El desterrado sirviente había solicitado posada y protección de su hermano. Al principio todos los sirvientes del señor de ese bosque se opusieron a la idea, él mismo lo hizo; pero aquel que había actuado de defensor en el juicio los convenció. Alegó que entre mayor fuera la cantidad de aliados que tuviesen mejores oportunidades tendrían contra Zalgo.

Ya llevaban un mes con el nuevo integrante de aquel  y contra todo pronóstico se había vuelto fundamental dentro del lugar, incluso Slenderman le había encargado cuidar de lo que hacía en su cuarto secreto, y Jeff teniendo a alguien tan cercano quería saber todos los avances y detalles.

Offenderman: Jamás pensé que terminaría de nuevo aquí – mencionó Offenderman viendo el bosque a su alrededor con nostalgia y una cierta tristeza – Pensé que me quedaría por toda la eternidad en el Inframundo, pero supongo que es como dicen los mortales "la vida está llena de desencantos y sorpresas".

Jeff: Yo tampoco lo pensé, eres alguien extremadamente habilidoso en las tareas que se te asignan, pensé que Zalgo no te dejaría irte – se lo pensó unos segundos, decidiendo si debía o no contarle, pero no quería que pensase que su maestro era tan frívolo con él como para no sufrir su separación. Tomó una profunda respiración y prosiguió - Me sorprendió lo destrozado que se veía cuando le informaron que el traidor eras tú. Nunca lo había visto sufrir por nadie. – notó que el hermano de su novio lo miró con sorpresa, pero no volteó. No tenía ganas de dar más explicaciones – Supongo que fuiste lo más importante que tuvo en toda su vida.

Sin ninguna otra palabra entró a la cabaña, dejando que el jovial y algo mujeriego creepypasta procesara lo que acababa de escuchar. Incluso le hubiese gustado hacer lo mismo pero cuando entró a la cabaña todos estaban corriendo de un lado a otro. Pasó con tranquilidad junto a todos los sirvientes de Slenderman que poseían bandejas y adornos, cuando llegó a la sala principal se quedó parado, casi en shock al ver a su pareja con una proxy desconocida a la que vestía y adornaba como árbol de navidad.

-No deberías ser tan considerado – la chica a pesar de esas palabras tomó el collar de perlas que le había pasado Masky – no creo que sea tan importante lo que me has propuesto – los pechos inmensos de esa extraña se restregaban contra el cuerpo del señor de aquella cabaña y él no hacía nada para impedirlo o detenerlo.

Jeffrey jaló a Eyeless Jack a una esquina del pasillo donde nadie los viera.

Jeff: ¿Quién es esa arrastrada a la que Slenderman está dando tantos lujos? – su tono de voz denotaba la rabia que poseía por dentro.

E. Jack: Es una nueva proxy, creada enteramente por Slenderman – tembló ligeramente por la mirada del azabache, no estaba seguro si era su imaginación o sus orbes celestes estaban brillando con intensidad – Salió hoy del laboratorio privado, Slenderman desde que salió la ha agazajado con comidas y objetos – escuchó un gruñido saliendo del chico y tembló levemente.

El chico salió a la sala, sólo para observar como Slenderman incluso se veía feliz por aquel toque. La descarada lo tomaba del rostro y por cada nuevo accesorio le daba un beso junto a los labios. Caminó con furia hacia ellos notando al acercarse que la chica era realmente hermosa, su cuerpo era escultural y deseable a los ojos de cualquiera, pero en aquel momento él sólo quería apartarla y desterrarla lejos del ser blanco.

Jeff: Hola Slenderman ¿Puedo saber qué sucede aquí? – el ser sin rostro volteó hacia Jeff y al verlo tan molesto apartó a la chica con algo de brusquedad.

Slenderman: Sólo es la bienvenida de una nueva proxy, Ally The Slender Doll – dijo con algo aturdido, como si no hubiese sido consciente de lo que estaba haciendo – perdona por eso – sabía la razón del disgusto de su adorado novio, por lo que lo abrazó y lo besó con dulzura frente a todos los presentes, el muchacho de polera blanca con aquel simple gesto parecía mucho más calmado y relajado que cuando había entrado al lugar. – No te preocupes, sabes que eres el único que me trae loco y al único que deseo.

Ambos se sonrieron y la proxy de cabello blanco soltó un leve quejido por dejar de ser el centro de su atención. Jeffrey sonrió con malicia y supremacía, tomó el rostro de su amante entre sus manos y volvió a besarlo con mucho más deseo y desenfreno que antes. El mensaje de ese gesto fue claro: "Él es mío", sobre todo porque durante todo ese beso miró a los ojos con burla a la chica, que si pudiese ponerle sus manos encima ambos destrozarían todo en la sala con facilidad.

Todos sabían que el mensaje era exclusivamente para la jóven que había llamado toda la tarde la atención de su protector. Slenderman no hizo evidente que también lo notó y volvió a besar al chico de la misma manera, no quería que la nueva integrante bajo su protección hiciera un escándalo o un berrinche. No necesitaba ese tipo de estrés en esos momentos.

Slenderman: Sigan con lo demás, estaré ocupado - mencionó solamente para tomar al joven en brazos y subir a su habitación rápidamente. - Creo que debo enseñarte un par de modales. - le susurró a su novio con una voz algo enfadada pero también lasciva.

Entró a su habitación y tiró al chico en la cama, colocándose encima de él y quitándose la corbata, sus intenciones eran claras con aquello. Estaba levemente molesto, pero la manera de expresarlo fue tan atractiva para el chico que el azabache sólo pudo sonreír y besarlo de nuevo.

Jeffrey: Adelante, sabes que soy tuyo tanto como tu te declares mío.

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Notas de la autora:

Hola queridas criaturas de Zalgo, me he demorado un poco con la actualización, lo lamento.

Estoy segura que han notado que estamos a pocos capítulos de que finalice la historia y me alegra mucho saber que existen tantas personas apoyando esta historia. Les agradezco, espero que hayan tenido un hermoso Halloween y un lindo día de muertos.

FELICIDADES.