Se había quedado en vela más de una semana, estaba cansado, no sólo por la falta de sueño, sino también por haber usado parte de su poder todos esos días para torturar al resto de prisioneros cada vez que escuchaba alguna burla o comentario, con evidentes intenciones de molestar tanto al prisionero a su cargo como a todo el suceso que lo desencadenó. Pero lo que sin duda alguna le había quitado más energía era el ver que cada uno de sus esfuerzos resultaban negativos.

Había entrevistado a cada uno de los ángeles que conocía y con los que tenía una relación medianamente buena y todos le aseguraba que cuando Zalgo subió y fue atacado ellos no recuerdan haber sido los que estuvieron ahí. "Aún no logro entenderlo, pero es como si yo no hubiese sido dueño de mi cuerpo ni mi voluntad. Ni siquiera tengo algún recuerdo de lo que me mencionas". Era la única respuesta que le daban.

Volvió a reposar el peso de su cuerpo contra la columna fría y de ladrillo viejo, sus ojos estaban hinchados y se veía fatal. No tenía ganas de pensar más, sobretodo porque no podía dar ni una respuesta.

Alzó su vista para ver a Offenderman, se sentía aún peor haciéndolo. El monstruo se veía vacío, lo había escuchado llorar por días y había rehusado comer desde que lo encerraron. Se veía enfermo y sin ganas de hacer algo, igual que el chico que lo observaba. El ser sin rostro no se movía, parecía estar petrificado. Jeffrey no puedo soportar la escena y dejó a otro guardia a cargo para salir en busca del gobernador del lugar.

Mientras caminaba escaleras arriba la cabeza le daba vueltas, sólo quería liberar a su antiguo aliado porque de lo contrario lo llevarían a juicio, y sin pruebas a favor del prisionero lo más probable es que borrarían todo rastro de su existencia.

Escuchó pasos detrás de él, volteando para ver a Zalgo igual de destrozado, se veía imponente. Pero estaba más decaído y su presencia no era tan amenazante como siempre. Se miraron por un par de segundos, el ser de roja piel con culpa, casi como si deseara disculparse y el jóven frente a él con preocupación y un evidente reproche.

Jeffrey: No pude encontrar nada - se cruzó de brazos y lo miró serio - ¿Cuándo es el juicio?- su voz era áspera y cortante, en verdad odiaba que se viera culpable y no hiciera nada para ayudar a su amante. O ahora su rechazado y exiliado amante.

Zalgo: Es en una semana - no podía resistir que Jeffrey lo miraba con tanto odio y tuviese razones más que suficientes para hacerlo - No pude retrasarlo más, el consejo exigió el juicio pronto para evitar más problemas con nuestro plan.

Jeff pasó de largo a su lado, la indiferencia era un arma dura en las discusiones, pero ese silencio significaba que no iba a apoyarlo. Que no estaría a su lado en esta decisión.

El tiempo pasó más rápido desde aquella noticia, las horas se hicieron demasiado cortas. Igual que las noches frías. Los planes de los gobernantes seguían avanzando, a pesar de que ambos estaban preocupados y con el corazón a punto de salirse de su pecho cada vez que los días disminuían. Pero Offenderman no parecía asustado, había aceptado que quería morir.

Una noche estaba hablando con el jóven de cabello negro y susurró: "Sinceramente prefiero la condena a muerte antes de seguir viviendo para que él me odie." Había soltado una risa amarga y su voz se quebró por un instante.

En pocas horas, la audiencia del fiel sirviente llegó, casi todos los prisioneros vieron con sorna como el prisionero salía y caminaba tan recto como siempre. Veían en él aún aquel fuego de un digno adversario y esa chispa de rebeldía y fuerza. Estaba débil, todos podían asegurarlo, pero iba con la cabeza en alto, serio y seguro.

Zalgo estaba a un costado del consejo y su mirada se cruzó con la de Offenderman. Ambos parecieron dudar por un par de segundos y la tensión se liberó, pero tan pronto como los asistentes tomaron sus asientos ambos dieron por finalizado todo. No podían volver atrás y no podían disculparse.

- Bienvenidos sean todos a este juicio. - empezó diciendo un guardia, era raro que un suceso como aquel sucediera en el Reino Infernal, por lo que todos parecían entusiasmados, algunos incluso excitados con la idea de una condena tan apetecible. - El acusado aquí es Offenderman, antiguo sirviente del Rey Zalgo. - La mirada de todos se detuvo por breves momentos en cada uno de los nombrados.

Todo parecía perdido y Offenderman parecía acumular cada vez más temor, sobretodo porque su defensor, Jeffrey Woods, no se encontraba en aquella sala.

Pero todos callaron al escuchar las gruesas puertas de la sala abrirse con un estruendo. Un agotado jóven de pelo negro entró caminando con firmeza y rapidez, detrás suyo una bola negra con el primer y ahora único mozo siendo controlada por Insane. Se escuchó un leve y bajo sonido de sorpresa, la gran mayoría jamás habían visto al hijo del rey. El jóven tenía los ojos enteramente negros y susurraba conjuros antiguos, como siempre flotaba y se colocó a un lado de Offenderman.

Jeffrey: Perdonen que hayamos tardado, fue difícil encontrar razones y pruebas cuando Kikuz se deshizo de casi todo.- la sala estaba en silencio a excepción del jóven de ojos celestes y los murmullos endemoniados de Insane.

La burbuja negra mostraba a todos el Tamashī no daraku.

Jeffrey: Entonces - colocó su mano en el escritorio de los horribles seres con una mirada desafiante y divertida. Dejó una carpeta con sus pruebas y documentos de validación - ¿Empezamos con este juicio?.

Los presentes expectantes vieron de manera disimulada la carpeta y la expresión de los monstruos algo enfadada.

La sala está llena, las pruebas conseguidas son todo lo que se tiene, dos amantes recientes han roto por la falta de confianza y una clara conspiración contra el hermano del señor de los creepypastas en la Tierra de los humanos.

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Nota de la autora:

Buenas tardes a todos. ¿Cómo se encuentran?

Sé que he desaparecido casi por completo por un tiempo bastante prolongado y les pido disculpas. He estado atareada por temas académicos y sociales últimamente, es por eso que lo más reciente que hice fue el one-shot "Adelante".

Les agradezco por todo el apoyo que le han dado a esta historia y también quería informarles que estamos entrando en la fase final. Los conflictos y la falta de comunicación entre las parejas sólo crecerán. Así que no se lo pierdan.

Nos vemos en el próximo capítulo.