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Capítulo 10

Ya han pasado unos días desde la confesión de Ethan y la noticia bomba de Victoria.

¡Van a participar en el Festival de Sanremo!

Todavía sigo sorprendida. Me alegro muchísimo por ellos, sé lo mucho que aman la música y lo duro que han trabajado todos estos años para conseguir una oportunidad como esta.

El Festival de Sanremo tendrá lugar la semana que viene, y para ese entonces yo ya estaré de vuelta en Madrid.

Me tiro en la cama y me quedo mirando a la nada.

Estos días han sido bastante movidos. Los chicos no han parado de ensayar la canción que presentarán y apenas he podido estar con ellos mucho tiempo. Aunque con Ethan sí. Con Ethan he pasado algo de tiempo. Anoche me llevo a cenar y dimos un paseo por Roma y el otro día fuimos al cine juntos y todo.

Nos lo pasamos bien y tal pero...no lo veo más que como un amigo. No paro de pensar en Damiano cuando estoy con él. Sé que no debería pero no puedo evitarlo.

He intentado darle otro enfoque a mi relación con Ethan, he intentado obligarme a mí misma a verlo como algo más que un amigo, pero es imposible.

Me encantaría hacerlo. En fin, él es un chico amable, sensible, paciente, tranquilo. Justo lo que yo necesito.

Es todo lo contrario a Damiano, que es jodidamente impulsivo, pasional e inestable.

Me gustaría corresponderle y poder pasar página, olvidarme de Damiano. Pero mi corazón se niega a olvidarlo.

                                                       ********

— Bueno, hasta que te dignas a llamar, zorra — se burla Carla.

— He estado ocupada — digo tajante.

Cojo el móvil y me lo acerco un poco más para poder verla mejor desde el otro lado de la videollamada.

— ¿Ocupada haciendo qué, eh? — dice en tono juguetón.

— No pienses mal.

Ella se indigna.

— ¿Qué quieres que piense? Te has ido a Italia y estás viviendo con cuatro personas que están buenísimas — pone tono triste — En fin, sabía que te acabarías olvidando de nosotras, pero no te juzgo porque yo haría lo mismo.

Pongo los ojos en blanco.

— Deja ya de decir tonterías y escucháme que te tengo que contar un montón de cosas.

Ella calla y escucha atentamente.

Le cuento todo lo que me ha pasado desde que llegué hasta ahora.

Una hora después, cuando creo que ya se lo he explicado todo y le he dado todos los detalles cojo aire y me calmo.

— ¿Qué piensas de todo esto? — pregunto esperando algún consejo de su parte.

Ella se queda pensando.

— Entonces...— se hace la interesante — A Damiano se le levantó cuando os quedásteis a dormir en la fiesta esa.

Me indigno.

— ¡¿Acaso eso es con lo único con lo que te has quedado de todo lo que te he dicho?! — grito tan fuerte que creo que hasta me habrán escuchado en la otra punta de Italia.

— No, pero sí lo que me ha parecido más importante — alza las cejas y sonríe — Además de tu sueño húmedo con él, por supuesto — añade.

Le saco mi dedo corazón y ella se ríe.

— Oye, bájame ese dedito ya, que eres una malpensada — repite esa  maldita palabra que Damiano me ha dicho varias veces en el tiempo que llevo aquí.

— Carla por favor dame un consejo, pero uno de verdad — le pido.

— Mira, no sé. Ahora mismo estoy muy pero que muy celosa de ti. Mientras yo estoy aquí en mi puto sofá viendo telenovelas turcas sabiendo que nunca me pasarán cosas así tú te estás montando la tuya propia.

— Carla, por el amor de Dios, ponte seria.

— Vale, vale. A ver yo creo que deberías dejar las cosas fluir, no estresarte...

— ¡No me estás ayudando una mierda! — le espeto.

— Disculpa, es que el protagonista de la telenovela esta se ha quitado la camiseta y me ha desconcentrado. Espera un momento.

Resoplo y espero hasta que mi amiga deja de babear por algún actor buenorro.

— Vale ya está. Ya estoy de vuelta contigo.

— Ya era hora.

— Escucha, eh, a todo esto...¿Damiano qué piensa de que estés pasando tiempo con su baterista?

— ¿Cómo que qué piensa? — le digo no muy amable.

— Pues no sé, tendrá que ser incómodo, ¿no? — se encoge de hombros - En fin, su ex y su amigo...

— Ethan y yo no somos nada aún.

Y no sé si lo seremos alguna vez.

— Sí vale, no le habéis puesto una etiqueta a lo que tenéis, pero ya no sois amigos o por lo menos para él.

— No sé que hacer...

— Pues no hagas nada. Disfruta el tiempo que te queda en Italia y si llegado el momento ves que con Ethan nada, pues se lo explicas y ya está. Lo tendrá que entender. No se puede obligar a nadie a sentir cosas que no puede sentir.

Lo pienso. Quizás tiene razón.

— Todavía no me has respondido. ¿Damiano qué piensa de todo eso?

Y dale con Damiano.

— Él no tiene que pensar nada porque él y yo tampoco somos nada — zanjo.

Mi tono borde no se le pasa desapercibido.

— Qué borde te pones cuando hablamos de él. Tiene que ser muy duro.

Frunzo el cejo.

— ¿El qué?

— Lo de intentar autoconvencerte a ti misma de que no estás enamorada de él.

— ¡Que no lo estoy, hostias!

— ¿Y por qué te pones así?

— Pues, pues...

No sé por qué me pongo así.

— Todavía sientes algo por él. Pero lo intentas negar por lo que pasó hace cuatro años. Déjame decirte que yo sí que me creo la explicación que te dio la noche de la fiesta.

¿Por qué está de su lado?

— Pero el resto del tiempo que ha estado conmigo se ha comportado como un capullo.

— ¡Claro! — me dice como si fuera algo obvio — El chaval se comporta
así para llamar tu atención, ¡que no te enteras, tonta!

— No lo creo.

— ¿Sabes qué? Vamos a hacer una cosa. Bueno, vas a hacer una cosa. Y así podremos salir de dudas sobre si Damiano todavía siente algo por ti.

Esto es absurdo.

— Explícame tu plan — le pido desanimada.

— Bien, ¿están los chicos por ahí?

— Sí, están abajo ensayando.

— Perfecto, perfecto.

Ella explica su ingenioso plan y yo me quedo alucinada.

— Tía, creo que las telenovelas esas te están dañando el cerebro — me río.

Me saca la lengua en gesto de enfado.

— Tan madura — ruedo los ojos.

— Menos quejarte y más mover el culo para poner en práctica el plan.

— Sí, sí, ya voy.

— Yo creo que Damiano aún te quiere. Ya lo verás.

— Me da igual, él ya no está en mi corazón.

— Mientes fatal — dictamina apartándose un mechón de pelo de la frente.

— No es verdad...osea quiero decir que digo la verdad - me corrijo.

— Uy uy te has puesto nerviosa — se ríe — Donde hubo fuego quedan llamas.

Me muerdo el labio.

— Solo dices tonterías. Además he dicho que él ya no está en mi corazón — le repito.

— Vale — susurra divertida — Vamos a decir que él ya no está en tu corazón. Pero está en tu mente. Y créeme, estar en la mente de alguien te da mucho más poder sobre esa persona que estar en su corazón.

    
                                                           *****

No sé que coño hago con mi vida.

De verdad que no lo sé.

Ahora mismo voy camino al estudio, a poner en práctica el plan de Carla. Su plan absurdo y tonto. No sé ni porque le he hecho caso.

Porque me mata la curiosidad, pienso.

Sí, tiene que ser eso.

Una vez enfrente de la puerta me paro. Una parte de mí piensa en volver a mi habitación a encerrarme allí y olvidar todo esto. Dejar las cosas estar. Pero otra parte de mí quiere saltar al vacío y hacer lo que me ha dicho mi amiga.

Y esa última parte gana la batalla.

Agarro la manija de la puerta. Pero me lo pienso mejor y me alejo. Ya la líe varias veces por entrar sin avisar.

Toco a la puerta.

— Adelante — reconozco la voz de Damiano al otro lado.

Abro y me encuentro a un Damiano y a un Ethan sin camiseta.

¿Por qué tienen que ir siempre medio desnudos?

Están solos, ni rastro de Vic o de Thomas.

— ¡Daniela! ¿Qué haces aquí? — me pregunta Eth notablemente sorprendido.

— Pues he pensado en entrar un rato a veros, como últimamente estáis tan ocupados. Por cierto, felicitaciones por lo de Sanremo, Victoria me lo contó.

Los dos me dan las gracias y Ethan me pide que me quede un rato. Asiento y voy hacia él. Le doy un beso en la mejilla sabiendo que Damiano nos está taladrando con la mirada.

El plan está en marcha.

En un movimiento rápido me siento en las piernas de Ethan. Éste se sorprende. Pero sonríe.

— Eh, Daniela, ¿sabes que hay sillas para que te sientes, verdad? — lanza Damiano. Su tono es de fastidio.

— Sí, lo sé. Pero aquí estoy bien — doy unos golpes en las piernas de Ethan.

Damiano arruga la nariz y asiente.

Ethan estira sus brazos a mis lados y se pone a tocar la batería conmigo sentada en su regazo.

Me agarro un poco a su muslo izquierdo para no perder el equilibrio y miro a Damiano.

Hace como que mira algo en una libreta, pero nos está mirando. Intenta disimular.

Unos minutos después Eth deja de tocar y fija su mirada en mí.

— ¿Qué tal he estado?

— Maravilloso, como siempre — le despego el pelo de la frente y se lo echo hacia atrás.

Damiano carraspea.

— Bueno, se acabó — dictamina.

— ¿Qué ocurre? — le pregunto.

Puedo ver como sus ojos irradian enfado.

— Ya es tarde. Todo el mundo a la puta cama.

— Damiano, relájate — le pide Ethan.

— No, tío, no me relajo.

Su tono ha sido súper borde.

Coge su camiseta y me da un último vistazo.

— Que duermas bien.

Sale y da un portazo íncreible. Yo he dado un respingo y todo del susto.

Casi se carga la puerta.

Bueno, en realidad con ese portazo podría haber derrumbado la casa.

— ¿Qué demonios...

— Ya se le pasará — digo a Ethan que está confundido a más no poder — Será el estrés de los ensayos y tal — añado.

Ethan asiente levemente y yo me levanto. Nos quedamos un rato hablando. Bueno, más bien él es el que habla. Me cuenta no sé que del disco y de lo nerviosos que están por Sanremo, pero yo apenas lo escucho.

Mi mente está pensando en otras cosas.

El rídiculo plan de mi amiga ha salido tal y como ella me dijo que saldría.

¿Qué cuál era su plan?

Sencillo. Coquetear con Ethan estando Damiano delante. Según ella así saldríamos de dudas sobre Damiano.

Recuerdo nuestra conversación de hace un rato:

Y cuando no pueda más, se largará. Saldrá del estudio y dará un portazo para que te des cuenta de que lo has hecho rabiar y se irá todo digno.

Ella sonrío orgullosa de su plan.

Eso no va a pasar. ¿Y además que demostraría eso?

Carla abre los ojos como platos.

¿Tía es que no te enteras de nada? Eso demostrará que lo has hecho enfadar, y si lo haces enfadar es que le importas, y si le importas es que todavía está enamorado de ti — me explicó.

Carla, nada de lo que has dicho va a suceder — me burlé.

Cielo, ese italiano saldrá de ese estudio porque tú habrás herido su corazón de badboy. Y esto no es una predicción amiga mía. Esto es un spoiler — zanjó y cortó la videollamada sin más, como hace siempre.

— Daniela — Eth me toca la mano — ¿Estás bien?

— Sí, sí. Disculpa.

— ¿Estás segura? Pareces ausente.

— No, no, de verdad que estoy bien.

Me da un apretón cariñoso en la mano y sigue hablándome. Me meto un poco en la conversación e intento estar centrada en él.

Pero mi cabeza sigue pensando en lo del plan.

Pero...¿que haya salido como Carla dijo que saldría no dice nada, no?

Damiano no puede seguir enamorado de mí...¿verdad?

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