brazo.

Se le marcan los bíceps a cada golpe que da.

Me quedo un poco - bastante, no os voy a mentir - embobada. Pero vuelvo en mí cuando se abre la puerta y me da un golpe en la espalda, haciéndome caer de bruces al suelo.

Me acabo de comer una hostia de campeonato.

La batería ha dejado de sonar.

— Mierda, ¿estás bien? — me pregunta Ethan mientras se acerca y me pone las manos en los hombros para que me levante.

También noto que alguien pone sus manos en mi cintura desde atrás.

— Lo siento mucho de verdad.

Damiano. Ha sido Damiano el que ha abierto la puerta.

Me ayudan a levantarme entre los dos.

Sí, ahora mismo tengo cuatro manos encima de mí.

Esto es demasiado.

Me levanto y Ethan acerca una silla y me indica que me siente. Aparto las manos de Damiano de mi cintura y me dejo caer en la silla. Me duele un poco la barbilla del golpe y la rodilla derecha. Pero creo que se me pasará en un rato.

— ¿Nunca te han enseñado a llamar a la puerta?

— Sí, pero no cuando es para entrar a mi propio estudio.

Vale, mi pregunta ha sido estúpida, lo sé.

— ¿Estás bien? — me pregunta Ethan preocupado.

— Sí, sí, tranquilo.

Le dedico una sonrisa.

— ¿Por qué no te quedas un rato y nos ves ensayar? — me mira el baterista.

Pienso en negarme porque no me siento muy cómoda con Damiano aquí, pero no quiero decirle que no a Ethan, así que asiento.

Los dos sonríen y Ethan empieza a poner el ritmo con la batería. El otro agarra el micro y empieza a asentir con la cabeza esperando el momento para comenzar a cantar. Es cuando Ethan da un fuerte golpe en la batería cuando él canta. Me quedo sorprendida con su voz. Es grave y segura. Reconozco el género de la canción al instante: rock. Y en italiano. Su género musical favorito.

Empieza el estribillo y Damiano aprieta su agarre en el micro. La vena de su cuello se ha hinchado haciendo ver todas las ganas que le está poniendo a la canción.

Afloja un poco el agarre y comienza mover las manos por el micrófono como si fuera algo delicado que tiene que cuidar.

Quien fuera un micrófono.

Me doy una bofetada mental por pensar eso y me giro hacia Ethan, quien lo está dando todo. Su pelo se mueve en el aire y algunos mechones se le pegan en la frente.

Terminan la canción y me miran.

— ¿Qué te ha parecido? — me preguntan los dos al unísono.

— Me ha encantado — digo sinceramente.

Y es verdad, esta canción es de las mejores que he escuchado en mi vida.

— ¿Cómo se llama?

Zitti e Buoni — me responde Damiano con su característico acento italiano.

— Buen nombre. Por cierto Ethan has estado genial.

Le doy una sonrisa tímida y él me la devuelve.

— ¿Yo no he estado bien? — dice el otro ofendido.

Me giro y le doy una sonrisa maliciosa.

— No ha estado mal, aunque los he visto mejores.

He herido su orgullo.

Me da una sonrisa falsa y se muerde el labio cabizbajo.

La tensión justo ahora podría cortarse con un cuchillo.

— Voy a ducharme — anuncia Eth — Hablamos luego, ¿sí? — se dirige a mí.

Yo sonrío abiertamente y asiento observando a Damiano de reojo, el cual tiene una mueca de fastidio en la cara.

El baterista cierra la puerta detrás de sí y nos deja a Damiano y a mí a solas.

— Así que...¿los has visto mejores, no?

Su pregunta me pilla de sorpresa. Me levanto de la silla con la rodilla aún dolorida y me acerco a él.

— Así es — me burlo.

Se muerde el labio inferior.

— Ahora mismo debería ponerte en mis piernas y darte de cachetadas en ese bonito culo tuyo hasta que retiraras eso que has dicho.

Joder.

Intento ignorar tal comentario inapropiado y me mantengo seria, aunque en realidad mis bragas se acaban de inundar.

Maldito hijo de puta.

— Sigue soñando.

— ¿Quién te dice que no lo hago ya? — se acerca a mi oído y puedo sentir su aliento — Todas las noches sueño con eso y con más cosas.

Me aparto.

— Pues sigue haciéndolo — me cruzo de brazos — Ninguna de esas cosas se van a hacer realidad.

— ¿Estás segura?

— Uff, tu soberbia es demasiado grande.

— No es lo único que tengo grande — sonríe de lado.

— Qué asco.

— Me refería a mi sentido del humor, malpensada. Sí, mi sentido del humor es mucho más grande...Es enorme — susurra como si me estuviera contando un secreto.

Ruedo los ojos. Está claro que no es a su sentido del humor a lo que se refiere.

— No puedo contigo — me acerco a la puerta — Tú y yo no volveremos a tener nada jamás.

— Sigue engañándote a ti misma — se encoge de hombros.

— Damiano, vi conviene toccarvi i coglioni — le suelto haciendo mención a una frase de su canción.

Salgo y de fondo puedo escucharlo riéndose levemente.

                                                       ******

42 llamadas de Gabriella y 12 de Carla.

Esas son las notificaciones que me llegan al móvil en cuanto lo enciendo.

Además de 15 mensajes de Gabriella preguntándome si estoy bien.

Pienso en llamarlas pero mejor que no. No sé si estoy de humor para que me acrivillen a preguntas.

Le contesto a Gab un escueto "Estoy bien" y dejo el móvil.

Me doy una ducha rápida y me pongo unas bragas limpias, ya que las otras las ha mojado mi ex con sus pervertidos comentarios.

Me visto cómodamente y salgo hacia la habitación de Ethan.

No paro de pensar en que quería decirme algo pero no ha tenido la oportunidad de hacerlo aún.

La puerta de su cuarto está medio abierta.

No sé si estará o no. Pero decido entrar.

La última vez que entro sin avisar, pienso en cuanto estoy dentro.

---------

Vi conviene toccarvi i coglioni: te conviene tocarte los cojones

-----

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro