Seokjin asintió, sus ojos reflejando una mezcla de determinación y esperanza.

-Muy bien, Taehyung. Cuéntanos tu plan -dijo, cruzándose de brazos.

Taehyung tomó un profundo respiro antes de empezar a explicar.

-Nuestra primera prioridad es rescatar a Jungkook. Sabemos que Namjoon y el Sacerdote lo tienen cautivo, lo más probable en su campamento al sur del bosque. Debemos lanzar un ataque sorpresa para liberarlo antes de que puedan reaccionar. Mientras tanto, algunos de nosotros debemos buscar las perlas. Sin ellas, Namjoon y el Sacerdote no tienen poder sobre Nosotros.

Suga intervino, señalando un mapa rudimentario del área.

-El campamento del Sacerdote está bien protegido, pero hay una ruta a través de un desfiladero que no patrullan con frecuencia. Si un pequeño grupo se infiltra por allí, podemos atacar desde dentro y abrir una brecha para que el resto del grupo entre.

Seokjin asintió, estudiando el mapa.

-Dividiremos nuestras fuerzas en dos grupos. Un equipo de infiltración, liderado por Suga y Taehyung, y un equipo de ataque principal, que yo dirigiré. Nos coordinaremos para atacar simultáneamente y maximizar el impacto.

Los rebeldes asintieron, sus expresiones mostrando su compromiso con la misión. La tensión en el aire era palpable, pero también había un sentido de unidad y propósito compartido.

Esa noche, bajo la luz de una luna creciente, el grupo se preparó para la batalla. Taehyung sentía una mezcla de nerviosismo y determinación mientras se ajustaba su equipo. Sabía que la misión sería peligrosa, pero también sabía que no podían fallar.

Al amanecer, el equipo de infiltración se puso en marcha, moviéndose silenciosamente a través del bosque. Suga lideraba el camino, su conocimiento del terreno demostrando ser invaluable. Llegaron al desfiladero sin incidentes y comenzaron a avanzar cautelosamente por la estrecha senda.

-Manténganse alerta -susurró Suga, sus ojos escaneando cada sombra y cada movimiento.

Finalmente, llegaron a las afueras del campamento del Sacerdote. Desde su posición oculta, podían ver las tiendas y las fogatas, con guardias patrullando el perímetro. Taehyung sintió su corazón latir con fuerza en su pecho.

-Espera mi señal -dijo Suga, sacando una flecha especialmente marcada de su carcaj.

Suga tensó su arco y disparó la flecha hacia el cielo. Unos segundos más tarde, una explosión resonó, señalando al equipo de ataque principal que era hora de moverse.

El campamento estalló en caos. Los guardias se movieron rápidamente hacia la explosión, dejando una brecha en la defensa que el equipo de infiltración aprovechó de inmediato. Taehyung y Suga se deslizaron entre las sombras, acercándose a las tiendas donde creían que Jungkook estaba retenido.

Encontraron a Jungkook en una tienda grande y fuertemente custodiada. Los guardias estaban distraídos por el ataque principal, lo que les permitió a Taehyung y Suga acercarse sin ser detectados. Con movimientos rápidos y precisos, incapacitaron a los guardias y entraron en la tienda.

Jungkook estaba atado a una silla, visiblemente herido pero vivo. Sus ojos se iluminaron al ver a Taehyung y Suga.

-¡Taehyung! -exclamó, su voz llena de alivio.

-Estamos aquí para sacarte de aquí -dijo Taehyung, desatando las cuerdas-. Pero necesitamos las perlas. ¿Sabes dónde las tienen?

Jungkook asintió, señalando una caja en la esquina de la tienda.

-Las guardan ahí. Han intentado usarlas, pero no conocen su verdadero poder.

Suga tomó la caja, asegurándose de que las perlas estaban dentro.

-Tenemos que salir rápido. El campamento entero estará sobre nosotros en cualquier momento -dijo Suga.

Con Jungkook liberado y las perlas en su poder, el grupo se movió rápidamente hacia el punto de extracción. El ruido de la batalla los rodeaba, pero lograron mantenerse fuera de la vista

Cuando llegaron al punto de encuentro, Seokjin y el equipo de ataque principal ya estaban allí, manteniendo a raya a las fuerzas de Namjoon y el Sacerdote.

-¡Lo lograron! -exclamó Seokjin al ver a Taehyung, Suga y Jungkook llegar al punto de encuentro. Sus ojos brillaban con una mezcla de alivio y determinación-. Ahora debemos salir de aquí antes de que nos rodeen.

El caos de la batalla se intensificaba a su alrededor, con el sonido de espadas chocando y gritos de combate llenando el aire. Con las perlas seguras y Jungkook liberado, el grupo sabía que su prioridad era escapar y reagruparse para planificar su siguiente movimiento.

-¡Por aquí! -gritó Suga, señalando una ruta de escape a través del desfiladero.

El grupo se movió rápidamente, cubriéndose mutuamente mientras atravesaban el terreno peligroso. Las fuerzas de Namjoon y el Sacerdote intentaron seguirlos, pero los rebeldes estaban preparados para cualquier eventualidad. Lucharon con valentía y determinación, utilizando el terreno en su favor para frenar el avance del enemigo.

Mientras corrían, Taehyung no podía evitar mirar a Jungkook de reojo, preocupado por su estado.

-¿Estás bien? -preguntó, su voz llena de preocupación.

Jungkook asintió, aunque su rostro mostraba signos de fatiga y dolor.

-Estoy bien, Taehyung. Gracias a ustedes, estoy libre. Ahora debemos asegurarnos de que las perlas estén seguras.

Finalmente, después de lo que parecieron horas de lucha y huida, el grupo llegó a una cueva oculta en las montañas, un refugio temporal donde podrían descansar y planificar su próximo movimiento. Seokjin organizó una guardia para asegurarse de que no los siguieran, mientras los demás se acomodaban y trataban sus heridas.

-Necesitamos un nuevo plan -dijo Seokjin, una vez que todos estuvieron a salvo dentro de la cueva-. No podemos seguir huyendo para siempre. Debemos encontrar una manera de derrotar al Sacerdote y a Namjoon de una vez por todas.

Jungkook, sentado junto a Taehyung, asintió con determinación.

-Las perlas son la clave. Si logramos desbloquear su verdadero poder, podremos usarlas contra ellos.

Suga, que había estado examinando la caja con las perlas, levantó la vista con una expresión de curiosidad.

-Pero, ¿cómo lo hacemos? ¿Hay alguna manera de desatar su poder sin caer en la misma corrupción que Namjoon y el Sacerdote?

Taehyung recordó las antiguas leyendas que había escuchado sobre las perlas sagradas. Se decía que solo un corazón puro, guiado por la justicia y el amor, podría desbloquear su verdadero poder.

-Creo que debemos encontrar a alguien que pueda ayudarnos a entender las perlas -dijo Taehyung-. Alguien que conozca sus secretos y pueda guiarnos.

Seokjin asintió, pensativo.

-Conozco a alguien que podría ayudarnos. Hay una sabia anciana que vive en el bosque al oeste. Ella ha estudiado las perlas y sus leyendas durante toda su vida. Si alguien puede ayudarnos, es ella.

Decididos a encontrar respuestas, el grupo se preparó para partir al día siguiente. Sabían que el camino sería peligroso y que Namjoon y el Sacerdote no descansarían hasta atraparlos, pero también sabían que no podían detenerse ahora.

Esa noche, mientras el grupo descansaba, Taehyung y Jungkook se sentaron juntos, contemplando las estrellas a través de la entrada de la cueva.

-No importa lo que pase, Taehyung -dijo Jungkook, su voz suave pero firme-. Siempre lucharé a tu lado. No permitiré que el mal triunfe.

Taehyung sonrió, sintiendo una oleada de gratitud y determinación.

-Y yo siempre estaré contigo, Jungkook. Juntos, podemos superar cualquier obstáculo.

Al amanecer, el grupo partió hacia el bosque al oeste, con las perlas seguras y una nueva esperanza en sus corazones. El viaje sería largo y lleno de desafíos, pero sabían que cada paso los acercaba a la verdad y a la posibilidad de derrotar a sus enemigos.

Mientras se adentraban en el bosque, Taehyung no podía evitar sentir que estaban destinados a algo grande. Con la ayuda de la sabia anciana y el poder de las perlas, tal vez, solo tal vez, podrían cambiar el destino y traer la paz a su mundo.

La lucha continuaba, pero con cada paso, su determinación se fortalecía. No estaban solos, y juntos, enfrentarían cualquier desafío que se les presentara

Les dejo un nuevo capítulo
Espero lo disfruten 💞🥰